Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz Balart |
Este lunes se puso de manifiesto en Miami que la nueva ley migratoria
de Cuba ha causado pánico entre algunos de los más conspicuos
representantes de la ultraderecha de origen cubano en Estados Unidos.
Sobre todo los legisladores por esa ciudad, Ileana Ros-Lehtinen y
Mario Díaz-Balart, quienes formularon declaraciones antes de iniciarse
allí un foro sobre la reforma migratoria en aquel país.
Ellos dijeron que las nuevas disposiciones en ese terreno circuladas
en La Habana alentarían a más cubanos a emigrar hacia Estados Unidos en
busca de residencia para después regresar a visitar familiares.
A eso último temen Ros-Lehtinen y Díaz-Balart con el argumento de que
podría crear la impresión “de que no están huyendo de la dictadura”.
También afirmaron que la percepción de que los cubanos son
inmigrantes ordinarios, no refugiados del comunismo, es lo que podría
llevar al debilitamiento de la Ley de Ajuste Cubano.
Formidable golpe a las viejas y actuales maquinaciones de la extrema derecha del Congreso de Washington y de grupos asentados en la Florida.
Además, opinaron, ello podría ocasionar que integrantes del Congreso
de Washington llegasen al criterio de que esas personas solo buscan la
residencia por motivos económicos.
Tanto Ileana como Mario hablaron en la antesala del referido foro
sobre la reforma migratoria en Estados Unidos, pero lo más abordado en
la reunión fue la entrada en vigor de los nuevos reglamentos migratorios
en Cuba.
La atención de los reporteros se concentró en la facilidad brindada a
los viajes hacia territorio estadounidense, algo que, subrayaron,
abriría mayores posibilidades a la obtención de la residencia.
Fue precisamente eso último, apuntó un reportero de El Nuevo Herald,
Alfonso Chardy, lo más inquietante, porque brinda el tiempo suficiente
para acercarse a este objetivo.
Agregó que Ileana y Díaz-Balart consideran estar afrontando una
estrategia de La Habana dirigida a “obtener más dólares que los
inmigrantes pudieran enviar a sus familiares”, “o regresar para
gastarlos en la isla.
Esa posibilidad, advierten sabiamente esos dos congresistas
republicanos, “es la que pueden hacer tambalear la Ley de Ajuste
Cubano”, y después Díaz-Balart sentenció: “Es la que puede poner en
peligro la Ley de Ajuste Cubano”.
Formidable golpe a las viejas y actuales maquinaciones de la extrema
derecha del Congreso de Washington y de grupos asentados en la Florida.
En 1959 los asesinos, torturadores y malversadores de la tiranía de
Batista que no pudieron escapar luego del triunfo de la Revolución
lograron entrar e instalarse sin dificultades en Estados Unidos.
Constituyeron el núcleo inicial de los grupos llamados anticomunistas
que más tarde se instalaron principalmente en Miami, así como en otras
ciudades del país.
Con el tiempo desapareció la condición de emigrante y la propaganda bendijo e impuso el término “exiliado” y a principios de la década del 60 surgió el titulado Programa de Refugiados.
Con el tiempo desapareció la condición de emigrante y la propaganda
bendijo e impuso el término “exiliado” y a principios de la década del
60 surgió el titulado Programa de Refugiados.
Después de la invasión de Girón (Bahía de Cochinos), en 1961, y a
continuación la Crisis de Octubre (o de los Cohetes), en 1962, la Casa
Blanca suspendió los vuelos normales entre ambos países.
Así, en la práctica, Washington cortó los lazos que unían a miles de
cubanos con sus familiares en Estados Unidos, incluidos los cerca de 14
000 niños arrancados de la isla por una operación de la CIA: Peter Pan.
Por lo general solo quedó entonces a los cubanos una opción para viajar al exterior: las salidas ilegales.
En 1963 autoridades norteamericanas anunciaron que los cubanos
llegados directamente a Estados Unidos desde La Habana serían acogidos
como “refugiados”.
Dispararon su golpe de más largo alcance cuando el 2 de noviembre de
1966, en medio de un gran entusiasmo ultraderechista, aprobaron la Ley
de Ajuste Cubano, que firmó el presidente Lyndon B. Johnson.
Concedía derecho inmediato de permiso de residencia a cualquier
emigrante ilegal cubano que llegara a Estados Unidos y un año después le
otorgaban automáticamente la residencia permanente.
Desde entonces la han llevado a cabo sin falta y actualizado varias
veces para estimular aún más la emigración ilegal, a la vez que
rechazaban muchas visas con destino a la legal.
la nueva ley migratoria cubana los ha dejado desnudos sobre el escenario, huérfanos de pretextos para seguir hablando de la imposibilidad de los cubanos para viajar libremente por el mundo.
Lo acompañaron con un endurecimiento del bloqueo económico, comercial
y financiero, que marchó del brazo de miles de horas de propaganda
radial llamando a las salidas clandestinas.
Ahora la nueva ley migratoria cubana los ha dejado desnudos sobre el
escenario, huérfanos de pretextos para seguir hablando de la
imposibilidad de los cubanos para viajar libremente por el mundo.
Tartamudea el pequeño universo de la extrema derecha asentada en el
Capitolio de Washington, Miami y otros lugares de Estados Unidos.
El rostro patético que en nombre de todos ellos mostraron este lunes
Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart, al hablar en la oficina de este
último, así parece demostrarlo.
Escrito por
Nicanor León Cotayo , especial para Cubasi
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