El
FBI abrió sus archivos este mes y publicó su expediente sobre el
fallecido creador de Apple, Steve Jobs, con lo que dio a conocer cosas
que su biografía no había revelado.
Su
biógrafo, Walter Isaacson, dejó fuera del minucioso retrato del
empresario detalles como que el expresidente George H. W. Bush le
propuso para un cargo en el Gobierno. La policía judicial norteamericana
investigó entonces a Jobs como hubiera hecho con cualquier otro
aspirante, y como decenas de artistas, músicos e intelectuales de la
historia de Estados Unidos cuentan con investigaciones dedicadas a sus
actividades por cuestiones muy diferentes.
Es
difícil imaginarse a un agente del FBI intentando contactar a la
secretaria de Steve Jobs. Cuesta creer también que éste evitara
concertar una reunión durante tres semanas y que se atreviera a
contestar que “sólo tenía una hora” para la entrevista. La sorpresa,
apenas 43 años antes, hubiera sido el lenguaje empleado por la Agencia
para referirse a las letras de canciones de los grupos musicales a los
que decidió investigar.
Mientras
indagaba la conexión del grupo The Doors con otras formaciones, un
agente recomendaría al director de la Agencia, Edgar J Hoover, que
escuchara un disco del grupo The Fugs -investigado por razones que
abarcaban desde su nombre hasta las letras de las canciones o su
vinculación con el movimiento contra la guerra de Vietnam- asegurándose
“de que no hubiera mujeres cerca" que pudieran escucharlo. Les acusaba
de escribir “las mayores obscenidades que pueda concebir la mente
humana”.
El
FBI acababa de abrir su investigación sobre Jim Morrison tras las
denuncias por “comportamientos obscenos”, y aparecer borracho en
público. Durante la actuación en Miami el 11 de marzo de 1969, más de 30
agentes esperaban para “controlar a las masas” y arrestar a Morrison,
aunque éste “no fue detenido por temor a causar una avalancha”, según
relató al día siguiente la revista Variety, citada en los archivos de la
agencia.
El
FBI también abrió centenares de casos sobre actores, músicos,
empresarios y políticos. Entre sus archivos hay detalles sobre Elvis
Presley, Martin Luther King, Janis Joplin, John Lennon, la familia
Kennedy y Marilyn Monroe.
Luego
de abrir una investigación, la policía judicial debe esperar a publicar
los documentos hasta que el sujeto lo solicite personalmente o después
de que haya fallecido. La cantante Joan Baez, por ejemplo, tendría que
pagar para que el FBI publicara la información que recopiló sobre ella, y
aún así la agencia se reservó el derecho de conservar algunos
documentos.
En
algunas ocasiones, las autoridades debían investigar a los artistas
para garantizar su protección. En otras, los sujetos eran considerados
una amenaza para la seguridad de otros ciudadanos.
Cuando
Janis Joplin convocó un concierto en agosto de 1970 en el Grant Park de
Chicago, al que acudirían más de 20 mil personas, la policía local
desplegó -según los archivos del FBI- a más de 200 agentes.
Un
año antes, el festival de Woodstock, donde participó la cantante junto a
artistas como Ritchie Havens, Grateful Dead, Credence Clearwater,
Jefferson Airplane, Joan Baez, Santana y Joe Cocker fue centro de las
indagaciones de la agencia, que envió a otras autoridades hasta 10
cintas con canciones de todos ellos.
De
igual manera, el FBI investigó a John Lennon, por donar 75 mil dólares a
un grupo sospechoso de planear el boicot de un acto del Partido
Republicano.
Jimi
Hendrix, otro de los participantes en aquel festival, llamó la atención
del FBI por sus repetidas detenciones acusado de robo de vehículos y
posesión y consumo de drogas. El documento sobre Hendrix, con más de 34
páginas, detalla su detención en Seattle por robar un carro e incluye la
correspondencia entre varias agencias norteamericanas y el Gobierno de
Canadá, donde también había sido arrestado anteriormente. “Si el sujeto
es declarado inocente, el servicio de inmigración canadiense quiere
deportarle inmediatamente a los Estados Unidos”, dice la carta enviada
por la policía de Buffalo, en el estado de Nueva York, al director del
FBI.
John
Lennon y su mujer Yoko Ono, tendrían que enfrentarse al problema
contrario. Tras su implicación en las protestas contra la guerra de
Vietnam, que ayudaría a impulsar gracias a los conciertos que ofrecieron
en muchas de las concentraciones, el Gobierno norteamericano investigó
si ésta sería causa suficiente para impedir que obtuvieran la
nacionalidad norteamericana y obligarles a regresar al Reino Unido.
En
1972, la agencia abriría nuevas pesquisas por la donación de 75 mil
dólares al grupo 'Allamuchy Tribe', liderado por el activista de
izquierda Rennie Davis y del que se sospechaba tenía planes para
boicotear la convención del Partido Republicano. El documento de 204
páginas dedicadas a Lennon, recopila los telegramas enviados por el
director de la Agencia a las autoridades británicas en Londres.
Los
expedientes preparados por el FBI incluyen decenas de artículos de
periódicos y revistas norteamericanas en las que se explican los hechos
investigados. La cuarta página dedicada a Frank Sinatra -hay más de 90
folios- arranca con el titular “Sinatra tendrá que ’cantar’ ante la
comisión de Nueva Jersey”, en referencia a la citación judicial
presentada al cantante para que explicara lo que sabía del crimen
organizado.
En
otras ocasiones, la agencia tuvo que encargarse de la protección de
personalidades extranjeras, como la Princesa Diana, durante su visita a
la ciudad de Nueva York en 1989.
El
FBI conserva los documentos redactados para informar a todas las
agencias de seguridad del horario de llegada de la Princesa al
aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, su estadía en el Hotel Plaza
de la Calle 64 y el centro de operaciones policiales en la habitación
1601 del mismo edificio. La policía local debía garantizar entonces la
cobertura de la manifestación con motivo de su visita para “identificar a
cualquier irlandés sospechoso de terrorismo que puedan suponer una
amenaza para la princesa”.
Ocho
años antes, la policía de Baltimore había investigado a un ciudadano
que afirmó haber enviado un paquete bomba a Londres como regalo de bodas
para la Princesa Diana y el Príncipe Carlos. Los nombres de los agentes
que participaron en la investigación, así como los que entrevistaron al
sospechoso y el nombre de éste han sido borrados, una técnica común de
la agencia. / INTOPRESS / AR
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