El gobierno de Teherán ha decidido repentinamente trasladar el lugar
del encuentro de los mediadores internacionales que tratan el tema del
programa nuclear de Irán.
Se pretende que la entrevista tenga lugar los día 13 y 14 del
presente mes en Bagdad y no en Estambul, como estaba previsto en un
principio. Si alguien pretendía sabotear esta reunión, esta podría ser
una de las mejores formas.
Lo más importante en este asunto es que el principal participante
está de verdad interesado en llegar a algún acuerdo y de qué manera. Da
la impresión que cualquier resultado será negativo para EEUU y que
anular las conversaciones se intuye como la mejor salida para los
estadounidenses. Otra cosa es que la ausencia de un resultado tampoco es
positiva, pero parece la opción más deseable.
Juegos de diplomacia
Las complicaciones con las conversaciones de Estambul ya se veían
venir cuando durante una entrevista el pasado 3 de abril el viceministro
de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, no confirmó ni la hora
ni el lugar de la reunión.Ira
La situación se ha vuelto extremadamente inestable. Por un lado, la
secretaria general de Estados Unidos, Hillary Clinton, anuncia que las
conversaciones serán en Estambul y, por el otro Irán se descuelga con
que no está conforme. Una de las opciones que se barajaban era Damasco,
pero eso podría ser interpretado incluso como una burla... La otra es la
vigente en estos momentos: Bagdad.
En un principio, con la capital iraquí no debería haber ningún
problema. En EEUU suelen decir por la inercia que da la costumbre (al
menos de cara a la galería) que Irak, tras la ocupación estadounidense,
puede servir de ejemplo para lo que sea.
Por otra parte, en opinión de algunos expertos, existe la opinión de
que la guerra de Irak y EEUU tuvo un efecto colateral inesperado y es
que Irán e Irak se han acercado mucho, tras la traumática y lenta
recuperación de la guerra en la que se vieron envueltos en los años 80.
En Irak el hermanamiento es más evidente en la parte (que tiene
representación en el gobierno) donde predominan los chiítas, la rama del
Islam predominante en Irán. Los símbolos religiosos y estatales son
similares a los de Siria... lo cual no es muy agradable.
Es fácil pensar que los iraníes puedan haber tenido graves problemas
diplomáticos con Turquía, ya que este país ha intentado debilitar al
aliado de Irán, Bashar Asad, con acciones inesperadas en Siria. Además,
está la política que está llevando a cabo para situarse, tras Arabia
Saudí, como el segundo país del mundo árabe como contrapeso a Irán.
En cualquier caso, el encuentro en Bagdad se tiene que producir sin
demasiadas dificultades. Los líderes estadounidenses visitan la capital
iraquí y no hace mucho, en marzo, se celebró la cumbre de la Liga de los
Países Árabes. Todo el mundo salió ileso y contento. En el caso que nos
ocupa todo es más sencillo: se trata de una simple reunión a nivel de
viceministros de asuntos exteriores.
Sólo se necesita una sala de conferencias de tamaño medio y no hace falta paralizar la ciudad con policías y cortes de tráfico.
En realidad, esta reunión se podría haber celebrado en cualquier
lugar del mundo. El sexteto de mediadores en el tema iraní está
compuesto por el Reino Unido, Alemania, China, Rusia, EEUU y Francia.
Podía haber sido en cualquiera de estos países, incluso en el mismo
Teherán. Lo más importante, sin duda, es el tema de las conversaciones.
Juegos de estrategas
En este punto tiene sentido volver a la entrevista con el
viceministro ruso, Serguéi Riabkov, donde se encuentran muchas ideas
interesantes. La reflexión más importante es que, tras el último
encuentro del 2009, ya ha pasado demasiado tiempo y hay que volver a
empezar de cero, esperando solo que se produzca la milagrosa evolución
rápida en algún asunto aislado.
Rusia ha manifestado con frecuencia el sentir general de la dudosa
utilidad de esta reunión. Las conversaciones, teóricamente, son
necesarias para resolver paulatinamente la problemática nuclear de Irán.
Y las posturas están así: los mediadores, a excepción de Alemania, son
miembros de Consejo de Seguridad de la ONU y han prometido retirar todas
la sanciones del Consejo de Seguridad contra Irán. Y éste, por su
parte, no quiere renunciar a su programa nuclear, pero asegura que será
transparente y abierto para el mundo.
Lo fácil y efectivo es cumplir con lo prometido. Pero, como también
ha ocurrido con el programa nuclear de Corea del Norte, no hay forma de
hacer efectivos los acuerdos.
¿Puede realmente Estados Unidos permitirse llegar a un acuerdo ahora?
Es muy posible que en la Cumbre Nuclear de Seúl el presidente Barack
Obama le transmita a su homólogo iraní que su país necesita hasta enero,
fecha de la toma de poder del nuevo presidente, para diseñar los
acuerdos definitivos. Los demócratas no se pueden permitir cerrar nada
en este tema, porque los republicanos aprovecharían la ocasión en su
favor para explicar a la opinión pública lo pernicioso que es para todo
el país. En este sentido, parte de la campaña presidencial en EEUU están
en manos de Mahmud Ahmadineyad. Cualquier paso en falso en el acuerdo
con Irán y el partido republicano tendrá el paso franco al despacho
oval.
Por esta razón, parte de los debates que tienen lugar en EEUU sobre
el asunto de Irán se centra en si es factible de mantener esta cuestión
aletargada hasta el año que viene. Para los estadounidenses es un tema
importante.
Declaraciones absurdas y fuera de tono, como la de Clinton: “Esta es
vuestra última oportunidad”, vienen siendo ya habituales. El último
encuentro de 2009 ya había sido calificado como la última vez... También
es recurrente la cantinela de las tremendas dificultades que tiene
Estados Unidos para contener a Israel en sus deseos de efectuar un
ataque preventivo sobre supuestos objetivos nucleares de Irán.
Los iraníes tampoco se quedan atrás y amenazan con bloquear el
Estrecho de Ormuz en caso de ser agredidos, dejando al mundo sin
petróleo y preparando un ataque a las costas de EEUU. La misma táctica
que aplica Corea del Norte cuando dice que convertirá Seúl en un mar de
fuego.
Lo más interesante sería conocer los debates políticos de expertos en
EEUU sobre el particular. En este punto, hay que resaltar los problemas
presupuestarios del gobierno estadounidense. Hace unos días su ministro
de defensa, Leon Panetta, dijo que “las disfunciones de Washington son
ya un peligro para la seguridad nacional y ponen en entredicho la
capacidad de nuestra democracia para hacer frente a cualquier crisis”.
Con “disfunciones” el señor Panetta se refiere al comportamiento del los
republicanos en el Congreso, que bloquean todas las propuestas
financieras de los demócratas. Y la guerra con Irán también se traduce
en dinero.
También se analiza con cuidado la posición actual de Estados Unidos
en el mundo. Michael Mandelbaum, autor del libro ‘La superpotencia
ahorradora’, constata que el mundo aparenta ser un lugar tranquilo para
unos EEUU que están recargando sus baterías y no están en condiciones de
llevar a cabo una política activa de control.
Es cierto que si algo amenaza a Estados Unidos está lejos y en el
terreno de la teoría. Si el principal candidato a la presidencia por el
partido republicano califica a Rusia como el principal rival de EEUU,
significa que las cosas pintan bien. Y no es necesario remover el
hormiguero.
En este caso, Estados Unidos se dedicar simular que el último paquete
de sanciones contra Irán, que tiene como objeto el detener la
exportación de petróleo iraní, ha dado resultado y Teherán está
poniéndose de rodillas. Poco a poco, pero de rodillas.
Si con esto, los precios del petróleo no suben, a Obama le queda otro
plan que ya está en marcha, que consiste aparentar que Teherán se está
volviendo más receptivo en las negociaciones, asustado por los sucesos y
las sanciones contra Siria... Solo que le ha cambiado el lugar de las
mismas. Pero eso son detalles.
Puede ocurrir lo peor: una provocación incontrolable o que Irán,
presionado por el alargamiento de las negociaciones, decida crear algún
arma nuclear. Entonces, el encuentro se producirá en el Teherán atómico,
pero ya después de enero del 2013.
Dmitri Kósirev, RIA Novosti
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