PUERTO RICO, EL FBI Y LOS
CRIMENES DE LA CONTRARREVOLUCION ANTICUBANA.
Cuando aún se mantiene el
dolor en los familiares, amigos y compañeros de Carlos Muñiz Varela, asesinado
el 28 de abril de 1979, y permanece vivo el reclamo de justicia luego de 31
años de este execrable hecho, se confirma todavía más el oscuro compromiso
entre la mafia terrorista anticubana y el FBI en relación con tan lamentable
asunto: los primeros ejecutaron el crimen con total impunidad, mientras el Buró
nada hizo por esclarecerlo u ocultó deliberadamente la identidad de los
responsables del crimen.
El hijo de Carlos, cuyo
único delito fue propiciar en acercamiento con la Patria amada, dijo en el
homenaje de recordación: “Vamos a seguir insistiendo como un asunto ético de
nosotros de recordarle a las autoridades que tienen que cumplir su deber
ministerial de hacer justicia”.
El arquitecto Carlos Muñiz
Pérez, hijo de Muñiz Varela y portavoz del Comité de Amigos y Familiares de
Carlos Muñiz Varela, tiene toda la razón. Muchos han sido los reclamos por
encontrar a los culpables y la infructuosa búsqueda de los mismos siempre ha
chocado contra un poderoso muro de silencio e indiferencia por parte de las
autoridades boricuas, incluyendo la Oficina del FBI en San Juan, Puerto Rico,
así como las otras cuatro oficinas residentes asentadas en Aguadilla, Fajardo,
Ponce, San Thomas y San Croix, la primera de ellas dirigida a partir del 12 de
abril de 2004 por Luis S. Fraticelli, desde su sede en el Edificio de Oficinas
Federales, Suite 526, Hato Rey, Puerto Rico, extendiendo también su autoridad
en las Islas Vírgenes.
Lo sorprende de la
reticencia del FBI y las autoridades a esclarecer el asesinato de Carlos Muñiz
Varela fue recientemente denunciado por Jean-Guy Allard en un artículo
publicado el 28 de abril de 2010, en el que denunció que, desde el 2008, el
propio ASC del FBI en San Juan, Luis S. Fraticelli, había reconocido que el
Buró disponía de suficiente evidencia e información para esclarecer este caso,
lo que presupone conocimiento sobre la autoría de los criminales, motivaciones,
afiliación y fuentes de financiamiento. Transcurridos dos años de las
declaraciones de Fraticelli, el FBI permanece en silencio y no ha tomado acción
alguna. Otros dos elementos muestran también el interés de las autoridades
estaduales y federales por acallar el caso. El 11 de febrero de 2010 el
estrenado Secretario de Justicia ad ínterin de Puerto Rico, Guillermo Somoza
Colombani, se comprometió con los reclamantes del Comité de Amigos y
Familiares, el realizar: “una evaluación en su totalidad del expediente
investigativo, a los fines de determinar si quedan gestiones que realizar y
sobre todo darle seguimiento a una solicitud efectuada al FBI.” Todavía más
asombroso resultó que ni el propio Obama, luego de recibir una misiva fechada
el 15 de diciembre del 2008 y enviada a él por el ex gobernador boricua Acevedo
Vilá, confirmando el conocimiento absoluto del FBI y del propio Fraticelli
sobre el asesinato de Muñiz Varela, ha emitido una orden para esclarecerlo.
LA OFICINA DEL FBI EN PUERTO
RICO
La Oficina de Campo de San
Juan tiene jurisdicción en más de 280 tipos de casos, relacionados con las
violaciones de los derechos civiles, el terrorismo interno, el crimen
organizado, el narcotráfico, el crimen violento, robo de bancos, el secuestro,
la extorsión, la piratería aérea, el fraude de atención médica, fraude
bancario, la delincuencia de cuello blanco, la corrupción pública y la
seguridad nacional, aunque su eficacia en cuanto a temas relacionados con la
lucha contra el terrorismo y las violaciones de los derechos humanos ha sido
puesta en duda de manera reiterada, confabulándose, incluso, en el amparo de
los ejecutores de estas actividades.
Para el 18 de marzo de 2000
mucha gente no se sorprendió que el Director del FBI en esos momentos, Luis
Freeh, reconociera públicamente, ante una Audiencia ante la Comisión de
Apropiaciones de la Cámara de Representantes, el papel cómplice del FBI en la
violenta persecución contra dirigentes del movimiento pro independentista
durante las décadas de los cincuenta y los sesenta del pasado siglo. Varios hechos
se reconocieron por Freeh en esta audiencia: la disposición del FBI de
torpedear las investigaciones que realizaran por su cuenta los grupos
independentistas desde 1977 y la existencia de cerca de 150 mil expedientes
abiertos sobre independentistas boricuas. La orden para recrudecer tan
descarado espionaje, y para acciones para desarticular el movimiento
independista, había partido del director Hoover a partir del 12 de abril de
1960.
Sin embargo, a pesar de la
promesa de Freeh, se puso conocer que el FBI continuó espiando descaradamente a
muchos boricuas, armando 2 000 expedientes que recogen llamadas telefónicas
entre el año 2000 y el 2006, escudándose en su supuesta lucha contra el
terrorismo, según lo denunció el Washington Post el 18 de enero de 2010.
No se habló sin embargo, ni
por Freeh ni por los miembros de la Cámara de Representantes, sobre el
cuestionado e ineficaz papel del FBI en el esclarecimiento de muchos de los
crímenes cometidos por la contrarrevolución de origen cubano y la ola de atentados
perpetrados por ellos en Puerto Rico, de manera descarada y con total
impunidad, entre los que sobresalieron:
● 7 de enero de 1969: Es
colocada una bomba en el auto del Secretario General del Movimiento
Independista Puertorriqueño, Juan Mari Brás, estacionado frente a su casa. El
artefacto explosivo fue desactivado.
● 31 de mayo de 1969:
Desconocidos envían por correo explosivos antipersonales a las oficinas del
M.P.I., ubicadas en Río Piedras, San Juan.
● 12 de noviembre de 1971:
Intento de atentado contra la vida del Presidente del Partido Independentista
Puertorriqueño, Rubén Berríos Martínez, cuando éste viajaba hacia Caguas,
ocasión en que fue encañonado con armas de fuego desde otro auto en marcha.
Pudo evadir la amenaza.
● 13 de noviembre de 1971:
Fue tiroteada la Oficina del Comité Central Partido Independentista
Puertorriqueño, presumiblemente por el contrarrevolucionario de origen cubano
Luis Fathel Catasú. Fue capturado y, posteriormente, puesto en libertad de
forma absurda e impune. Es el primer incidente probado del empleo de la mafia
terrorista cubana en actos de este tipo.
● 11 de marzo de 1973: Una
bomba fue hecha detonar en el cuarto piso de la Facultad de Estudios Sociales
de la Universidad de Puerto Rico. El FBI nunca dio a conocer el resultado de
sus pesquisas con respecto a este caso.
● 24 de junio de 1973:
Varios dirigentes del PSP como Miguel Cabrera Figueroa, Ángel Luis Gandía y
Edwin Reyes Cabrera, son víctimas de un atentado contra sus vidas, saliendo
herido uno de ellos.
● 25 de julio de 1973: Fue
colocada una bomba en la oficina del Comité Central del Partido Socialista
Puertorriqueño, en Río Piedras. El hecho se lo adjudicó el Ejército Cubano
Secreto, una mascarada de Omega 7.
● 5 de agosto de 1973: Omega
7 hizo estallar una bomba en el Consulado de Venezuela en San Juan, Puerto
Rico.
● 11 de enero de 1975: Un
poderoso artefacto explosivo causa dos muertos, Eddie Román Torres y Ángel Luis
Charbonier, así como 12 heridos, en un acto del P.S.P. en la Plaza de la ciudad
de Mayagüez.
● 24 de marzo de 1976: Fue
asesinado Santiago “Chagüi” Mari Pesquera, hijo del Secretario General del
P.S.P. y candidato a la Gobernación de Puerto Rico, Juan Mari Brás.
EL COINTELPRO Y SU EMPLEO
CONTRA LA CAUSA INDEPENDENTISTA.
El desarrollo del programa
de contra inteligencia conocido como COINTELPRO para investigar, desactivar y
denigrar a luchadores y personalidades pro independentistas en Puerto Rico, se
extendió desde los años 50 hasta los 80, cuando su uso fue declarado
inconstitucional, primero por el Procurador General de los EE.UU., Edward Levi,
en 1976, y luego por , la Corte Suprema de Puerto Rico, hasta que una
iniciativa del congresista demócrata de origen puertorriqueño José E. Serrano,
logró la liberación de los Archivos del FBI. Desde luego, no todo salió a la
luz y no aparece en el sitio web del Centro de Estudios Puertorriqueños. Muchos
hechos permanecieron en los oscuros almacenes del FBI, como es el caso de la
información relacionada con el asesinato de Carlos Muñiz Varela.
La justificación de la
aplicación de COINTELPRO, la dio el propio director del FBI entre 1924 y 1971,
y fallecido en 1972, J. Edgar Hoover, cuando expresó en una orden interna del
Buró sobre la actividad de espionaje a los dirigentes independentistas: "Debemos
tener información relativa a sus debilidades, la moral, antecedentes penales,
esposos, hijos, vida familiar y las actividades personales que no sean
actividades de la independencia".
En este sentido, el FBI
elaboró documentos desde la creación de su oficina en San Juan en 1935, muchos
de ellos desclasificados, que abarcaron casi dos millones de páginas, en los
que se pueden diferenciar informaciones agrupadas en tres categorías: personas
de interés, organizaciones y programas de lucha de las mismas. No escaparon a
la sucia indagación figuras de posiciones tan opuestas como Pedro Albizu Campos
y Luis Muñoz Marín.
Otra destacada figura
asediada por el FBI fue Juan Mari Brás, lo que incluyó el espionaje contra su
organización, el Partido Socialista Puertorriqueño, así como a su propia
familia. Particular conmoción causó la desclasificación de un Memo sobre el
asesinato de su hijo Santiago "Chagui" Mari Pesquera, ocurrido en
1976. De igual forma se intentó difamar al desatacado político en falsos affaires
amorosos.
COINTELPRO dio luz verde a
irregularidades anticonstitucionales por parte del FBI como lo fueron la
interceptación de conversaciones telefónicas, campañas para denigrar a figuras
independentistas y sembrar conflictos entre ellas mediante cartas y documentos
apócrifos y anónimos, difamación mediante fotos falsas y la ridiculización
mediante caricaturas, la infiltración de informantes provocadores y falsarios,
así como la realización de sabotajes, amenazas e, incluso, asesinatos.
COINTELPRO también se aplicó
a la comunidad boricua residente en Estados Unidos, cumpliendo una indicación
del propio Hoover en la que se expresó: “Debido al gran número de
puertorriqueños que residen en Nueva York, y el hecho de que un número de
organizaciones independentistas están activas en Nueva York, las oficinas de
Nueva York y San Juan deberán intercambiar ideas sobre tácticas y técnicas que
sean efectivas en sus divisiones.”
FBI: ¿INCAPACIDAD O
CONFABULACION?
No solo los asesinatos de
Santiago "Chagui" Mari Pesquera y de los mártires de Cerro Maravilla
fueron los únicos asesinatos políticos ocurridos en Puerto Rico. El crecimiento
de este fenómeno alcanzó su más notable parangón en la década de los setenta
cuando ocurrieron otros crímenes como el del dirigente sindical Juan Caballero,
el de Carlos Muñiz Varela, el del militante socialista Ángel Charbonier y el
del prisionero político Ángel Rodríguez Cristóbal, nada menos que dentro de una
cárcel norteamericana. Junto a estos hechos, ocurrieron cerca de 170 actos de
terror contra oficinas del Partido Independentista Puertorriqueño, el Partido
Socialista Puertorriqueño, periódicos, imprentas y otras instalaciones. Nunca
el FBI esclareció alguno de estos hechos de forma real y efectiva.
EL ASESINATO DE FILIBERTO OJEDA
Y LA REPRESION DEL FBI EN PUERTO RICO.
El 23 de septiembre de 2005,
sobre las 4:30 p.m., un descomunal despliegue del FBI que involucró a con
helicópteros, vehículos militares, ametralladoras y francotiradores, sacudió al
pueblo de Hormigueros, en el oeste de Puerto Rico, irrumpió en el hogar de
Filiberto Ojeda Ríos y de su esposa, Elma Beatriz Rosado. Un centenar de
proyectiles impactaron en la vivienda donde el líder independentista se
defendió como pudo, logrando herir a uno de los agentes federales. Filiberto
conminó a su esposa a abandonar la vivienda, ocasión en que fue ultrajada y
aprehendida por la fuerza. A partir de ese momento se ejecutó el crimen. Luego
de esperar casi 24 horas, el FBI penetró a la vivienda y encontró el cuerpo de
Filiberto desangrado. De inmediato, su cadáver fue trasladado a la Unidad
Forense del Departamento de la Policía de Puerto Rico.
Decenas de personas trataron
de acceder al lugar, pero el FBI les impidió el acceso. Entre ellos estaba el
doctor Héctor Pesquera.
El brutal asesinato
conmocionó a toda la sociedad borinqueña, sin distinción de afiliación
política. Muchas fueron las voces que repudiaron el crimen de alguna manera,
como la del Arzobispo católico, Roberto González Nieves; la de Ricardo Santos,
presidente del sindicato de electricistas; la del ex gobernador Rafael
Hernández Colón; la de Rubén Berríos, presidente del Partido Independentista
Puertorriqueño; e, incluso, la de Tomás Rivera Shatz, presidente titular del
Partido Nuevo Progresista. Sin embargo, fue la voz de su pueblo amado la que
más se hizo sentir: cerca de un millar de personas se concentró en el estadio
Hirám Bithorn, para manifestar su repudio por el asesinato de Ojeda. Fue su
marcha valiente hasta la Corte Federal y otras manifestaciones de protesta, las
que obligaron al gobierno a autorizar la presencia del doctor Héctor Pesquera,
miembro del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, en la autopsia
oficial del cuerpo de Filiberto.
La verdad sobre lo ocurrido
en el brutal ataque contra la vivienda de Filiberto saldría a la luz por boca
del doctor Pesquera: “Filiberto Ojeda Ríos recibió un disparo cerca de la
clavícula derecha. “El proyectil le penetró a la altura de la clavícula derecha,
ingresó al pulmón y salió por la espalda, donde la bala se quedó alojada entre
su espalda y el chaleco antibalas que llevaba puesto. No murió por el fallo de
ningún órgano comprometido por la herida. Murió porque lo dejaron desangrar.”
(…) “La razón porque el FBI no permitió a los doctores entrar a la casa es
porque querían a Filiberto muerto. En mi opinión a Filiberto le disparó un
francotirador y lo dejaron desangrar hasta la muerte; esto fue un asesinato por
parte del FBI”.
Miles de boricuas dieron la
última despedida al cuerpo de Filiberto Ojeda Ríos en el Ateneo Puertorriqueño
y, posteriormente, en el Colegio de Abogados en San Juan. Allí estuvieron
presentes los militantes y líderes del Partido Nacionalista de Puerto Rico, del
Partido Independentista Puertorriqueño, del Movimiento Independentista Nacional
Hostosiano y del Frente Socialista de Puerto Rico, así como personalidades de
la talla de lolita Lebrón, Danny Rivera, Roy Brown, Julio Murientes, el ex
gobernador Rafael Hernández Colon, el Arzobispo Roberto González, entre otros.
El 10 de febrero de 2006, un
grupo del task force del FBI realizó un descomunal operativo contra muchos
ciudadanos boricuas que protestaron por el brutal asesinato de Filiberto Ojeda,
invadiendo violentamente sus hogares y oficinas, bajo la amenaza de fuerza
bruta y desmedida, violentando sus archivos personales y robándoles sus
computadoras. Algunos de los ciudadanos hostigados fueron varios dirigentes
sindicales, la profesora de sociología Liliana Laboy, así como Norberto Cintrón
Fiallo, organizador del funeral de Ojeda Ríos. No era, por supuesto, una
inusual redada. Ya en agosto y octubre del 2004, el FBI usó este brutal
despliegue de fuerza contra ciudadanos boricuas miembros de la Unión
Independiente Auténtica (UIA).
El 9 de agosto de 2006, por
primera vez, el FBI dio a conocer su versión de los hechos en su sitio www.fbi.gov, mediante un
comunicado de la Oficina Nacional de Prensa del FBI, en respuesta al Informe de
la Oficina del Inspector General (OIG), acerca de las circunstancias que
mediaron durante el intento por capturar a Filiberto Ojeda Ríos, titulado:
"Una Revisión del Incidente de disparos en el cual estuvieron
Involucrados el Negociado Federal de Investigaciones y Filiberto Ojeda Ríos en
Septiembre de 2005."
En una parte del informe se
trata, desde luego, de culpar a Filiberto por el inicio del tiroteo, lo que no
ha sido comprobado por entidades ajenas al Buró:
“En su extenso informe, la
OIG confirmó la secuencia de eventos que los oficiales del FBI describieron
después del incidente. La OIG llegó a la conclusión de que Ojeda Ríos inició el
tiroteo y abrió fuego contra los agentes del FBI mientras éstos intentaban
entrar a la residencia. Ojeda Ríos disparó 19 balas, 8 de las cuales alcanzaron
a agentes del FBI. Un agente fue herido de gravedad en el abdomen. Los agentes,
miembros del especializado Equipo de Rescate de Rehenes (Hostage Rescue Team –
HRT), devolvieron entonces el fuego. La OIG determinó que los agentes
devolvieron el fuego justificadamente y que el uso de fuerza por los agentes en
el operativo de Ojeda Ríos, incluyendo el tiro que mató a Ojeda Ríos, no violó
la Política de Fuerza Letal del Departamento de Justicia de los Estados
Unidos.”
El factor esencial, la
muerte deliberada de Filiberto a falta de asistencia médica, se trató de
justificar de la siguiente manera:
“La OIG también llegó a la
conclusión de que la demora en entrar a la casa de Ojeda Ríos después que Ojeda
Ríos fue alcanzado por una bala estuvo basada en una preocupación legítima por
la seguridad de los agentes.”
Por último, para no lavarse
las manos descaradamente como Poncio Pilatos, el FBI se hace una velada y
tímida autocrítica cuando expresó:
“El informe establece una
serie de recomendaciones, mayormente con relación al operativo de arresto de
Ojeda Ríos, las cuales serán revisadas y consideradas cuidadosamente. El FBI
reconoce la importancia de incrementar la comunicación y coordinación entre la
Oficina Central del FBI, el HRT y nuestras oficinas de campo durante
operaciones significativas de esta naturaleza. Agradecemos el informe de la OIG
sobre este incidente.”
EL FBI DE PUERTO RICO,
COMPLICE DEL TERRORISMO CONTRA CUBA.
Puerto Rico fue escenario de
la actividad de los grupos terroristas anticubanos desde los primeros años que
sucedieron al triunfo revolucionario en Cuba, el 1 de enero de 1959. Hacia allí
marcharon decenas de esbirros, lumpen y burgueses, cargando en sus corazones un
odio insensato hacia la revolución triunfante. Otros, los que escogieron a
Miami y Nueva Jersey como futuras guaridas, se trasladarían hacia la Isla del
Encanto en múltiples oportunidades para fraguar todo tipo de fechorías e
implementar un terrorismo irracional contra sus conciudadanos y contra aquellos
boricuas que admiraban los logros cubanos y mostraban simpatía hacia ellos.
Algunos hechos demuestran esta enfermiza actividad:
● El 10 de noviembre de 1960
fue herido un funcionario del Banco de Comercio Exterior de Cuba, al ser
agredido por elementos terroristas en San Juan, Puerto Rico.
● El 22 de agosto de 1962,
fue dañado con sustancias letales en San Juan, Puerto Rico, un cargamento de
azúcar procedente de Cuba, que se encontraba en el barco británico S.S.
Streatham Hill, fletado por la Unión Soviética.
● El 13 de septiembre de
1968 fue dinamitado el buque español Coromoto, en Puerto Rico.
Durante las décadas de los
años 60 y 70, se organizaron y reorganizaron múltiples organizaciones del
exilio cubano de derecha, partir del criterio de convertir a esta zona como
zona de guerra contra Cuba, destacándose una de las organizaciones
contrarrevolucionarias que surgió en Puerto Rico en los años 60, auto
denominada Alpha 66, creada con ese nombre por ser la letra Alpha la primera
letra del alfabeto griego, que significa comienzo, punto de partida. El número
66 lo tomaron del hecho de que fueron sesenta y seis personas las que la
integraron en un inicio, según lo recogió el FBI en su archivo R-759-1-57. En
el comienzo, Alpha había estado compuesta por gente de diversa procedencia:
tímidos luchadores contra Batista, como el propio Andrés Nazario y
Eloy Gutiérrez Menoyo, que luego se sintieron traicionados por la
radicalización del proceso revolucionario y optaron por abandonar el país,
rumbo a Estados Unidos. Hoy existen fuertes evidencias que tanto Nazario Sargén
y Antonio Veciana Blanch, dos de los fundadores de Alpha 66, fueron informantes
del FBI, tal como puede atestiguarse en los archivos del Buró clasificados como
R-759-4-153 / 5 y R-759-1-125/2-27. Antonio Veciana Blanch (alias Víctor), por
su parte, estuvo vinculado en Cuba a los sabotajes contra El Encanto y otras
tiendas, así como los frustrados intentos por quemar Sear´s, J. Vallés y Fin de
Siglo. En esta etapa se unió al Segundo Frente Nacional del Escambray, dirigido
por Eloy Gutiérrez Menoyo.
La penetración del FBI
dentro de Alpha 66 fue permanente y el Buró estuvo al tanto de la actividad
terrorista desatada por terroristas como Nazario Sargén, Antonio Veciana, Eloy
Gutiérrez Menoyo y otros. [FBI-R-759-2-23],
[FBI-R-759-1-?], Name change to Commando 66 (30 Oct 1962) [R-759-1-72]; however
the FBI reconsiders on ½/63 and maintains separate files. [R-759-1-181]
[FBI-R-759-1-72], [FBI-R-759-1-181] Cuba, por su parte, había penetrado a Alpha
66 con el agente del G-2 Enoel Salas Santos, entre otros, y pudo conocer desde
temprano la total impunidad del grupo terrorista ante las autoridades del FBI.
Las actividades del Alpha 66
en Puerto Rico quedaron evidenciadas el 13 de septiembre de 1962, cuando
Veciana manifestó al San Juan Star, que disponía de 300 hombres, cerca de 100
mil USD y armamento suficiente para su contingencia contra Cuba, según lo
recogió el FBI en su informe R-759-1-24. Al día siguiente, Veciana manifestó
que Alpha 66 ejecutaría contra Cuba, en octubre de 1962, las operaciones “Acción
Antonieta” y “Acción Carmen”. [R-759-1-28/33] [FBI-R-759-1-28/33]
El primer ataque de Alpha 66
contra Cuba se realizó por Isabela de Sagua, al norte de Las Villas, en octubre
de 1962. Allí dinamitaron una vivienda que, según ellos, era del G-2. Partieron
desde la base que habían creado en Key Williams, en las Bahamas; el grupo
estaba integrado por Nicolás Salado, Colo; Zenén Castillo; Publio Ruiz y
Julio Cruz. [FBI-R-759-2-114], [FBI-R-759-2-1127] Eso los estimuló y dos meses
más tarde, en diciembre de 1962, atacaron la playa de Juan Francisco, en
Caibarién, también en el norte de Las Villas. Aquí no fueron tan atrevidos.
Pusieron una granada en la orilla y de inmediato se perdieron, no sin antes
tirotear la zona. La lancha de cerca de 15 pies que los trajo, los trasladó
rápidamente hacia cayo Williams. Junto a Colo, vinieron en esta oportunidad
Cecilio Vázquez, José Casanovas y Ramón Quesada. [FBI-R-759-2-117]
En mayo de 1963 atacaron el
campamento de becados de Tarará. [FBI-R-759-3-120] Esta vez no vino Colo, pero
sí Julio Cruz y Zenén Castillo, que habían venido en octubre y Ramón Quesada
Gómez, que lo había hecho en diciembre. Los otros dos miembros del comando eran
Agustín Gutiérrez y Elio Grillo. Ese mismo año tirotearon el barco inglés New
Lane, fondeado en Caibarién. En este caso fue Veciana el que consiguió las
armas y equipamiento necesario y realizaron el ataque la gente que después
integraría los llamados “Comandos L”: Tony Cuesta, Antonio Quesada y Ángel
Pouxés, en compañía de otra persona. Todos vinieron en una embarcación tipo
V-18, equipada con una ametralladora calibre cincuenta.
En 1964 pretendieron
desarrollar una operación en gran escala, que conllevaría la infiltración de
cerca de 50 hombres bajo la cobertura de un llamado “Plan Omega”.
[FBI-R-759-5-63], [FBI-R-759-5-75], [FBI-R-759-6-137] y [FBI-R-759-6-139]. En
realidad, desembarcaron, el 28 de diciembre, cuatro personas en las costas
punta Caletas, Baracoa, en la provincia de Oriente, capitaneados por Eloy
Gutiérrez Menoyo, quien en ese entonces vivía en el 201 SW 12 avenida, en
Miami. Habían salido en una embarcación de 25 metros de eslora, proveniente de
Puerto Manzanillo, en República Dominicana. Este comando estaba integrado
además por Ramón Quesada Gómez (ex comandante del Directorio Revolucionario 13
de Marzo), Domingo Ortega Acosta (ex capitán de la comandancia de William
Morgan) y Enoel Salas Santos, quien resultó ser un miembro de la Seguridad del
Estado cubana. Habían partido desde una base de entrenamiento radicada en
República Dominicana, la cual cerró posteriormente, luego de quedar al desnudo
el apoyo dominicano a la gente del Alpha. Fueron detenidos el 23 de enero del
1965 en Aguada de Palmas, Imías, con material de guerra, equipos de
comunicación y otros de subsistencia. El cabecilla fue sancionado a treinta
años de prisión en la causa 83/65. Gutiérrez Menoyo recibió la tarea de
organizar desde la cárcel diversas células de Alpha 66, captó desde 1970 a
varios reclusos en la prisión de Boniato y en otro reclusorio en el que estuvo
antes, siempre con el auxilio de su amante Isabel Rodríguez.
El fracaso de Gutiérrez
Menoyo había quedado atrás. Tras diversos intentos de llevarlo a cabo en 1969,
cuando Méndez fue ascendido a coronel, se lanzaron de nuevo a la misma aventura
en tierras orientales. El día 17 de abril de 1970, rememorando el desembarco de
Girón, volvieron otra vez a la Isla. En esta ocasión desembarcaron en Baracoa
un total de 13 hombres, con el propósito de internarse en las montañas. De
inmediato fueron aniquilados. Luego de diversos encuentros en la zona, al final
fueron capturados. Fue el 24 de abril de 1970. Alpha 66 recibió ese día un golpe
demoledor. Un mes después, en mayo de 1970, fueron capturados por comandos del
Alpha los pesqueros Plataforma I y Plataforma IV. Los 11
tripulantes fueron detenidos y abandonados en cayo Andros, en las Bahamas.
Otra de las organizaciones
terroristas de origen cubano que operó en Puerto Rico fue el Frente de
Liberación Nacional Cubano, fundado en Octubre de 1973, a partir de una
veintena de individuos provenientes de un grupo entrenado por la CIA y
autodenominado los Halcones Dorados, quienes se experimentaron en actividades
de paracaidismo en infiltración por aire. Su fundador y líder fue Frank Eulalio
Castro Paz, también identificado como Frank Castro, quien incorporó al FLNC a
individuos como Antonio Néstor Izquierdo, ex mercenario de la Brigada 2506 y
agente de la CIA; Luis Alberto Crespo del Valle, terrorista a quien le explotó
una bomba que preparaba junto a Humberto López para atentar contra objetivos
relacionados con Cuba; y Rolando Otero Hernández, responsable de varias oleadas
terroristas en Estados Unidos y Puerto Rico, así como en otros países.
Según un informe del FBI,
numerado como File #105-22478, un comunicado del FLNC dado a publicidad en
octubre de 1975, reclamó la autoría de varios atentados terroristas como la
colocación de una bomba, en septiembre de 1975, contra la embajada Soviética en
Bogotá y otra contra un Festival de Cine Cubano en la misma ciudad. Por otra
parte, el FLNC también se adjudicó la autoría de la explosión en el Teatro
Modelo de Río Piedras y el de Mayagüez, ambos en Puerto Rico, el 8 de octubre
de 1974, durante la realización de un Festival de Cine Cubano.
Otra de las organizaciones
terroristas que actuaron en Puerto Rico fue la Agrupación Abdala, presentada
por algunos como apéndice del FLNC y que fue fundada en 1968 en Nueva York y
New Jersey, por Gustavo Bienvenido Marín Duarte, René Fernández del Valle,
Enrique Encinosa Canto, Leonardo Viota, entre otros, así como su representante
en Puerto Rico y actual jefe de un grupúsculo denominado Frente para la Liberación
Total de Cuba, Sergio Ramos Suárez. Abdala fue responsable de varios hechos
criminales, entre ellos la colocación de una bomba el 13 de julio de 1978, en
un hotel donde se alojaba una delegación artística cubana en Puerto Rico. La
Agrupación Abdalá, destacada por su enseñamiento contra quienes promovían los
viajes de los emigrados a Cuba, realizó una veintena de agresiones terroristas
contra embarcaciones cubanas entre 1972 y 1975., a la par que se dedicó a crear
provocaciones contra funcionarios y sedes diplomáticas de Cuba ante la ONU, tal
como ocurrió en dos ocasiones durante el año 1978. Particularmente
desfachatadas fueron sus provocaciones contra el equipo cubano de fútbol en
California, EE UU, y la provocación montada contra ese mismo grupo de deportistas
días después, el 5 y el 9 de abril de ese mismo año, en Atlanta y Chicago,
respectivamente.
También como apéndice del
FLNC actuó en Borinquén la Acción Sindical Independiente, dirigida por Pedro
Hernández.
El FLNC cobró notoriedad con
la colocación de una poderosa bomba en el Colegio de Abogados de Puerto Rico,
el 14 de enero de 1980, ocasión en que participaron el propio líder del grupo
terrorista Frank Castro Paz, René Fernández del Valle y Roberto López González.
Por ese tiempo, estos individuos planificaron el asesinato de otro hijo de Juan
Mari Brás, Raúl Mari Pesquera, mediante la voladura en pleno vuelo de un avión
de la compañía Vieques Airlink.
Otro connotado miembro del
FLNC fue Reynol Rodríguez González, actual jefe de Alpha 66, quien de acuerdo
al FBI tenía en esos momentos como misión la custodia de parte del armamento
del FLNC, consistente en 4 ametralladoras de diverso calibre, entre ellas, una
calibre 50 mm, así como un cañón de 20 mm, fusiles y abundante explosivo
plástico.
Fue el propio FBI, en uno de
sus documentos desclasificados, de fecha 20 de mayo de 1975, el que se refiere
a una reorganización dentro del FLNC donde se intenta crear una estructura
política, además de fortalecer la rama militar, nombrándose a Frank Castro como
Coordinador Internacional del aparato militar. Por su parte, Reynol Rodríguez
González, residente en la isla boricua pasó a ser el Coordinador de la Sección
de Acción de Sabotaje del FLNC. De esas reuniones, transcurridas en los meses
anteriores, salió una declaración de abierta beligerancia contra las fuerzas
progresistas y pro independentistas de Puerto Rico, particularmente el PSP.
Lo sorprendente de la
actuación del FBI y de las fuerzas policiales en Puerto Rico es que, a la par
que se fraguaba el asesinato del joven Carlos Muñiz Varela, éste era
investigado por la División de Inteligencia de la Policía de Puerto Rico,
referida al período del año 1979. Con la misma siniestra confabulación se actuó
en el caso del asesinato de Santiago “Chagüi” Mari Pesquera. El FBI arrestó a
Henry Walter Coira Story como único ejecutor del crimen, aunque las evidencias
apuntaron a una conspiración en la que participaron varios miembros del FLNC
como Reynol Rodríguez, José Dionisio Suárez Esquivel y Pedro Crispín Remón.
El accionar de los grupos
terroristas en la década de los 70 se desarrolló con total impunidad, ante la
complacencia del FBI y las autoridades policiales boricuas, como lo demuestran
algunos de los hechos ocurridos en esta época:
● El 16 de septiembre de
1973 explotó una bomba en el parqueo del Coliseo Roberto Clemente, en los
momentos en que se realizaba un partido de baloncesto entre los equipos de Cuba
y Venezuela.
● En enero 1974 fue
tiroteado el consulado Argentino, tras el anuncio de una posible venta de
carros Ford y Chevy a Cuba.
● El 22 de abril de 1974
explotó una en el Consulado Argentino en San Juan en repudio a la posición
argentina de restablecer relaciones con Cuba.
● El 6 agosto 1974 explotó
otra bomba, esta vez contra el Consulado Venezolano en San Juan.
● El 8 de agosto de 1978
explotó una bomba en la Universidad de San Juan durante la actuación allí del
Ballet Nacional de Cuba, reclamando su autoría el llamado Comando Pedro Luis
Boitel (CPLB).
● El 9 de octubre de 1974
fue colocado un artefacto explosivo en las oficinas de Mejicana de Aviación en
San Juan, como protesta por los vuelos de ésta compañía a Cuba.
● El 29 de diciembre de 1977
fue puesta una bomba en el Consulado Venezolano en San Juan para protestar por
la detención de Posada Carriles y Orlando Bosch por su participación en el
atentado contra una aeronave cubana en Barbados.
● El 7 de octubre de 1978
estalló una bomba en la agencia de Viajes Girasol, cuya autoría fue reclamada
por parte de la organización terrorista Abdala.
● El 4 de enero de 1979 fue
puesta una bomba en la Viajes Varadero. Otro artefacto explotó el 19 de enero
de 1980, reclamando su autoría Omega 7.
● El 28 de abril de 1979 fue
asesinado Carlos Muñiz Varela, presidente de Viajes Varadero. En este
abominable hecho, cometido a mansalva, participó un grupo de criminales
autodenominado “Los Amigos de la Democracia”, integrado por los ya fallecidos
Julio Labatut Escarra, Waldo Pimental Amesto y José “Pepe” Canosa Rodríguez,
así como Reynol Rodríguez González, José Dionisio Suárez Esquivel y Pedro
Crispín Remón Rodríguez. Uno de estos tres último fue el ejecutor material del
asesinato del joven integrante de la Brigada Antonio Maceo.
La permanente y legítima
repulsa de todo el mundo ante el asesinato de Carlos Muñiz Varela aún sigue
permanente. El 28 de abril de 2010, Andrés Gómez, director de Areíto Digital,
escribió un artículo titulado “Nuestro perenne compromiso con Carlos Muñiz”,
en el que expresó la verdad innegable y la magnitud de ese repudio: “Escandalosamente,
jamás sus asesinos han sido encausados por las autoridades, ni las insulares
-las de la colonia-, ni las federales -las de los ocupantes. Aunque el atentado
ocurrió a plena luz del día, en una urbanización del municipio de Guaynabo,
parte del área metropolitana de San Juan, -con vecinos presentes, quienes, como
testigos de los hechos, dieron la información pertinente a los peritos de la
policía encargados de la investigación del asesinato.”
“Desde entonces las
autoridades tienen las descripciones físicas de los terroristas. Inclusive, uno
de ellos, consciente de su inmunidad, se atrevió a sacar medio cuerpo, a través
de una de las ventanillas del automóvil desde el cual dispararon a Carlos, para
dispararle un tiro final, para así asegurarse de su muerte. Del auto utilizado
también las autoridades tienen la descripción pertinente.”
EL FBI CIEGO ANTE NUEVOS
PLANES TERRORISTAS.
A pesar del historial de
muerte sembrado por la mafia anticubana en Puerto Rico, nunca el FBI tomó
cartas en el asunto o se confabuló para proteger a criminales y terroristas,
tal como ocurrió en el caso de los complotados del yate “La Esperanza”, en
1997, cuya finalidad era asesinar a Fidel durante su asistencia a la VII Cumbre
Iberoamericana de Jefes de Estado, a realizarse entre los días 8 y 9 de
noviembre, en Islas Margarita, Venezuela.
El destape ocurrido en el 22
de junio 2006 por José Antonio Llamas, ex directivo de la Fundación Nacional
Cubano Americana, de los planes de su organización para llevar a cabo una serie
de actividades violentas contra Cuba en la década de los 90, elaborados en
junio de 1992 en Naples, Florida, involucró nuevamente a Puerto Rico con la
actividad del terrorismo mafioso de Miami. En 1993, en una reunión de la Junta
de Directores de la FNCA celebrada en Puerto Rico, se formó el grupo de la
célula paramilitar que se encargaría de llevar a cabo la nueva guerra sucia
contra Cuba, la que estaría dirigida por Francisco José Hernández Calvo y fue
integrada por Elpidio Núñez, Horacio García y Luis Zúñiga, Erelio Peña y Raúl
Martínez, de Miami; Arnaldo Monzón Plasencia y Ángel Alfonso Alemán, Fernando
Ojeda, Fernando Canto. Luis Prieto, Miguel Ángel Martínez, Fermín Pernas
Roberto Martín Pérez, Ninoska Pérez Castellón, Domingo Sadurní y Luis Botifoll.
Los primeros pasos
conllevaron a adquirir un helicóptero de carga, 10 aviones ultralivianos con
control remoto, siete embarcaciones y abundante material explosivo. Los
primeros fueron encargados a la firma Nautical Sports Inc, de la Florida y a
Refri Auto, radicada en República Dominicana, mientras que los explosivos los
consiguió Raúl López, propietario de una firma autorizada al efecto en ese
entonces y mediante un préstamo del Ready State Bank, de Miami, por decisión
del propio Pepe Hernández. El plan, sin embargo, falló y José Antonio Llamas
perdió más de un millón de dólares invertidos en el mismo.
Estos planes, que
desembocaron a la larga en la oleada de atentados contra instalaciones
turísticas cubanas, así como en la planificación de atentados contra Fidel en
las Cumbres VII, VIII y X Iberoamericanas de Jefes de Estado, fueron
ampliamente conocidos por el FBI, particularmente por sus oficinas de Miami y
San Juan, en Puerto Rico. Sin embargo, otra vez el FBI se alineó con el
terrorismo. Sobran los comentarios.
Percy Francisco Alvarado Godoy
6 de mayo de 2010
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