lunes, 28 de mayo de 2012

Cuidado con quien "apoyamos"

Obama con terroristas de la FNCA
Es un hecho innegable que la historia siempre se repite. Pero, otro hecho igualmente incontrovertible es que el tonto nunca aprende de sus proprios errores y, enfrentamiento tras enfrentamiento, los repite a lo largo de décadas, o quizás de siglos.

El más poderoso bloque del mundo, el Primer Mundo durante el conflicto bipolar y el actual Occidente, en sus recientes “guerras”, casi siempre ha seguido la estrategia del desangramiento, es decir, el intento de destrucción física del enemigo, obligándolo a un prolongado esfuerzo bélico interno, financiando grupos armados que, en la mayoría de los casos, utilizan el ataque terrorista como principal forma de lucha.

El típico ejemplo académico de esta estrategia es lo que ocurrío en Afganistán entre 1979 y 1989. El entonces enemigo principal era la Unión Soviética y, cuando se formó la República Democrática de Afganistán, los Estados Unidos (junto a Arabia Saudita, Pakistán, Israel, Egipto, entre otros) dieron apoyo, logístico y financiero, a los muyahidines afganos para la “liberación” del país. Tras el derrumbe del campo socialista y años de agotante guerra civil, la Repubíca Democrática de Afganistán cayó y empezó otra guerra entre los muyahidines moderados (luego conocidos con el nombre de Alianza del Norte) y los muyahidines radicales, los talibanes, quienes -por fin- llegaron al poder en 1996 contando con el apoyo de la entonces administración Clinton que quería llevar adelante el proyecto Unocal (un oleoducto desde Turkmenistán hasta el Mar Arábico y que pasara por Pakistán y Afganistán). La trágica conclusión de esa historia es conocida a todos: la alianza entre el saudí Bin Laden y el Mulá Omar, guía de los talibanes, que condujó al famoso 11 de septiembre de 2001.  

Eso, evidentemente, no representa una ‘lección suficiente’ para los occidentales y acontecimientos recientes lo demuestran. La caída del gobierno sirio, por ejemplo, ahora representa la prioridad y la estrategia del desangramiento ya se ha puesto en marcha. Estados Unidos, con el evidente apoyo de la Unión Europea, de Israel, de Turquía y de las monarquías de Oriente Medio, está financiando la que no es nada más que una organización terrorista que intenta hacer un golpe de estado en Siria y que está matando a miles de personas. Pero, el problema de hoy en día es que la información viaja y le da la vuelta al mundo en pocos segundos. En el siglo XXI, la sola realpolitik no funciona para la opinión pública mundial. Hoy, la ingerencia en un país soberano, necesitando una excusa, se ha convertido en intervención humanitaria.
La manipulación mediática, por supuesto, juega un papel fundamental en la costrucción del enemigo y en la justificación de la intervención. En ese sentito, se crea el monstruo de la nada, se usan determinadas palabras como ‘régimen’, ‘oposición pácifica’, ‘represión’, ‘matanzas de civiles’; se crea un gigantesco show mediático donde realidad y ficción se funden y la muerte y el sufrimiento se convierten en un espectáculo. Y nada más; la opinión pública está lista para recibir el anuncio de la intervención armada contra ese “régimen criminal” que debe ser detenido. Eso sucedió ayer en Iraq y en Libia, hoy puede suceder en otros países calificados como “canallas”, como Siria e Irán, y mañana, quizás, podría suceder en un país como Cuba, ya que durante el último medio siglo, las potencias mundiales, y en primera línea los Estados Unidos, han financiado y apoyado verdaderos grupos terroristas que quieren derrocar el régimen político, económico y social vigente en la Isla; y para justificar eso han usado, y siguen usando, tópicos como ‘régimen castrista’, ‘oposición pácifica’ y ‘represión’.

Dado el apoyo a tales terroristas cubanos, al actual terrorismo sirio y a muchas otras organizaciones terroristas en todo el mundo, es evidente lo que ha sido afirmado al principio de ese texto: el tonto nunca aprende de sus proprios errores. Y quien sabe cual podría ser la consecuencia de todo eso, para Siria, para Irán, para Cuba....para un futuro nuevo 11 de septiembre.

Escrito por Vincenzo Basile (Capítulo Cubano)



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