miércoles, 4 de abril de 2012

Los convenios secretos de Israel con Azerbaiyán para atacar Irán

En estos días la prensa rusa destacó el profundo malestar que produjo en Israel la publicación en medios de prensa de Estados Unidos de los materiales que desvelaron presuntos acuerdos secretos pactados por Israel con Azerbaiyán para atacar Irán.
Según un análisis publicado por la revista Foreing Policy, si Israel utiliza aeródromos en Azerbaiyán podrá emprender por su cuenta y riesgo una operación para destruir las instalaciones militares de Irán, demostrando con esto su supremacía bélica en la zona, sin depender en absoluto de EEUU.
Elaborado por el experto en Oriente Medio, Mark Perry, el análisis concluye que ahora los militares israelíes ya no ven tan descabellados los planes de su gobierno de atacar objetivos iraníes y solucionar de una vez el problema del programa nuclear del país persa.
El pesimismo inicial de los estrategas israelíes son los 1.500 kilómetros que separan Israel de Irán, porque una vez que sus aviones ataquen el territorio iraní, sencillamente se quedarán sin el combustible necesario para regresar a sus bases.
Teniendo en cuenta las posibilidades de la fuerza aérea israelí, los aviones atacantes deberán repostar varias veces en vuelo con ayuda de aviones cisterna que a su vez, necesitarán ser escoltados por cazas interceptores que los defiendan de la aviación iraní.
En estas condiciones, el abastecimiento de combustible en vuelo para aviones de ataque y para los cazas de escolta se convierte en una tarea complicada porque la escuadrilla de aviones cisterna no dará abasto para tantos aparatos en vuelo simultáneo, lo que complica el éxito de la operación y multiplica el riesgo de pérdidas considerables en aviones y pilotos.
Pero si a la operación se añaden los aeródromos azerbaiyanos, la situación cambia de raíz, porque los aviones de ataque pueden repostar en vuelo durante el viaje hacia Irán, cumplir su misión en el territorio iraní, y transcurridos unos diez minutos, aterrizar en las pistas azerbaiyanas, recargar los depósitos y regresar a sus bases.
Desde esos aeródromos también pueden despegar grupos de aviación de rescate para evacuar a los posibles pilotos israelíes abatidos en el territorio iraní o en el territorio de países vecinos, lo que aumenta la fiabilidad de la operación que para los pilotos ya no parecerá una “misión suicida”.
Al explicar las posibilidades de que Bakú decida apoyar la aventura bélica de Tel Aviv, el experto expuso factores que indican que el gobierno azerbaiyano tiene más argumentos a favor de ayudar a su vecino, a pesar del muy probable rechazo de Washington y Moscú que en estas circunstancias, estarán en contra de la alianza azerbaiyano-israelí.
A favor de esta alianza juega el aspecto geográfico, Azerbaiyán comparte fronteras con Irán y desde los tiempos soviéticos cuenta con una amplia red de aeródromos militares precisamente a todo lo largo de la frontera iraní, para los estrategas israelíes, otro lugar más adecuado para aterrizar y repostar aviones sencillamente no existe.
Otro elemento de peso es que Israel es el segundo comprador del crudo azerbaiyano, y lo más importante, es un cliente influyente que no depende de Rusia que controla muchos aspectos del mercado de hidrocarburos, especialmente en la zona del mar Negro y mar Caspio, donde pasan las principales rutas de gas y petróleo, en esa zona de Eurasia.
En la búsqueda de contrapesos para contrarrestar la influencia y dependencia de Rusia, es un hecho de que Azerbaiyán apostó por Israel como socio fiable para desarrollar una política económica, diplomática y de defensa autónoma.
En 2011 ambos países suscribieron acuerdos para la fabricación en plantas en el territorio azerbaiyano de aviones sin piloto israelíes y en el marco de otros convenios el presente año Israel suministrará a Azerbaiyán aviones sin piloto y sistemas de defensa antiaérea por un monto de 1.600 millones de dólares.
Según cartas de diplomáticos estadounidenses fechadas en 2009 y publicadas por Wikileaks, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev comparó la cooperación de su país con Israel con un iceberg, “con el 90 por ciento oculto bajo el agua”, en alusión a que la mayor parte de las relaciones descansan en acuerdos sin firma y pactados en base a la confianza mutua.
Por su parte, la prensa rusa destacó el paulatino enfriamiento de las relaciones entre Irán y Azerbaiyán, especialmente después de las denuncias hechas por Teherán de que Bakú proporcionó ayuda a los supuestos terroristas responsables del asesinato de científicos iraníes.
Además, en la prensa azerbaiyana son frecuentes los materiales que denuncian las precarias condiciones de vida, supuesta discriminación y represión contra la población iraní de origen azerbaiyano que asciende a 16 millones de personas.
Entre tanto, los expertos rusos difieren al valorar la posibilidad de que Bakú acepte apoyar los planes de Israel para atacar Irán, a pesar de que las autoridades azerbaiyanas oficialmente ya declararon que no autorizarán el uso de su territorio en acciones bélicas contra Irán.
Expertos rusos consideran que Aliev prepara un arriesgado juego diplomático con malabarismos retóricos al autorizar el aterrizaje en su territorio de aviones después de atacar a Irán.
En este caso, Bakú puede argumentar que no permitió una acción “contra Irán”, pero si una “a favor de Israel”, intentando demostrar que no es lo mismo.

Otros expertos en cambio, suponen que Azerbaiyán dilatará el asunto y no se atreverá a contrariar a EEUU ni a Rusia, sobre todo cuando se sabe que el nuevo inquilino del Kremlin es Vladimir Putin que sabe utilizar hábilmente los resortes de influencia que tiene Rusia en el espacio postsoviético.
Columna semanal por Armando Pérez  Ria Novosti

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