AFP
Décadas después de que dejara de usar el virus que
causa la enfermedad de la fiebre Q como arma biológica, el Pentágono
todavía busca desarrollar una vacuna para proteger a las tropas de esta
dolencia altamente infecciosa.
La enfermedad conocida como fiebre Q es causada por la bacteria
Coxiella burnetii, que se encuentra frecuentemente en el ganado.
Actualmente esta bacteria se considera un agente de bioterrorismo y los
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades la catalogaron
como una amenaza de 'Clase B', el segundo nivel más peligroso, de
acuerdo con dicha institución.
EE.UU. incorporó en sus armas el virus Coxiella burnetii hace unos 60 años, señaló la Agencia de Defensa de Reducción de Amenazas (DTRA, por sus siglas en inglés), que lleva a cabo investigaciones para una posible vacuna.
La Unión Soviética también desarrolló un arma biológica basada en la fiebre Q en la década de 1970 y se sospecha que Irak trató de hacer lo mismo. De hecho, según informes médicos militares, algunos miembros de las tropas estadounidenses que combatieron en Irak regresaron a casa con la enfermedad, recoge un artículo publicado en el portal Military Times.
EE.UU. abandonó su programa de armas químicas y biológicas en 1969, pero el Pentágono sigue visiblemente preocupado por la posible amenaza de este tipo de armas. En octubre, la DTRA anunció que estudia desarrollar tratamientos contra dos bacterias que figuran en la lista de agentes biológicos (el B. pseudomallei y la Francisella tularensis) y actualmente tiene planes de crear una vacuna contra la fiebre Q.
La fiebre Q fue inicialmente descrita en 1937 en Australia. Se han dado casos en todo el mundo, pero a día de hoy continúa siendo una enfermedad infradiagnosticada, dado que se desconocen cuáles son exactamente sus síntomas, apunta el artículo. Aunque ya se desarrolló una vacuna para el virus en Australia, documentos de la DTRA afirman que tiene múltiples efectos secundarios y se necesita una vacuna mejor.
La mayoría de los casos de la fiebre no son mortales. Incorporado en armas, tiene la capacidad potencial de debilitar a su objetivo, pero no de matarlo.
EE.UU. incorporó en sus armas el virus Coxiella burnetii hace unos 60 años, señaló la Agencia de Defensa de Reducción de Amenazas (DTRA, por sus siglas en inglés), que lleva a cabo investigaciones para una posible vacuna.
La Unión Soviética también desarrolló un arma biológica basada en la fiebre Q en la década de 1970 y se sospecha que Irak trató de hacer lo mismo. De hecho, según informes médicos militares, algunos miembros de las tropas estadounidenses que combatieron en Irak regresaron a casa con la enfermedad, recoge un artículo publicado en el portal Military Times.
EE.UU. abandonó su programa de armas químicas y biológicas en 1969, pero el Pentágono sigue visiblemente preocupado por la posible amenaza de este tipo de armas. En octubre, la DTRA anunció que estudia desarrollar tratamientos contra dos bacterias que figuran en la lista de agentes biológicos (el B. pseudomallei y la Francisella tularensis) y actualmente tiene planes de crear una vacuna contra la fiebre Q.
La fiebre Q fue inicialmente descrita en 1937 en Australia. Se han dado casos en todo el mundo, pero a día de hoy continúa siendo una enfermedad infradiagnosticada, dado que se desconocen cuáles son exactamente sus síntomas, apunta el artículo. Aunque ya se desarrolló una vacuna para el virus en Australia, documentos de la DTRA afirman que tiene múltiples efectos secundarios y se necesita una vacuna mejor.
La mayoría de los casos de la fiebre no son mortales. Incorporado en armas, tiene la capacidad potencial de debilitar a su objetivo, pero no de matarlo.
Russia Today
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