En un documento clasificado como secreto de la Embajada de
Estados Unidos en Caracas, Venezuela, el embajador William Brownfield tuvo
palabras fuertes sobre el recién electo presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup. “El problema principal de Acción
Democrática tiene nombre: Henry Ramos Allup”. Brownfield, quien fue embajador
de Venezuela durante el periodo 2004-2007 calificó a Ramos Allup de “grosero,
abrasivo, arrogante y puntilloso”.
El documento fue redactado el 17 de abril del 2006, ocho meses antes de
las elecciones presidenciales en Venezuela que resultaron en la reelección de
Hugo Chávez. Durante el año anterior, Ramos Allup había liderado esfuerzos de
la oposición llamando a la abstención en las elecciones parlamentarias que
tomaron lugar en diciembre 2005. Brownfield destacaba en su texto que “Ramos
Allup se ha convertido en tal vez el promotor más vocal de la abstención
electoral…Ramos Allup dijo que aquellos que promueven la participación en las
elecciones presidenciales en diciembre 2006 estarían votando ‘con sus
pantalones por los tobillos’. El ha menospreciado a los que se han declarado
candidatos.” Es irónico que el mismo proceso electoral que Ramos Allup boicoteó
y desestimó en 2005, hoy lo ha llevado a la cabeza del parlamento.
Brownfield cita un ejemplo concreto:
“El primer vice presidente de AD, Víctor Bolívar, quien solicitó
financiamiento del oficial político (poloff), organizó una reunión en diciembre
2005 con el consejero político (polcouns) para pedir lo mismo. Cuando el
consejero político cambió de tema, Bolívar y sus colegas de AD hicieron la
misma larga y detallada solicitud en inglés, por si acaso el oficial no
entendía.”
El embajador Brownfield después citó más ejemplos de las constantes
solicitudes de AD para dinero y favores del gobierno estadounidense: “El ex
diputado de la Asamblea Nacional de AD Pedro Pablo Alcántara llama y visita a
la Embajada regularmente haciendo solicitudes para visas, becas para sus
amigos, etc. El llama a diferentes oficinas de la Embajada si no recibe lo que
pide.”
Aunque Henry Ramos Allup solo tiene dos días como el nuevo presidente de
la Asamblea Nacional de Venezuela, su tendencia autoritaria se ha hecho
visible. Ramos Allup ya ha violado flagrantemente una decisión emitida por el
Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) sobre la elección de tres diputados del
estado Amazonas, juramentándolos aunque los resultados electorales están en
proceso de revisión. El líder opositor también ha cortado los micrófonos de los
diputados socialistas, retirado las pinturas de Simón Bolívar y Hugo Chávez
de la AN y ha indicado que su objetivo principal es la remoción del Presidente Maduro durante los próximos seis meses. Su carácter
dictatorial es conocido por el gobierno de Estados Unidos. El Embajador
Brownfield afirmó que Ramos Allup “no apoya visiones alternativas…AD no
solamente está organizado de manera vertical, también es dictatorial.”
Finalmente, Brownfield calificó a Ramos Allup de “delirante” y “una
reliquia del pasado”. Un pasado que ha vuelto a atormentar el presente.
A pesar de conocer bien las intenciones dictatoriales y
anti-democráticas de Henry Ramos Allup, en un comunicado del Departamento de
Estado el gobierno de Estados Unidos felicitó a la nueva Asamblea Nacional de
Venezuela y su “importante papel avanzando y promoviendo un diálogo nacional”.
La trayectoria de Ramos Allup, tal como lo describe Brownfield en su documento
secreto, indica todo lo contrario.
Para Washington no es nada nuevo apoyar dictaduras y gobiernos
autoritarios en América Latina, siempre y cuando sirven sus intereses y se
subordinan a su agenda. A través de sus agencias financieras como USAID y NED,
Estados Unidos ha invertido millones de dólares en el partido de Henry Ramos
Allup y su coalición opositora. No importante que sea un dictador “delirante”,
“repelente” y “grosero”, porque es su dictador delirante, repelente y grosero.
Eva Golinger/RT
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