El opositor cubano participa en la Cumbre de las Américas los
días 10 y 11 de abril de 2015 en Panamá y llevará la palabra de
Washington, su principal patrocinador.
1. Nacido en 1962, Manuel Cuesta Morúa es un opositor cubano,
fundador, entre otros, del Partido Arco Progresista de Cuba. También es
coordinador de la Plataforma “Nuevo País”, que agrupa a una parte de la
disidencia.
2. Favorable a un cambio de sistema en Cuba, Cuesta Morúa, quien no
obstante militó en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), es un feroz
detractor del Gobierno y publica regularmente acerbas crónicas en el
sitio Cubanet, que recibe subvenciones de la Agencia Estadounidense
Internacional para el Desarrollo (USAID), ella misma financiada
directamente por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
3. La Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for
Democracy, NED) financia las actividades de oposición de Cuesta Morúa.
La NED fue creada por el antiguo presidente estadounidense Ronald Reagan
en 1983, en una época en que la violencia militar había tomado el paso
sobre la diplomacia tradicional en los asuntos internacionales. Gracias a
su poderosa capacidad de penetración financiera, la NED tiene como
objetivo debilitar a los gobiernos que se opondrían a la política
exterior de Washington.
5. En septiembre de 1991 Allen Weistein, padre de la legislación que
dio nacimiento a la NED, expresó lo siguiente al Washington Post: “Mucho
de lo que hacemos hoy lo hizo la CIA hace 25 años de modo clandestino”.
6. Carl Gershman, primer presidente de la NED, explicó en junio de
1986 la razón de ser de la Fundación: “Sería terrible para los grupos
democráticos del mundo entero aparecer como subvencionados por la CIA.
Vimos eso en los años 60 y por eso acabamos con ello. Es porque no
podíamos seguir haciéndolo por lo que se creó la Fundación”.
7. Así, según el New York Times, Allen Weinstein y Carl Gershman,
Manuel Cuesta Morúa está financiado por una oficina pantalla de la CIA.
8. Manuel Cuesta Morúa condenó el ataque al cuartel Moncada del 26 de
julio de 1953 que lanzó Fidel Castro contra la dictadura militar de
Fulgencio Batista apoyada por Estados Unidos, acción que desató la
Revolución Cubana. El disidente fustigó a todos los dirigentes
latinoamericanos por viajar a Cuba con el fin de celebrar al 60
aniversario de la sublevación popular en 2013 y hacer, según él,
“apología de la violencia”. Según él, “esta alabanza latinoamericana y
caribeña es […] una falta de respeto hacia nuestra historia”.
9. Para Cuesta Morúa la Revolución Cubana, cuyas conquistas sociales
son alabadas por las más prestigiosas instituciones internacionales
–particularmente en el campo de la salud –, es un fracaso total. Según
sus palabras, con el advenimiento del socialismo, Cuba se ha convertido
en un “país sin baños públicos, con portales con tres décadas de
suciedad, edificios a medio derrumbar, hospitales listos para transmitir
infección”.
10. Según el opositor, el mercado del empleo en Cuba es sinónimo de
“regreso de la esclavitud en el trabajo, ahora sin trata negrera”. La
Organización Internacional del Trabajo (OIT) no comparte este punto de
vista y al contrario califica el sistema cubano de seguridad social de
“milagro” por la protección que brinda a los trabajadores y por la baja
tasa de desempleo.
11. Nelson Mandela, héroe de la lucha contra el apartheid, símbolo
del combate por la emancipación humana, rindió homenaje a la
intervención cubana en África para ayudar a los movimientos de
liberación nacional en Angola y Namibia, entre otros, y al Congreso
Nacional Africano (ANC) en su lucha contra el régimen de Pretoria:
“Desde sus días iníciales, la Revolución Cubana ha sido una fuente de
inspiración para todos los pueblos amantes de la libertad. El pueblo
cubano ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos de África.
Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la
independencia, la libertad y la justicia en África que no tiene paralelo
por los principios y el desinterés que la caracterizan”. Thenjiwe
Mtintso, embajadora de Sudáfrica en Cuba, recordó la verdad histórica a
propósito del compromiso de Cuba en África: “Hoy Sudáfrica tiene muchos
amigos nuevos. Ayer estos amigos se referían a nuestros líderes y a
nuestros combatientes como terroristas y nos acosaban desde sus países a
la vez que apoyaban a la Sudáfrica del apartheid. Esos mismos amigos
hoy quieren que nosotros denunciemos y aislemos a Cuba. Nuestra
respuesta es muy simple, es la sangre de los mártires cubanos y no de
estos amigos la que corre profundamente por la tierra africana y nutre
el árbol de la libertad en nuestra Patria”. Pero Cuesta Morúa, por su
parte, lejos de rendir tributo a la solidaridad internacionalista de su
país, denuncia lo que llama “el imperialismo revolucionario hacia el
Tercer Mundo”.
12. Del mismo modo, mientras el mundo entero celebra las misiones
internacionalistas humanitarias cubanas por todo el planeta, con más de
50.000 médicos y otro personal sanitario que trabaja voluntariamente en
más de 60 países del Tercer Mundo –el ejemplo más reciente la
intervención cubana en el oeste de África para luchar contra la epidemia
de ébola–, Manuel Cuesta Morúa estigmatiza, al contrario, “el
imperialismo revolucionario hacia el Tercer Mundo: en forma de misiones
militares o de misiones médicas y educativas”.
13. Para el opositor “la Revolución Cubana ya no existe” pues “fue,
por naturaleza, una revolución conservadora” sin “posibilidades de una
modernización social, política y cultural coherente, en consonancia con
la dinámica mundial: el feminismo, los negros y el movimiento homosexual
y de lesbianas”. Aquí también Cuesta Morúa contradice a las más
eminentes instituciones internacionales que multiplican las alabanzas a
Cuba por su política de integración de las minorías. A guisa de
ejemplo, hay unanimidad entre los estudiosos para reconocer que la
Revolución Cubana ha sido sinónimo de emancipación de la mujer. Con una
esperanza de vida de 80 años, una tasa de mortalidad infantil de 4,6
por mil, una tasa de mortalidad materna de un 0,02%, una tasa de
fecundidad de 1,5 hijos, un salario estrictamente igual al del hombre
por un empleo similar, un derecho a una pensión plena después de 30
años de cotización, la mujer cubana goza de un estatus único entre los
países en vía de desarrollo. También representa el 60% de los
estudiantes, el 44% de la población activa, el 66,4% de los técnicos y
profesionales del país de nivel medio o superior (profesores, médicos,
ingenieros, investigadores, etc.), el 66% de los funcionarios civiles,
el 46% de los cargos de dirección en el sector económico y el 48,66% de
los diputados del Parlamento nacional.
14. Para Manuel Cuesta Morúa, la hostilidad de Estados Unidos hacia
Cuba es una fabricación de las autoridades de La Habana: “El gobierno
cubano construyó un enemigo formidable para enmascarar un régimen
autoritario”. Así, la invasión de Bahía de Cochinos de 1961, la amenaza
de desintegración nuclear en 1962, el financiamiento del terrorismo
contra Cuba (3.478 muertos y 2.099 discapacitados), las sanciones
económicas, la agresión política, diplomática y mediática sólo son un
“muro narrativo” inventado por “el régimen cubano”.
15. Según él la política de Estados Unidos hacia La Habana desde 1959
“ayudó a poner de relieve el tema de los derechos humanos en Cuba”.
16. Manuel Cuesta Morúa está a favor de la Ley de Ajuste Cubano que
adoptó el Congreso de Estados Unidos en 1966, destinada a fomentar la
emigración ilegal y el robo de cerebros. Única en el mundo, estipula que
todo cubano que entre legal o ilegalmente a Estados Unidos, pacífica o
violentamente, después del 1 de enero de 1959, consigue automáticamente
al cabo de un año y un día el estatus de residente permanente. Para el
disidente, la eliminación de dicha legislación “sería contraproducente
para el control legal del flujo migratorio”.
17. Manuel Cuesta Morúa minimiza el impacto de las sanciones
económicas contra la población cubana. Según él se trata de un simple
“embargo” y no de un “bloqueo” y omite señalar así el carácter
extraterritorial, es decir contrario al derecho internacional, del
estado de sitio impuesto a la isla desde 1960.
18. El disidente cubano está cercano a los círculos de poder
estadounidenses. Intervino ante el Senado a invitación del senador Marco
Rubio, acérrimo opositor a todo acercamiento a Cuba y exigió que se
dejara de “culpar al vecino del norte por los problemas de la isla”.
Según él las sanciones económicas son una excusa del Gobierno cubano
para justificar las dificultades que enfrenta el país, contradiciendo
así a la comunidad internacional que condenó en 2014, con abrumadora
mayoría de 188 votos contra 2 (EE.UU. e Israel), por vigesimotercer año
consecutivo, el estado de sitio impuesto a los cubanos, que constituye
el principal obstáculo al desarrollo de la isla.
19. Según Cuesta Morúa el acercamiento entre Washington y La Habana
constituye una “victoria estratégica de los Estados Unidos frente al
Gobierno cubano”. El presidente Obama, por su parte, no comparte este
punto de vista y reconoce que la política de hostilidad hacia Cuba ha
sido un fracaso total: “Vamos a poner fin a un enfoque obsoleto que ha
fracasado durante décadas en promover nuestros intereses. […] Ninguna
nación nos ha seguido en la imposición de esas sanciones. […] Después de
todo, esos últimos cincuenta años han demostrado que el aislamiento no
ha funcionado. Es tiempo de adoptar un nuevo enfoque. […] La política
estadounidense hacia Cuba ha aislado a Estados Unidos de sus socios
regionales e internacionales, ha limitado [la] capacidad de influencia
en el continente americano”. John Kerry, secretario de Estado de Estados
Unidos, comparte el análisis: “No sólo esta política ha fracasado […]
sino que también ha aislado a Estados Unidos en vez de aislar a Cuba”.
20. El disidente cubano es un gran admirador del modelo
estadounidense. Según él “el modelo de éxito y bienestar, y no solo para
la generación de nuestros hijos, radica en los Estados Unidos. Muchos
de nuestros padres y abuelos viajan allí para insertarse en la generosa
estructura de seguridad social que se ofrece en aquel país para los
ancianos”. Poco importa si todos los indicadores contradicen esta
afirmación. A guisa de ejemplo, según las estadísticas oficiales,
mientras Estados Unidos es el país más rico del mundo, al menos el 14,5%
de la población vive por debajo del umbral de pobreza, o sea 45,3
millones de personas. Del mismo modo el 19,9% de los niños menores de 18
años sufren pobreza.
21. Manuel Cuesta Morúa denuncia a los países de la nueva América
Latina, a saber, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Brasil y
Argentina y fustiga “el antinorteamericanismo histórico de la región
[que] […] pospone […] la defensa íntegra de los valores democráticos en
el hemisferio”. Según él ninguno de los presidentes que llegaron al
poder mediante escrutinios reconocidos por su transparencia por las
instituciones internacionales es legítimo: “¿Cree alguien de verdad que
la Kirchner, o los Lula, Correa, Morales, Ortega y Maduro son
demócratas?”
22. En cambio el disidente cubano rinde homenaje a la Organización de
Estados Americanos, “única organización […] que cuenta con mecanismos
consolidados, con una referencia y una experiencia tradicional”. No
obstante esta entidad, tradicionalmente sumisa a Estados Unidos al punto
de recibir el apodo de “Ministerio de las Colonias”, suscita un rechazo
creciente en América Latina, en beneficio de nuevas estructuras de
integración basadas en la igualdad soberana y la reciprocidad como la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), fundada en
2011, que agrupa a los 33 países del continente americano –más allá de
las diferencias políticas e ideológicas– con la excepción de Canadá y
Estados Unidos.
23. De hecho Manuel Cuesta Morúa expresa su oposición a los procesos
de integración en América Latina si no se realizan bajo la tutela
estadounidense. Para él la CELAC es un “fantasma político de reciente
estreno”, “sin mecanismos, instituciones, [ni] representatividad
política”, “de la que nadie en su sano juicio hablará en largo rato, si
acaso lo hace en el futuro”.
24. Desde 1959 uno de los principales pilares de la política exterior
de Estados Unidos hacia Cuba ha consistido en organizar, asesorar y
financiar a una oposición interna con el fin de conseguir un “cambio de
régimen”. Si esta política fue clandestina de 1959 a 1991, ahora es
pública y está asumida por Washington. Así, la ley Torricelli de 1992,
la ley Helms-Burton de 1996, la Comisión de Asistencia para una Cuba
Libre en sus informes de 2004 y 2006, prevén un financiamiento de la
oposición interna en Cuba que llega a 20 millones de dólares anuales.
25. En una palabra Manuel Cuesta Morúa, que reside en Cuba y se
beneficia de todas las ventajas del sistema de protección social del
país, es un disidente vinculado al poder estadounidense mediante la NED,
una oficina pantalla de la CIA que contribuye financieramente al
desarrollo de sus actividades de oposición al Gobierno de La Habana.
Salim Lamrami
Fuente: Almayadeen
Tercera Información
Una gran pena que un hijo criado y educado en la vanguardia moral y humana, que es Cuba, se convierta en un miserable Judas por un puñado de dólares. Seguramente, con un poco de captagón iría también a Siria a degollar civiles.
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