La actriz checa, Ludmila Babková, más conocida por su nombre artístico
Lida Baarová, se acabaría convirtiendo en la amante de Goebbels, un
hecho poco conocido debido a la discreción con la que fue tratado el
caso.
La ascendente carrera de la joven le llevó a firmar con la UFA en otoño de 1934, para protagonizar un film junto a Gustav Fröhlich, el actor de moda en Alemania; la película, "Barcarole" no tardó en convertirse en una de las más taquilleras.
En sus primeros años en Alemania mantuvo una relación con su compañero Gustav Frolich, el cual se negó en rotundo a abandonar a su esposa, manteniendo de este modo una doble vida junto a su amante y compañera Lida. La relación con Fröhlich unida a su belleza y elegancia le abrirían las puertas de la cúpula nazi. En el estreno de la película ya citada conoce a Hitler, el cual queda tan prendado de ella que tres días más tarde la invita a visitarle a la Cancillería para tomar el té. Según la propia Baarová, Hitler le dice que su dulce aspecto le hace recordar a una hermosa chica, avocada a la tragedia, que pasó por su vida (probablemente se trata de Geli Raubal, la sobrina de Hitler). Aunque Hitler la invitó en otras ocasiones no consta que se insinuara ni que se encaprichara de la joven actriz, eso sí, le ofreció la nacionalidad alemana, algo que Lida rechazó, al no querer perder su nacionalidad checa, de la cual se sentía muy orgullosa.
Goebbels no había podido evitar fijarse en la inocencia y belleza de la joven Baarová. Habían sido presentados a finales de Mayo de 1936, en un plató de la UFA durante el rodaje de "Stunde der Versuchung". Desde ese momento la cortejó con flores y otros presentes hasta conseguir una cita. Esta llegó en 1936 durante las Olimpiadas de Berlín en el suburbio de Schwanenwerder, situado en las proximidades del lago Wannsee, en donde Goebbels poseía un chalet, curiosamente situado a solo tres puertas de la casa que Fröhlich y Baarová empleaban para sus encuentros furtivos. En esta primera cita Lida Baarová lo describe en las siguientes líneas:
"Su voz parecía entrar directamente en mí". "Sentía una luz que zumbaba en mi espalda, era como si sus palabras intentaran frotar ligeramente mi cuerpo."
Se produjeron otras reuniones en el yate "Baldur" de Goebbels, e incluso en cierta ocasión la invitó a que le oyera en el congreso de Nuremberg, prometiéndole que tocaría su cara con un pañuelo blanco durante el discurso como muestra de su amor.
En palabras de Lida: "Goebbels era un maestro de la caza, a la que nada ni nadie podría escapar," Durante meses Goebbels la persiguió implacablemente, invitándola a pasear en su limusina conducida por su chofer y a visitar el lago Lanke situado a las afueras de Berlín.
En 1937, de la mano del actor estadounidense Robert Taylor le llega la mayor oportunidad de su vida: un contrato para la MGM de siete años de duración en Hollywood. Pero Lida se encontraba enamorada de una forma platónica de Goebbels, el cual, por otro lado, jamás hubiera permitido que abandonara la UFA para hacer cine en los Estados Unidos, por lo que acabó rechazando la multimillonaria oferta, alegando que no quería separarse de sus padres.
Finalmente, el Ministro de Propaganda, una vez desplegada toda su galantería, decidió besarla y tras esto le dijo: "Nunca tendré en mi vida un amor por una mujer como el que siento por ti" con lo que la joven actriz acabó rindiéndose a los pies del seductor Goebbels. Tras esto acordaron que seguirían viéndose a escondidas de su esposa y de Fröhlich.
Baarová, en esos encuentros posteriores, recordaba a un Goebbels con grandes oscilaciones de humor. En ocasiones él la divertía contándole anécdotas de Hitler e incluso llegó a expresar dudas sobre la ideología nazi.
Los rumores de esta relación llegaron a Magda, la cual decidió hacer oídos sordos, acostumbrada sin duda a los escarceos de su esposo. También llegaron los mismos rumores a Fröhlich, a pesar de los intentos de Baarová por mantener su relación en secreto. Este a diferencia de la esposa del Ministro de Propaganda decidió no quedarse de brazos cruzados. Fröhlich les siguió, sorprendiéndoles a la entrada del chalet que Goebbels tenía alquilado para sus encuentros amorosos. Otra versión apunta a que Fröhlich encontró a la pareja en un coche, lo que desató la ira del actor, el cual le propinó un puñetazo al Reichsminister. Sea como fuere la relación entre Fröhlich y Lida, se rompió en aquel mismo momento, no trascendió nada al ser Fröhlich un hombre casado de buena reputación. Sin embargo, este hecho no fue perdonado por Goebbels, el cual se vengaría con el tiempo al quitarle su exención del servicio militar en su calidad de actor, siendo enviado al frente.
En el otoño de 1938, sonó el teléfono de Baarová; era Goebbels, se encontraba muy excitado ya que acababa de confesarle a su esposa la aventura que mantenían. Le había propuesto que aceptara la situación y Magda había claudicado.
Magda la telefoneó a Lida más adelante, para mantener una breve conversación en la que le dijo: "Soy la madre de sus hijos, yo estoy solamente interesada en lo que ocurre en esta casa en la que él vive, todo lo que suceda fuera de ella no tiene nada que ver conmigo". La esposa del Ministro de Propaganda solo le pidió una cosa: "debes prometerme una cosa: no debes tener un hijo suyo." La situación de tensa calma se postergó durante meses en los que Goebbels aparecía con regalos procedentes de la misma joyería para ambas mujeres.
Magda no podía soportar la situación, sufría viendo cómo su esposo no sólo tenía relaciones con otra mujer más joven, algo que había tolerado otras veces siempre y cuando se impusiera la discreción en esos affairs, sino que estaba locamente enamorado de Lida Baarová. Magda Goebbels le pidió a su esposo que abandonara a su amante, negándose éste en repetidas ocasiones. La situación terminó por explotar cuando Magda supo que Goebbels le había regalado a Lida una hermosa pulsera de oro. La esposa del genio de la propaganda decidió entonces acudir a Hitler, exponiéndole toda la situación. Éste la recibió en el pabellón Kehlstein. Hitler se mostró comprensivo, rehusando en todo momento a su propuesta de divorcio, hasta convencerla de que por el bien del partido y de sus propios hijos debía mantenerse junto a Goebbels. Mandó llamar a su ministro, dos días después del encuentro con Magda, para reprocharle tal actitud, reuniéndose al efecto en el pabellón Kehlstein. Para sorpresa del Führer, Goebbels se mostró decidido a renunciar a su carrera en el partido nazi, ofreciéndole sus servicios como cónsul en Tokio a donde estaba dispuesto a viajar, por supuesto, en compañía de su joven amante. Hitler rechazó tan absurda idea, a lo que Goebbels respondió con la presentación de la demanda de divorcio de Magda. Esa misma noche le dijo al Führer. "Mi esposa es un diablo". Hitler no sopesó para nada el asunto, se mostraba tajante ante la idea de que el matrimonio de los Goebbels, que encarnaban el prototipo de familia nazi, se rompiera.
A la mañana siguiente de estos hechos sonó el teléfono de Lida; era Goebbels, llorando de forma desconsolada. Hitler había rechazado su petición de divorcio de forma definitiva y le había prohibido verla. Goebbels le dijo: "Te amo, Liduschka, no puedo vivir sin ti."
Lída Baarová, desde aquel momento, se vio bajo la estricta vigilancia de la Gestapo. Fue llamada a una comisaría de policía, donde fue intimidada, prohibiéndosele trabajar en los estudios cinematográficos de Alemania y participar en cualquier acto social. Baarová trató de hacer su vida normal y asistió, desafiando las prohibiciones de la Gestapo, al estreno de su película, "Der Spieler", el 3 de noviembre de 1939, en el cine Gloria Place, donde fue insultada por la multitud que la llamó "***", se produjeron protestas durante dos días hasta que finalmente la película fue prohibida dos días después de la fecha de su estreno. Lida Baarová tenía prohibido abandonar el país al considerarse un elemento peligroso, por la relación mantenida con Goebbels, no obstante decidió hacerlo de forma clandestina tras la prohibición del estreno de su último film alemán, "Cuentos prusianos de amor". En marzo de 1940 Baarová abandonaba Berlín para regresar a Praga. Allí, gracias al productor, Miloù Havel, rodó sus mejores películas checas, entre ellas "La muchacha en azul", por la cual recibió en 1940 el Premio Nacional; durante ese mismo año participó también en la representación de varias obras teatrales.
Sin embargo, no se le concedió el papel principal en la famosa película checa "La mariposa nocturna", puesto que en 1941, en plena ocupación alemana, le fue prohibido trabajar también en Praga. Baarová viajó entonces a Italia para continuar con su carrera de actriz. Rodando en 1943 "Grazia" de la mano del director Esodo Pratelli, ese mismo año se estrena también "Ti conosco, mascherina!" comedia dirigida por Eduardo De Filippo. Ella vio a Goebbels por última vez en el festival de Venecia de 1942. Según las memorias de Baarová él no le prestó la más mínima atención. Lida estaba convencida de que le había reconocido, sin embargo Goebbels no movió un músculo al verla, haciendo gala de un autocontrol escalofriante.
Sin embargo, este desplante no indica que Joseph Goebbels pudiera olvidarla, el Ministro de Propaganda siguió enamorado de la hermosa Baarová hasta el fin de sus días. Con la proximidad de los rusos, los Goebbels deciden trasladarse, abandonando su residencia de Schwanenwerder. Mientras Magda organiza el inventario y el transporte de los objetos mas preciados, Goebbels, ayudado por un colega del partido, elimina su correspondencia y ciertos efectos personales, entre los que aparece una foto dedicada por Lida Baarová, fechada en 1938, la cual había permanecido oculta en el interior de uno de los cajones de su escritorio de trabajo. Antes de arrojarla al fuego manifiesta lo siguiente: "aquí tiene a una mujer de belleza perfecta" [1]
Poco antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, Baarová trató de esconderse en Alemania, temerosa ante eventuales consecuencias judiciales por su participación en películas alemanas. En 1945 Baarová fue arrestada por los estadounidenses y encarcelada durante un breve periodo de tiempo en el que fue investigada por su colaboración en películas realizadas durante el régimen nacionalsocialista.
Autor: Juan José Fernández Riego
[1] Anthony Beevor. El misterio de Olga Chejova, editorial Crítica, pag 234.
La ascendente carrera de la joven le llevó a firmar con la UFA en otoño de 1934, para protagonizar un film junto a Gustav Fröhlich, el actor de moda en Alemania; la película, "Barcarole" no tardó en convertirse en una de las más taquilleras.
En sus primeros años en Alemania mantuvo una relación con su compañero Gustav Frolich, el cual se negó en rotundo a abandonar a su esposa, manteniendo de este modo una doble vida junto a su amante y compañera Lida. La relación con Fröhlich unida a su belleza y elegancia le abrirían las puertas de la cúpula nazi. En el estreno de la película ya citada conoce a Hitler, el cual queda tan prendado de ella que tres días más tarde la invita a visitarle a la Cancillería para tomar el té. Según la propia Baarová, Hitler le dice que su dulce aspecto le hace recordar a una hermosa chica, avocada a la tragedia, que pasó por su vida (probablemente se trata de Geli Raubal, la sobrina de Hitler). Aunque Hitler la invitó en otras ocasiones no consta que se insinuara ni que se encaprichara de la joven actriz, eso sí, le ofreció la nacionalidad alemana, algo que Lida rechazó, al no querer perder su nacionalidad checa, de la cual se sentía muy orgullosa.
Goebbels no había podido evitar fijarse en la inocencia y belleza de la joven Baarová. Habían sido presentados a finales de Mayo de 1936, en un plató de la UFA durante el rodaje de "Stunde der Versuchung". Desde ese momento la cortejó con flores y otros presentes hasta conseguir una cita. Esta llegó en 1936 durante las Olimpiadas de Berlín en el suburbio de Schwanenwerder, situado en las proximidades del lago Wannsee, en donde Goebbels poseía un chalet, curiosamente situado a solo tres puertas de la casa que Fröhlich y Baarová empleaban para sus encuentros furtivos. En esta primera cita Lida Baarová lo describe en las siguientes líneas:
"Su voz parecía entrar directamente en mí". "Sentía una luz que zumbaba en mi espalda, era como si sus palabras intentaran frotar ligeramente mi cuerpo."
Se produjeron otras reuniones en el yate "Baldur" de Goebbels, e incluso en cierta ocasión la invitó a que le oyera en el congreso de Nuremberg, prometiéndole que tocaría su cara con un pañuelo blanco durante el discurso como muestra de su amor.
En palabras de Lida: "Goebbels era un maestro de la caza, a la que nada ni nadie podría escapar," Durante meses Goebbels la persiguió implacablemente, invitándola a pasear en su limusina conducida por su chofer y a visitar el lago Lanke situado a las afueras de Berlín.
En 1937, de la mano del actor estadounidense Robert Taylor le llega la mayor oportunidad de su vida: un contrato para la MGM de siete años de duración en Hollywood. Pero Lida se encontraba enamorada de una forma platónica de Goebbels, el cual, por otro lado, jamás hubiera permitido que abandonara la UFA para hacer cine en los Estados Unidos, por lo que acabó rechazando la multimillonaria oferta, alegando que no quería separarse de sus padres.
Finalmente, el Ministro de Propaganda, una vez desplegada toda su galantería, decidió besarla y tras esto le dijo: "Nunca tendré en mi vida un amor por una mujer como el que siento por ti" con lo que la joven actriz acabó rindiéndose a los pies del seductor Goebbels. Tras esto acordaron que seguirían viéndose a escondidas de su esposa y de Fröhlich.
Baarová, en esos encuentros posteriores, recordaba a un Goebbels con grandes oscilaciones de humor. En ocasiones él la divertía contándole anécdotas de Hitler e incluso llegó a expresar dudas sobre la ideología nazi.
Los rumores de esta relación llegaron a Magda, la cual decidió hacer oídos sordos, acostumbrada sin duda a los escarceos de su esposo. También llegaron los mismos rumores a Fröhlich, a pesar de los intentos de Baarová por mantener su relación en secreto. Este a diferencia de la esposa del Ministro de Propaganda decidió no quedarse de brazos cruzados. Fröhlich les siguió, sorprendiéndoles a la entrada del chalet que Goebbels tenía alquilado para sus encuentros amorosos. Otra versión apunta a que Fröhlich encontró a la pareja en un coche, lo que desató la ira del actor, el cual le propinó un puñetazo al Reichsminister. Sea como fuere la relación entre Fröhlich y Lida, se rompió en aquel mismo momento, no trascendió nada al ser Fröhlich un hombre casado de buena reputación. Sin embargo, este hecho no fue perdonado por Goebbels, el cual se vengaría con el tiempo al quitarle su exención del servicio militar en su calidad de actor, siendo enviado al frente.
En el otoño de 1938, sonó el teléfono de Baarová; era Goebbels, se encontraba muy excitado ya que acababa de confesarle a su esposa la aventura que mantenían. Le había propuesto que aceptara la situación y Magda había claudicado.
Magda la telefoneó a Lida más adelante, para mantener una breve conversación en la que le dijo: "Soy la madre de sus hijos, yo estoy solamente interesada en lo que ocurre en esta casa en la que él vive, todo lo que suceda fuera de ella no tiene nada que ver conmigo". La esposa del Ministro de Propaganda solo le pidió una cosa: "debes prometerme una cosa: no debes tener un hijo suyo." La situación de tensa calma se postergó durante meses en los que Goebbels aparecía con regalos procedentes de la misma joyería para ambas mujeres.
Magda no podía soportar la situación, sufría viendo cómo su esposo no sólo tenía relaciones con otra mujer más joven, algo que había tolerado otras veces siempre y cuando se impusiera la discreción en esos affairs, sino que estaba locamente enamorado de Lida Baarová. Magda Goebbels le pidió a su esposo que abandonara a su amante, negándose éste en repetidas ocasiones. La situación terminó por explotar cuando Magda supo que Goebbels le había regalado a Lida una hermosa pulsera de oro. La esposa del genio de la propaganda decidió entonces acudir a Hitler, exponiéndole toda la situación. Éste la recibió en el pabellón Kehlstein. Hitler se mostró comprensivo, rehusando en todo momento a su propuesta de divorcio, hasta convencerla de que por el bien del partido y de sus propios hijos debía mantenerse junto a Goebbels. Mandó llamar a su ministro, dos días después del encuentro con Magda, para reprocharle tal actitud, reuniéndose al efecto en el pabellón Kehlstein. Para sorpresa del Führer, Goebbels se mostró decidido a renunciar a su carrera en el partido nazi, ofreciéndole sus servicios como cónsul en Tokio a donde estaba dispuesto a viajar, por supuesto, en compañía de su joven amante. Hitler rechazó tan absurda idea, a lo que Goebbels respondió con la presentación de la demanda de divorcio de Magda. Esa misma noche le dijo al Führer. "Mi esposa es un diablo". Hitler no sopesó para nada el asunto, se mostraba tajante ante la idea de que el matrimonio de los Goebbels, que encarnaban el prototipo de familia nazi, se rompiera.
A la mañana siguiente de estos hechos sonó el teléfono de Lida; era Goebbels, llorando de forma desconsolada. Hitler había rechazado su petición de divorcio de forma definitiva y le había prohibido verla. Goebbels le dijo: "Te amo, Liduschka, no puedo vivir sin ti."
Lída Baarová, desde aquel momento, se vio bajo la estricta vigilancia de la Gestapo. Fue llamada a una comisaría de policía, donde fue intimidada, prohibiéndosele trabajar en los estudios cinematográficos de Alemania y participar en cualquier acto social. Baarová trató de hacer su vida normal y asistió, desafiando las prohibiciones de la Gestapo, al estreno de su película, "Der Spieler", el 3 de noviembre de 1939, en el cine Gloria Place, donde fue insultada por la multitud que la llamó "***", se produjeron protestas durante dos días hasta que finalmente la película fue prohibida dos días después de la fecha de su estreno. Lida Baarová tenía prohibido abandonar el país al considerarse un elemento peligroso, por la relación mantenida con Goebbels, no obstante decidió hacerlo de forma clandestina tras la prohibición del estreno de su último film alemán, "Cuentos prusianos de amor". En marzo de 1940 Baarová abandonaba Berlín para regresar a Praga. Allí, gracias al productor, Miloù Havel, rodó sus mejores películas checas, entre ellas "La muchacha en azul", por la cual recibió en 1940 el Premio Nacional; durante ese mismo año participó también en la representación de varias obras teatrales.
Sin embargo, no se le concedió el papel principal en la famosa película checa "La mariposa nocturna", puesto que en 1941, en plena ocupación alemana, le fue prohibido trabajar también en Praga. Baarová viajó entonces a Italia para continuar con su carrera de actriz. Rodando en 1943 "Grazia" de la mano del director Esodo Pratelli, ese mismo año se estrena también "Ti conosco, mascherina!" comedia dirigida por Eduardo De Filippo. Ella vio a Goebbels por última vez en el festival de Venecia de 1942. Según las memorias de Baarová él no le prestó la más mínima atención. Lida estaba convencida de que le había reconocido, sin embargo Goebbels no movió un músculo al verla, haciendo gala de un autocontrol escalofriante.
Sin embargo, este desplante no indica que Joseph Goebbels pudiera olvidarla, el Ministro de Propaganda siguió enamorado de la hermosa Baarová hasta el fin de sus días. Con la proximidad de los rusos, los Goebbels deciden trasladarse, abandonando su residencia de Schwanenwerder. Mientras Magda organiza el inventario y el transporte de los objetos mas preciados, Goebbels, ayudado por un colega del partido, elimina su correspondencia y ciertos efectos personales, entre los que aparece una foto dedicada por Lida Baarová, fechada en 1938, la cual había permanecido oculta en el interior de uno de los cajones de su escritorio de trabajo. Antes de arrojarla al fuego manifiesta lo siguiente: "aquí tiene a una mujer de belleza perfecta" [1]
Poco antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, Baarová trató de esconderse en Alemania, temerosa ante eventuales consecuencias judiciales por su participación en películas alemanas. En 1945 Baarová fue arrestada por los estadounidenses y encarcelada durante un breve periodo de tiempo en el que fue investigada por su colaboración en películas realizadas durante el régimen nacionalsocialista.
Autor: Juan José Fernández Riego
[1] Anthony Beevor. El misterio de Olga Chejova, editorial Crítica, pag 234.
Existe una breve entrevista sobre este caso, en el documental de la ZDF Hitlers Helfer, realizada a Baarová, en la que ella comentó:
"En realidad me enamoré de su amor. Me quería tanto, que me enamoré. Por desgracia él se lo dijo a su mujer. Y al día siguiente fue a contárselo todo a Hitler, pero no como en realidad era, sino de otro modo distinto. Le dijo que yo me había colado en su honor y mintió. Hitler hizo venir a Goebbels y le hizo dar su palabra de honor, de que rompería conmigo. Hitler convocó a todos en Obersalzberg. Magda Goebbels había llegado al punto de que quería divorciarse. Goebbels quería dimitir de su cargo y marcharse a Japón como cónsul y añadió: “Me da igual que tenga que ganarme la vida vendiendo corbatas. Quiero dimitir de todas formas.”Hitler se enfureció. Estaba fuera de sí. Necesitaba a Goebbels y no estaba dispuesto a aceptarlo. Entonces dijo: “Está bien. Intentad vivir juntos tres meses más. Si después de tres meses me decís que no podéis vivir juntos, entonces os concederé el divorcio.”Naturalmente, Hitler dijo eso porque quería ganar tiempo."
Y el narrador prosigue:
"Ya en el Berghof, Goebbels vivió un frío recibimiento. Hitler veía en el escándalo un elemento perturbador. En medio de la crisis de los sudetes, había un flirteo con una checa. Eso no lo podía aceptar. Espantado, al final Goebbels cedió a las exigencias de Hitler, cuyos deseos eran más importantes que sus amoríos."
Tomado de http://www.forosegundaguerra.com/viewtopic.php?f=52&t=4208
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