APORREA.ORG – Las organizaciones opositoras venezolanas con
sede en Florida que impulsaron la agresiva campaña de desprestigio en
contra de los diplomáticos venezolanos, culminando con la expulsión de
la Cónsul General en Miami y el cierre del consulado en esa ciudad;
tendrían poderosos motivos económicos para propiciar el cierre de otros
consulados en los EEUU.
Las organizaciones Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio
(Veppex), Venezuela Awareness Foundation (Vaf), Unión de Organizaciones
de América (Unoamérica) y Organización de Venezolanos en el Exilio
(Orvex), buscarían como objetivo final propiciar la ruptura de
relaciones diplomáticas, algo que es apoyado por el grupo de
congresistas ultra-conservador de origen cubano. En un comunicado
conjunto, dichas organizaciones manifestaron su rotundo respaldo y
satisfacción por la expulsión de la Cónsul, a la vez que pidieron que
acciones similares fueran repetidas en los demás consulados que
Venezuela tiene en los EEUU.
Esta circunstancia estaría abriendo agrias divisiones en la oposición
venezolana en EEUU ante el riesgo que esto implica de que sean cerrados
otros consulados. El sector supeditado a la derecha cubana estaría
compuesto en su mayoría por prófugos de la justicia venezolana, como
José Colina, ex militar, quien estuvo directamente implicado en los
atentados con bombas a las sedes diplomáticas de España y Colombia en
Caracas en el 2003 y quien es el principal directivo de Veppex. Las
otras organizaciones (Vaf, Orvex y Unoamaerica) cuentan entre sus
cuadros dirigentes a varios ex-militares y civiles implicados en el
golpe de estado del 11 de abril del 2002 y otros hechos de violencia.
Su relación con los círculos conservadores cubanos les ha permitido
-a pesar de su prontuario criminal- obtener asilo político y por ser
prófugos de la justicia venezolana no podrían regresar a territorio
nacional legalmente, razón por la cual el cierre de los consulados no
les afectaría en lo mas mínimo. No así la inmensa mayoría de la
comunidad venezolana que no tiene asilo, y a diferencia de los cubanos,
no obtienen la ciudadanía estadounidense automática, por lo que
necesitan de los servicios consulares por múltiples razones, como
obtener pasaportes, realizar tramites de divisas, registrarse ante el
CNE y votar.
Llama la atención que a pesar de las obvias diferencias entre ambas
comunidades, estas organizaciones opositoras hallan abrazado por entero
la agenda política de la vieja guardia del exilio cubano, aun a expensas
de las consecuencias para el resto de la comunidad venezolana; sin
embargo, la explicación parece ser muy simple. Estos grupos han
entrado en el lucrativo negocio de la “asesoría” para presentar
solicitudes de asilo político, para lo cual cobran hasta 3.175,00 US$
por solicitud, según informa sin pudor alguno la página de
Orvex, donde ofrecen facilidades de pago y otras comodidades a los
incautos solicitantes. Dinero que no es devuelto si la solicitud es
negada, como pasa muy frecuentemente.
Un cierre abrupto de las sedes consulares y una ruptura de relaciones
podría traducirse en un aumento inusitado de solicitudes de asilo ante
la desesperación de venezolanos que por razones económicas o migratorias
no puedan viajar a territorio nacional para renovar sus documentos de
identidad, especialmente el pasaporte. Esta situación abriría una
oportunidad económica sin precedentes a estas organizaciones. Solo
10.000 solicitudes de asilo político significarían la nada despreciable
cifra de 31 millones 750 mil US $ en “asesorías”.
Todos estos factores han contribuido al enrarecido clima en el bando
opositor, donde en privado unos se culpan a otros por propiciar el
cierre del consulado, beneficiarse del mismo y generar múltiples
inconvenientes al resto de la comunidad. Uno de los sectores mas
perjudicado ha sido el de los nuevos votantes, que se han visto
impedidos de registrarse. Los estudiantes, jubilados y pensionados
también han visto sus trámites afectados al tener que dirigirse a otros
consulados. Mas aun, sin la logística de los consulados es prácticamente
imposible organizar los comicios electorales de octubre, de manera que
la celebración de las elecciones en Florida pende de un hilo. Ante todo
esto la industria del “asilo” sigue creciendo y engordando los bolsillos
de unos cuantos gestores de oficio.
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