Nicolás Maduro |
Todo el mundo conoce de los esfuerzos realizados por los distintos gobiernos de los Estados Unidos de América, para tratar de liquidar el gobierno revolucionario bolivariano de Venezuela, desde que tomó posesión de su cargo por elección popular, el Cmdte. Hugo Rafael Chávez Frías.
Los métodos han sido diversos, desde una caricatura de golpe de estado
liderado por Pedro Carmona, hasta las más inverosímiles campañas
mediáticas, todo ello hasta la triste
desaparición del líder del movimiento revolucionario tras penosa
enfermedad a pesar de la ardua lucha realizada contra ella.
A partir de la muerte de Chávez, el
imperialismo norteamericano y la llamada oposición interna, han venido
tratando de evitar el proceso de sucesión encabezado por el actual
presidente, Nicolás Maduro.
No basta con haber obtenido la victoria electoral en las urnas con el
apoyo popular y el respaldo de las Fuerzas Armadas Bolivarianas. El
candidato fabricado por la unidad de los grupos opositores donde se
incluían los restos de la tradicionales partidos COPEI y ACCIÓN
DEMOCRATICA, junto otros factores de organizaciones menores y desertores
de las filas revolucionarias, encontraron en el sospechoso Henrique Capriles Radonsky, el títere adecuado para encabezar los deseos de la oligarquía nacional y del gobierno estadounidense.
La embajada de EEUU en el territorio
venezolano no ha parado en su trabajo por tratar de colocar un gobierno
que sea afín a los mandatos de Washington y para ello ha puesto sus
especialistas en este tipo de tareas y el apoyo monetario
correspondiente, aparte de dirigir la orquesta mediática que garantice y
difunda las noticias para desacreditar al gobierno radicado en Caracas.
Capriles cumple con el programa impuesto y
mantiene una postura contra la legitimidad del actual gobernante, así
desconoce todos los avances, políticos y sociales realizados en
beneficio del pueblo y explota sus deficiencias, engrandece los efectos
nocivos de viejas lacras de la sociedad venezolana. El candidato
perdedor en las elecciones presidenciales acusa a los funcionarios
públicos de corrupción y privilegios, cuando él y los que representa son
la resaca de los sistemas que imperaron en el pasado y que no poseen
moral para acusar a nadie de lo que a ellos le sobra en robo,
apropiaciones indebidas y fabricación de mentiras interesadas.
Lo que esta pasando en Venezuela en la actualidad guarda total semejanza con lo sucedido en Chile, contra el gobierno del mártir latinoamericano Salvador Allende Goznes. Allí, la CIA
y el gobierno norteamericano hicieron de todo, hasta lograr su
derrocamiento, algo superdemostrado en documentos desclasificados de los
propios EE.UU.
No nos van a engañar con acuerdos de la controlada y desprestigiada OEA,
ni con los gritos de los corifeos. La actualidad de nuestro continente
no cree ya en cantos de sirena pero debemos estar preparados para
impedir que los planes del imperio se lleven a cabo.
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