Los casos de espionaje
relacionados con las agencias norteamericanas tanto dentro de EE.UU. como a
nivel mundial no son algo nuevo, sino que tienen su origen en los tiempos de la
Guerra Fría. Conozca cómo la CIA reclutaba a estudiantes estadounidenses para
espiar por todo el mundo en los años 50 y 60 del siglo pasado.
En sus memorias, el
exdirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) Richard Helms destacó el día
13 de febrero de 1967 como el más oscuro de su carrera. Aquel día tras
inspeccionar los laboratorios nucleares en Los Álamos, Nuevo México, el
funcionario recibió la orden de regresar inmediatamente a Washington. La
instrucción provenía directamente del presidente Lyndon Johnson (1963-1969),
que pensaba informarle personalmente del escándalo más desastroso para la
imagen de la CIA desde su fundación en 1947.
Se trataba de la
filtración publicada por la revista liberal 'Ramparts', que desvelaba que desde
1950 hasta 1967 la CIA había realizado una serie de operaciones encubiertas
internacionales a través de la Asociación Nacional de Estudiantes de EE.UU.
(cuyo acrónimo, NSA, es irónicamente igual al de la Agencia de Seguridad Nacional).
La mayor parte del libro
la ocupan los recuerdos de la propia autora, que fue miembro de la asociación
estudiantil y fue reclutada como espía por la CIA en 1965, pero también
contiene algunas entrevistas a exfuncionarios de este organismo, marcado por
escándalos de espionaje a lo largo de toda su historia, escribe el portal The Daily Beast.
La principal misión de la
CIA dentro de la Asociación Nacional de Estudiantes era bastante simple:
aplastar por completo incluso la aspiración más débil de las ideas comunistas o marxistas que se pudieran propagar
en torno a las bibliotecas, las asambleas estudiantiles o los campus tanto
dentro como fuera de EE.UU.
De este modo muchos
estudiantes que viajaban al extranjero en el marco de programas internacionales
fueron reclutados para las actividades de espionaje. Trataban de convencer a
los jóvenes para colaborar con la CIA con incentivos económicos. La misma Paget
reconoce que la agencia no solamente le ingresaba dinero de manera encubierta
en su cuenta, sino que también le pagaba el alquiler.
Aunque la actividad de la
asociación estudiantil abarcaba los cinco continentes, aquellos años lo que más
interesaba a la CIA eran los campus en Asia, especialmente tras el estallido
del conflicto coreano (1950-1953), cuando aumentaron de manera considerable los
temores de EE.UU. de que en cualquier país asiático pudiera comenzar una
revolución de corte comunista.
RT
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