El servicio de inteligencia afgano anunció hoy la captura del
intérprete afgano-estadounidense Zakaria Kandahar, acusado de asesinato
de civiles, tortura y maltrato de prisioneros.
La Dirección Nacional de Seguridad apresó al fugitivo buscado desde que
escapó en enero pasado, cuando se encontraba detenido por orden del
presidente Hamid Karzai.
El jefe de la Inteligencia afgana, general de división Manan Farahi, confirmó que Kandahari trabajaba para una unidad de fuerzas especiales estadounidenses.
El supuesto intérprete es un estadounidense de origen afgano que lideró una unidad de fuerzas especiales, confirmó el informe de inteligencia con documentación que lo involucra en decisiones sobre a quién detener para interrogar.
Kandahari deberá responder a las acusaciones por las desapariciones y muertes de al menos 17 civiles afganos, detenidos por fuerzas especiales de Estados Unidos.
El estadounidense tiene una gran espada tatuada en su brazo derecho, seña que recordó en su testimonio Hikmatullah, un estudiante de 16 años también víctima del detenido.
La inteligencia afgana aseguró tener un video donde el intérprete totura a civiles detenidos.
Los cadáveres de esas víctimas fueron hallados cerca de una base militar de las fuerzas especiales invasoras.
La detención de Kandahari y los informes que acompañan este caso generaron tensiones entre Kabul y Washington.
El propio presidente Karzai ordenó el retiro de tropas estadounidenses en algunas provincias de su país y dijo que esos militares deben ser sustituidos por efectivos de unidades especiales afganas.
Los civiles en Afganistán viven a diario la tragedia de soportar torturas y enfrentar maltratos de comandos especiales, desde el inicio de la ocupación estadounidense en 2001, acorde con denuncias.
Según reportes periodístiscos, el Pentágono mantiene una red de sitios tenebrosos, donde prisioneros afganos son torturados, obligados a desnudarse, sometidos a confinamiento solitario, azotados por el frío y las luces encendidas las 24 horas del día.
Esas tácticas, calificadas de asesinas, son aplicadas por las fuerzas ocupantes de Washington y la OTAN.
Aunque Estados Unidos anunció la retirada de sus tropas, luego de 2014 mantendrán cerca de 10 mil uniformados en Afganistán con la tarea de mantener el terror, los escuadrones de la muerte y el despliegue de aviones no tripulados, que pueden matar a distancia, de acuerdo con denuncias desde este país asiático.
El jefe de la Inteligencia afgana, general de división Manan Farahi, confirmó que Kandahari trabajaba para una unidad de fuerzas especiales estadounidenses.
El supuesto intérprete es un estadounidense de origen afgano que lideró una unidad de fuerzas especiales, confirmó el informe de inteligencia con documentación que lo involucra en decisiones sobre a quién detener para interrogar.
Kandahari deberá responder a las acusaciones por las desapariciones y muertes de al menos 17 civiles afganos, detenidos por fuerzas especiales de Estados Unidos.
El estadounidense tiene una gran espada tatuada en su brazo derecho, seña que recordó en su testimonio Hikmatullah, un estudiante de 16 años también víctima del detenido.
La inteligencia afgana aseguró tener un video donde el intérprete totura a civiles detenidos.
Los cadáveres de esas víctimas fueron hallados cerca de una base militar de las fuerzas especiales invasoras.
La detención de Kandahari y los informes que acompañan este caso generaron tensiones entre Kabul y Washington.
El propio presidente Karzai ordenó el retiro de tropas estadounidenses en algunas provincias de su país y dijo que esos militares deben ser sustituidos por efectivos de unidades especiales afganas.
Los civiles en Afganistán viven a diario la tragedia de soportar torturas y enfrentar maltratos de comandos especiales, desde el inicio de la ocupación estadounidense en 2001, acorde con denuncias.
Según reportes periodístiscos, el Pentágono mantiene una red de sitios tenebrosos, donde prisioneros afganos son torturados, obligados a desnudarse, sometidos a confinamiento solitario, azotados por el frío y las luces encendidas las 24 horas del día.
Esas tácticas, calificadas de asesinas, son aplicadas por las fuerzas ocupantes de Washington y la OTAN.
Aunque Estados Unidos anunció la retirada de sus tropas, luego de 2014 mantendrán cerca de 10 mil uniformados en Afganistán con la tarea de mantener el terror, los escuadrones de la muerte y el despliegue de aviones no tripulados, que pueden matar a distancia, de acuerdo con denuncias desde este país asiático.
PL
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