Quiso desmarcarse de su jefe. Uribhitler. Lo intentó. O eso nos hizo creer. Mas no le alcanzó ni para el respao, según el decir de Domínico.
Se
presentó como el « presidente de la Paz ». Quiso en sus deseos oníricos
ser un « hombre paz » que le permitiera ganar el « premio Nobel de
Paz ». Pero no tiene el poder del capataz del imperio que sí lo ganó por
lo que iba a hacer por la paz a través de más guerra. Así que al tiempo
que se adelanta el show adelanta la guerra contra el pueblo.
La
realidad hace que las máscaras se caigan. No es un hombre de paz. Es un
administrador de la guerra. Para ello lo tienen allí. Mientras al
pueblo campesino y minero le recetan plomo y más plomo, y se los dan, ya
van 4 muertos, el « hombre de negro » prepara mejor su maquinaria de
guerra. No es suficiente con la Asesoría » del más poderoso aparato
militar de la historia. Tampoco con la presencia de sus militares en las
bases del Plan Colombia.
Quiere
los « drones » para parecerse a USAmérica y a la OTAN. Quiere sus
aparatos de muerte para asesinar impúnemente a los campesinos e
indígenas que se oponen a sus designios y protestan contra él. Porque al
fin de cuentas eso hacen los drones. Ellos no tienen cerebro para
distinguir entre combatientes y no combatientes. Aunque sus otros
aparatos de guerra –los mercenarios militares y policías- tampoco
distingan entre uno y otro.
Se
sentará en el trono de la « Casa de Nari » y mirará embelesado su
retrato. Un retrato con un hocico de cerdo. Mas él se vé bonito. Y se
cree elegido para altos destinos. Es el « presidente de la Paz », pero
sólo le alcanza para hacer la guerra. Cobardemente, claro está. Porque
ni su hijo ni él mismo son capaces de ir a la guerra. Así lo disfracen
con pintura de carnaval para que no lo identifiquen y lo pongan a
marchar en desfiles militares.
Mas
él sabe que cada día que pasa le demuestra que es igualito a
Uribhitler. Demócrata ? Ni el pelo. Liberal ? Quizá lo era su abuelo.
Sátrapa ? Totalmente. Así era Uribhitler. Así han sido sus sucesores...
Así se lo demuestran los campesinos y los mineros que hacen que su
careta se caiga rota en pedazos y sólo quede el horripilante rostro del
diablito. Así se lo demuestran la lucha de clases que se alza contra
toda propuesta de conciliación de parte de la oligarquía. El pueblo
lucha con sentido clasista por sus propios intereses, la liberación, la
democracia popular, la soberanía nacional y la justicia.
Quiso
ser un « hombre de paz », pero al hacer la guerra se condenó a sí
mismo. No fue capaz de ver que la Paz se hace con gestos de Paz. Y que
la guerra se hace asesinando a sus semejantes. Y para asesinar sin que
« sus manos se llenen de sangre » compra drones a Israel. Así también
quería –y lo hizo- su primo como Vice, hacer la guerra sin que se le
llenaran las manos de sangre porque él, él le tiene miedo a la sangre !
Cada día que pasa se parece más...
Por José María Carbonell
Publicado por Blogger en CambioTotalRevista el 7/25/2013
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