Más de un millón de personas perdieron la vida en los últimos diez
años por consumir drogas afganas, declaró hoy en rueda de prensa el jefe
del Servicio Federal ruso de Control de Drogas (FSKN), Víctor Ivanov.
“Murieron más de un millón de personas en Europa y Asia, incluida
Rusia”, dijo Ivanov, tras participar en la reunión de la Comisión de
Narcóticos de Naciones Unidas celebrada en Viena.
La comunidad mundial desarrolla ingentes esfuerzos y asigna
cuantiosos recursos para combatir la producción de estupefacientes y el
narcotráfico, pero hasta el momento no alcanzó resultados
satisfactorios. Este año, Afganistán reanudó la producción de opio, se
vio en el primer lugar en el mundo en el cultivo de hachís,
adelantándose a Marruecos, señaló.
“El precio interno del opio se triplicó y ya ronda 200 dólares por
kilogramo. Nos vemos obligados a constatar que los objetivos planteados
por la Asamblea General de la ONU en 1998 no fueron alcanzados”, añadió.
La declaración de la ONU de 1998 formuló la meta estratégica de poner
fin al cultivo ilegal de estupefacientes. Las respectivas resoluciones
del Consejo de Seguridad de la ONU de los años 1998 y 2000 proclamaron
el objetivo de erradicar la producción de narcóticos.
Pero Afganistán produce actualmente un volumen doble de
estupefacientes que hace 10 años, a pesar de que se invirtieron 2.000
millones de dólares para poner fin al narcotráfico y unos 8.000-10.000
millones de dólares para implantar cultivos alternativos.
RIA Novosti.
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