La República Popular Democrática de Corea
celebra hoy el 60 aniversario de su victoria sobre las tropas norteamericanas.
Habrá actos, desfiles y festivales artísticos recordando ese triunfo y honrando
a sus tres millones de caídos.
Los detractores de Corea del Norte creerán
que los festejos por la victoria de hace sesenta años contra las tropas de
Estados Unidos consistirían en desfiles militares. Error. También los habrá,
como forma de “mostrar los dientes” a la superpotencia que entonces, a mediados
del siglo XX y ya entrado el actual, no cesa en su intento de agredirla. Sin
embargo, además de sus tanques T-72 y sus aviones, sus soldados masculinos y
femeninos desfilando con paso marcial, etc, el país socialista realizó
actividades culturales y deportivas. Es una nación feliz por haber sobrevivido
a la invasión de 1950 y a los planes de arrasarla con bombas nucleares, como
propuso entonces sin éxito el general Douglas MacArthur al presidente Harry
Truman.
En Pyongyang arrancó el 22 de julio el
Arirang, o Festival del Sol, “la mayor representación gimnástica del mundo, con
la actuación sincronizada de miles de jóvenes, efectos de luz y fuegos
artificiales”, según la agencia norcoreana KCNA.
El cable refirió que esa función “arrancó la
efusiva ovación de los espectadores al combinar perfectamente las músicas,
danzas, gimnasia y circo, la pizarra humana en constante cambio, los originales
aparatos de escenografía y los aparatos de iluminación”
En el campo de juego y en las tribunas
actuaban decenas de miles de personas “coordinados a la perfección, a los que
acompañan las acrobacias y bailes sincronizados de miles de jóvenes entre
espectaculares efectos de luz y pirotécnicos”.
El Festival del Sol se hace todos los años
pero tuvo una versión especial, por coincidir con el sexagésimo aniversario del
armisticio que puso fin a la Guerra de Corea.
A propósito, el cable contiene una
información que el cronista desconocía y posiblemente mucha gente también.
¿Cuál es el estadio de fútbol con más capacidad de espectadores? ¿El Maracaná
de Brasil, el del Real Madrid de España, el del Bayern Munich de Alemania o el
del Manchester inglés? No. El Festival Arirang se celebra “en el estadio de
fútbol más grande del planeta, el Reungrado 1 de Mayo de Pyongyang (150.000
espectadores)”.
¿El mayor estadio de fútbol del mundo en
Corea del Norte y uno no lo sabía? Y hay pulpos que manejan el grueso de la
información planetaria y allí lo que tenga que ver con la RPDC está interdicto
o tergiversado.
Socialismo dinástico
El cronista siente admiración por las proezas
culturales y deportivas norcoreanas en la actualidad, su victoria de 1953 y por
su continuidad política como estado socialista soberano que no se derritió como
otros socialismos europeos.
Pero hay un aspecto que hace un poco de
ruido: el estilo de sucesión gubernamental y partidaria. Desde 1948 en que se
proclamó la república popular e independiente, luego de una durísima guerra de
guerrillas contra el imperio japonés, su presidente fue el extraordinario líder
comunista Kim Il Sung.
Cuando Kim falleció en 1994, tomó la posta
estatal su hijo, Kim Jong il, con antecedentes en cargos dirigentes desde
varios años antes. Este segundo Kim murió de un infarto en diciembre de 2011,
cuando viajaba en tren como parte de un buen estilo de gobierno de estar
relacionado con la gente.
Y lo sucedió su hijo de 29 años, Kim Jong Un,
ascendido también a comandante en jefe del Ejército, un instrumento decisivo en
la defensa de una plaza constantemente sondeada para su agresión por parte del
vecino (Corea del Sur) y el intruso (EE UU).
Abuelo, hijo y nieto en la línea sucesoria.
Parece mucho para un sistema como el socialista, tradicionalmente basado en el
debate, las luchas, los congresos, las promociones, depuraciones y síntesis
superadoras.
Los “avanzados” británicos, españoles,
suecos, japoneses y holandeses no podrían criticar ni una línea a los
norcoreanos, pues ellos tienen sus reyes, celebran sus casamientos y pase de
coronas como en Holanda, o los nacimientos de los príncipes como hace días en
Londres.
Otros pueblos mucho más valiosos, como los
originarios, también suelen transmitir los cacicazgos de padre a hijo, y tendrán
sus culturas y razones para hacerlo. Puede que los norcoreanos cuenten con
motivos para ese aspecto casi dinástico de su socialismo con ideología juche.
Las dudas del cronista siguen intactas...
¿Quién es el peligroso?
En aquel análisis debe tenerse en cuenta, sin
que lo explique todo, la circunstancia excepcional que vive un país pequeño,
con 24 millones de habitantes, sometido a la amenaza militar. Al sur del
paralelo 38, que lo divide de Corea del Sur, están las tropas bien armadas de
su mal vecino y las bases norteamericanas, donde hay casi 30.000 soldados.
Además, cuando hay maniobras militares
conjuntas con Corea del Sur, las cifras aumentan. En marzo y abril pasado hubo
un ejercicio entre tropas de Seúl y 10.000 marines de Washington, llamado “Foal
Eagle”. Y en mayo otro, del que participaron 70.000 soldados y numerosos barcos
de guerra, incluido el portaaviones nuclear Nimitz.
En el primero de los ejercicios se emplearon
“bombarderos furtivos” B-2 Spirit, que debutan en la península, y los grandes
bombarderos B-52, que pueden llevar armamento atómico.
Se estima que en total EE UU cuenta con
55.000 ojivas nucleares. Una parte de las mismas está localizado en Corea del
Sur, con permiso o pactos con el gobierno de la presidenta Park Geun-hye, del
partido conservador e hija del ex presidente Park Chung-hee, uno de los más
belicosos con sus vecinos.
La RPDC tendría a lo sumo 6 u 8 armas
nucleares rústicas, con misiles que aún están en etapa de experimentación. La
superpotencia tiene los 55.000 mencionados, con misiles desde tierra, agua y
aire, en su territorio y en varias de sus 872 bases militares en el mundo.
¿Quién es el peligroso entonces para la paz?
La extrema dureza con que los norteamericanos
tratan a Corea del Norte no tiene que ver solamente con las virtudes del
gobierno de Pyongyang. EE UU tiene de blanco estratégico a China y ocupar Corea
del Norte sería ganar una posición más ventajosa para atacar a Beijing, última
escala de su viaje en el Pacífico...
Primera derrota de marines
Se suele discutir cuál fue la primera derrota
de los ejércitos norteamericanos, en particular desde que en 1945 emergió de la
Segunda Guerra Mundial como la cabeza del bloque de países capitalistas,
desplazando al Reino Unido.
Suele creerse que ese primer traspié le fue
propinado por el Vietnam de Ho chi minh y el general Nguyen Giap, quienes
condujeron la guerra de liberación comenzada en 1964 y terminada en 1975. Y
efectivamente esa fue una gran derrota, probablemente la mayor en su tipo, por
la duración de la misma y los modernos armamentos empleados en contra de los
vietnamitas.
A propósito, y aunque parezca increíble, la
Academia premió con el Nobel de la Paz a Henry Kissinger, secretario de Estado
de Richard Nixon, uno de los mayores responsables de aquel genocidio.
Otra victoria popular largamente celebrada,
en particular por los sectores populares latinoamericanos, fue la de Cuba,
frente a la invasión mercenaria de Bahía de Cochinos, en abril de 1961. La
joven revolución de enero de 1959 quiso ser destruida con un contingente
armado, financiado y organizado por la CIA y el Pentágono, con bases en
Nicaragua y Guatemala, pero fue desbaratada por la resistencia de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias y la población cubana.
De todas maneras, sin quitarle ningún mérito
a esa enorme victoria cubana, hay que recordar que los norteamericanos no
intervinieron directamente en combate, salvo algunos aviadores y en el
acompañamiento logístico naval.
China y Corea, hermanas
La guerra ganada por el Ejército Popular
conducido por el presidente Kim puede ser caracterizada como la primera derrota
bélica sufrida por los marines. Duró tres años, entre 1950 y 1953, justamente
hasta el 27 de julio de ese año, cuando se cerró con un armisticio, sin firmarse
la paz entre los dos bandos.
El heroísmo de los norcoreanos fue más que
decuplicado por el sentimiento de estar defendiendo su propia nación. Por eso
en algún momento de sus contraataques llegaron a entrar en la misma Seúl, a 60
kilómetros de su frontera. Fue entonces cuando MacArthur propuso repelerlos con
la bomba nuclear, lo que hubiera generalizado su uso cinco años después de
Hiroshima y Nagasaki. Sí emplearon armas bacteriológicas...
El gran mérito de esa victoria fue de los
norcoreanos, con un aporte especial de los Voluntarios del Pueblo Chino,
enviados por Mao Tsé tung (uno de sus hijos murió allí en combate).
La relación de los dos países es muy
estrecha. El jueves 25 el Comité de Defensa Nacional de la RPDC ofreció en
Pyongyang un banquete en honor de la delegación de veteranos de Voluntarios del
Pueblo Chino y los veteranos y familiares de mártires del mismo cuerpo, de
visita en Corea.
China y Corea festejan unidos el 60º
aniversario del triunfo, donde sufrieron más de 3 millones de muertos. Los
yanquis no se la llevaron de arriba porque tuvieron 1.567.000 bajas, entre
muertos y heridos, según un cable de Prensa Latina.
EMILIO MARÍN
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