Bashar Al Asad y Annan |
Tras la resolución de la Liga Árabe la semana pasada, en que se
desentendía de la cuestión siria tras la escandalosa utilización de la
institución por parte de los países títeres de los intereses
geoestratégicos de unos pocos, toda la responsabilidad ha sido
traspasada al Consejo de Seguridad de la ONU, y la figura de Kofi Annan
ha sido reforzada como enviado especial de las Naciones Unidas para
tratar de reconducir el conflicto sirio a una paz negociada.
El plan de paz exige a todas las partes el inmediato fin de la
violencia y de las violaciones de los derechos humanos, así como
asegurar el acceso de personal humanitario al país, el inicio de un
diálogo político y facilitar la transición política siria hacia la
democracia.
El proyecto, que ha sido aceptado de forma oficiosa por todos los
miembros del Consejo de Seguridad, consta de seis puntos y pretende,
como primero de sus objetivos, conseguir el cese de las hostilidades
bajo supervisión del organismo multilateral, como paso previo a la
iniciación de un diálogo nacional.
El Gobierno sirio aceptó el plan y se comprometió a replegar el
ejército de las zonas de conflicto para el día 10 de abril, para que el
plan pueda ser implementado y pueda pasarse a una segunda fase de
diálogo entre las partes.
Ésta debería ser considerada una gran noticia y celebrada por la
comunidad internacional, puesto que el plan está en la línea de los
principios de Derecho Internacional por lo que respecta a la resolución
de conflictos y la Carta de las Naciones Unidas.
Sin embargo, el Derecho Internacional está de capa caída en los últimos
tiempos y no tardaron en aparecer negros nubarrones que no auguran un
gran recorrido al plan de Annan.
En primer lugar, los medios occidentales y Al Jazeera se apresuraron a
manipular los términos del acuerdo, informando de que el régimen de
Damasco “se compromete a detener la represión de su pueblo” ante las
Naciones Unidas.
No olvidemos que la práctica totalidad de sendas opiniones públicas
occidental y árabe siguen a día de hoy y tras un año de conflicto
creyendo que “Bashar al Assad ha asesinado a más de diez mil
manifestantes demócratas desarmados” e ignoran que grupos de mercenarios
salafistas financiados por Qatar, Arabia Saudita
y Occidente se han unido a los rebeldes y siembran el terror entre la
población desde los inicios de la revuelta. Un claro ejemplo de que una
mentira cien veces repetida se convierte en una verdad.
Por otra parte, solo horas después de la aceptación del plan por
Damasco, el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, manifestó que
era muy pesimista al respecto, dando así a entender el poco compromiso
de su gobierno con la búsqueda de la paz en Siria.
Para agravar la situación, el grupo de los antiguos “amigos de Siria”,
ahora rebautizados como “amigos del pueblo sirio” en una nueva artimaña
de marketing político occidental, se reunieron el día 1 de Abril en
Estambul, y trataron de desviar la atención del plan de la ONU, que fue
ninguneado.
Cabe también destacar que durante el debate, se pidió el aumento de la
financiación de los grupos armados que operan en Siria. Otro ejemplo más
de torpeza diplomática de éste arrogante país del Golfo, y que hace
evidente la voluntad de perpetuar el conflicto y la destrucción del país
por parte de éstos “amigos del pueblo sirio”.
A día de hoy, el “Consejo Nacional Sirio” y su grupo armado, el “Ejército Libre Sirio”
no se han pronunciado claramente sobre el plan de las Naciones Unidas
que lidera Annan, lo que hace suponer el poco interés en el cese de las
hostilidades que tienen todas las potencias con intereses
geoestratégicos en la región, que son las que realmente tutelan y marcan
el paso de éste consejo artificial.
Mucho nos tememos que esta nueva iniciativa de ONU sea una simple
cortina de humo y un nuevo ejemplo de la doble moral de algunos países,
que utilizan la más alta institución internacional para conseguir sus
propios objetivos sin ningún tipo de escrúpulo.
Nagham Salman es jefa de proyectos europeos de investigación y analista política especialista en asuntos de Oriente Medio
No hay comentarios:
Publicar un comentario