Ahora mismo, la
inteligencia rusa se encuentra monitoreando un plan que pretende vanamente
asesinar a Putin y que involucra no solo a la CIA, sino también a varios de sus
servicios amigos.
Desde hace algún
tiempo, según el portal Infowars, el investigador y reportero Kit Daniels, entrevistó
a un ex funcionario de inteligencia de la CIA, en el cual el mismo admitió que la
Agencia contempla dentro de sus acciones desestabilizadoras contra Rusia la
eliminación física del presidente Vladimir Putin.
Para realizar este
plan magnicida, concebido dentro de la actual guerra de espionaje,
desestabilización y aislamiento de Rusia, en torno al diferendo sobre Ucrania,
la CIA ha manejado diferentes opciones que van desde el empleo de su propia
agentura especializada, así como el empleo de agentes de otros servicios de
inteligencia como los de Ucrania, terroristas chechenos y una suerte de
sicarios al servicio del Mossad, el MI5 y de servicios foráneos de Arabia
Saudita y otras naciones de Europa.
Se sabe que
actualmente existen varias operaciones negras que han sido puestas en marcha y que
han sido debidamente descubiertas por los servicios de inteligencia y
contraespionaje de Rusia.
En esa oportunidad,
Meyer dijo: "Si Putin, es demasiado terco para reconocer que su carrera ha
terminado, y se hace el revolucionario, soldadito o héroe, y la única manera de
sacarlo del Kremlin, será con los pies por delante, con un agujero de bala en
la parte posterior de su cabeza, que también estaría bien para nosotros, o
nosotros lo hacemos, para ello tenemos una orden ejecutiva especial".
Debe recordarse que
la CIA siempre ha contado con operaciones denominadas acciones ejecutivas, cuya
realización tiene diversas formas de implementación pero un mismo fin: la
eliminación física de líderes enemigos de EEUU. En los últimos meses estas
operaciones negras han conducido a la muerte sospechosa de Hugo Chávez en
Venezuela, así como a los asesinatos de dirigentes como Saddam Hussein en Irak
y Muammmar Gadafi en Libia, luego de injustificadas invasiones.
Estas acciones
ejecutivas presidenciales que avalan la opción magnicida de la CIA y su total
impunidad, han sido legalizadas por órdenes expresas firmadas por el presidente
Bill Clinton, en 1998, y por George W. Bush, el 17 de septiembre del 2011.
La orden ejecutiva
es clara: "Que podrán ser eliminadas
todas aquellas personas o individuos que no estén detenidos, en cualquier lugar
del mundo donde se los encuentre y sin necesidad de recibir una orden expresa
del gobierno de Estados Unidos, que por diversas razones puedan ser calificados
como enemigos potenciales de los Estados Unidos, a sus intereses y a la de sus
ciudadanos o al orden mundial establecido. Las eliminaciones se realizaran
siempre y cuando las acciones que lleven a ese desenlace no signifiquen un
involucramiento directo de oficiales del gobierno de los Estados Unidos en la
ejecución directa del asesinato respectivo".
Lo cierto del
asunto es que EEUU sabe bien que las actuales tensiones con Rusia y sus propios
desaciertos en la conducción de este peligroso diferendo, han puesto al mundo
al borde de una guerra mundial y que sus perspectivas de triunfo resultan
dudosas. Una opción más segura y menos costosa –y así lo ha concebido la CIA-,
es procurar la muerte de Putin.
La muerte del
mandatario ruso, según los especialistas de la Oficina de Planes de la CIA,
creará condiciones propicias para generar un caos bien aprovechable por EEUU y
por los grandes consorcios financieros, petroleros y de comunicaciones, entre
otros, de Norteamérica y Europa.
Las puertas para el
magnicidio están bendecidas. Putin y sus servicios de inteligencia lo saben y,
aunque no se han dado a conocer todos aquellos planes magnicidas que han sido
neutralizados, varias fuentes han filtrado que no han sido pocos.
Ahora mismo, la
inteligencia rusa se encuentra monitoreando un plan que pretende vanamente
asesinar a Putin y que involucra no solo a la CIA, sino también a varios de sus
servicios amigos.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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