Baltimore,
una de las ciudades más notorias de Estados Unidos, recuerda no solo a
Ferguson, sino también a la incapacidad de los órganos policiales
norteamericanos de proceder con transparencia en las detenciones de ciudadanos.
Pone sobre el tapete la irracional violencia policial contra miembros de las
comunidades afroamericanas y, sobre todo, la vigencia del racismo en EEUU.
La muerte
sospechosa de Freddy Gray, un joven afroamericano de 25 años, quien fuera herido
en circunstancias no aclaradas mientras se encontraba bajo custodia policial y
su posterior deceso en un hospital local por lesiones en la medula espinal,
fueron el detonante de este nuevo capítulo de reclamo violento de justicia por
parte de la población.
Ho las autoridades
locales han impuesto un toque queda desde las 22:00 horas hasta las 5:00 horas
de mañana.
Como reporta
Notimex, “en las calles Baltimore
aún operaban autos de bomberos que tuvieron a su cargo durante la noche y la
madrugada la contención de los siniestros. Los manifestantes, casi en su
totalidad adolescentes afroamericanos, arrojaron piedras, tubos y botellas a la
policía, además de que saquearon licorerías y tiendas, destruyeron una patrulla
policial y prender fuego a una farmacia y a autos particulares.”
Llama la atención
que las autoridades, en vez de proceder con calma y buscando una solución que
cumpla de inmediato con los reclamos de los ciudadanos que solicitan justicia, han
decretado el estado de emergencia y movilizado cinco mil elementos de la
Guardia Nacional. Es la respuesta más cómoda para quienes promueven una
mentalidad represiva y no hacen otra cosa que aumentar la repulsa popular.
El presidente Obama
tuvo que intervenir ante una evidente falta de capacidad de las autoridades
locales y estaduales para manejar la crisis. Su llamado a moderación por parte
de la policía es una evidencia de esta postura.
Las heridas aún
abiertas en la comunidad afronorteamericana tras las muertes injustificadas de
Michael Brown y Eric Gardner, aún están frescas. La solución para frenar la
violencia policial y la discriminación tampoco aparecen. Mientras tanto, un
pueblo cansado busca respuestas mediante la única vía que le dejan: la
violencia.
Percy Francisco Alvarado Godoy.
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