AP | Dave y Marianne Trujillo salen de las instalaciones de la Administración de Veteranos (VA) en El Paso en una fotografía tomada el lunes. |
El veterano del Ejército de Estados Unidos, Nick D’Amico, ya se
encontraba en la clínica de Asuntos de Veteranos (VA) en noviembre de
2012 en El Paso, cuando se le indicó que su cita con un psiquiatra había
sido cancelada.
Se trató de la quinta vez que le pasaba algo así, y su madre, Bonnie D’Amico, comentó que su hijo se puso “furioso” cuando le informaron que debía esperar otros dos meses. “Los guardias tuvieron que someterlo y todo”, dijo.
Nick D’Amico, quien prestó servicio en Corea y Arabia Saudita, no vio a un psiquiatra sino hasta mayo de 2013. Pero antes de tener su segunda cita –una videoconferencia programada para noviembre–, D’Amico se quitó la vida, dejando su cartera, teléfono, reloj y boina de la Operación Tormenta del Desierto (Desert Storm) en casa, arrojándose en su vehículo por un precipicio en el Oeste de El Paso el 26 de septiembre de 2013.
Como sede de algunas de las bases militares más grandes del país, Texas ha registrado un gran número de veteranos que regresan de la guerra con cicatrices de batalla no sólo físicas. Pero para quienes buscan servicios de salud mental, llegar al consultorio médico ha sido sumamente difícil. Información federal dada a conocer esta semana muestra que cuatro de las 10 principales listas de espera para hospitales de Asuntos de Veteranos pertenecen a centros de atención de Texas.
Una inspección realizada por el Departamento de Asuntos de Veteranos y dada a conocer el lunes se centró en un escándalo relacionado con hospitales de VA del país por alegaciones sobre la planeación de maniobras para ocultar una gran cantidad de trabajo atrasado mientras los veteranos tenían problemas para conseguir citas. Eric Shinseki, secretario del Departamento de Asuntos de Veteranos, renunció a su cargo el mes pasado.
Las esperas de meses parecen deberse a una combinación de problemas sistémicos de programación y el poco número de citas disponibles. La inspección mostró que, entre el personal entrevistado de centros médicos de Asuntos de Veteranos, “la mayor barrera o impedimento registrados fue la falta de espacios”.
El representante federal Beto O’Rourke, demócrata por El Paso, señaló que el hospital de Asuntos de Veteranos de El Paso cuenta con cinco puestos sin ocupar pero con fondos para profesionistas de la salud mental. En El Paso se encuentra Fort Bliss, el cual cuenta con alrededor de 40,000 soldados.
“Si tenemos que pagar más para reclutar y retener a personal, seré el primero en abogar por la entrada de más dinero, pero Asuntos de Veteranos no lo ha solicitado”, dijo O’Rourke, miembro del comité sobre asuntos de veteranos de la Cámara Baja. O’Rourke agregó que John Mendoza, director de Asuntos de Veteranos en El Paso, le prometió la semana pasada que los puestos serían ocupados antes de julio.
Sheila Austin, portavoz de Asuntos de Veteranos en El Paso, comentó que reclutar a psiquiatras es difícil, tanto en Asuntos de Veteranos como en el sector privado.
“Ofrecemos incentivos, pero sigue siendo un reto”, dijo.
En los seis centros del sur de Texas que conforman el sistema de atención médica VA Texas Valley Coastal Bend, los pacientes nuevos esperaron un promedio de 55 días para su primera cita de salud mental y 85 días para recibir atención primaria –quedando tan sólo detrás del centro de Honolulu, Hawai, con su espera promedio de 145 días. El sistema del Valle de Texas fue el peor del país al respecto, con una espera promedio de 145 días en el caso de los pacientes nuevos en busca de atención especializada. El segundo peor fue el centro de El Paso, con esperas de 90 días.
Mientras tanto, los pacientes nuevos en busca de atención de salud mental, registraron esperas promedio de 61 días en Amarillo, la tercera más extensa del país. El centro de El Paso ocupó la cuarta posición al respecto a nivel nacional, con una espera promedio de 60 días, mientras que Harlingen registró la octava más extensa con 55 días. El centro de Asuntos de Veteranos de Dallas fue el 10º peor con 50 días de espera.
En un comunicado, Texas Valley Coastal Bend reconoció los “problemas sistémicos en nuestras prácticas de programación”.
El portavoz Hugo Martínez comentó que ha hecho más que duplicar su personal de salud mental, pasando a 115 de los 50 de agosto de 2011. Agregó que el sistema reclutará personal para otros 18 puestos.
Además de los servicios de salud mental, Martínez comentó que son tres las especialidades con mayores tiempos de espera: audiología, oftalmología y optometría.
“No contamos con un hospital en forma, pero en el caso de los servicios de especialidad para los que no contamos con la capacidad, los remitimos con personal de la localidad”, dijo Martínez.
Esa subcontratación –una de las soluciones a corto plazo de Asuntos de Veteranos a los atrasos– parece tener sus propios problemas.
El representante federal Filemón Vela, demócrata por Brownsville, comentó el martes que los médicos locales están teniendo problemas para recibir sus honorarios por parte de Asuntos de Veteranos.
Salvador Castillo, veterano de 35 años y director de la Oficina del Servicio de Veteranos del Condado de Cameron en Brownsville, comentó saber de un médico que lleva dos años esperando su pago.
“Lo que está pasando es lo siguiente: vas a un consultorio y Asuntos de Veteranos no les paga, así que el médico no te recibirá la próxima vez”, indicó el veterano de la Fuerza Aérea y del Ejército.
Castillo depende cada vez más del seguro que tiene por su trabajo, haciendo un pago de 20 dólares en vez de usar la atención gratuita que tiene en Asuntos de Veteranos. Para los veteranos que tienen problemas similares, dijo: “Saben una cosa, si tienen Medicare aprovéchenlo. Vayan a otra parte”.
Se trató de la quinta vez que le pasaba algo así, y su madre, Bonnie D’Amico, comentó que su hijo se puso “furioso” cuando le informaron que debía esperar otros dos meses. “Los guardias tuvieron que someterlo y todo”, dijo.
Nick D’Amico, quien prestó servicio en Corea y Arabia Saudita, no vio a un psiquiatra sino hasta mayo de 2013. Pero antes de tener su segunda cita –una videoconferencia programada para noviembre–, D’Amico se quitó la vida, dejando su cartera, teléfono, reloj y boina de la Operación Tormenta del Desierto (Desert Storm) en casa, arrojándose en su vehículo por un precipicio en el Oeste de El Paso el 26 de septiembre de 2013.
Como sede de algunas de las bases militares más grandes del país, Texas ha registrado un gran número de veteranos que regresan de la guerra con cicatrices de batalla no sólo físicas. Pero para quienes buscan servicios de salud mental, llegar al consultorio médico ha sido sumamente difícil. Información federal dada a conocer esta semana muestra que cuatro de las 10 principales listas de espera para hospitales de Asuntos de Veteranos pertenecen a centros de atención de Texas.
Una inspección realizada por el Departamento de Asuntos de Veteranos y dada a conocer el lunes se centró en un escándalo relacionado con hospitales de VA del país por alegaciones sobre la planeación de maniobras para ocultar una gran cantidad de trabajo atrasado mientras los veteranos tenían problemas para conseguir citas. Eric Shinseki, secretario del Departamento de Asuntos de Veteranos, renunció a su cargo el mes pasado.
Las esperas de meses parecen deberse a una combinación de problemas sistémicos de programación y el poco número de citas disponibles. La inspección mostró que, entre el personal entrevistado de centros médicos de Asuntos de Veteranos, “la mayor barrera o impedimento registrados fue la falta de espacios”.
El representante federal Beto O’Rourke, demócrata por El Paso, señaló que el hospital de Asuntos de Veteranos de El Paso cuenta con cinco puestos sin ocupar pero con fondos para profesionistas de la salud mental. En El Paso se encuentra Fort Bliss, el cual cuenta con alrededor de 40,000 soldados.
“Si tenemos que pagar más para reclutar y retener a personal, seré el primero en abogar por la entrada de más dinero, pero Asuntos de Veteranos no lo ha solicitado”, dijo O’Rourke, miembro del comité sobre asuntos de veteranos de la Cámara Baja. O’Rourke agregó que John Mendoza, director de Asuntos de Veteranos en El Paso, le prometió la semana pasada que los puestos serían ocupados antes de julio.
Sheila Austin, portavoz de Asuntos de Veteranos en El Paso, comentó que reclutar a psiquiatras es difícil, tanto en Asuntos de Veteranos como en el sector privado.
“Ofrecemos incentivos, pero sigue siendo un reto”, dijo.
En los seis centros del sur de Texas que conforman el sistema de atención médica VA Texas Valley Coastal Bend, los pacientes nuevos esperaron un promedio de 55 días para su primera cita de salud mental y 85 días para recibir atención primaria –quedando tan sólo detrás del centro de Honolulu, Hawai, con su espera promedio de 145 días. El sistema del Valle de Texas fue el peor del país al respecto, con una espera promedio de 145 días en el caso de los pacientes nuevos en busca de atención especializada. El segundo peor fue el centro de El Paso, con esperas de 90 días.
Mientras tanto, los pacientes nuevos en busca de atención de salud mental, registraron esperas promedio de 61 días en Amarillo, la tercera más extensa del país. El centro de El Paso ocupó la cuarta posición al respecto a nivel nacional, con una espera promedio de 60 días, mientras que Harlingen registró la octava más extensa con 55 días. El centro de Asuntos de Veteranos de Dallas fue el 10º peor con 50 días de espera.
En un comunicado, Texas Valley Coastal Bend reconoció los “problemas sistémicos en nuestras prácticas de programación”.
El portavoz Hugo Martínez comentó que ha hecho más que duplicar su personal de salud mental, pasando a 115 de los 50 de agosto de 2011. Agregó que el sistema reclutará personal para otros 18 puestos.
Además de los servicios de salud mental, Martínez comentó que son tres las especialidades con mayores tiempos de espera: audiología, oftalmología y optometría.
“No contamos con un hospital en forma, pero en el caso de los servicios de especialidad para los que no contamos con la capacidad, los remitimos con personal de la localidad”, dijo Martínez.
Esa subcontratación –una de las soluciones a corto plazo de Asuntos de Veteranos a los atrasos– parece tener sus propios problemas.
El representante federal Filemón Vela, demócrata por Brownsville, comentó el martes que los médicos locales están teniendo problemas para recibir sus honorarios por parte de Asuntos de Veteranos.
Salvador Castillo, veterano de 35 años y director de la Oficina del Servicio de Veteranos del Condado de Cameron en Brownsville, comentó saber de un médico que lleva dos años esperando su pago.
“Lo que está pasando es lo siguiente: vas a un consultorio y Asuntos de Veteranos no les paga, así que el médico no te recibirá la próxima vez”, indicó el veterano de la Fuerza Aérea y del Ejército.
Castillo depende cada vez más del seguro que tiene por su trabajo, haciendo un pago de 20 dólares en vez de usar la atención gratuita que tiene en Asuntos de Veteranos. Para los veteranos que tienen problemas similares, dijo: “Saben una cosa, si tienen Medicare aprovéchenlo. Vayan a otra parte”.
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