En reiteradas oportunidades el gobierno de la República Árabe Siria ha
enviado cartas a la Organización de Naciones Unidas ONU, con copia a
los entes adscritos a esa organización como el Consejo de Seguridad del
Atlántico Norte OTAN, a la alta comisionada de la ONU para los Derechos
Humanos, Navi Pillary, al Secretario General de las Naciones Unidas, Ban
Ki Moon y a los Embajadores miembros de la ONU. De igual manera, el
Embajador de Siria en la ONU, Bachar Jaafari y el Canciller del gobierno
de Siria, Walid Al-Moallen, han ofrecido numerosas ruedas de prensa
para informarle a la comunidad internacional, a través de los distintos
medios de comunicaciones mundiales, sobre el contenido de referidas
cartas donde se exponen con argumentos y evidencias, la infiltración de
mercenarios de más de 29 nacionalidades extranjeras en el territorio
sirio y así está expuesto en la Cartas enviadas por el gobierno de
Bachar Al –Assad a la ONU el 20 de Octubre de 2012, donde presenta una
lista de 108 ciudadanos extranjeros detenidos procedentes de Irak,
Egipto, Líbano, Jordania, Túnez y Libia, formando parte de los grupos
armados infiltrados que combaten para derrocar al gobierno de Siria.
En la misma fecha el gobierno de Siria envió una carta al secretario
general de la organización y al presidente (de ese momento) del Consejo
de Seguridad de la OTAN, en la que solicitaba el registro de la lista y
la carta como documentos oficiales para el punto 105 de la agenda de la
sesión de la Asamblea General sobre Siria, denominado “Las medidas para
erradicar el terrorismo internacional”.
Las respuestas de todos los entes de la ONU, de la Comunidad Europea,
EEUU, Turquía y los países de las Monarquías del Golfo arábigo –
pérsico, fue recrudecer las sanciones económicas y financieras, condenar
al gobierno de Siria por la supuesta “represión de su ejército contra
el pueblo”, insistir que el ejército sirio utilizará armas químicas e
invitar al Presidente Bachar Al – Assad a dimitir.
La supuesta comunidad internacional Occidental, con complicidad de
Arabia Saudita, Qatar, Turquía y otros miembros de la Liga Árabe, en su
club de amigos contra el gobierno de Siria, sostuvieron reuniones y su
decisión final fue dotar económicamente y de “armas no letales” a la
“oposición siria” que combate contra el “régimen” de Bachar Al – Assad.
Ya todos sabemos que los mercenarios en Siria poseen “armas no
letales” (para decirlo de alguna manera irónica) como misiles stinger,
C-4, misiles portátiles, vehículos artillados con ametralladoras
DSHK-Duskas, fusiles, teléfonos satelitales, binoculares visión nocturna
y otros tipos de armas bélicas MADE IN USA, Israel, Francia, Turquía,
Afganistán, Rusia, Alemania, Austria, Libia, Australia. Asimismo sabemos
que los grupos de inteligencia militar CIA de EEUU, M-16 de Gran
Bretaña, MOSAD de Israel, la Brigada de Inteligencia y Guerra
electrónica BRGE de Francia, cuya función principal es interceptar las
señales SIGINT y generar con la CIA y MOSAD la guerra electrónica,
monitorizar las comunicaciones sirias, a través de una serie de sensores
y radares, para de esta manera apoyar a los mercenarios infiltrados en
territorio sirio sobre el movimiento de las tropas militares y vuelos
de la aviación militar de Siria. También sabemos del seguimiento
satelital, de espionaje y de rastreo que realiza los ingenieros
informáticos de las bases británicas en Chipre, y de los submarinos
alemanes atracados en aguas de Chipre que contribuyen al espionaje
satelital de comunicaciones y de movimientos del ejército de Siria.
Precisamente, el 20 de enero de 2013, el Canciller de Siria, Walid
Al-Moallen, en una entrevista para la cadena estatal de televisión,
afirmó que “los Gobiernos de Qatar, Arabia Saudita y Turquía, bajo la
tutela de EEUU, son hoy los principales países que apoyan, financian y
arman a los mercenarios en Siria. Son los mismos que han armado un plan
internacional con dimensiones políticas, económicas y militares dirigido
a atentar contra nuestro pueblo mediante el terrorismo”.
¿Será que a la ONU, OTAN, EEUU, Unión Europea, países de la Liga Árabe,
les importa esta denuncia realizada por el gobierno sirio. Será que les
importa estos listados de nombres, estas evidencias contundentes? La
respuesta es NO les importa. Su objetivo es derrocar al gobierno de
Siria y adecuar ese país al ajedrez de sus intereses geopolíticos,
geoestratégicos y sacarse de una vez la piedrita del zapato, como lo es
Siria, y limpiar de obstáculos el camino para las pretensiones
occidentales en la región árabe.
Sin embargo, el gobierno de Siria, apegado a las convenciones, tratados,
resoluciones y leyes internacionales, ha venido denunciando los
crímenes de lesa humanidad cometidos por los mercenarios infiltrados en
contra del pueblo sirio. Hechos que en ningún momento ha condenado la
Organización de Naciones Unidas, sino que ha tratado de invertir los
contenidos, para demostrar que es el gobierno de Siria quien comete
crímenes de lesa humanidad contra su propio pueblo.
Ya en 2012 el gobierno de Siria envió a la ONU cartas donde criticaba la
negativa de algunos miembros del Consejo de Seguridad a emitir una
condena a los atentados terroristas que reiteradamente ocurren en el
país, como el ocurrido el 26 de octubre de 2012 en el barrio Daf al-
Shouk, los dos carros bombas que explotaron el 29 de noviembre de 2012
en la zona de Jaramana en Damasco donde murió el chofer de la embajada
de Venezuela o los atentados del 15 de enero de 2013 en la Universidad
de la Ciudad de Alepo y un día después en la ciudad de Idleb, muriendo
cientos de civiles inocentes.
En esas cartas el Gobierno sirio lamentó, que la oposición de algunos
países en el Consejo de Seguridad, solo podía interpretarse como algo
más que un apoyo práctico al terrorismo y a los terroristas.
Señaló que Estados Unidos, Francia, Alemania y Gran Bretaña se turnan
entre ellos para evitar que sean condenados estos crímenes con excusas
flagrantes y acusaciones que indican claramente la existencia de un
programa dirigido contra la población y las autoridades sirias.
A pesar de estas advertencias el gobierno de Siria sigue condenando los
hechos terroristas, presentando evidencias de cómo los grupos
salafistas, yihadistas, extremistas, no solo de Al-Qaeda, sino de otras
organizaciones criminales y paramilitares como los blackwater,
entrenados e infiltrados desde Turquía, Jordania, Irak y Líbano en
territorio sirio, con ayuda de la inteligencia militar de EEUU,
Británica, turca y árabe, realizan estos horrorosos crímenes contra el
pueblo sirio y contra los militares del ejército de siria.
El gobierno sirio presenta evidencias y los organismos internacionales
en complicidad con las grandes cadenas de los medios de comunicaciones,
utilizan estas mismas evidencias, las tergiversan, las manipulan, para
hacer creer a la opinión pública internacional, que es el gobierno de
Siria que realiza estas acciones terroristas contra su propio pueblo.
Estas incongruencias de los organismos internacionales hizo que el 17 de
enero de 2013, el gobierno de Siria criticara en dos cartas, el doble
rasero de los principales miembros del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas (ONU), denunciando que, por un lado, combaten a los
grupos rebeldes en Mali; mientras, por el otro, amparan las actividades
de organizaciones terroristas en suelo sirio.
Ante ello, el gobierno del presidente Bachar Al-Assad advirtió que “los
Estados regionales y occidentales que patrocinan a las bandas armadas,
no podrán disuadir al Gobierno sirio de proteger a sus ciudadanos,
estudiantes y escuelas, y que Damasco no dará un paso atrás en su lucha
contra el terrorismo”.
En sendas cartas al presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas y otra al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, el gobierno
de Siria exigió condenar todo tipo de terrorismo, pero los resultados
fueron otros.
Otras cartas enviadas por el gobierno de Siria a la ONU y sus entes
adscritos, como las dos cartas del 9 de enero de 2013, donde explica las
particularidades del Programa Político presentado por el presidente
Bachar Al-Assad para resolver la crisis en Siria y donde se pide a los
líderes regionales e internacionales detener de inmediato la entrega de
apoyo financiero, armas y logística a los grupos opositores armados,
exigirles detener la violencia en todas sus formas para poner fin al
baño de sangre y restaurar la seguridad, integridad territorial y la
independencia del país árabe, solo encontró comentarios ligeros del
Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon y miembros del Consejo de
Seguridad: Francia, Gran Bretaña, EEEUU, quienes objetaron la propuesta y
trataron, una vez más, de engañar a la opinión pública internacional
diciendo que el Plan del Presidente Bachar Al-Assad no es el más
adecuado. ¿Y por qué no es el más adecuado? Porque es la propuesta que
puede terminar con la crisis en Siria y para ello se hace necesario
varias acciones, como lo presenta en la propuesta el gobierno de Siria,
en tres fases, que a grosso modo se especifican así: Primera Fase: Todos
los países deben comprometerse a poner fin a los actos terroristas en
Siria. Luego el ejército regresará a sus cuarteles. Segunda Fase: se
realizará un llamado a una Conferencia de Dialogo Nacional con todos los
factores que hacen vida social y política en el país, tomando como
premisas para ese dialogo el respeto a la soberanía. Se elaborará una
nueva Constitución que será sometida a la aprobación o no del pueblo a
través de un referéndum. Tercera Fase: Conformación de un gobierno
Nacional formado por todos los sectores de la sociedad. Se procederá a
realizar un indulto a los presos en general.
El problema de esta propuesta del Presidente Bachar Al – Assad para la
ONU, OTAN, organismos internacionales y países interesados, es que por
ninguna parte se mencionó la colaboración de occidente o países del
golfo arábigo – pérsico, en el arreglo, consulta para la formación de un
nuevo gobierno o la reconstrucción de la República Árabe Siria. Sino
que la propuesta del gobierno de Siria es una exigencia a los países
para que saquen a sus mercenarios, para que entre los sirios, construir
un nuevo estado, entre todos y para todos, sin interferencia e
injerencia extranjera.
Como se ve y se ha visto durante estos casi dos años de guerra (como lo
quieren hacer ver los analistas internacionales y que realmente, esta
guerra viene desde julio del año 2000, realizada en distintas etapas,
pero que en ninguna de estas etapas había cosechado (para la comunidad
internacional) la oportunidad de cambiar al gobierno de resistencia
antiimperialista de Siria, como en esta etapa que se desarrolla desde el
año 2011), los organismos internacionales llámense ONU, Liga Árabe,
OTAN, Derechos humanos han estado tratando de crear una matriz de
opinión contraria a los hechos en Siria y las reiterativas denuncias que
ha venido realizando, a través de cartas, el gobierno de la República
Árabe Siria.
No sólo el pueblo sirio ha entendido esto, sino que también lo han
entendido otros pueblos, el ejército sirio, que unidos con el gobierno y
el apoyo en los parámetros internacionales de Rusia, Irán y China,
están derrotando por fases, la conspiración más dura que haya hecho
todas las potencias bélicas contra un país y gobierno legítimo.
Lamentablemente, como lo decía el Comandante Presidente de Venezuela,
Hugo Chávez, en Carta enviada a la ONU en septiembre 2011, “la ONU, a lo
largo de toda su historia, en lugar de sumar y multiplicar esfuerzos
por la paz entre las Naciones, termina avalando -unas veces, por acción
y, otras, por omisión- las más despiadadas injusticias”. Y esto pudiese
estar sucediendo en contra del gobierno de Siria.
Twitter: @roajavier
Tomado de Aporrea.org
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