En la
VII Cumbre de las Américas, que se celebrará en la ciudad de Panamá
entre el 10 y 11 de abril, se reunirán los jefes de Gobierno de por lo
menos 26 países. Paralelo a la Cumbre, la OEA ha convocado a cuatro
reuniones. Una de estas girará en torno a los derechos humanos. EE.UU.
anunció que pretende politizar el evento, financiando los viajes de
provocadores cubanos y venezolanos, para generar disturbios que sus
cadenas periodísticas difundirían a escala global. Entre los cubanos,
residentes en Miami, que vienen a Panamá, varios son asociados de los
terroristas que en la Cumbre Iberoamericana de 2000, realizada en la
capital panameña, planearon atentar contra la vida de Fidel Castro.
Al
igual que en muchos otros países, los derechos humanos en EE.UU. han
sido politizados. Por ejemplo, si la violación de los derechos humanos
contribuye a la ‘seguridad nacional’ (es decir, a los intereses de los
sectores sociales dominantes) el Gobierno norteamericano lo considera
aceptable. Al contrario, si la reivindicación de los derechos humanos
por algún sector social es considerado peligroso para la ‘seguridad
nacional’, entonces ese grupo es declarado ‘terrorista’.
Quizá el
mejor ejemplo de la violación de los derechos humanos en EE.UU. es el
caso de la base militar de Guantánamo, donde han pasado miles de
prisioneros de las guerras en el Medio Oriente sin ser acusados, mucho
menos condenados. Todos han pasado por torturas increíbles por períodos
que superan una década. Torturas documentadas y publicadas.
En la
VII Cumbre de las Américas, que se celebrará en la ciudad de Panamá
entre el 10 y 11 de abril, se reunirán los jefes de Gobierno de por lo
menos 26 países. Paralelo a la Cumbre, la OEA ha convocado a cuatro
reuniones. Una de estas girará en torno a los derechos humanos. EE.UU.
anunció que pretende politizar el evento, financiando los viajes de
provocadores cubanos y venezolanos, para generar disturbios que sus
cadenas periodísticas difundirían a escala global. Entre los cubanos,
residentes en Miami, que vienen a Panamá, varios son asociados de los
terroristas que en la Cumbre Iberoamericana de 2000, realizada en la
capital panameña, planearon atentar contra la vida de Fidel Castro.
La
Cancillería panameña ha dicho que está tomando las medidas de seguridad
para garantizar las vidas de los presidentes que visitan la capital
panameña. Incluso, ha solicitado asesoría de los cuerpos especializados
de Venezuela, Colombia y EE. UU.
El presidente Barack Obama, en
contraste con sus homólogos latinoamericanos, llegará a la Cumbre de
Panamá con el peor historial en materia de derechos humanos. Sería
oportuno que, tanto en las sesiones de los presidentes como en la cumbre
paralela sobre esta materia, se revisara el abuso constante de los
derechos humanos de EE. UU., tanto contra su población como en el resto
del mundo.
En 2013 la población encarcelada en EE.UU. sumaba 2.3
millones de personas. La cifra más alta del mundo. La mitad de los
privados de libertad han cometido delitos ‘no-violentos’. En EE.UU.
todavía se sigue imponiendo la pena de muerte en la gran mayoría de los
estados federales. Un estado aprobó en marzo utilizar el pelotón de
fusilamiento para aplicar la pena de muerte.
La justicia en EE.UU.
tampoco reconoce los derechos humanos de las llamadas minorías. La tasa
de condenas y encarcelamientos según los antecedentes étnicos es
discriminatoria. Según las estadísticas, el 13 por ciento de la
población de EE.UU. es negra (de origen africano), pero el 31 por ciento
de la población encarcelada pertenece a esa etnia. Es común que en
EE.UU. se reprima a las protestas de los negros usando fuerza excesiva
que incluye armas de fuego y otros medios letales.
La juventud y
los trabajadores extranjeros son los que sufren más las violaciones a
los derechos humanos. Los jóvenes son abusados y los trabajadores
superexplotados. Además, son objeto de persecución judicial, siendo
privados de su libertad y deportados. El año pasado, las autoridades
norteamericanas admitieron haber detenido a casi 70 mil niños en campos
de concentración insalubres y sin protección. Para no reconocer sus
derechos humanos, EE.UU. alega que los niños son una amenaza a la
‘seguridad nacional’ de ese país.
En EE.UU. también se desconocen
los derechos humanos de los menores de edad que trabajan, especialmente
en labores agrícolas. Los derechos de las mujeres también son violados
sistemáticamente. Una de cada cinco mujeres es violada en las
instituciones de educación superior.
Es oportuno que en la Cumbre
de las Américas las violaciones a los derechos humanos de los países
latinoamericanos, invadidos por EE. UU., también sean revisados. Entre
éstos se destacan Panamá, República Dominicana, Granada, Nicaragua,
Colombia y Perú. Tampoco deben olvidarse los golpes que costaron miles
de vidas coordinados por EE.UU. en Chile, Guatemala, Honduras, Argentina
y Paraguay. Aún más pertinente, la Cumbre debe exigir un fin a las
amenazas del presidente Obama contra Venezuela.
Marco A. Gandásegui, Hijo
opinion@laestrella.com.pa
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*PROFESOR DE SOCIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE PANAMÁ E INVESTIGADOR ASOCIADO DEL CELA.
Tomado de La Estrella de Panamá
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