Ileana no parece
comprender que ella es una funcionaria venida a menos en el cuerpo legislativo
y que no tiene la más mínima posibilidad de contrarrestar la figura y el poder
del Presidente de los Estados Unidos.
Tiempo después, en un
artículo de mayo del 2015 titulado “No solo a Ros-Lehtinen, también a Mario
Díaz-Balart le ha llegado la hora de retirarse de la política” (http://latardesemueve.com/archives/2224),
retomaba el tema de la reelección de la representante, y decía: “Algo hay que
envejece más la posición de estos legisladores. Su política de guerra fría es
vieja con respecto a la línea actual de los dirigentes y el pueblo cubano, y es
también obsoleta respecto a la actual política norteamericana hacia Cuba del
Presidente de los Estados Unidos, de no pocos legisladores y de la mayoría de
los cubanoamericanos. Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen están totalmente
desfasados de época.”
Si esto era cierto
entonces, a la luz de los nuevos acontecimientos noticiosos con que terminó el
año 2015 y comenzó el 2016 la aseveración sobre el desgaste total de
Ros-Lehtinen, y la necesidad de su paso al retiro de la política, es ahora más
que convincente.
Desde horas de la
madrugada de este domingo 17 de enero la televisión hispana de Estados Unidos
está reportando (además de los registros sísmicos en Santiago de Cuba) sobre la
llegada a Miami desde Laredo de los primeros grupos de emigrantes cubanos que
se habían concentrado en Costa Rica y fueron autorizados a atravesar El
Salvador, Honduras, Guatemala y México.
Excepto un caso,
donde un señor repitió los slogans del escape de la isla por falta de libertad
y violación a los derechos humanos, el resto de los entrevistados a su llegada
a Miami declaró que su deseo era ayudar a los familiares y amigos que dejaron
atrás. Eso fue todo, y créanme si les digo que la prensa que reportaba tenía el
propósito y el mandato de politizar la noticia.
Señalo esto porque la
inmensa mayoría de los emigrantes cubanos que ya vienen llegando a los Estados
Unidos, va a disminuir aún más en lo cuantitativo la base social de apoyo
tradicional a la congresista Ros-Lehtinen, integrada principalmente por cubanos
de extrema derecha interesados en impedir la normalización de relaciones entre
Cuba y Estados Unidos. En términos absolutos, esta emigración significa la
derrota total de las posiciones más extremistas y violentas contra la
Revolución Cubana, a pesar de la impresión que durante unos minutos al día
puedan dar algunos medios manipuladores del sur de la Florida.
Las manifestaciones
en las aceras y locales de Miami que antes capitalizaban a su favor políticos
como Ros-Lehtinen ya no se producen; por la crisis del antiguo liderazgo que
las convocaba y por el cambio de composición demográfica y formación política y
cultural del nuevo Miami.
Es penoso ver a
través del canal de televisión del Congreso de Estados Unidos, las
comparecencias desabridas y en solitario que hace la congresista Ros-Lehtinen.
Son ridículos algunos de los recursos “rejuvenecedores” en materia de moda y
uso del lenguaje corporal que le han recomendado sus asesores de imágenes. Y
por supuesto, risibles son sus declaraciones contra la política hacia Cuba del
Presidente Obama.
Ileana no parece
comprender que ella es una funcionaria venida a menos en el cuerpo legislativo
y que no tiene la más mínima posibilidad de contrarrestar la figura y el poder
del Presidente de los Estados Unidos.
Si en anteriores
períodos Ileana Ros-Lehtinen se impuso gracias a sus padrinos políticos; si
luego lo logró amparada en jugadas electorales que le garantizaban ir sin
contrincantes reales hacia las urnas, hoy Ros-Lehtinen sobrevive gracias a
recaudaciones de la derecha cubanoamericana de Miami y al rediseño ventajoso de
su distrito electoral.
Lejos quedan los
tiempos en que mientras ascendía en su carrera política, Ros-Lehtinen se
atrevió a dirigirse con atrevimiento al General Barry Richard McCaffrey (Zar
anti drogas en el gobierno de Bill Clinton desde febrero de 1996 a enero del
2001). Sin embargo, de ese incidente está más cerca la puesta en su verdadero
lugar que sufrió Ros-Lehtinen, quien tuvo que escurrirse cuando Mr. McCaffrey
le exigió que se dirigiera a él considerando su condición de General de cuatro
estrellas.
La Representante
Ileana Ros-Lehtinen, después de tantos errores, debería retirarse de la vida
pública y darse ella misma una oportunidad para el disfrute de su vida
personal. Entre los records más negativos de Ros-Lehtinen se encuentra el apoyo
y vínculos con el terrorista internacional Orlando Bosh; la defensa de los
golpes de estado en Honduras y Paraguay (de corte Parlamentario), y de intentos
de trasnochados “gorilazos” en Ecuador y Venezuela. Inolvidable es también por
su torpeza política el haber pedido públicamente en un programa de la tv
británica el asesinato del líder histórico de la Revolución Cubana Comandante
Fidel Castro, de lo cual tuvo que retractarse vergonzosamente.
Edmundo García
Tomado de Contrainjerencia
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