Un
comunicado del Departamento de Defensa de los Estados Unidos confirmó
que un convoy marítimo partió rumbo al Golfo Pérsico, conformado por un
buque de guerra de 103 mil toneladas, un destructor Truxtun y un crucero
portamisiles.
El portavoz del Pentágono, el contralmirante John Kirby, añadió que
la orden de enviar estos tres buques de guerra "dará una flexibilidad
adicional al presidente Barack Obama para que considere la necesidad de
una intervención militar" en Irak, y proteger así a los ciudadanos e
intereses estadounidenses en esa región.
La movilización militar de Washington se produjo a pesar de que Obama
aseguró, el pasado viernes, que no enviaría tropas para combatir en
Irak. Incluso, el Mandatario señaló que había solicitado a la Agencia de
Seguridad Nacional (NSA, por su sigla en inglés) una lista de opciones
para apoyar a las fuerzas iraquíes de seguridad.
Por su parte, el titular del Comité de Inteligencia de la Cámara de
Representantes, Mike Rogers, afirmó que "la batalla en Irak llegará a
Estados Unidos y Europa si no detenemos las actividades del grupo
terrorista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL)".
"Tenemos que hacer algo para detener el impulso" de los terroristas
del EIIL, declaró Rogers en una entrevista concedida a una cadena
estadounidense de noticias. Además, añadió que es "demasiado tarde" para
llevar a cabo un "largo proceso de reuniones de reconciliación
política".
Por su parte, el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, acusa a
Arabia Saudí y Catar por la crisis de seguridad y el crecimiento del
terrorismo en su país, señalando que el régimen de Al-Saud (Arabia
Saudí) es "un importante patrocinador del terrorismo global".
Igualmente, el portavoz de la Comisión de Seguridad Nacional y
Política Exterior de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán, Husein
Naqavi Huseini, sostuvo que el EIIL es producto de Arabia Saudí, Estados Unidos y el régimen de Israel.
teleSUR-EFE-HispanTV/oja-MARL - CA
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