Wilman Villar Mendoza, delincuente agresivo y que purgaba condena por varios delitos, entre ellos el haber golpeado a su esposa, falleció ayer en el hospital
Juan Bruno Zayas de Santiago de Cuba.
Fabricado como supuesto disidente por los miembros de la mercenaria y provocadora Unión
Patriótica Cubana (UNPACU), e incitado al rol contrarrevolucionario por parte de José Daniel Ferrer García, murió como consecuencia de
una sepsis provocada por una fuerte infección en el torrente sanguíneo. Realmente el estado de su salud era crítico y, lamentablemente, a pesar de todos los esfuerzos hechos para salvar su vida, devino su deceso.
Cuba, por supuesto, desbaratará la sucia campaña levantada alrededor de este evento, ofreciendo las pruebas oportunas y suficientes para desmantelar el tinglado mediático y anticubano, que se ha levantado alrededor de este penoso suceso.
Hoy, mientras sus familiares, lógicamente adoloridos, velan sus restos en la funeraria de Contramaestre, los mafiosos de Miami, la blogósfera contrarrevolucionaria y todo su andamiaje vividor y mercenario dentro de Cuba, mienten descaradamente sobre las razones del fallecimiento de "este mártir" inventado por ellos, ávidos de lucrar con desfachatez, a costa del dinero del contribuyente norteamericano.
La verdad, como siempre, saldrá a flote.
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