El megaespionaje a ciudadanos y gobernantes europeos ha generado un gran
escándalo internacional. Por un lado, los Gobiernos del viejo
continente acusan a EE.UU. de promover sus actividades de espionaje,
mientras Washington, por otro, califica de completamente falsas las
acusaciones en su contra.
Aunque no se sabe exactamente si EE.UU.es el único autor de estas violaciones a los derechos humanos o si ha sido algo normal y coordinado con estos mismos países europeos, los ciudadanos fueron víctimas de este hecho.
¿De verdad la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. estuvo espiando a todos sin que nadie se percatara de ello? ¿Por qué alegan que los servicios de Inteligencia europeos no mantenían a sus autoridades al tanto de este hecho? ¿Aparte de los ciudadanos y los líderes, quiénes más fueron espiados? ¿Qué dimensiones tenía este espionaje?
Mientras los Gobiernos europeos y los medios de comunicación acusan a los servicios de Inteligencia norteamericanos de violar su privacidad, en unos comentarios polémicos, EE.UU. anunció que todas las informaciones recopiladas se obtuvieron a través de la colaboración de los servicios de Inteligencia de estos países.
El director de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA), Keith Alexander, puso de relieve que las informaciones publicadas en los medios de Francia, España e Italia de que la NSA recopiló datos de decenas de millones de llamadas telefónicas en esos países, eran "completamente falsas". Aseguró que algunos de los datos mencionados en los documentos filtrados por el exagente de la NSA, Edward Snowden, fueron recopilados no solo por la propia NSA, sino también "proporcionados a ésta por socios extranjeros”. Hay informes que ratifican las alegaciones del general Alexander; de acuerdo con el diario El País, el Centro Nacional de Inteligencia español (CNI), de forma rutinaria, entrega a la NSA los datos recopilados de personalidades y ciudadanos, de igual manera que lo están haciendo los principales servicios de espionaje europeos.
En este sentido, un informe publicado por la revista alemana Der Spiegel, en el que cita a Edward Snowden, puso de relieve el pasado mes de julio que los servicios de inteligencia alemanes estaban al tanto de las actividades de espionaje masivo estadounidense, pero no informaban de sus detalles a las autoridades políticas.
¿Por qué dicen que los servicios de inteligencia no informaban a las autoridades de lo que pasa?
De momento, España y Alemania alegan que no estaban al tanto de este proceso de transferencia de datos e informaciones privadas a Washington, algo que aparentemente parece cierto; no obstante, esta situación esconde una estrategia. Desde un principio, se pensó que, en caso de salir a la luz esta colaboración, los políticos no tendrían que asumir ninguna responsabilidad, tal como confirmó Snowden a Der Spiegel. Por eso, las reacciones ante este caso polémico han sido tan minimizadas y todo lo que está pasando ahora no es nada más que una maniobra política para tranquilizar a la opinión pública, al decir que sus gobiernos protegen sus datos y su privacidad porque en realidad este intercambio de información y de datos es algo normal en sus relaciones. Como ha ratificado y asegurado el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Rogers: "Cada país recopila información extranjera. Esto no es exclusivo de Estados Unidos. Lo que es único en Estados Unidos es nuestro nivel de supervisión, nuestro compromiso con la protección de la privacidad, los controles y el equilibrio en la recopilación de inteligencia".
Previamente, la canciller alemana, Angela Merkel, en una entrevista concedida al semanario 'Die Zeit', había confirmado que un cierto nivel de cooperación era necesario para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Además, aseguró que durante décadas, los servicios de inteligencia trabajaban juntos bajo ciertas condiciones que están firmemente reguladas en Alemania, algo que ha servido mucho a la seguridad del país germano.
¿Por qué ese hecho "normal" se convirtió en un escándalo?
Todo comenzó con las inesperadas revelaciones de Edward Snowden, de que los líderes de Alemania, Angela Merkel; de Francia, François Hollande; el expresidente mexicano, Felipe Calderón; el entonces candidato presidencial y actual presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se encontraban entre las víctimas del espionaje. La propia Merkel decía: "Quiero que las necesarias discusiones con Estados Unidos se lleven a cabo con un espíritu en el que, a pesar de las justificadas preguntas, nunca se olvide que ha sido nuestro más leal aliado durante décadas y que todavía lo es"; al enterarse de que estaba siendo espiada, incluso antes de que llegara a ser canciller, en palabras contradictorias, denunció que espiar a los amigos y aliados es totalmente inaceptable y exigió al presidente de EE.UU., Barak Obama, que tomase medidas para recuperar la confianza perdida, lo mismo que pasó con Hollande.
¿En qué se enfocaban las operaciones de espionaje?
La dimensión de las actividades del servicio de Inteligencia estadounidense es tan amplia que los datos de los ciudadanos son simplemente una gota en ese inmenso mar de espionaje. Informaciones detalladas de los planes y programas militares de los países espiados, así como informaciones secretas de las grandes compañías, empresas y entidades bancarias conformaban el blanco del espionaje.
Según los datos revelados, al disponer de los detalles de la situación del mercado mundial mediante sus actividades de inteligencia, los estadounidenses sabían cómo reaccionar y dónde invertir para sacar beneficios. Por lo que, el Parlamento europeo, en una medida preventiva para evitar la repetición de este acto en el futuro, aprobó por estrecho margen una resolución a favor de anular un acuerdo que da a las autoridades estadounidenses acceso a los datos bancarios en investigaciones relacionadas con el terrorismo.
¿Afectará el megaespionaje a EE.UU.?
Al parecer las acusaciones y el cruce de reproches entre EE.UU. y otros países involucrados en este escándalo solo se limitan a una maniobra política, algo que se puede interpretar de las declaraciones de MartinNesirky, vocero del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien el miércoles, en respuesta a la pregunta de un corresponsal sobre el espionaje de la Casa Blanca a la ONU dijo que las autoridades estadounidenses han dado garantías de que las comunicaciones de Naciones Unidas no son ni serán vigiladas.
Entonces, solo resta esperar para saber que pretende conseguir EE.UU. mediante este escándalo, tal y como hiciera anteriormente con el caso de su pública decisión de atacar Siria, hecho que no se materializó. Ahora el espionaje es otra de las opciones que posiblemente estén empleando para desviar la atención de la opinión pública sobre otros temas pesados como la crisis política interna, la elevación del techo de deuda y el presupuesto…
Aunque no se sabe exactamente si EE.UU.es el único autor de estas violaciones a los derechos humanos o si ha sido algo normal y coordinado con estos mismos países europeos, los ciudadanos fueron víctimas de este hecho.
¿De verdad la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. estuvo espiando a todos sin que nadie se percatara de ello? ¿Por qué alegan que los servicios de Inteligencia europeos no mantenían a sus autoridades al tanto de este hecho? ¿Aparte de los ciudadanos y los líderes, quiénes más fueron espiados? ¿Qué dimensiones tenía este espionaje?
Mientras los Gobiernos europeos y los medios de comunicación acusan a los servicios de Inteligencia norteamericanos de violar su privacidad, en unos comentarios polémicos, EE.UU. anunció que todas las informaciones recopiladas se obtuvieron a través de la colaboración de los servicios de Inteligencia de estos países.
El director de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA), Keith Alexander, puso de relieve que las informaciones publicadas en los medios de Francia, España e Italia de que la NSA recopiló datos de decenas de millones de llamadas telefónicas en esos países, eran "completamente falsas". Aseguró que algunos de los datos mencionados en los documentos filtrados por el exagente de la NSA, Edward Snowden, fueron recopilados no solo por la propia NSA, sino también "proporcionados a ésta por socios extranjeros”. Hay informes que ratifican las alegaciones del general Alexander; de acuerdo con el diario El País, el Centro Nacional de Inteligencia español (CNI), de forma rutinaria, entrega a la NSA los datos recopilados de personalidades y ciudadanos, de igual manera que lo están haciendo los principales servicios de espionaje europeos.
En este sentido, un informe publicado por la revista alemana Der Spiegel, en el que cita a Edward Snowden, puso de relieve el pasado mes de julio que los servicios de inteligencia alemanes estaban al tanto de las actividades de espionaje masivo estadounidense, pero no informaban de sus detalles a las autoridades políticas.
¿Por qué dicen que los servicios de inteligencia no informaban a las autoridades de lo que pasa?
De momento, España y Alemania alegan que no estaban al tanto de este proceso de transferencia de datos e informaciones privadas a Washington, algo que aparentemente parece cierto; no obstante, esta situación esconde una estrategia. Desde un principio, se pensó que, en caso de salir a la luz esta colaboración, los políticos no tendrían que asumir ninguna responsabilidad, tal como confirmó Snowden a Der Spiegel. Por eso, las reacciones ante este caso polémico han sido tan minimizadas y todo lo que está pasando ahora no es nada más que una maniobra política para tranquilizar a la opinión pública, al decir que sus gobiernos protegen sus datos y su privacidad porque en realidad este intercambio de información y de datos es algo normal en sus relaciones. Como ha ratificado y asegurado el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Rogers: "Cada país recopila información extranjera. Esto no es exclusivo de Estados Unidos. Lo que es único en Estados Unidos es nuestro nivel de supervisión, nuestro compromiso con la protección de la privacidad, los controles y el equilibrio en la recopilación de inteligencia".
Previamente, la canciller alemana, Angela Merkel, en una entrevista concedida al semanario 'Die Zeit', había confirmado que un cierto nivel de cooperación era necesario para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Además, aseguró que durante décadas, los servicios de inteligencia trabajaban juntos bajo ciertas condiciones que están firmemente reguladas en Alemania, algo que ha servido mucho a la seguridad del país germano.
¿Por qué ese hecho "normal" se convirtió en un escándalo?
Todo comenzó con las inesperadas revelaciones de Edward Snowden, de que los líderes de Alemania, Angela Merkel; de Francia, François Hollande; el expresidente mexicano, Felipe Calderón; el entonces candidato presidencial y actual presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se encontraban entre las víctimas del espionaje. La propia Merkel decía: "Quiero que las necesarias discusiones con Estados Unidos se lleven a cabo con un espíritu en el que, a pesar de las justificadas preguntas, nunca se olvide que ha sido nuestro más leal aliado durante décadas y que todavía lo es"; al enterarse de que estaba siendo espiada, incluso antes de que llegara a ser canciller, en palabras contradictorias, denunció que espiar a los amigos y aliados es totalmente inaceptable y exigió al presidente de EE.UU., Barak Obama, que tomase medidas para recuperar la confianza perdida, lo mismo que pasó con Hollande.
¿En qué se enfocaban las operaciones de espionaje?
La dimensión de las actividades del servicio de Inteligencia estadounidense es tan amplia que los datos de los ciudadanos son simplemente una gota en ese inmenso mar de espionaje. Informaciones detalladas de los planes y programas militares de los países espiados, así como informaciones secretas de las grandes compañías, empresas y entidades bancarias conformaban el blanco del espionaje.
Según los datos revelados, al disponer de los detalles de la situación del mercado mundial mediante sus actividades de inteligencia, los estadounidenses sabían cómo reaccionar y dónde invertir para sacar beneficios. Por lo que, el Parlamento europeo, en una medida preventiva para evitar la repetición de este acto en el futuro, aprobó por estrecho margen una resolución a favor de anular un acuerdo que da a las autoridades estadounidenses acceso a los datos bancarios en investigaciones relacionadas con el terrorismo.
¿Afectará el megaespionaje a EE.UU.?
Al parecer las acusaciones y el cruce de reproches entre EE.UU. y otros países involucrados en este escándalo solo se limitan a una maniobra política, algo que se puede interpretar de las declaraciones de MartinNesirky, vocero del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien el miércoles, en respuesta a la pregunta de un corresponsal sobre el espionaje de la Casa Blanca a la ONU dijo que las autoridades estadounidenses han dado garantías de que las comunicaciones de Naciones Unidas no son ni serán vigiladas.
Entonces, solo resta esperar para saber que pretende conseguir EE.UU. mediante este escándalo, tal y como hiciera anteriormente con el caso de su pública decisión de atacar Siria, hecho que no se materializó. Ahora el espionaje es otra de las opciones que posiblemente estén empleando para desviar la atención de la opinión pública sobre otros temas pesados como la crisis política interna, la elevación del techo de deuda y el presupuesto…
Por: Rasul Gudarzi
HispanTV
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