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En
1963, dos meses antes del asesinato de John Kennedy se encontró en
México con Lee Harvey Oswald. En la embajada entrevistó al
norteamericano, quien de nuevo quería partir a la URSS. En una
entrevista exclusiva con La Voz de Rusia,
Oleg Nechiporenko expuso sus impresiones de aquella conversación y de
por qué los servicios secretos no querían colaborar con Oswald.
-Oleg
Maximovich, usted escribió un libro sobre el asesinato del presidente
Kennedy, estudió a fondo el caso de Lee Harvey Oswald y, se encontró
personalmente con él en México, en 1963. ¿Qué puede decirnos de esa
persona? ¿Puede dibujar su retrato psicológico y dar sus impresiones de
aquel encuentro?
-Mis
impresiones de él, de mi conversación con Oswald, y al día siguiente
cuando lo vi conversando con mis amigos, y las impresiones que
intercambiamos una vez que se fue, todas ellas se reducen a la
conclusión de que era una persona neurótica, propensa quizás a
manifestaciones histéricas. Durante la conversación se notaba el temblor
de sus manos. Se sentía que lo embargaba una cierta sobreexcitación.
Pero, al mismo tiempo, parecía encontrarse en estado depresivo. En lo
que respecta a su inadecuación psíquica, ella no suscitaba en nosotros
la menor duda. Oswald hablaba muy cuerdamente, la conversación era en
general, lógica, aunque es cierto que a veces, ocurrían cortes
incoherentes. Los informes del caso operativo del Comité de Seguridad
del Estado que fue instruido a su arribo a la URSS los estudié en Minsk,
(donde Oswald había vivido de 1959 a 1962). Por los materiales del caso
se deduce que lo distinguía una tenacidad para el logro de uno u otro
objetivo. Cuando surgían ante él ciertos obstáculos inesperados, se
afanaba con tesón en superarlos. Considerando sus acciones, valga
subrayar que, en ciertos momentos podía poner en tensión todas las
fuerzas para el cumplimiento de la tarea que se planteara.
-Lee
Harvey Oswald estuvo en contactos con la CIA y el KGB. Pero, los
servicios secretos decidieron no aprovecharlo para sus fines. ¿Cuál es
la razón a su juicio?
-Para
ellos no parecía ser un candidato adecuado para el empleo en unas u
otras actividades, y el establecimiento con él de alguna colaboración.
En el período de su estadía en la Unión Soviética estaba estrechamente
vigilado por el KGB en Moscú. Y después, todo el período de su estadía
en Minsk, de su vigilancia se encargó el KGB de la República de
Bielorrusia. Pero, no hubo contactos operativos. En lo que respecta a
los servicios secretos norteamericanos, en distintos períodos estuvo en
el punto de la mira tanto de la CIA como del FBI. Esto ocurrió más aún
después de su regreso de la URSS. Cuando estuvo sirviendo en la
infantería de Marina estaba bajo la vigilancia de los servicios secretos
de la Fuerza Aérea y de la Armada de EEUU. En resumen, unos y otros
sospechaban que colaboraba con la parte adversaria. Esto desempeñó un
papel clave en que no fuera incluido en el listado de las personas que
había que considerar, durante la visita del presidente a Dallas, como
potencialmente peligrosas. Podían tenerlo en la lista negra de los
sospechosos de espionaje. Este detalle hay que tener en cuenta cuando se
plantea que los servicios secretos, ya sea por negligencia o por otras
razones, no impidieron sus acciones durante la visita del presidente. Y
después de su muerte, los servicios secretos de las partes rivales de
entonces aprovecharon el nombre de Oswald, y el hecho perpetrado por él
en Dallas, para sus manipulaciones propagandísticas contra el otro. Se
difundían artículos de toda naturaleza, en los que se afirmaba que los
servicios secretos de un lado estarían implicados en lo que Oswald hizo
en Dallas. Pero, sin avalarlo con argumentos concretos y convincentes.
Simplemente trucos típicos de la propaganda sucia.
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