El culpable era el mayordomo. La
investigación de la filtración de documentos confidenciales de la Santa
Sede, bautizada como Vatileaks, dio un giro propio de una novela negra
tras el arresto de Paolo Gabriele, mayordomo de Benedicto XVI.
"La persona fue detenida con documentos confidenciales", anunció el
viernes el portavoz del Papa, el padre Federico Lombardi.
El cargo oficial de Gabriele, según el anuario pontificio es "ayudante de cámara" del Papa y forma parte de la llamada "familia pontificia", es decir, el círculo más estrecho de colaboradores del pontífice.
El arresto ha sorprendido a los ambientes vaticanos y algunas fuentes dudan de que sea el autor de las filtraciones y lo consideran "un chivo expiatorio".
El cargo oficial de Gabriele, según el anuario pontificio es "ayudante de cámara" del Papa y forma parte de la llamada "familia pontificia", es decir, el círculo más estrecho de colaboradores del pontífice.
El arresto ha sorprendido a los ambientes vaticanos y algunas fuentes dudan de que sea el autor de las filtraciones y lo consideran "un chivo expiatorio".
En enero el escándalo de la filtración de documentos
confidenciales vaticanos divulgados por la prensa italiana sacudió las
entrañas del Vaticano. Esta misma semana se han publicado una serie de
cartas confidenciales dirigidas al papa Benedicto XVI sobre temas
delicados, como las intrigas del Vaticano o los escándalos sexuales.
Para el autor del libro 'Su santidad, las cartas secretas de Benedicto XVI', Gianluigi Nuzzi, autor del exitoso libro 'Vaticano SA' sobre las finanzas de la Santa Sede, "emergen los enfrentamientos secretos y las trampas a todo nivel" en los palacios apostólicos
Hace un mes Benedicto XVI creó una comisión formada por tres cardenales -Julián Herranz, Josef Tomko y Salvatore De Giorgi- para investigar la fuga reiterada de documentos internos, que ha sido comparada con la filtración de cables diplomáticos de Wikileaks.
Para el autor del libro 'Su santidad, las cartas secretas de Benedicto XVI', Gianluigi Nuzzi, autor del exitoso libro 'Vaticano SA' sobre las finanzas de la Santa Sede, "emergen los enfrentamientos secretos y las trampas a todo nivel" en los palacios apostólicos
Hace un mes Benedicto XVI creó una comisión formada por tres cardenales -Julián Herranz, Josef Tomko y Salvatore De Giorgi- para investigar la fuga reiterada de documentos internos, que ha sido comparada con la filtración de cables diplomáticos de Wikileaks.
Vaticano confirma oficialmente la detención del mayordomo del Papa
Paolo Gabriele fue uno de los pocos laicos con acceso al
apartamento privado de Benedicto XVI y fue designado mayordomo en el año
2006.
El Vaticano confirmó oficialmente el sábado la detención, y
la identidad, del mayordomo del papa Beneficto XVI, uno de los presuntos
autores de la filtración de documentos confidenciales, y confirmó que
sigue encarcelado.
"Confirmo que la persona detenida el
miércoles por posesión ilegal de documentos confidenciales, hallados en
su domicilio en territorio del Vaticano, es Paolo Gabriele, que sigue
encarcelado, indicó un comunicado el director de la sala de prensa del
Vaticano, padre Federico Lombardi.
Ya desde el viernes,
los medios italianos identificaron al mayordomo del Papa, autor de
filtraciones que pusieron en graves aprietos al Vaticano y a la
jerarquía católica.
Gabriele tiene "todas las garantías
jurídicas previstas en el código penal y de procedimiento en vigor en el
Estado y la Ciudad del Vaticano", prosigue el texto.
Gabriele
fue uno de los pocos laicos con acceso al apartamento privado de
Benedicto XVI y fue designado mayordomo en el año 2006, cuando reemplazó
a Angelo Gugel, quien estuvo durante años al servicio de Juan Pablo II.
En
enero pasado, documentos confidenciales divulgados por la prensa
italiana, --el escándalo bautizado como "Vatileaks"--, confirmaron las
luchas internas para el cumplimiento de las normas sobre la
transparencia.
Hace un mes, Benedicto XVI creó una
comisión formada por tres cardenales --Julián Herranz, Josef Tomko y
Salvatore De Giorgi-- para investigar la fuga repetida de documentos
internos.
La publicación esta semana de una serie de
cartas confidenciales dirigidas al papa Benedicto XVI sobre temas
delicados, como las intrigas del Vaticano o los escándalos sexuales del
cura mexicano Marcial Maciel, generó desconcierto y molestia en la Santa
Sede.
Agencia AFP
Ciudad del Vaticano • El Vaticano anunció hoy
el inicio de un proceso judicial contra Paolo Gabriele, el mayordomo del
Papa detenido en posesión de documentos confidenciales y sospechoso de
haber desencadenado la crisis denominada “vati-leaks”.
En una declaración oficial el portavoz de la Sede Apostólica, Federico Lombardi, oficializó la identidad del empleado pontificio como la persona arrestada la tarde del miércoles 23 de mayo en posesión ilícita de informes reservados.
Apenas ayer el mismo Lombardi había informado de un arresto sin indicar el nombre del detenido, aunque diversas fuentes del Vaticano apuntaban justamente a uno de los colaboradores más cercanos de Benedicto XVI, miembro de la llamada “familia pontificia”.
En su comunicado de este día el vocero precisó que está concluida la primera fase de “instrucción sumaria”, llevada a cabo bajo la dirección del promotor de justicia (fiscal), Nicola Picardi, y se inició la fase de “instrucción formal” conducida por el juez instructor Piero Antonio Bonnet.
“La fase de instrucción proseguirá hasta que no sea adquirido un cuadro adecuado de la situación objeto de investigación, después el juez instructor dictaminará la puesta en libertad o el envío a juicio”, agregó.
Comunicó además que el imputado ha nombrado a dos abogados de su confianza, habilitados a actuar ante el tribunal vaticano, y tuvo la posibilidad de encontrarlos.
“Ellos podrán asistirlo en las sucesivas fases del procedimiento. El goza de todas las garantías jurídicas previstas en los códigos penales en vigor en el Estado de la Ciudad del Vaticano”, estableció.
Lombardi aclaró que la habitación donde residía Gabriele, junto a su esposa y tres hijos, se encuentra dentro del territorio vaticano (y no fuera, como había trascendido ayer), por ello toda la investigación en curso es de estrecha competencia de los magistrados pontificios.
“En El Vaticano todos los conocen, ciertamente existe estupor y dolor, y gran afecto hacia su familia, que es muy amada. El deseo a la familia es que pueda superar esta prueba”, ponderó.
Mientras tanto, el mayordomo transcurrió su tercera noche en una cámara de seguridad del cuartel de la Gendarmería Vaticana.
Aunque aún no se comprueba, todo indica que Gabriele habría fotocopiado cientos de páginas de documentos reservados en el apartamento del Papa y las habría filtrado a diversos periodistas italianos.
La crisis se desató en enero pasado cuando la prensa italiana publicó una serie de cartas en las cuales se denunció tráfico de influencias, abuso de poder y actos de corrupción en diversas licitaciones para trabajos en el “Estado más pequeño del mundo”.
En los siguientes meses se sucedieron una serie de filtraciones sobre los temas más candentes del actual pontificado, provocando –de hecho- un escándalo bautizado por el mismo vocero Lombardi como el “vati-leaks”.
El capítulo más reciente de esta historia se escribió el sábado pasado con la salida al mercado del libro “Su Santidad. Las cartas secretas de Benedicto XVI”, del periodista italiano Gianluigi Nuzzi, el cual dio a conocer numerosos reportes confidenciales.
Simultáneamente El Vaticano anunció el establecimiento de una comisión interna para investigar la fuga de noticias compuesta por los cardenales Julián Herranz, miembro de la prelatura apostólica Opus Dei, Joseph Tomko y Salvatore De Gregori.
El análisis de la documentación filtrada llevó a los purpurados y a la Gendarmería Vaticana a enfocar sus sospechas en el círculo más íntimo del obispo de Roma, porque muchos de los escritos que salieron a la luz nunca se movieron del apartamento pontificio.
Por eso fueron interrogadas las personas más cercanas a Benedicto XVI, las que se ocupan de su servicio cotidiano.
Paolo Gabriele habría caído en algunas contradicciones y sus respuestas despertaron perplejidad. Por eso se llevó a cabo una inspección en su casa.
Federico Lombardi adelantó que “no se puede pensar en tiempos breves para la investigación” a la cual se someterá al mayordomo, y previó que si es necesario cumplir otros actos, se cumplirán.
Los jueces vaticanos deberán decidir, entre otras cosas, si solicitan a Italia enjuiciarlo y hacerle cumplir condena en ese país, donde la violación epistolar es un delito según la Constitución que puede alcanzar penas de hasta 30 años de prisión.
Tomado de Milenio
En una declaración oficial el portavoz de la Sede Apostólica, Federico Lombardi, oficializó la identidad del empleado pontificio como la persona arrestada la tarde del miércoles 23 de mayo en posesión ilícita de informes reservados.
Apenas ayer el mismo Lombardi había informado de un arresto sin indicar el nombre del detenido, aunque diversas fuentes del Vaticano apuntaban justamente a uno de los colaboradores más cercanos de Benedicto XVI, miembro de la llamada “familia pontificia”.
En su comunicado de este día el vocero precisó que está concluida la primera fase de “instrucción sumaria”, llevada a cabo bajo la dirección del promotor de justicia (fiscal), Nicola Picardi, y se inició la fase de “instrucción formal” conducida por el juez instructor Piero Antonio Bonnet.
“La fase de instrucción proseguirá hasta que no sea adquirido un cuadro adecuado de la situación objeto de investigación, después el juez instructor dictaminará la puesta en libertad o el envío a juicio”, agregó.
Comunicó además que el imputado ha nombrado a dos abogados de su confianza, habilitados a actuar ante el tribunal vaticano, y tuvo la posibilidad de encontrarlos.
“Ellos podrán asistirlo en las sucesivas fases del procedimiento. El goza de todas las garantías jurídicas previstas en los códigos penales en vigor en el Estado de la Ciudad del Vaticano”, estableció.
Lombardi aclaró que la habitación donde residía Gabriele, junto a su esposa y tres hijos, se encuentra dentro del territorio vaticano (y no fuera, como había trascendido ayer), por ello toda la investigación en curso es de estrecha competencia de los magistrados pontificios.
“En El Vaticano todos los conocen, ciertamente existe estupor y dolor, y gran afecto hacia su familia, que es muy amada. El deseo a la familia es que pueda superar esta prueba”, ponderó.
Mientras tanto, el mayordomo transcurrió su tercera noche en una cámara de seguridad del cuartel de la Gendarmería Vaticana.
Aunque aún no se comprueba, todo indica que Gabriele habría fotocopiado cientos de páginas de documentos reservados en el apartamento del Papa y las habría filtrado a diversos periodistas italianos.
La crisis se desató en enero pasado cuando la prensa italiana publicó una serie de cartas en las cuales se denunció tráfico de influencias, abuso de poder y actos de corrupción en diversas licitaciones para trabajos en el “Estado más pequeño del mundo”.
En los siguientes meses se sucedieron una serie de filtraciones sobre los temas más candentes del actual pontificado, provocando –de hecho- un escándalo bautizado por el mismo vocero Lombardi como el “vati-leaks”.
El capítulo más reciente de esta historia se escribió el sábado pasado con la salida al mercado del libro “Su Santidad. Las cartas secretas de Benedicto XVI”, del periodista italiano Gianluigi Nuzzi, el cual dio a conocer numerosos reportes confidenciales.
Simultáneamente El Vaticano anunció el establecimiento de una comisión interna para investigar la fuga de noticias compuesta por los cardenales Julián Herranz, miembro de la prelatura apostólica Opus Dei, Joseph Tomko y Salvatore De Gregori.
El análisis de la documentación filtrada llevó a los purpurados y a la Gendarmería Vaticana a enfocar sus sospechas en el círculo más íntimo del obispo de Roma, porque muchos de los escritos que salieron a la luz nunca se movieron del apartamento pontificio.
Por eso fueron interrogadas las personas más cercanas a Benedicto XVI, las que se ocupan de su servicio cotidiano.
Paolo Gabriele habría caído en algunas contradicciones y sus respuestas despertaron perplejidad. Por eso se llevó a cabo una inspección en su casa.
Federico Lombardi adelantó que “no se puede pensar en tiempos breves para la investigación” a la cual se someterá al mayordomo, y previó que si es necesario cumplir otros actos, se cumplirán.
Los jueces vaticanos deberán decidir, entre otras cosas, si solicitan a Italia enjuiciarlo y hacerle cumplir condena en ese país, donde la violación epistolar es un delito según la Constitución que puede alcanzar penas de hasta 30 años de prisión.
Tomado de Milenio
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