sábado, 25 de abril de 2015

Greta Garbo y una vieja conspiración en Italia

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La actriz Greta Garbo, genial y clásica ante todo, fue parte de una conspiración política que nunca imaginó cuando en 1939 filmó Ninotchka, comedia dirigida por Ernst Lubitsch, con guión de Billy Wilder, dos verdaderos maestros del cine de todos los tiempos

Lo cuenta William Blum en su libro Asesinando la esperanza donde se expone cómo, durante la férrea campaña llevada a cabo por el gobierno de Estados Unidos para impedir que Italia cayera en “manos de los comunistas”, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.

En ello, el cine, manufacturado “en América”, fue un factor de primer orden para sembrar la duda en millones de votantes.

A esto se debía a que todo hacía prever que el Partido Comunista Italiano, uno de los mayores del mundo por aquel entonces, unido al Partido Socialista Italiano, barrerían en las elecciones convocadas para el 18 de abril de 1948.

Blum, quien en 1967 renunciara a su puesto en el Departamento de Estado de los Estados Unidos por oponerse a la guerra de Vietnam, dice en su obra que “En este momento, Estados Unidos comenzó a probar sus grandes cañones políticos y económicos sobre el pueblo italiano”.

“Toda la buena experiencia yanqui, todas las mañas conocidas en Madison Avenue para influir en la opinión pública, toda la parafernalia hollywoodense se pondría en acción en el mercado seleccionado”, agrega.

Según Blum, el Servicio de Información de Estados Unidos, empeñado en vender a una población que recién salía de la guerra y la miseria “el modo de vida americano”, presentó en barrios obreros un buen número de documentales y filmes de ese corte.

Y expone que “se estima que en el periodo inmediatamente anterior a las elecciones, más de cinco millones de italianos veían cada semana documentales norteamericanos”.

Pero el tiro de gracia propagandístico, en materia cinematográfica, correspondería a aquella comedia de la Metro-Goldwyn-Mayer dirigida por Ernst Lubitsch, con guión de Billy Wilder, donde Greta Garbo interpretaba a una comisaria política soviética.

El personaje que caracterizó Garbo era el de Ninotchka, una mujer dura y sin sonrisas, que viajaba a París a supervisar la venta de unas joyas arrebatadas a la nobleza, y allí descubría las maravillas de occidente y el suave amor de un aristócrata debidamente perfumado, interpretado por Melvyn Douglas.

La sátira se salía de los marcos culturales para jugar una perfecta acción desestabilizadora en un momento de saturación propagandística y de muchas confusiones.

Blue dice que un obrero comunista se lamentaba porque: “Lo que nos liquidó fue Ninotchka”. (Redacción Central-Voz del Sandinismo-Agencias de Noticias)

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