De traidor a terrorista |
Percy
Francisco Alvarado Godoy
Un
artículo aparecido en el Miami Herald el 22 de octubre de 2009, bajo la firma
de Wilfredo Cancio, relacionado con la figura del añejo terrorista Huber Matos,
en la que éste alude a las razones que lo llevaron a distanciarse de la
Revolución Cubana, en una abierta traición, me hizo retrotraerme a la noche de
los primeros meses de 1998, en que lo conocí en las oficinas de la organización
Cuba Independiente y Democrática, aledañas a su casa, y sitas en el 10020 SW 37
Terrace, Miami Florida 33165.
Luego
de que un contrarrevolucionario de complexión fuerte, apodado Tarzán, concertó la cita con Huber,
mediante una llamada a su teléfono (305 551-8484), ambos arribamos al domicilio del jefe del
CID, quien nos recibió en una pequeña oficina situada en el lugar. Un
lugarteniente de Matos, apellidado Astorga, se encontraba en el lugar.
Mi
contacto con Huber Matos era fruto de un trabajo de penetración de nuestros
Órganos de la Seguridad del Estado, quienes me encomendaron infiltrar la
actividad terrorista del CID y conocer sus actividades y planes contra la
Revolución. Atrás habían quedado los años en que me había relacionado con otras
dos organizaciones contrarrevolucionarias radicadas en Miami: Comandos L y el
ala terrorista de la Fundación Nacional Cubano Americana.
El
casi octogenario terrorista en ese entonces clavó en mí su mirada, escrutándome
con detenimiento y sin reparo, con vistas a evaluar a mi persona, tratando de
despejar alguna sospecha sobre mi posible vinculación con la seguridad cubana. Cuando
luego de un tiempo, para mí interminable, pareció que había logrado
inicialmente pasar la prueba de su escrutinio, Huber asumió una postura más
abierta y me ofreció una discreta sonrisa.
Luego
de hacer una grandilocuente apología de su persona y de su organización, pasó a
indicarme, a grandes rasgos, cuál sería
mi papel para el CID en Cuba:
● Servir de correo entre él y los otros
miembros de la organización que laboraban en Cuba en la más completa
clandestinidad.
●
Buscar información sobre posibles miembros de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias y del Ministerio de Interior con posibilidades de colaborar con
el CID, orientándolos en la realización de actividades violentas en el interior
de sus unidades y en el exterior de las mismas, con vistas a sabotear y crear
el caos y la confusión dentro de la Isla.
● Evaluar las posibilidades de crear células
del CID dentro de las FAR y el MINIT que permitieran la adquisición de
armamentos y explosivos para la promoción de sabotajes.
● Realizar estudios de vulnerabilidad en
organismos y empresas, firmas extranjeras y entidades dedicadas al turismo, con
vistas a realizar sabotajes contra las mismas.
● Creación de células del CID con personal
civil con vistas a promocionar la indisciplina social y en caos en el país.
Aún
recuerdo con cierta sorna el momento en que repartió los seudónimos entre
nosotros para llevar a cabo “nuestra” actividad conspirativa en Cuba,
arrogándose para sí el seudónimo de Liborio
y obsequiándome con la identificación de Máximo
Gómez pues, según él, yo sería como el héroe dominicano de la Independencia
de Cuba un luchador por la libertad de los cubanos. No vaciló en ultrajar a los
apóstoles de la independencia cubana, ofreciéndoles seudónimos a otros
complotados como los de Carlos Manuel de Céspedes y Antonio Maceo.
Su
orientación principal para mi trabajo conspirativo en Cuba, quedó sentenciada en una frase suya:
“No importa matar, incendiar, robar o
hacer cualquier cosa. Lo importante es acabar con el tirano”. Me lo dijo, es cierto, con una mueca de odio en su rostro, sin mostrar
apenas una pequeña señal de remordimiento.
La
verdad es solo una: si el odio visceral que ha mantenido Huber Matos contra
Fidel y la Revolución Cubana ha sido neutralizado, se debe a la labor minuciosa
de decenas de hombres que aquí y allá, en las propias entrañas del monstruo,
como lo hicieron nuestros Cinco Héroes, han entregado lo mejor de sí para
defender a la Patria.
No
hace mucho, a raíz de la celebración del Concierto por la Paz, en la Plaza de
la Revolución, Huber Matos, se apresuró a aliarse a los más intolerantes
especímenes de la mafia miamense, cuando declaró el 18 de septiembre de 2009 que este Concierto por la Paz, no hace otra
cosa que legitimar a "la tiranía más
oprobiosa que ha conocido el continente americano".
EL
PECAMINOSO CAMINO DE LA TRAICION.
Tal
como relaté en un artículo anterior sobre este personaje, titulado La última traición de Huber Matos,
difundido ampliamente en la red por diferentes sitios alternativos, este
personaje cometió una de las más detestables traiciones contra la Revolución
Cubana, en abierta confabulación con Pedro Luis Díaz Lanz y por orientaciones
de la CIA.
He
aquí algunos extractos de aquel artículo:
“Nacido el 26 de noviembre
de 1918, en Yara, antigua provincia de Oriente, Huber Matos se vinculó al
Ejército Rebelde durante la gesta insurreccional y alcanzó el grado de
comandante jefe de la Columna Nueve. Poco antes, había arribado al país con una
significativa cantidad de armas proveniente de Costa Rica, país en el que había
estado exiliado durante algún tiempo al escapar de las persecuciones del ejército
batistiano.
Al
triunfo de la Revolución fue ubicado al frente del Regimiento 2 Agramonte en la
provincia de Camagüey. En este lugar comenzó una actividad sediciosa y
traidora. Fue detenido el 21 de octubre de 1959, juzgado en la causa 340/59. A
partir de 1959, en que pronuncia un discurso abiertamente provocador, comienza
a conspirar contra el proceso revolucionario argumentando que el mismo se está
desviando hacia el comunismo. De acuerdo con el telegrama número 5034 del
embajador yanqui en la Isla, dirigido al Secretario de Estado de Estados
Unidos, se exponen los puntos de vista de Allen Dulles, jefe de la CIA en esos
momentos, sobre la participación de Huber Matos en los planes
contrarrevolucionarios:
(…)
Había en el exterior un número de batistianos que trataban de ponerse en
contacto con la administración de Estados Unidos, pero ellos no eran de
utilidad. Las mejores perspectivas se centraban entre los que originalmente
habían sido partidarios de Castro, pero en tiempos recientes habían pasado a la
oposición. Dio como ejemplos a Huber Matos y al jefe de la fuerza aérea (Díaz
Lanz). Si Castro continuase en su actual curso, podría crearse alguna oposición
de aquellos elementos dentro y fuera de Cuba. Pero no ha llegado la hora para
eso, para nuestra más confidencial información, ya está haciendo los contactos
con esas personas para su posible uso futuro.
No
cabe duda de que la CIA había apostado por Huber Matos para encabezar la lucha
contra el naciente proceso revolucionario. Este individuo, haciendo caso omiso
a su anterior participación en la lucha insurreccional y guiado por un
oportunismo y ansias de protagonismo desmedidos, se dedicó de inmediato a crear
las condiciones para sabotear el proceso de cambios, aglutinando cerca de él a
personas opuestas al tránsito revolucionario que vivía el país. Luego de
establecer contacto con elementos contrarrevolucionarios, se dedicó a publicar
acusaciones infundadas contra los dirigentes revolucionarios, obteniendo
financiamiento de los propios Estados Unidos. La Revolución, por supuesto, no
podía permitirle tamaña traición y fue apresado el 21 de octubre de 1959. Como
resultado del juicio a que fue sometido, fue condenado a una larga pena de
prisión.”
Hoy ya no se puede negar que si la
acción traidora de Huber Matos, patrocinada por el gobierno de Estados Unidos, no prosperó, fue gracias a la celeridad con la
que Fidel y la vanguardia revolucionaria enfrentaron esta provocación. De la misma manera, el factor crucial de la
derrota de la intentona conspirativa fue el apoyo del pueblo camagüeyano a la
naciente Revolución.
Nunca brilló tan alta la efervescencia
revolucionaria en Camagüey como aquel 21
de octubre de 1959, cuando el pueblo acompañó a Fidel desde la calle República
hasta la calle San Pablo, hacia la sede del INRA. Allí habló Camilo ante el
pueblo enardecido ante la traición de Matos enfrente al regimiento Nro. 2
Ignacio Agramonte: “Esta Revolución irá hasta sus límites finales (…) Esta Revolución,
como en los días de la guerra, tiene solo dos caminos: Vencer o Morir (…) esta
Revolución es justa y se hace no para privilegio de unos cuantos, no para
amparar intereses, no para defender a los latifundistas, a los hacendados que
por siempre abusaron (…)”.
La denuncia de Camilo puso la verdad
sobre la mesa. La conspiración de Huber Matos, en franca alianza con la
burguesía, estaba dirigida contra las medidas revolucionarias recién iniciadas
por la Revolución. Fue un ataque disparatado y sin base popular contra la
Reforma Agraria y contra la verdadera libertad alcanzada por los cubanos.
SOBRADAS
RAZONES PARA CONSIDERARLO UN TERRORISTA.
Apenas obtuvo la libertad el 21 de octubre de 1979, después de
cumplir su larga y merecida sanción, Huber Matos a Costa Rica y, posteriormente, a los Estados Unidos. En 1981 fundó la organización terrorista Cuba
Independiente y Democrática (CID), para llevar a cabo una agresividad
manifiesta contra la Revolución Cubana, aliándose a terroristas como Nelsy
Ignacio Castro Matos, Gaspar Jiménez Escobedo y otros. Para él, la guerra sucia
y el terrorismo han sido primordiales, en oscura conjunción con el
narcotráfico.
Para realizar sus campañas anticubanas
creó La Voz de CID, una emisora encaminada a desarrollar la más sucia campaña
de desinformación y guerra ideológica, así como para incitar a la indisciplina
social y el terrorismo contra la Revolución. Esta emisora
transmitió desde 1981 en
franca violación de las leyes norteamericanas, por lo que fue por la Comisión
Federal de Comunicaciones de los EE.UU. por operar sin licencia.
En
1983 la Voz del CID empleó a varias emisoras de onda corta de otros países como
Radio Clarín de República Dominicana, Radio Rumbos y Radio Ecos del Torbes, de
Venezuela, así como en la emisora de Miami nombrada Radio Miami Internacional.
Aunque
la Voz del Cid no ha salido al aire en
forma permanente, sí ha usado trasmisores de alta potencia desde El Salvador en
la década de los 90.
Huber Matos ha apostado contra el magnicidio en la figura de Fidel Castro
en varias oportunidades, apoyando los operativos montados por Nelsy Ignacio
Castro Matos, Gaspar Jiménez Escobedo y Luis Posada Carriles.
El CID, con la anuencia de Huber Matos, preparó un atentado contra Fidel en
1981 durante su posible asistencia a los funerales del asesinado presidente
Omar Torrijos, para lo cual reclutó al terrorista
Eduardo Guillén Guerra.
Muchos años
después, Huber Matos se ha visto ligado a las campañas de apoyo a favor del
terrorista internacional Luis Posada Carriles. Estuvo en Panamá en ocasión del
juicio que se celebró contra éste y sus tres cómplices, ofreciéndoles su apoyo
incondicional. No fue casual la
presencia en El Paso, Texas, el 3 de abril de 2007 para apoyar a Posada
Carriles, de miembros del CID en unión de otros connotados criminales pertenecientes
a la Brigada 2506 y del Consejo del Presidio Político Cubano.
Durante
la Convención Anual del CID, celebrada en Miami entre el 9 y el 11 de agosto
del 2002, Huber Matos lanzó sus tesis conocidas como “Acuerdo por la Democracia en Cuba”, en las
que aboga por la disolución de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el
Ministerio del Interior, si alguna vez, ilusoriamente, derrotan a la
Revolución. Según él, solo serán perdonados aquellos que colaboren con los
traidores y mercenarios del CID.
Hombres
como Huber Matos, enfebrecidos por el odio, y que han hecho del terror su modus
vivendi, pasarán a la historia sin dejar
una huella tras de sí. Sin lugar a dudas se equivocó en una entrevista que le realizó el periodista Alfredo Jacomino, perteneciente
a la mal nombrada TV Martí, cuando éste le preguntó:
¿Cómo le gustaría que lo recordasen?
Matos respondió sin pudor alguno: “Por encima de todo como una persona que ha
tratado de cumplir con su deber.”
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