Tienen la desgracia de no ser
migrantes cubanos ni que su viaje a EEUU esté politizado por turbios intereses.
Son vistos como una amenaza, tácitamente, para la Seguridad Nacional. Les espera,
por tanto, un destino incierto.
La base Holloman de la Fuerza Aérea, en el estado de New México, está
lista para servir de albergue temporal a centenares de niños migrantes que
llegarían por la frontera de México desde Latinoamérica, en momentos en que las
autoridades federales se preparan para la oleada de migrantes que, según las
previsiones, cruzarán a Estados Unidos durante la primavera y el verano de
2016.
Según el periódico Albuquerque Journal, la base Holloman planea albergar a 400 menores a partir de enero. Los niños serán acomodados en un edificio vacío en unas instalaciones utilizadas antes por el IV Escuadrón de Vigilancia Espacial.
En la actualidad, los menores están a cargo del Departamento de Salud y
Servicios Humanos federal, y proceden de países centroamericanos como
Guatemala, Honduras y El Salvador, dijo Mike Espiritu, presidente de la Cámara
de Comercio de Almagordo.
La mayoría de los menores enviados a los albergues tienen entre 14 y 17
años y permanecen en los centros una media de 32 días.
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