La intromisión de Estados Unidos en nuestra Patria
Grande se inició antes de las Guerras de la Independencia, y se ha
consolidado a los largo de más de 200 años de historia, con trágicas y
dolorosas consecuencias para los pueblos y la soberanía de los Estados
que han sido obligados el ser y existir, en torno a los intereses
geopolíticos y estratégicos del imperio.
Latinoamérica y el Caribe, de conformidad con los deseos
de Estados Unidos han sido, reiteradamente, intervenidos, inclusive,
con el uso de la fuerza de las armas en invasiones militares, y si sus
necesidades exigían, con la imposición, protección y mantenimiento de
las más nefastas dictaduras militares neofascistas que, con la ayuda de
las embajadas y sus agencias como la CIA, causaron muerte, desolación,
torturas, tratos crueles, inhumanos, degradantes, y la desaparición de
millares de personas. El Ecuador no escapó a esas “estrategias” de
dominación.
En la actualidad, el discurso nacionalista-populista del Presidente del
Ecuador, Rafael Correa Delgado o sus expresiones antiimperialistas que
tratan de defender la soberanía nacional, o sus acusaciones de reiterada
injerencia de la Embajada USA en Quito, en los asuntos internos del
país, no han sido suficientes para que Estados Unidos disminuya su
presencia todopoderosa en el país, ni se abstenga de intervenir directa o
indirectamente en todos los ámbitos de la vida nacional, que van desde
decisiones políticas al más alto nivel, ayudas económicas o donación de
equipos a la Policía Nacional y Fuerzas Armadas, hasta “ayudas” a
organizaciones de la sociedad civil para “fortalecer la democracia” o
ejecución de planes para la defensa del medio ambiente, e inclusive
“ayudas” para organizaciones deportivas, sociales y culturales, y becas
de estudio para militares, policías y jóvenes reclutados para el
servicio de los fines imperiales.
En verdad, el presidente Correa, indiscutido líder de la
“revolución ciudadana”, que devino en reformista para consolidar el
Estado burgués, ha adoptado importantes e interesantes posiciones en
defensa de la dignidad nacional, y ha dictado trascendentes resoluciones
que han causado dolores de cabeza y disgustos a los habitantes de la
Casa Blanca, del Departamento de Estado, Pentágono, CIA, DEA y otras
agencias como la USAID.
Así por ejemplo, por disposición constitucional y previa
presión del pueblo ecuatoriano, dictó la resolución de no renovar el
convenio firmado por Mahuad con Estados Unidos con el que cedía la Base
de Manta (FOL, por sus siglas en inglés) al Comando Sur para, en
apariencia, combatir al narcotráfico.
Recuperada la Base de Manta, Estados Unidos continuó por
otros medios sus intromisión y presión, como lo demostraron hechos
posteriores que se produjeron con la difusión de cables de WikiLeaks
que denunciaron una supuesta corrupción en la Policía Nacional que
involucraron al Presidente de la República. Consecuencia directa de esos
cables, fue la expulsión de la embajadora de Estados Unidos, Heather
Hodges, a la que el gobierno declaró "persona no grata".
Otro hecho destacado fue la expulsión del agregado
político de la Embajada estadounidense, Armando Astorga, luego de que
éste enviara una comunicación a la Comandancia General de la Policía, en
la que informaba que el gobierno norteamericano desistía de una
colaboración económica por 240.000 dólares para la institución policial,
luego de la desaparición de la UIES (Unidad de Investigaciones
Especiales dedicada a la lucha contra el narcotráfico y labores de
espionaje a civiles). Esa organización policial, en la práctica, era
dirigida por la DEA y CIA, cuyos agentes decidían qué policías
conformaban esa unidad o cuáles debían ser sus comandantes, llegando
inclusive a someterlos a pruebas especiales y detectores de mentiras.
El presidente Correa le dio “48 horas a este señor
Astorga para que coja sus maletas y se largue de este país”. Además, le
indicó a Astorga: “quédese con su sucio dinero, majadero, insolente, no
lo necesitamos, aquí hay soberanía y dignidad.”
A los pocos días de la expulsión de Astorga, Rafael
Correa expulsó también como persona “no grata” a Max Sullivan, quien
fungía como Primer Secretario de la Embajada de los Estados Unidos en el
Ecuador que, en realidad, era director de la Estación de la CIA en
Quito, con el añadido de que expresaba que la Embajada Americana estaba
enojada porque no pudieron poner al Comandante General de la Policía,
como era su costumbre, así como su injerencia en asuntos de seguridad y
en asuntos internos. Además, la inteligencia militar informaba a
Sullivan o sus agentes antes de informar a sus superiores jerárquicos.
Estas actuaciones fueron insólitas y sorprendentes ya
que nunca antes, ningún presidente tuvo las agallas para enfrentar a
los yanquis, a pesar de la sobra de evidencias de la intromisión
estadounidense en los más diversos asuntos internos del país. Lástima
que al final del discurso y de decisiones espectaculares, siempre se
haya regresado a lo mismo, porque la embajada, sigue siendo el
virreinato del imperio.
Al presidente Correa le satisface su grandilocuencia para acusar, con
sobra de razones, a varios funcionarios norteamericanos de ser agentes
de la CIA y de la reiterada intencionalidad del Pentágono y de las
agencias de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos, en
particular la CIA y DEA, de pretender desestabilizar al país y provocar
un golpe militar al estilo de Honduras o Paraguay.
El periodista Kintto Lucas quien fue también
Viceministro de Relaciones Exteriores, en Barómetro Internacional
expresaba que la afirmación del presidente de Ecuador, Rafael Correa, de
que servicios de inteligencia de su país fueron infiltrados por la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos provocó un
sacudón en las Fuerzas Armadas ecuatorianas de consecuencias todavía
impredecibles.
Pero, sobre todo, evidenció que la influencia del Comando Sur, iniciada a
partir de la entrega de la base de Manta en noviembre de 1999, ha
tenido consecuencias negativas al interior de las fuerzas armadas,
provocando un avance de quienes buscan la subordinación a las políticas
de Estados Unidos, en detrimento de aquellos que defienden una política
nacionalista.
Un alto oficial de las fuerzas armadas ecuatorianas
aseguraba a la agencia de noticias IPS que se vive un momento crucial en
el cual solo hay dos caminos: "o la institución militar retoma su
política nacionalista o se entrega definitivamente a las imposiciones
americanas (estadounidenses)".
Aseguró que para mantener una política nacionalista "es
necesario que los sectores independientes y progresistas retomen el
control de la institución y se restrinja el poder de un grupo que
responde al ex presidente Lucio Gutiérrez".
El proceso de cambio en las fuerzas armadas ecuatorianas
se inició posteriormente a la guerra de 1995 con Perú, pero se
profundizó a partir de la rebelión del 21 de enero de 2000, cuando se
produjo un cisma interno en las fuerzas armadas y se reinició la
influencia estadounidense.
El ex Jefe del Comando Sur de Estados Unidos, Charles
Wilhelm, expresaba que tras el convenio que cedió la base militar y el
puerto de Manta a las fuerzas armadas de Estados Unidos, uno de los
objetivos de los militares en Washington era ’’reorientar’’ las fuerzas
armadas ecuatorianas, objetivo que el Comando Sur mantiene hasta estas
fechas.
Parte de esa reorientación era modificar la formación de
los militares ecuatorianos por una similar a la de los ejércitos del
Cono Sur o del colombiano, dentro de una doctrina represiva.
Para cumplir el objetivo era necesario eliminar a los
elementos progresistas y modificar la relación social de los militares
con diferentes sectores sociales como el indígena, y además, se debía
profundizar en los convenios de formación firmados entre las fuerzas
armadas estadounidenses y ecuatorianas.
Es una realidad que se mantiene hasta la actualidad la
que se confirma con las posiciones políticas e ideológicas de algunos
mandos militares y policiales que responden, fundamentalmente, a los
intereses económicos, estratégicos y geopolíticos de Estados Unidos.
Correa denunció que la CIA "ha tenido totalmente
infiltrado algunos de los organismos de inteligencia militar" de
Ecuador, afirmación que acabó con la remoción del director de
Inteligencia del Ejército, coronel Mario Pazmiño, por ocultar
información que provocó errores en el manejo militar y diplomático del
país en el conflicto con Colombia, a raíz del bombardeo a Angostura en
el que murió el Comandante de las FARC, Raúl Reyes junto a 26
combatientes. Ese bombardeo se produjo gracias al trabajo de los
servicios de inteligencia de Ecuador y Colombia, de la CIA y de la
participación de aviones estadounidenses radicados en la Base de Manta.
A raíz de ese bombardeo colombiano a territorio ecuatoriano se produjo
una reestructuración integral de los servicios de inteligencia del
Ecuador que originaron la actual Secretaría Nacional de Información
-SENAIN-.
Cabe destacar que los miembros de los servicios de
Inteligencia de las Fuerzas Armadas del Ecuador, como de otros países
de la subregión, han recibido cursos de perfeccionamiento o de
conocimiento en Estados Unidos, Israel y otros países, sin olvidar que
los dictadores del Ecuador y de América fueron formados en la famosa
Escuela de las Américas del Comando Sur.
La valoración positiva del imperio
La Embajada de Estados Unidos en Ecuador, en varias
ocasiones ha reiterado que se valora positivamente la relación entre
Ecuador y Estados Unidos y la permanente disposición de la Casa Blanca,
(Pentágono, Departamento de Estado, CIA, DEA, USAID y demás agencias
imperiales), a dialogar sobre los temas que involucren a los dos países;
es decir a los que son de interés de Estados Unidos, porque el Ecuador
no tiene problemas de terrorismo o de bases militares en el extranjero, y
si el Ecuador ha sido afectado por el narcotráfico internacional, se
debe entender que es consecuencia de la primera potencia consumidora de
drogas ilegales, en cuyo tráfico han estado involucrados diplomáticos,
agentes de la CIA y, naturalmente, el mismo gobierno imperial que ha
recurrido al pretexto del narcotráfico para penetrar en nuestras
patrias, con objetivos neocolonialistas.
Siempre se debe recordar lo expresado por la ex
embajadora de Estados Unidos, Linda Jewell, al inaugurar el Seminario
"Desafíos y Oportunidades Estratégicas" como parte de la cooperación
entre el Comando Sur de Estados Unidos y las Fuerzas Armadas
ecuatorianas. Jewell dijo que el evento es una oportunidad para el país,
pues la información servirá como base para definir una estrategia de
seguridad nacional "hecha a medida de Ecuador"; es decir, para servir
mejor a los intereses de Estados Unidos. Ese principio se mantiene
porque es política permanente del imperio.
Los mandos estadounidenses son los que dictan
conferencias, talleres, seminarios que son actividades “formativas
conjuntas” que, en última instancia, sirven para preparar y
condicionar ideológica y políticamente a los miembros de las Fuerzas
Armadas ecuatorianas, y ponerlas al servicio del imperio.
Esas actividades formativas no descuidan la instrucción
en técnicas represivas a la sociedad civil, en técnicas de modernos
interrogatorios al estilo Guantánamo con la práctica de técnicas de
tortura y demás prácticas violatorias de los derechos humanos. Igual
metodología usan para América Latina y el Caribe.
La penetración de Estados Unidos en nuestras patrias se
ha convertido en una costumbre consuetudinaria con el uso de todas las
armas disponibles y, entre ellas, la tétrica CIA que, con su trabajo en
las sombras y en la impunidad de la clandestinidad, ha cometido los más
monstruosos crímenes de lesa humanidad que comenzaron en América Latina
y el Caribe, con el derrocamiento del progresista Presidente de
Guatemala, Jacobo Arbenz, en 1954. Dulles dueño de la United Fruit en
Guatemala, era el Director de la CIA que dio el golpe de Estado, para
defender los intereses de la empresa estadounidense.
En el caso ecuatoriano las operaciones encubiertas de
la CIA, al parecer se iniciaron en 1960. El Director de la Estación en
Quito, de la Agencia Central de Inteligencia, Philip Agee, relató en su
libro Diario de la CIA, como él mismo lideró las operaciones para
derrocar al gobierno de José María Velasco Ibarra.
Agee cuenta como la CIA penetró e infiltró
organizaciones sociales, movimientos políticos, medios de comunicación y
sindicatos de derecha y de izquierda. Hasta alcanzaron a captar y
reclutar agentes dentro de las instituciones gubernamentales para
sabotear al Estado desde adentro. La operación fue muy eficiente y solo
tardó un año para que cayera el gobierno de Velasco, sostiene la
periodista norteamericana-venezolana, Eva Golinger.
Velasco fue reemplazado por el Vice Presidente Carlos
Julio Arosemena, quien rápidamente perdió el visto bueno de Washington
por su relación estrecha con Cuba, y fue derrocado en un golpe militar
el 11 de julio de 1963, también patrocinado por la CIA. Agge señalaba
que fue penetrado el Partido Comunista del Ecuador y que lo dividió
dando lugar al surgimiento del Partido Comunista Marxista Leninista del
Ecuador, hoy visualizado legalmente como Movimiento Popular Democrático
–MPD-.
El sicario económico confeso John Perkins, en su libro
“Confesiones de un Sicario Económico” reseña que Washington, con la
mano de la CIA, asesinó al Presidente Jaime Roldós Aguilera, un
estadista que era progresista y que no acataba los dictados de la Casa
Blanca. El presidente Roldós murió en un “extraño” accidente aéreo en
1981, apenas dos años después de asumir el poder. En esa misma época
murieron en similares accidentes de aviación, Omar Torrijos de Panamá y
el nacionalista General Hoyos del Perú. En diversos círculos
políticos e intelectuales no se duda sobre la participación de la CIA
en esos accidentes.
Eva Golinger, en sus lucubraciones sostiene que Perkins
también intuyó que algo parecido podría suceder al Presidente Rafael
Correa, debido a sus políticas anti-neoliberales, sus relaciones con
Venezuela, Cuba e Irán, y su política petrolera que buscaba “retomar” el
control de la rica industria petrolera en Ecuador para beneficiar al
desarrollo de su país”. Sólo que la política petrolera del gobierno de
Correa ha sido cuestionada por una serie de contratos nada claros, como
el suscrito con Ivanhoe, según sus opositores.
Pero, si es una verdad irrefutable la infiltración de la
CIA en las Fuerzas Armadas, es fundamental recordar que la Policía
Nacional ha sido penetrada por la CIA, DEA y la misma embajada en
Quito. Son los embajadores y funcionarios de alto nivel, los primeros
invitados a los recintos de la Policía, ya que siempre fue la policía la
que tuvo una mayor vinculación con las políticas de seguridad de
Estados Unidos no solo para el Ecuador, sino para la subregión andina.
La policía es la encargada de la represión a los movimientos sociales y
de la persecución a todo lo que huela a subversivo de izquierda.
No son sólo las fuerzas armadas y la policía las
penetradas e influenciadas por Estados Unidos por medio de sus agencias
y embajadas. Es clara e irrefutable su influencia en la política
nacional con la intervención de la CIA que instaló la rabiosa dictadura
militar anticomunista de 1963.
En años recientes se constató que el ex presidente,
coronel Lucio Gutiérrez consultaba sus decisiones con la embajada de
Estados Unidos, mientras que varios periodistas informaban a Washington
con análisis y evaluaciones sobre la situación de Ecuador, según los
cables de Wikileaks emitidos por tres embajadoras estadounidenses entre
2004 y 2009.
De acuerdo con las palabras de Gutiérrez, que se
proclamó el mejor amigo y aliado de Estados Unidos, la embajada
norteamericana lo consideró como un socio indispensable para sus
intereses, y luego lo protegió de juicios en su contra y realizó
múltiples gestiones con políticos de oposición para que minimicen sus
acusaciones en contra del coronel retirado.
Los expertos de la CIA, del Departamento de Estado,
Comando Sur y la misma Casa Blanca, para el logro de sus objetivos de
dominación, suelen elaborar una estrategia de comportamiento con el país
y asegurar en él su influencia. La embajada imperial se encarga de
ejecutar esa estrategia, naturalmente con las actividades clandestinas
de la CIA.
Por ejemplo, usaron a una agente de la CIA para la
ejecución de una de sus estrategias, pero para bien del país, se probó
la infiltración de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en los
organismos de inteligencia y seguridad de Ecuador. Una ciudadana de
nacionalidad libanesa conocida como la "Agente SWAT", logró "controlar y
dirigir" la inteligencia de la Policía y las Fuerzas Armadas del país
por algo más de 20 años.
Se trataba de una mujer con gran capacidad de
convencimiento. Su nombre era Leila Hadad Pérez de nacionalidad
ecuatoriana, pero en realidad se trataba de Sania Elias Zaitoum El
Mayek, nacida en Líbano. En cuanto agente de la CIA, tenía mucho poder e
influencias políticas. A nivel policial tenía capacidad de realizar
movimientos de oficiales superiores, subalternos, clases y policías.
Para llegar a conocer el comportamiento del país
aprovechan del trabajo de informantes- periodistas que son comensales de
la Embajada y que, generalmente, viajan al imperio en calidad de
invitados con todos los gastos pagados. Esos periodistas, según
Wikileaks, “se ocuparon ante todo de suministrar información del
mandatario actual de Ecuador, Rafael Correa”.
En varios sectores del gobierno se afirma que Estados
Unidos emplea “un ataque más silencioso y mediático a través de
periodistas” en relación a Ecuador, un país que mantiene políticas
diferentes a Washington en relación a determinados intereses, comentaba a
RT el profesional de investigación Lorenzo Topete, quien sostiene:
“América Latina mantiene una nueva política social y económica que EE.
UU. no respalda dentro de este hemisferio”, Cita como ejemplos los casos
de Ecuador, Venezuela y Cuba.
El experto asegura que los esfuerzos de Washington por
establecer una red amplia de informantes y de personas de influencia se
deben a que EE. UU. “no quiere perder el control de un país como
Ecuador”.
Wikileaks revelan el apoyo de Estados Unidos a opositores
Cables filtrados por Wikileaks revelan el apoyo de
Estados Unidos a opositores del régimen. Por ejemplo, apoyaron al
banquero Guillermo Lasso, presidente ejecutivo del Banco de Guayaquil y
en la actualidad candidato a la Presidencia de la República, en un plan
estructurado para desestabilizar al gobierno de Rafael Correa.
Según los cables, Lasso tuvo una reunión con ese objetivo, según lo
reportaba la ex embajadora de Estados Unidos en Ecuador Linda Jewell.
El banquero, quien se había desempeñado como asesor del
ex presidente Gutiérrez, habría establecido alianzas con el Alcalde
Guayaquil, Jaime Nebot y con el millonario Álvaro Noboa, quien también
se postuló para presidente. Las oligarquías guayaquileñas y las cámaras
de la producción, contarían con el apoyo de la Embajada, para
desestabilizar a Correa o derrotarlo en las elecciones del 2013.
Según el reporte que Lasso dio a la embajadora Jewell,
se asegura que: "Gutiérrez está dispuesto a trabajar con la comunidad
empresarial, pero solo en sus términos", en tanto agregó, "Noboa no
comprende lo que está ocurriendo en Ecuador".
La Embajada de Estados Unidos en Ecuador da cuenta de planes
específicos, estructurados y diseñados por las cámaras empresariales que
van desde campañas publicitarias, entrevistas con políticos, influencia
sobre asambleístas hasta solicitudes a la misma Embajada, para que
actúe rápidamente en su papel desestabilizador.
Los vínculos con Estados Unidos de los opositores al
gobierno de Correa son constantes, a quienes se les ha asignado el papel
de denunciantes de los casos de corrupción cometidos por amigos y
parientes del Presidente de la República. Los diarios nacionales son
intervenidos para que publiciten los aspectos negativos de Correa qué
mantiene una confrontación con la prensa sobre hechos sensibles como
demandas a periodistas y medios, coacción a la libertad de expresión del
pensamiento y opinión o abuso del poder en la administración de
justicia.
Adam Namm, actual embajador de Estados Unidos en Quito, trata de
mantener un perfil bajo. Sin embargo aprovecha las oportunidades que
se le presentan y así felicitó y reconoció el trabajo que realiza el
Gobierno ecuatoriano para combatir y erradicar el narcotráfico.
Con ese pretexto, Namm visitó al fiscal general del
Estado, Galo Chiriboga, con quien dialogó sobre temas relacionados a la
cooperación y a la propuesta de Ecuador para crear una instancia
regional que combata y procese judicialmente a las organizaciones
criminales.
En temas políticos, Namm que llegó para restablecer las
relaciones diplomáticas interrumpidas a raíz de la expulsión de la
embajadora Heather Hodges, trata de mantenerse cauto, sin embargo
enfatiza en la necesidad de cooperación entre los gobiernos de Estados
Unidos y Ecuador en temas puntuales: intercambio de
información-inteligencia, a la vez que reiteró al Fiscal, la voluntad de
su país para continuar colaborando en el combate a otros delitos como
la trata de personas y el lavado de activos que son de mayor interés de
Estados Unidos antes que de interés del Ecuador.
El pretexto del narcotráfico internacional sirve para
mantener la más estrecha colaboración con la policía nacional infiltrada
por la embajada de Estados Unidos y sus organismos DEA y CIA. Fue esa
Policía la que se sublevó el 30 de septiembre de 2010 en contra del
presidente Correa que en el desarrollo del conflicto y posteriormente,
él y su gobierno calificaron ese bochornoso episodio, como intento de
golpe de Estado, hipótesis defendida por Eva Golinger quien afirma: Al
pueblo ecuatoriano no le extraña que el gobierno de Estados Unidos esté
detrás del último intento de golpe de Estado en su país. Una encuesta
realizada por la firma estadounidense Asisa luego de los acontecimientos
del 30 de septiembre en Ecuador, revela que más de 50% de los
consultados creen que Estados Unidos apoyó la revuelta contra el
Presidente Rafael Correa.
La investigadora Golinger basa sus hipótesis al
sostener: “En 1983 nació la National Endowment for Democracy (NED),
creada por una legislación del Congreso de Estados Unidos. Su misión era
“promover la democracia” en el mundo. Fue un proyecto impulsado por el
gobierno de Ronald Reagan y sus asesores más cercanos, entre ellos,
Norman A. Bailey, entonces Asistente Especial del Presidente para
Asuntos de Seguridad Nacional.
La NED fue primero utilizada en Nicaragua para
desestabilizar al gobierno Sandinista. Lograron su objetivo luego de
seis años de trabajo duro, penetrando e infiltrando todos los sectores
de la sociedad civil para alimentar el conflicto y desgastar al pueblo.
Luego de su éxito en Nicaragua, la NED se ha convertido en la agencia
principal de financiamiento y asesoría a movimientos de la “sociedad
civil” que favorecen y trabajan a favor de los intereses
estadounidenses. En Venezuela, la NED financió a todos los grupos
involucrados en el golpe de Estado contra el Presidente Chávez en abril
2002, y ha seguido financiando a la oposición desde entonces.
Dónde hay un gobierno que no le conviene a la agenda
estadounidense, allí está la NED, financiando la desestabilización.
Ecuador no se escapa de esta triste realidad”.
La NED y la USAID serían las organizaciones imperiales encargadas de
ejecutar la operación que Washington tenía en marcha contra el gobierno
de Rafael Correa a quien le acusan de mantener una estrecha relación
con Chávez de Venezuela, Fidel y Raúl Castro de Cuba.
Eva Golinger afirma que la Corporación Empresarial
Indígena del Ecuador (CEIE) nació con financiamiento de la NED y la
USAID, creada por Ángel Medina, Mariano Curicama, Lourdes Tibán,
Fernando Navarro y Raúl Gangotena. Curiosamente, entre sus tres
“miembros honorarios”, figura Norman Bailey, agente de inteligencia de
Estados Unidos y experto en operaciones clandestinas que habría llegado
al Ecuador para provocar la sublevación policial del 30 S. (Golpe de
Estado según el Gobierno)
Bailey estuvo en el Ejército de Estados Unidos dónde se
especializó en inteligencia estratégica. Fue economista de la empresa
petrolera Mobil International Oil, estudiando y analizando el sector
petrolero mundial. Fundó la empresa Overseas Equity Inc, que
suministraba asesoría al sector financiero internacional y luego se
juntó a la firma banquera Bailey, Tondu, Warwick & Co., asumiendo la
presidencia. La firma se dedicaba a las transacciones financieras de
deudas en los países en desarrollo.
En 1981, Bailey fue nombrado Asistente Especial del
Presidente Ronald Reagan para Asuntos de Seguridad Nacional y Director
de Asuntos Económicos Internacionales en el Consejo de Seguridad
Nacional de la Casa Blanca. En 2006, el entonces Director Nacional de
Inteligencia de Estados Unidos, John Negroponte, decidió crear la Misión
Especial de Inteligencia para Venezuela y Cuba. Nombran a Norman A.
Bailey para presidir dicha “misión”.
Con un presupuesto multimillonario, Bailey incrementó
las operaciones de desestabilización contra los gobiernos de Venezuela y
Cuba. Al mismo tiempo, cualquier otro gobierno o movimiento en la
región que se asociaba con Venezuela o Cuba estaba sujeto a las
operaciones clandestinas de Bailey.
De los cinco fundadores de CEIE, las conexiones de cuatro de ellos con
el gobierno de Estados Unidos son asombrosas.
Ángel Medina también es fundador y presidente de la
Fundación Q’ellkaj, otra organización financiada por la USAID y NED que
intenta penetrar y captar fuerzas dentro de la gran comunidad indígena
ecuatoriana.
Fernando Navarro fue Presidente de la Federación de
Cámaras de Comercio del Ecuador, obviamente representando los intereses
empresariales e intentando influir sobre la comunidad indígena a favor
del sector financiero. La Federación de Cámaras de Comercio del Ecuador
también ha recibido financiamiento de la NED y la USAID.
Raul Gangotena ha sido Consultor del Banco Mundial,
becario del Departamento de Estado con un Fulbright, fue Embajador del
Ecuador en Estados Unidos del 2003-2005 e Investigador de la NED en
2005, justo cuando fue fundada la CEIE. Es además curiosa que Gangotena
fue Embajador del Ecuador en Estados Unidos al mismo tiempo que
trabajaba para la NED. Esto evidencia la profunda penetración de Estados
Unidos en la política ecuatoriana.
Lourdes Tibán fue Asesora del Consejo Político de la ECUARUNARI,
organización fundadora de la CONAIE, que es el movimiento político
indígena ecuatoriano de mayor fuerza. Sus vínculos con la NED y la USAID
sin duda influyeron sobre su trabajo con la ECUARUNARI y la CONAIE.
El papel de Norman Bailey en los últimos planes de desestabilización en
Ecuador no debe ser subestimado. La presencia de este veterano de la CIA
en una organización vinculada con los sectores indígenas y
empresariales del Ecuador evidencia que la huella de la penetración
estadounidense en la política Ecuatoriana es una realidad irrefutable.
La Agencia Central de Inteligencia -CIA- tiende sus
siniestros tentáculos por todo el mundo convertido en escenario de sus
operaciones clandestinas que ocultan sus monstruosos crímenes. La
repudiable intromisión yanqui en los asuntos internos de los demás
países y del Ecuador, con la CIA de por medio, debe ser combatida por
gobiernos, militares, policías y pueblos.
Intromisión de la CIA en el proceso electoral
En estos días, en el Ecuador ha circulado la
intromisión de la CIA en el proceso electoral que culminará el 13 de
febrero de 2013. Fue el presidente Correa el que informó que la CIA
invertirá más de 80 millones de dólares para influir en los resultados
de los comicios presidenciales de febrero y desestabilizar al país con
propósitos de arrebatar el poder a Correa y su revolución ciudadana.
La denuncia inicial provino del ex embajador británico
en Uzbekistán, Craig Murray, quien, anteriormente, calificara al régimen
de Uzbekistán de “carácter fascista” con la “práctica generalizada de
la tortura que fue puesta en marcha por la CIA y el M16, servicio
secreto exterior británico, a través de la creación de una red global
de rapto, secuestro y tortura”.
Craig afirmó en su blog que “los planes de la CIA para
Ecuador se relacionan con el caso Julian Assange. El propósito consiste
en que “con Correa reemplazado por un presidente pro-EE.UU., el asilo de
Assange será retirado (…) y Assange sería enviado inmediatamente a
Suecia”. Craig, afirma que en el gobierno norteamericano creyó que “el
problema Correa pasaría pronto, pero el Departamento de Estado ha sido
sorprendido por el regreso de Hugo Chávez. Al igual que Correa, altos
diplomáticos estadounidenses se habían convencido a sí mismos que Chávez
iba a perder. El furor por el regreso de Chávez ha dado lugar a una
imposición que el mismo error no se debe cometer en el Ecuador.”
Craig manifiesta que las operaciones de la CIA en
Ecuador son “menos perturbadoras que en Venezuela” y escribe en su blog:
“Me entero de que el presupuesto de los EE.UU., utilizando en su
mayoría fondos del Pentágono, dedicado a influir en la elección
ecuatoriana es $ 87 millones. Estos están destinados para la oposición y
se utilizarán para financiar, sobornar o chantajear a los medios de
comunicación y funcionarios. Contaremos con una serie de escándalos
mediáticos y picaduras de corrupción contra el gobierno de Correa en las
próximas semanas”. Esta afirmación de Craig se basa, según su criterio,
en el hecho de que “los EE.UU. deseaban y estaban seguros de que Correa
perdería” la elección presidencial de febrero, “pero ahora no lo
están”., sostenía el periodista ecuatoriano Leonardo Parrini.
Parrini se refería a la investigación chilena
desarrollada por el periodista Patricio Mery Bell. Mery a la fecha tiene
siete procesos judiciales abiertos “por investigar a los poderosos”,
incluidos personajes de apellidos empingorotados como Matthei, Luksic,
Edwards y Saieh pertenecientes a esferas políticas y económicas
intocables de Chile, allegados al presidente Piñera. Entre su palmarés
investigativo, Patricio Mery exhibe también denuncias contra Carabineros
de Chile, policía uniformada, por espionaje llevado a cabo mediante
interferencia telefónica.
La denuncia de Mery relacionada con el Ecuador tiene que
ver con un “supuesto complot internacional para desestabilizar al
Gobierno de Ecuador y recuperar la hegemonía de EE.UU. en la región”.
Según Mery la internación de cerca de 300 kilos mensuales de cocaína, es
parte de una operación de alto nivel dirigida y monitoreada desde las
estaciones de la CIA y la DEA y de la embajada norteamericana para
obtener fondos para financiar operaciones encubiertas que no son
fiscalizadas o controladas por el Congreso de EE.UU.
El propósito consistiría en "desestabilizar al Gobierno
del Ecuador, cuyo Presidente ordenó desalojar la base militar de Manta
(cedida a EE.UU. entre 1999 y 2009)", además de iniciar "negociaciones
con China para llenar ese vacío de poder".
Mery, en referencia a las prácticas de la CIA, señaló en
entrevista de prensa: “Desde el punto de vista de la inteligencia, en
Estados Unidos se desarrollaron dos conceptos: la información es poder y
manipularla te da el poder, y la lógica del enemigo interno. ¿Entonces
qué hacen los servicios de inteligencia? Los servicios de inteligencia
construyen escenarios falsos que se muestran como realidad, a través de
lo que se denomina ‘periodismo objetivo’, de periódicos que son leales a
la institucionalidad.”
A más de la CIA, Estados Unidos ha creado una serie de
agencias especializadas en penetración e injerencia en los asuntos
internos de nuestros países y una de ellas es la famosa USAID en la que
pende una amenaza de Correa de expulsarla del Ecuador de conformidad
con la recomendación del ALBA.
José Steinsleger, en La Jornada de México sostiene: “En los proyectos y
programas de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados
Unidos (USAID) aparecen vocablos que, a la larga, denotan lo contrario
de lo que se proponían: "fortalecimiento", "oportunidades",
"capacitación", "transparencia", "participación", y un largo etcétera de
verbos buena onda: promover, establecer, desarrollar, impulsar, educar,
difundir…
Entre los principales ejecutores de los programas USAID
en Ecuador figura, por ejemplo, la misma empresa que en Bolivia opera
con la derecha (Chemonics Inc) y la golpista Participación Ciudadana,
clonada de la venezolana Súmate”.
Sin lugar a dudas, la USAID es el organismo estadounidense que al
manejar millones de dólares, está en capacidad de penetrar profundamente
en las organizaciones nacionales o fundarlas para el logro de sus
objetivos
En el Ecuador creó: la Corporación Empresarial Indígena del Ecuador, que
junto con la Fundación Quellka, y la Fundación para el Avance de las
Reformas y Oportunidades (FARO)- Políticamente mantienen una férrea
oposición al presidente Correa.
En 2010 el Departamento de Estado aumentó el presupuesto
de la USAID a más de 38 millones de dólares. “Según El Telégrafo de
Guayaquil (7/2/2011), la USAID repartió millones para asistir monetaria y
logísticamente a 108 proyectos en biodiversidad, agua, petróleo,
desarrollo municipal, empresas locales, la promoción de tratados de
libre comercio, y la autonomía regional a través de la radio, tv y
prensa ecuatorianas, junto con el Instituto Ecuatoriano de Economía
Política.
Con la persistencia de la tesis conspirativa, el presidente Correa
anunció que promueve un proceso de regularización de todas las ONGs
“…porque en muchos casos, sus actividades se dedican a hacer política
deliberadamente, para tratar de generar caos, imponer políticas foráneas
y desestabilizar a gobiernos progresistas”. Señalaba que la ONG
Fundamedios de Ecuador financiada por la USAID es una organización que
trata de desestabilizar al gobierno. Dijo que su Director Ricaurte era
un informante de la CIA.
El embajador de Washington en Quito, Adam Namm, dijo que
su país lamentaría que Ecuador pusiera fin a la ayuda de la Usaid, que,
recordó, comenzó hace 50 años y ha beneficiado a unas 700 000 personas
con 500 proyectos de infraestructura. Actualmente, la agencia desembolsa
unos 20 millones de dólares en el país. La representante diplomática de
Ecuador en Estados Unidos, Nathalie Cely, recomendó un diálogo para
tratar el papel de la Usaid.
Adam Namm aseguró que los programas de USAID ayudan a la
gente "más vulnerable” en ese país. La Agencia para el Desarrollo
Internacional de los Estados Unidos (USAID) dijo que promueve el
desarrollo y los intereses de la política externa de los Estados Unidos
con el fin de afianzar la democracia y expandir el libre mercado,
mientras se logra una mejor calidad de vida para miles de ecuatorianos.
USAID trabaja también muy de cerca y de manera conjunta con
organizaciones privadas y de voluntariado con sede en los Estados
Unidos, instituciones indígenas, ONGs locales e internacionales,
empresas norteamericanas y otras agencias nacionales e internacionales.
Además de la UAID, Estados Unidos mantiene el Programa
Fulbright, líder mundial en intercambios educativos internacionales. Fue
establecida en 1946. El Programa Fulbright concede alrededor de 4.500
becas al año.
El Programa llegó al Ecuador en 1956 mediante un acuerdo
ejecutivo entre los gobiernos de los Estados Unidos y de la República
del Ecuador, “para aumentar el entendimiento mutuo por medio de
intercambios educativos”.
Para la ejecución de sus proyectos injerencistas, a más de esas
organizaciones, la Embajada de Estados Unidos está estructurada por:
Embajador en Ecuador, Ministro Consejero, Sección Política, Sección
Económica, Sección Antinarcóticos (NAS-DEA), Sección de Prensa y
Cultura, USAID-CIA, Servicio Agrícola del Exterior; Grupo Militar de los
Estados Unidos, Cuerpo de Paz, USACE, Departamento de Seguridad
Nacional, Oportunidades de Empleo, Contratos/Licitaciones Públicas.
Otras organizaciones de penetración son el Cuerpo de Paz Ecuador y
Punto IV. Los primeros “Voluntarios del Cuerpo de Paz” llegaron al
Ecuador en 1962. Han intervenido en 5.532 programas en: Conservación
del Hábitat, Salud Pública, Agricultura Sostenible y Jóvenes y Familias.
Actualmente, el Cuerpo de Paz está integrado por 165 voluntarios.
El Punto IV fue creado por Truman en 1949, como una doctrina de
contención del comunismo, el fantasma usado por el imperio para penetrar
en nuestras patrias con objetivos de dominación neocolonial.
En el Ecuador desarrolló actividades relacionadas con
programas para la detención de “las agresiones a las naciones amantes de
la libertad” y decía que “brinda ayuda técnica a los países del mundo
que la necesiten para el sostenimiento de la paz y las instituciones
democráticas”.
La influencia de Estados Unidos es proporcional a su
tamaño imperial y la debilidad y tamaño de los países sometidos a su
órbita hegemónica. Prácticamente no existe sector nacional en el que
Estados Unidos esté ausente: Política, economía, cultura, organización
social, movimientos indígenas, campesinos y sociales, sindicatos,
organizaciones estudiantiles y profesionales, de mujeres y de jóvenes,
salud pública, educación, ecología, turismo, transporte y un largo
etcétera son los campos de acción del imperio dominante.
Los países y los pueblos demandan la liberación del dictado imperial.
CEPRID
Tomado de http://www.nodo50.org
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