Lucio Gutiérrez |
ANDES – Un informe de los cables de la embajada
estadounidense en Quito, publicados –pero no divulgados por la prensa-
por el portal WikiLeaks, dan cuenta de que el expresidente ecuatoriano,
el exmilitar Lucio Gutiérrez realizaba de manera constante llamadas y
consultas a funcionarios de esa dependencia diplomática en Ecuador.
Este informe se publicó este martes en Ecuador por el rotativo El
Telégrafo y resulta de un trabajo de su unidad de investigación, que
recoge algunos cables en los que se retrata la actitud de Gutiérrez con
EE.UU. “A tal punto llega su obsecuencia, que los cables prueban cómo
consultó a la Embajada sobre su inminente salida y los diálogos que
sostenían para solventar la crisis”, manifiesta el periódico.
A continuación, se publica partes destacadas de la entrega de Diario
El Telégrafo sobre los cables relacionados a Lucio Gutiérrez. El informe
completo puede verse siguiendo el enlace:
El 24 de abril de 2004, la Asamblea Nacional de la Confederación de
Nacionalidades Indígenas del Ecuador Conaie, con la participación de
Ecuarunari, Conaice y Confeniae, pide públicamente la renuncia al
presidente Lucio Gutiérrez.
Ese mismo día, Gutiérrez anunció la homologación salarial para el
sector público, un proyecto de bonos para militares y policías y un
decreto de emergencia social.
En los cables revelados por WikiLeaks la Embajada estadounidense reporta a Washington lo siguiente:
“Informantes de adentro del Gobierno (de Gutiérrez) nos cuentan que
el Presidente está maniobrando tras bastidores para aguantar los retos y
en el corto tiempo asegurar las alianzas con la oposición” (Cable
clasificado como Confidencial / Identificación de Referencia
04QUITO02810)
“En complicidad con el recién aliado vicepresidente Alfredo Palacio,
LFC (siglas que identifican a León Febres Cordero) está ofreciendo
espléndidos regalos a los congresistas… cuyos votos por el Sí son
necesarios para remover al Presidente en ejercicio…”
Algunos cables de WikiLeaks dejan al descubierto los esfuerzos de la
Embajada por desplegar acciones que permitan el sostenimiento del
gobierno de Gutiérrez durante los últimos meses del 2004 hasta su caída
el 20 de abril de 2005.
Gutiérrez era considerado un aliado indispensable para la defensa de
los intereses estadounidenses en territorio ecuatoriano. La defensa de
esos intereses fueron recurrentes en la serie de encuentros entre
Gutiérrez y la Embajada durante todo el periodo de Gobierno.
Con fecha 22 de octubre de 2004, la embajadora Kristie Kenney
iniciaba su reporte a Washington titulando en su informe “De vuelta a la
normalidad, el Presidente sobrevive otro día más”,
El 5 de noviembre de 2004 los ex mandatarios León Febres-Cordero y
Rodrigo Borja, a través de sus bancadas en el Congreso Nacional,
obtuvieron los votos necesarios para solicitar el enjuiciamiento
político de Gutiérrez, acusándolo de delitos contra la Seguridad del
Estado y peculado, cargos por los cuales podía ser destituido, situación
que era apoyada por líderes de otras tiendas políticas como Pachakutik y
MPD.
Durante la crisis entre el 2004 y el 2005, Gutiérrez había logrado
sobrevivir a través de varias estrategias. La Embajadora lo reporta con
lujo de detalles en un cable fechado el 22 de octubre. “Carlos Pólit
dijo a la embajadora el 20 de octubre… que el entonces ministro de
Gobierno, Raúl Baca, estaba involucrado recientemente en conversaciones
secretas (por separado) con Febres-Cordero, el presidente del Congreso,
Landázuri (ID), y el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Hugo
Quintana… Las conversaciones con Febres-Cordero y Landázuri produjo un
acuerdo mediante el cual el Gobierno se comprometió a conseguir que los
miembros de la familia Gutiérrez estuvieran fuera de la atención pública
a cambio de que la ID y el PSC dieran marcha atrás en sus esfuerzos
para generar una mayoría de las 2/3 partes en el Congreso a favor de un
juicio político“.
El 29 de octubre de 2004, la Embajadora emite un nuevo informe
codificado: 04QUITO2886 y titulado “Embassy Pushing Stability Message
Hard”, es decir, “Presionando la estabilidad con un mensaje duro”, y dice: “Nuestros
contactos privados son regulares y numerosos…. conversaciones en
Guayaquil con el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot y el prefecto Nicolás
Lapentti, de Guayas. Además de entrevistas del Cónsul en Guayaquil en
medios de Machala y Manta, ratificando el interés de los EE.UU. para el
financiamiento de proyectos en el Ecuador”. Dando a entender que
dichos recursos podrían no ingresar al país si la situación continuaba,
además de poner en juego otros recursos si no se suscribía el TLC, entre
otros temas.
Tomado de Contrainjerencia
NOTA DEL ADMINISTRADOR:
Estudios realizados por este periodista demostraron que la embajada de EE UU en Ecuador empleó a sus casi 185 funcionarios acreditados en la misma, vinculados al FBI, la CIA y diversas instituciones del Pentágono, para reclutar entre diferentes oficiales de los servicios de inteligencia de la Policía y de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas, mediante pagos sistemáticos de altas sumas de dinero, para que participaran activamente en la planificación, organización y ejecución del fallido golpe de estado contra Correa.
Solo en el año 2009, dentro de una partida de 35 millones de USD destinadas a la FAE, una parte fue destinada a las ONGs que operan en Ecuador para financiar actividades desestabilizadoras. Asimismo, además de sus salarios, altos oficiales de la Policía recibieron regularmente "salarios" entregados por la embajada yanqui.
Las principales cabezas golpistas quedaron intactas y planean actualmente, con la ayuda de EE UU una nueva intentona golpista. Entre ellos se encuentran militares y policías jubilados y en activo, diversos miembros de la poderosa oligarquía, dueños de medios de prensa, así como otros elementos de la izquierda (que han perdido su rumbo). Un factor esencial son los dirigentes de algunos sindicatos y líderes indígenas comprados por el dinero USA y en busca de protagonismo.
No se descarta la complicidad de algunos funcionarios del actual gobierno ecuatoriano, quienes permanecen escondiendo sus actividades conspirativas en el más pleno secretismo.
NOTA DEL ADMINISTRADOR:
Estudios realizados por este periodista demostraron que la embajada de EE UU en Ecuador empleó a sus casi 185 funcionarios acreditados en la misma, vinculados al FBI, la CIA y diversas instituciones del Pentágono, para reclutar entre diferentes oficiales de los servicios de inteligencia de la Policía y de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas, mediante pagos sistemáticos de altas sumas de dinero, para que participaran activamente en la planificación, organización y ejecución del fallido golpe de estado contra Correa.
Solo en el año 2009, dentro de una partida de 35 millones de USD destinadas a la FAE, una parte fue destinada a las ONGs que operan en Ecuador para financiar actividades desestabilizadoras. Asimismo, además de sus salarios, altos oficiales de la Policía recibieron regularmente "salarios" entregados por la embajada yanqui.
Las principales cabezas golpistas quedaron intactas y planean actualmente, con la ayuda de EE UU una nueva intentona golpista. Entre ellos se encuentran militares y policías jubilados y en activo, diversos miembros de la poderosa oligarquía, dueños de medios de prensa, así como otros elementos de la izquierda (que han perdido su rumbo). Un factor esencial son los dirigentes de algunos sindicatos y líderes indígenas comprados por el dinero USA y en busca de protagonismo.
No se descarta la complicidad de algunos funcionarios del actual gobierno ecuatoriano, quienes permanecen escondiendo sus actividades conspirativas en el más pleno secretismo.
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