Nuevamente el Movimiento Democracia, dirigido por el terrorista Ramón Saúl Sánchez, anunció en Miami el montaje de otra provocación frente a las aguas juridisccionales de Cuba, precisamente durante la visita a nuestra Patria del Papa Benedicto XVI.
Aunque Ramón Saúl Sánchez, portavoz del grupo, declaró a El
Nuevo Herald que su show mediático no constituye una provocación,
"sino como un esfuerzo pacífico y solidario", por cuanto se les "impide estar
presentes en este acto religioso por sus propias políticas”, le debo aclarar que Cuba no ha impedido a persona alguna residente en el exterior asistir a tan magna cita. Desde luego, no asistirán aquellos terroristas y provocadores que han agredido a nuestro pueblo durante más de 5 décadas y que son, precisamente, los que se escudan detrás de este malsano proyecto. No asistirán, desde luego, por sentirse culpables y merecedores de un enjuiciamiento en Cuba por los crímenes que han cometido contra nuestro pueblo y por miedo a ser confrontados por nuestra legislación vigente.
No asistirán, porque no les anima un sincero sentimiento de acercamiento hacia nuestro pueblo, aquellos que acompañarán al "almirante de pacotilla" en este nuevo y peligroso montaje anticubano. No asistirán aquellos a los que hemos denunciado en días recientes, como promotores de acciones violentas y provocadoras, los que tenemos plenamente identificados.
No asistirán porque son sabedores que su intención política contraviene nuestros preceptos constitucionales y asumen el burdo y falso papel de defensores de los derechos humanos en Cuba, en realidad, porque vienen a apoyar a sus mercenarios dentro de Cuba, en un acto de bochornosa "solidaridad" hacia los mismos.
Por diversas fuentes hemos corroborado que esta nueva acción de Ramón Saúl ha sido previamente coordinada con miembros de la contrarrevolución interna, convocándolos al Malecón habanero, para realizar actos anti gubernamentales y llamados a la desobediencia civil, atentatorios contra la estabilidad de nuestra sociedad socialista. De tal forma, responsabilizamos a Sánchez y, particularmente, al gobierno de Obama, de las consecuencias que se puedan derivar de esta provocación. Nuestro pueblo no permitirá la incitación a un nuevo "maleconazo" y responderá a aquellos que quieran vender una falsa imagen sobre nuestra realidad. De esta forma, reafirmo, el 27 de marzo, no habrá show mediático por parte de sus mercenarios, ni será permitida cualquier convocatoria en este sentido.
También hemos conocido que el día 28 de marzo, mientras el Papa se encontrará oficiando misa en la Plaza de la Revolución, arribará un refuerzo naval a los provocadores para lanzar luces, mediante espejos, hacia la Habana. Al mismo tiempo, tres avionetas lanzarán, supuestamente, flores al mar.
Nuestras fuentes diversas han corroborado que Ramón Saúl Sánchez ha mantenido contactos con elementos mafiosos, muchos de ellos sus viejos compañeros de correrías criminales como Luis Posada Carriles, Santiago Álvarez, Guillermo Novo Sampoll, Roberto Martín Pérez, José Basulto, Luis Zúñiga Rey y Francisco José Hernández Calvo, entre otros, para organizar este montaje anticubano, a la par que aprovechar esta coyuntura para recurrir a acciones de corte violento.
Como señalé en un artículo anterior, este grupo ha preparado el envío de emisarios para contactar a miembros de la contrarevolución interna para organizar actos de provocación durante la visita papal. Asimismo, sus avionetas han establecido el lanzamiento de octavillas sobre la Habana, reeditando los condenables hechos de violaciones de nuestro espacio aéreo y naval de forma descarada, los cuales fueron detenidos soberanamente por Cuba el 24 de febrero de 1996, ante la pasividad y complicidad de la administración Clinton.
Cuba posee elementos suficientes sobre estos planes y tomará las medidas pertinentes al respecto, tratando de que la administración de Obama entienda, de una vez por todas, la potencial peligrosidad de este tipo de eventos.
El famoso almuerzo de recaudación de fondos, programado para el próximo 11 de marzo, en Miami, reunirá allí a la flor y nata de los terroristas anticubanos, los que, de seguro, confraternizarán y harán gala de su impunidad con sus mecenas dentro del Congreso norteamericano, tan mafiosos y cómplices como ellos.
Cuba no es México, donde los cárteles criminales y mafiosos pueden opacar un acto de paz, humanismo y solidaridad entre los cubanos. Estamos preparados, repito, para contrarrestar cualquier provocación o hecho que ponga en peligro el feliz desempeño de esta visita tan esperada por nuestro pueblo.
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