sábado, 26 de mayo de 2012

Moscú fue la ciudad que Hitler no pudo conquistar

El 2 de octubre de 1941, el líder de la Alemania nazi, Adolf Hitler, dijo al intervenir ante las tropas de la Wehrmacht: "Durante los últimos tres meses y medio, logramos sentar premisas para derrotar al enemigo mediante una amplia ofensiva antes del invierno. Todos los preparativos se han concluido. Hoy se inicia la última batalla decisiva de este año...”
Entonces, los alemanes lanzaron la ofensiva contra Moscú, la denominada Operación Tifón.
Moscú, Ciudad Héroe
En 1945, Leningrado (hoy, San Petersburgo), Odessa y Sebastopol (Ucrania), Stalingrado (hoy, Volgogrado, a orillas del Volga) recibieron el título honorífico de Ciudades Héroe.
Moscú no fue incluida en esta lista hasta pasados 20 años, el 8 de mayo de1965, después de que tres mariscales soviéticos, Kónev, Sokolovski y Rokossovski, enviaran al Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) una solicitud de otorgar a Moscú el título de Ciudad Héroe.
"Esta solicitud fue necesaria para que la capital soviética recibiera el título”, dijo Natalia Kóneva, hija del Mariscal de la URSS, Iván Kónev y presidenta de la Fundación En Honor de los Adalides de la Victoria. “Se dejaron a un lado los títulos, especialmente en el período de posguerra. Se sabe que en septiembre y octubre de 1941, los alemanes estaban muy cerca de Moscú e incluso podían literalmente observar el Kremlin con prismáticos”, agregó.

© Documento proporcionado por N.Kóneva. Foto: S.Beznosov
El 12 de septiembre de 1941, Iván Kónev fue nombrado Comandante del Frente Occidental, que defendía la capital soviética durante la batalla de Moscú. Kónev consideraba que esta batalla era la más importante en su vida.
En julio de 1941, el cuerpo de ex líder soviético, Lenin, fue trasladado secretamente desde el mausoleo de la Plaza Roja a un lugar seguro en Tiumén, Siberia. En octubre, se cerró el metro y las estrellas del Kremlin fueron cubiertas con fundas de tela espesa. Moscú se preparaba para los ataques aéreos masivos de la aviación alemana. Comenzó la evacuación de la población.
El Comité de Defensa de la URSS tomó la decisión de evacuar urgentemente de Moscú a otras ciudades de la URSS a instituciones, academias militares, fábricas, embajadas etc.
En la capital de la URSS olía a papel quemado. Se echaban al fuego los documentos que era imposible evacuar de Moscú.

La evacuación masiva de Moscú
© Foto proporcionada por N.Kóneva
"El pánico empezó a cundir en Moscú. Mi padre solía hablar poco de esto porque le daba pena”, cuenta Natalia Kóneva. “El 17 de octubre de 1941, empezó la fuga masiva de la capital”, agrega.
En aquella época el moscovita Vladimir Litvakov tenía 17 años. Junto con sus amigos, Litvakov extinguía bombas incendiarias, cavaba trincheras e intentaba reclutarse en el Ejército.
Según Litvakov, su familia no iba a irse, mientras que la fuga masiva de los moscovitas del 17 de octubre fue provocada por los alemanes que varios días antes de esto habían lanzado octavillas sobre Moscú advirtiéndoles a los moscovitas que ese día las tropas de la Wehrmacht ocuparían la capital soviética.

© RIA Novosti/Avrora Artem Markin
“El 17 de octubre, estuve sentado en el techo de mi casa y vi los coches, los carros de caballos con los bártulos encima, personas con mochilas, paquetes y maletas precipitarse hacia la carretera Entuziastov, en dirección de la ciudad de Gorki, actual Nizhni Novgorod”, cuenta Litvakov.
Los rumores de que el propio líder soviético, Iósif Stalin, había abandonado Moscú aumentaban el pánico aún más. “Pero Stalin renunció a esta decisión en el último momento. Según se sabe, iba y venía por el andén dispuesto a irse, pero se quedó y esto fue muy importante para los que vivían en la capital y los que la defendían. Fue importante lo que Stalin estuviese en el Kremlin, trabajando”, dice Natalia Kóneva.
El 10 de octubre de 1941, Georgui Zhúkov fue nombrado Comandante del Frente Occidental
La noche del 4 a 5 de octubre de 1941, el Comité de Defensa de la URSS tomó la decisión de considerar la línea de defensa de Mozhaisk (una de las tres líneas de defensa de Moscú) como la más importante y concentrar allí las principales fuerzas del Ejército Rojo.
El 7 de octubre, el general Zhúkov viene de Leningrado a Moscú por la orden de Stalin y desde el aeropuerto se dirige a reunirse con el Comandante Supremo de la URSS.
El 10 de octubre, Georgui Zhúkov asume el mando del Frente Occidental e Iván Kónev es nombrado el primer Comandante adjunto. El Gran Cuartel General decide formar en las proximidades de la capital una línea de defensa adicional, el área de Moscú.
“Mi padre no podía dormir”, recuerda la hija del mariscal Zhúkov, Era Zhúkova: “Y aunque le dijo a Stalin que no cabía duda que defenderían Moscú, en realidad no podía estar tan seguro”, agrega.
Las autolesiones
Los Comandantes que defendían Moscú tenían muchas dudas. No en vano el estado mayor del 16º Ejército, que formaba parte del Frente Occidental, presentó al Gran Cuartel General el plan de defensa de la capital, que abarcaba dos variantes del desarrollo de acontecimientos.
La primera preveía reforzar la defensa y la segunda, replegar las tropas hacia una nueva línea de defensa. El Comandante del 16º Ejército que combatía en la zona de Volokolamsk (ciudad a unos 36 km al suroeste de Moscú) fue Konstantín Rokossovski.

© Foto proporcionada por Ariadna Rokossovskaya
“La primera parte del plan fue aprobada y la segunda no. Zhúkov escribió a su bisabuelo que él mismo prohibía cualquier retirada a las tropas bajo su mando”, cuenta la periodista Ariadna Rokossovskaya, biznieta del mariscal de la URSS, Konstantín Rokossovski.
Durante la batalla de Moscú, Rokossovski fue testigo de una forma especial de deserción que describió posteriormente en sus memorias. Pero la censura no permitió publicar estos recuerdos del mariscal por consideraciones ideológicas.
"Los soldados se pegaban un tiro en el brazo izquierdo, en un dedo o dos, para que les dieran de baja. Mi bisabuelo escribe que esto sucedía con frecuencia y al fin y al cabo se decidió juzgar a tales personas”, cuenta Ariadna Rokossovskaya.
Al inicio de la guerra, los soldados pudieron herir uno al otro por acuerdo mutuo. “Leo los fragmentos cuya publicación fue prohibida y entiendo que la URSS consiguió la victoria en la batalla de Moscú por mera casualidad”, dice Ariadna Rokossovskaya.
“Por ejemplo, mi bisabuelo periódicamente recibía a nuevos efectivos, armamento y material bélico. A mediados de octubre de 1941, llegaron soldados de caballería provenientes de Asia Central. Resultó que los caballos no iban herrados con herraduras adaptadas para el invierno. Los pobres animales se deslizaban y se fracturaban las piernas”, agrega.
Se cometieron muchos errores más o menos graves durante la batalla de Moscú. Los soldados soviéticos se retiraron, cayeron en cercos. Hubo confusión entre los altos cargos militares. En reiteradas ocasiones parecía que la catástrofe era inevitable y el frente está a punto de ceder.
“Pero se logró mantener la línea de defensa. Y Dígase lo que se diga de las dificultades y problemas que fueron inevitables durante los días de la defensa de Moscú, pero en primer lugar hay que recordar que el frente no cedió. Así lo decía mi padre. Moscú aguantó y los alemanes no la ocuparon”, dijo Natalia Kóneva, hija del mariscal de la URSS Iván Kónev.
"Nos decían constantemente que Moscú cayó"
Hitler planeaba entrar victorioso en la capital de la URSS el 7 de noviembre de 1941. Los altos mandos alemanes se preparaban para celebrar el desfile militar en la Plaza Roja. Para este evento se fabricaron grandes cantidades de cruces de oro y de plata y otras condecoraciones para los oficiales de la Wehrmacht.
El 7 de noviembre, sí que se celebró el desfile. Pero por la Plaza Roja desfilaron los soldados soviéticos en homenaje al 24º aniversario de la Revolución Bolchevique. Además, este evento mejoró el estado de ánimo de los que inmediatamente tras el desfile se dirigieron a la línea de frente, que estaba a una distancia de varios kilómetros del centro de la ciudad.
Los nazis nos decían “¡Moscú kaput!”, habitante de Golovkovo
Dos días antes del desfile los alemanes expulsaron a todos los habitantes de la aldea Golovkovo ocupada por ellos. “En este poblado ubicado en el distrito de Naro-Fominsk vivían unas 250 personas. En aquella época, María Kubrakova tenía 16 años.
Recuerda muy bien cómo les llevaron hasta la ciudad de Bórovsk (en la provincia de Kaluga) y encerraron en una iglesia. En esta iglesia vivieron durante casi tres meses, hasta que el Ejército Rojo liberó su aldea natal.
"Nos alimentamos muy mal. Era imposible llevar mucho consigo. Ni siquiera nos dieron el agua y salíamos a la calles al menos para tomar la nieve”, recuerda una habitante de la aldea Golovkovo, María Kubrakova. “Limpiábamos los caminos para los alemanes. La gente se debilitaba y muchos murieron”.
Pero, según Kubrakova, lo más grave en aquellos días fue la falta de información sobre los acontecimientos en el frente, sobre el Ejército Rojo y sobre Moscú.
"Nos decían constantemente que Moscú cayó. Posteriormente, cada 7 de noviembre, observé el desfile militar en la Plaza Roja”, dijo Kubrakova.
“Y siempre recordaba que en noviembre de 1941, no cesaron de afirmar que Moscú cayó, y no era verdad”, agregó.
Elena Kósova, RIA Novosti

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