Señor Presidente.
Sé que sus asesores no le entregan cartas
como esta, ojalá les parezca interesante, que un adolescente cubano
escriba al presidente de Estados Unidos con intenciones puramente
humanas.
Mis padres me enseñaron a respetar a todos, pero de
forma especial a los mayores y a las personas, que como usted, tienen
autoridad y cultura. Por ellos y mis maestros conozco la historia de
mi patria y la de otros países, entre ellos la de Estados Unidos de
América. Tenemos raíces muy parecidas en los ancestros aborígenes,
europeos y africanos y en nuestra lucha tenaz y originaria por la
independencia. Encuentro puntos comunes entre el pensamiento de
Linconls y de Martí, seguro recuerda que nuestro Apóstol, que
organizó la guerra emancipadora y escribió una parte importante de su
obra desde allá, conoció muy bien a Norteamérica.
Usted que
aprecia el buen arte y está informado, debe saber que Alicia Alonso,
ha sido aclamada con su ballet en escenarios estadounidenses, que
Chucho Valdés y Omara Portuondo, y Eliades Ochoa ganaron Grammis, que
la película “Fresa y Chocolate” estuvo nominada al Oscar, y que más
recientemente el grupo de niños “La Colmenita” hizo
bailar a los diplomáticos en la ONU. Que aquí aplaudimos la
excelente música y nos deleitamos con el cine que se hace en su
tierra. Qué bueno sería que en otras esferas del arte pudiéramos
intercambiar.
Soy apasionado del deporte, mi papá me enseñó a
jugar béisbol y, como él, sigo al equipo “LOS TIGRES” de mi provincia
Ciego de Ávila, pero también a Industriales el de la capital, respeto a
los peloteros norteamericanos que cuando juegan con los nuestros lo
ponen todo. Sus deportistas son sin dudas de los mejores del mundo,
especialmente los basquetbolistas. ¿Qué piensa usted de los atletas
cubanos?
Me gusta pintar, igual que a papi y mi mamá me enseña a
escribir poesía; a los tres nos interesa la literatura, disfruto
tanto a “Tom Soller” de Mark Twain, como “La Edad de Oro” de Martí, me
gustaría leer El Color Púrpura de Alice Wolker en inglés, gracias a mi
escuela y mi familia ya conozco bastante ese idioma. ¿Sabe que todos
los años tenemos una Feria Internacional del Libro?
Cuánto
podríamos hacer juntos por la naturaleza de nuestros dos países,
expuestos a desastres como los huracanes. Me gustan las mascotas, pero
prefiero a los animales en su medio natural. Si viera nuestros
documentales sobre la flora y la fauna los disfrutaría, aunque admito
que los de sus científicos son geniales. ¿Conoce de nuestros éxitos en
la medicina y la biotecnología? ¿Y qué estudiantes norteamericanos se
forman como doctores en la ELAM? En otras circunstancias serían motivos
de orgullo común.
Mi madre, una bella mujer sensible y culta y
mi padre valiente, justo y de gran sentido del humor, se quieren
desde que se vieron por primera vez. A todos admira cuánto han luchado
por estar unidos y ese amor me lo han transmitido.
Además de
pedirle a nombre de los adolescentes en Cuba que comprenda que el amor
entre los seres humanos es infinito y que la injusticia debe tener fin,
quisiera un día por conocerlo Señor Presidente, pero sé que no va a
ser pronto; hay personas que lo impiden, y no son precisamente los
Funcionarios de Aduana o el personal de su seguridad, es que…
lamentablemente no he podido nacer. Entre esas personas está usted, que
con solo buscar en lo más sensible de su corazón encontraría la
posibilidad de que esos dos seres maravillosos, separados por más de
catorce años de encierro de mi padre, se encuentren por fin. De ese
contacto de amor infinito seguro yo naceré.
Con todo el respeto, le saluda.
Gerardo Adrián.
PD: Localice un escrito de mi papá Gerardo Hernández Nordelo que se titula “A mis hijos que están por nacer”, si
lo lee hasta el final verá qué tipo de valores defiende, sentirá un
nudo en la garganta y unos deseos inmensos de abrazar a sus hijas.
Tomado de http://ivanpaznogueira.blogia.com
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