Foto: ru.wikipedia.org
La
Comisión Warren, que practicó la primera investigación oficial del
asesinato de Kennedy, llegó a la conclusión de que Oswald fue el único
tirador. A ello apuntan diferentes hechos. Tenía la calificación de
francotirador, psíquicamente era inestable, y sus convicciones radicales
y su afición por el marxismo pudieron incitarle a asesinar al
presidente de EEUU. A estos argumentos debe añadirse ese empecinamiento
excesivo que caracterizaba a Oswald, considera el coronel de la KGB
retirado, Oleg Nechiporenko, quien escribió un libro sobre el asesinato
de John Kennedy.
–Cuando
le surgían obstáculos imprevistos trataba de superarlos con toda
terquedad. Esto debe resaltarse, teniendo en cuenta lo que hizo. Podía
movilizarse en determinados momentos y esforzarse para cumplir la tarea
que se había planteado.
Oleg
Nechiporenko habló con Oswald dos meses antes del asesinato de Kennedy.
El norteamericano vivió en la Unión Soviética de 1959 hasta 1962. Luego
regresó a EEUU con su esposa rusa y una criatura. Luego de nuevo quiso
salir y solicitó visado en la Embajada de México en la URSS.
Nechiporenko tomó la entrevista y notó que ya entonces Oswald:
–Era
un hombre neurótico con inclinación a las manifestaciones histéricas.
Durante la charla le temblaban las manos, se percibía que estaba
sumamente excitado, pero, al mismo tiempo, se sentía que se encontraba
en un estado depresivo. Su adecuación psíquica no nos hizo dudar:
hablaba razonablemente y su discurso estaba estructurado de manera
lógica.
No
se ha conservado ninguna grabación de los interrogatorios a que fue
sometido tras el atentado. Pero cuando se veía enfocado por las cámaras
de televisión, siempre lo negaba todo y no se parecía a una persona que
quería afamarse tras asesinar al presidente. Semejante conducta de
Oswald no se corresponde con el retrato psicológico confeccionado por la
Comisión Warren, declaró el periodista David Talbot, autor del libro La
conspiración: la historia secreta de John y Robert Kennedy.
–Incluso
en el caso de haber sido realmente un solitario, se comportaría de la
misma manera que todos los asesinos desequilibrados: se sentiría
orgulloso de lo que hizo y lo declararía públicamente, esa sería su
“hora estelar”. Pero Oswald, hasta su propia muerte, negó su complicidad
en el asesinato de Kennedy. Decía que le habían tendido una trampa, que
todo fue tramado de antemano.
Lee
Harvey Oswald fue asesinado dos días después del atentado contra
Kennedy. Le disparó Jack Ruby, propietario de un club nocturno. El
crimen se hizo efectivo en el Departamento de Policía de Dallas y fue un
motivo más para la aparición de las numerosas teorías de la
conspiración. Existe la versión de que Ruby cometió este crimen en
venganza por el asesinato de su presidente favorito. Pero también existe
la suposición de que Ruby actuó por orden de aquellos que contrataron y
engañaron a Oswald y no querían que dijera la verdad.
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