Otra vez el Mossad saca su mano sucia

Atentado contra embajada iraní en Líbano.

Dos nuevas  acciones han realizado agentes israelíes del Mossad, la CIA, el MI6 y otros servicios de inteligencia árabes contra destacadas figuras de Irán y Siria. En el primero de los casos, fue atacado el ministro para la Reconciliación Nacional de Siria, Alí Haidar, mientras transitaba por  la carretera que une las provincias de Tartus y Hama. En el segundo caso, se consumó el asesinato del consejero cultural de Irán en Líbano, Ebrahim Ansari, como resultado de un ataque con bomba, supuestamente realizado por miembros del grupo terrorista  Brigadas Abdullah Azzam, con vínculos con Al Qaeda, el que originó 23 muertos y 146 heridos.

En la acción contra Haidar falló la inteligencia de los involucrados, pues el funcionario no se encontraba en el vehículo. Empero, murió su chofer.

Para quienes conocemos el historial de acciones encubiertas desarrolladas por los diferentes servicios sionistas, no cabe la menor de las dudas de que estas dos acciones de asesinato selectivo, les involucran directamente, bien como organizadores y perpetradores de los actos terroristas o como adiestradores de mercenarios y criminales de grupos desestabilizadores.

 

No son ajenos en la elaboración de estos planes otros servicios de inteligencia. En el primero de los casos, el atentado contra Haidar estaba dirigido a sabotear las conversaciones que lleva a cabo Siria con otras naciones y la oposición para dar una solución pacífica al conflicto.

 

En el caso de la muerte de  Ansari, así como el propio ataque contra la embajada iraní en Líbano, el objetivo era no solo promover el terror y los conflictos internos en la nación libanesa, sino también enviar un mensaje por parte de Israel y sus aliados contra la nación persa, incitando a una respuesta impensada ante este crimen.

Cuando se quiere saber quién está detrás de un crimen, es elemental determinar primero a quién beneficia el mismo. Y eso, señores míos, apunta directamente contra Israel y las monarquías árabes.

En ambos casos, me congratulo de que Irán y Siria hayan mantenido la cordura ante el mertirologio de sus ciudadanos. Así actúa quien realmente ama la paz.

Percy Francisco Alvarado Godoy