Los cambios de dirección en
el Mossad y la permanencia de su papel como agente de espionaje y represión.
Percy Francisco Alvarado Godoy
Las recientes chapuzas cometidas por
el Mossad israelí o Instituto para Inteligencia y los Funcionamientos
Especiales, en varios países del Oriente
Medio, su criticado accionar e injerencia en varios países del mundo,
particularmente en Europa y América Latina, han obligado al Primer Ministro de
Israel, Benjamín Netanyahu, a realizar un cambio del jefe de esta institución
en una apresurada medida de marketing, destinada a mejorar la imagen de la
institución ante la opinión pública internacional. El nuevo jefe del Mossad
seleccionado causó sorpresa de inmediato. Tamir Pardo, es un hombre especial y
con una imagen agradable, verbo pausado y amante de las tecnologías de punta en
la labor de espionaje; capaz de despertar empatía en muchos por sus aires de
hombre cotidiano y por sus gustos que le acercan a grandes segmentos de
preferencia: ama a la música, rehúye a la publicidad, ama el deporte del
motociclismo de alta velocidad y, particularmente, es un fan apasionado del
equipo Barcelona del fútbol soccer. La verdad, sin embargo, es otra: es un
afamado espía con un largo historial de más de treinta años en la actividad de
espionaje y su seudónimo “T” es solo conocido por un estrecho círculo de
miembros del Mossad. Tamir participó en múltiples operaciones encubiertas luego
de abandonar las filas de la unidad de élite de Sayeret Matcal, perteneciente
al ejército sionista, entonces
subordinado a Yoni Netanyahu, hermano del actual primer ministro, Benjamín
Netanyahu, y quien falleció en la operación de Uganda, en 1976.
Tamir Pardo fue pacientemente
escalando dentro del Mossad, unas veces como ente de asuntos internos, o
dedicado a tapar chapuzas de otros agentes como el fallido asesinato del
dirigente del grupo islamista Hamas en Jordania, Jaled Mashal, en el 1997. En otra oportunidad fue designado
responsable del departamento de Escuchas y Seguimiento, ascendiendo a segundo
jefe de la institución bajo la tutela del otrora jefe del Mossad, Meir Dagan,
allá por el año 2002. Allí, sin embargo, a pesar de los logros en operaciones
que dirigió, como fue la destrucción de una planta nuclear siria o el asesinato
del jefe militar de Hezbolla, Imad Mughniyah, se sintió sin posibilidades de
continuar ascendiendo y abandonó el Mossad en el 2009. Hoy, es sacado del
anonimato para mejorar la imagen del Mossad y mejorar la eficacia de la
institución, precisamente cuando los cuestionamientos sobre ella alcanzan
dimensiones de gran envergadura, tras los escándalos del asesinato de una
turista germana a manos de un tiburón,
supuestamente entrenado por el Mossad o el empleo de un ave que se dedicaba a
espiar en Arabia Saudita, dotada de un GPS. Obviamente, para Tamir Pardo, queda
la encrucijada de mejorar la imagen de su organización, a la par que perfeccionar los mecanismos de neutralización
de los principales dirigentes de Hamas y Hezbolla, mantener el espionaje contra
las naciones árabes, mantener la persecución contra los miembros de AlQaeda,
entorpecer el desarrollo del programa nuclear iraní y, particularmente,
mantener su cooperación con Estados Unidos en América Latina.
En el caso de Irán, Tamir Pardo tiene
un reto muy particular, realizar operaciones exitosas para debilitar a la
nación iraní para contrarrestar a aquellos líderes dentro de la derecha
sionista y del propio ejército israelí, que apuestan por una inmediata agresión
militar contra ese país. Un esfuerzo especial por parte de Israel
UN POCO DE HISTORIA SOBRE EL MOSSAD
Creado en primero de abril de 1951,
fue inicialmente conocido con las denominaciones de Instituto Central para la
Coordinación y el Instituto Central para Inteligencia y Seguridad, cuando
Israel era dirigido por el primer ministro David Ben Gurion y se arrogó el
mérito de ser el primer director del Mossad. Su misión principal son los servicios
de inteligencia y contraterrorismo. Contando con ocho secciones, que agrupan a
miles de individuos y cuyas misiones son secretas y llegan a interaccionar en
sus actividades, tal como ocurre en Paris, donde interaccionan entre sí las
secciones de espionaje, la política y la
de enlace.
La labor de contra espionaje interno
en Israel la desempeña el Shabak.
La sección de inteligencia exterior
tiene a su cargo la actividad de inteligencia externa, empleando para ella a
sus agentes en misiones diplomáticas y
comerciales en otras naciones, realizando la labor de agentes indicadores
en la mayoría de los casos. De allí emana una vasta información confidencial
sobre las quince regiones geográficas en que han estructurado su radio de
acción: EE.UU., Canadá, Europa Occidental, América Latina, la antigua Unión
Soviética, China, África, el Magreb (Marruecos, Argelia, Túnez), Libia, Irak,
Jordania, Siria, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos e Irán.
Otras dos secciones, la de acción
política y la sección de enlace, se encargan emplean igualmente tapaderas
diplomáticas, agencias representaciones comerciales, agencias de cooperación y
un sinnúmero de fachadas, encargándose de coordinar acciones con otros
servicios para la realización de planes operativos. Tal vez la sección más
dinámica y la que le ha dado notoriedad al Mossad es la sección de servicios
especiales, la Metsada, encargada de realizar el trabajo sucio como los
asesinatos de personalidades, sabotaje, y materializar los proyectos de guerra
paramilitares y trabajos psicológicos y
mediáticos. Esta última sección cuenta con el Lohamah Psichlogit Department, cuya
función principal es la fabricación de propaganda distorsionada, satanizar
gobiernos y fabricar provocaciones que
puedan conducir a la guerra contra otras naciones. Prueba de esta labor la
evidencian los espías del Mossad Eli Cohen (capturado y ejecutado en los 60 en
Siria) y, Wolfang Lotz, implicado en el
robo de información militar a Egipto y en la muerte de varios científicos
alemanes.
Muchos crímenes y secuestros
realizaron los agentes del Mossad en su guerra sucia, entre ellos el del técnico
nuclear judío Mordechai Vanunu, en 1986, quien sacó a la luz el programa
nuclear israelí. Durante los años setenta, el Mossad asesinó a varios árabes
relacionados con el grupo terrorista palestino Septiembre Negro. Particular
trascendencia tuvo el asesinato en 1988, en Túnez, cuando el Mossad planeo
asesinar al segundo jefe de la OLP, Abu Jihad.
Recientemente, en enero de 2010, el
Mossad asesinó al jefe militar de Hamas, Mahmud Al Mabhuh, en un hotel del
emirato de Dubai. El aparatoso asesinato contó con once agentes de la Metsada,
quienes neutralizaron a su víctima y luego la ahogaron sin pudor. Lo
sorprendente de todo fue que la operación, a pesar de lograrse el asesinato de Al
Mabhuh, fue una chapuza por cuanto se dejaron huellas y múltiples evidencias en
la escena del crimen.
Tal fue la impunidad y la imprudencia
desarrolladas siempre el Mossad, que hubo sonadas chapuzas y la consiguiente
tela de juicio de la opinión pública en varias oportunidades. Tales fueron los
casos del erróneo asesinato del argelino
Ahmad Boushiki, ocurrido el 7 enero de 1974, en Lillehammer, Noruega, al
confundirlo con un terrorista nombrado Ali Ahmad Salameh. Otros hecho que
provocaron el bochorno dentro del Mossad fueron el asesinato del primer ministro, Itzjak Rabin, a manos de un
compatriota sionista nombrado Yigal Amir,
el 15 de noviembre de 1995, sin que el
Mossad conociera de antemano el plan magnicida. Otro hecho fatídico fue el
asesinato en Jordania, el 24 septiembre de 1997, del dirigente político de
Hamas, Khalid Meshaal, lo que llevó al apresamiento de varios agentes del
Mossad. Para salir del entuerto, Israel canjeó a sus agentes detenidos por el
líder de Hamas, Shaykh Ahmad Yasin.
Otra de las actividades propias del
Mossad ha sido crear condiciones para fomentar la indisciplina social y climas
de inestabilidad política en varias naciones del mundo, tal como en Venezuela,
Túnez, Irak, Líbano, Egipto, Sudán, Yemen, entre otras y diferentes momentos,
fomentando las luchas inter religiosas y étnicas, así como la realización de
hechos violentos, como el reciente atentado contra una iglesia copta de
Alejandría, que costó la vida a 21 personas la noche del 31 de diciembre pasado,
en el que se culpó al Ejército del Islam, cuando en realidad existen serias
sospechas de que fuera ejecutado por agentes del Mossad.
El gobierno de Israel ha empleado el complejo
Dimona, ubicado en el desierto del Negev, no solo ha servido como base para el programa de armas nucleares de Israel, sino
también para el desarrollo de nuevos planes para vulnerar el desarrollo del
programa atómico pacífico de Irán. En este sentido, han desarrollado un gusano
informático conocido como Stuxnet, para sabotear las computadoras iraníes
empleadas en dicho proyecto. El Mossad
sirvió como elemento crucial en esta confabulación.
Recientemente se destapó un escándalo
que muestra la impunidad y el irrespeto del Mossad israelí hacia sus socios
europeos. La colocación de micrófonos para espiar las actividades del Consejo
Europeo, ubicado en el edificio Justus
Lipsius, en Bruselas y que monitoreó importantes eventos políticos entre los
años 1995 y 2003, así como la interceptación de las líneas telefónicas de las
delegaciones de España, Alemania, Francia y Reino Unido, entre otras. El contraespionaje
belga no pudo encontrar a los culpables, aunque prevaleció la sospecha sobre el
Mossad, a través de una tapadera: la empresa Comverse Infosys, actual Verint,
de la que el 40 % de sus acciones pertenecían al Ministerio del Interior de
Israel.
¿CAMBIARAN LAS ESTRATEGIAS DEL MOSSAD
EN AMERICA LATINA?
El Mossad ha hecho durante décadas su
patio operativo en la región, con total impunidad. Así lo demostró con el
secuestro de Adolf Eichmann en la Argentina, el 11 de mayo de 1960, cuando éste
se ocultaba en ese país con la falsa identidad
de Ricardo Klement, gozando de la protección de la propia Alemania y de
Estados Unidos, tal como lo prueban documentos de la CIA estadounidense
desclasificados en 2006.
Otro operativo del Mossad condujo a la
captura de Klaus Barbie, otro criminal
de guerra nazi apodado como el "carnicero de Lyon", y quien vivía en
Bolivia bajo la falsa identidad de Klaus Altmann, hasta que fue capturado en
1983 y enjuiciado en Francia. También existen evidencias de que era protegido por
la CIA norteamericana y por el Bundesnachrichtendienst (BND), el servicio de
inteligencia de Alemania. Fallecido en 1961, Barbie sirvió como torturador y
represor al gobierno de René Barrientos (1964-1969).
La actividad del Mossad en
América Latina ha cobrado en las últimas
décadas un notable incremento, sobre todo en la zona conocida por las “Tres
fronteras”, en los límites de Paraguay, Argentina y Brasil, donde pululan un
centenar de agentes de sus distintas secciones dentro de tapaderas diplomáticas
y en cerca de cuatro decenas de empresas israelíes. Uno de sus soportes son las
comunidades judías que le sirven de apoyo y fuente de agentura. Allí se dedican
a labores de inteligencia sobre las comunidades de origen árabe, tal como lo
hacen a lo largo de América Latina, así como a monitorear los acercamientos
entre las naciones de la región con países árabes, fundamentalmente Irán. Uno
de sus centros especiales de atención es la Isla Margarita, en Venezuela, donde
tratan de descubrir inexistentes campamentos de Hezbolla.
El Mossad tampoco es ajeno a la
comercialización y fabricación de armas
en la región, desarrollando y apoyándose en las cúpulas militares y
gubernamentales de las naciones latinoamericanas. Una muestra de esa actividad
es la compañía israelí “Global CST”, radicada en Colombia y Perú, operada por altos jefes retirados del Mossad. Dentro de espectro de
sus actividades está la reorganización
de los servicios de inteligencia de esos países, así como de la capacitación y
abastecimientos de nuevas tecnologías para el espionaje y en enfrentamiento a
una supuesta lucha antiterrorista. Otro engendro del Metzada israelí es la Agencia
Internacional de Seguridad” (ISA), operativo de ex miembros del Mossad que han
participado tanto en el derrocamiento de Manuel Zelaya en Honduras, así como en
la seguridad de Porfirio Lobo y la capacitación de los servicios de
inteligencia del gobierno hondureño.
Uno de los objetivos de las diferentes
secciones del Mossad que operan en América Latina lo son las naciones del ALBA
y, particularmente, Venezuela. Parte de la culpa de estos gobiernos es su apoyo
a la lucha del pueblo palestino y su acercamiento a las naciones árabes,
principalmente con Irán.
La actividad del Mossad en Chile se ha
desarrollado desde hace muchos años. Prueba de ello lo son, como señaló Carlos
Basso Prieto, en La Huella, en el año 2001, varios eventos que vinculan tanto a
oficiales del Mossad como a otras agencias de espionaje israelí, empleando como
base de apoyo a la comunidad judía en ese país, ubicada fundamentalmente en Santiago
de Chile, Concepción y Valparaíso,
quienes fungen como agentes e informantes sobre la actividad de las
comunidades árabes, fuentes de apoyo logístico y potenciales ejecutores de
acciones de diverso tipo. La actividad del Mossad está dirigida al monitoreo de
la embajadas árabes, entre ellas la iraní, así como a la detección de grupos de
apoyo a Hezbolla y a los movimientos
palestinos.
El Mossad también se dedicó a
entrenar, cuando campeaba por sus respetos el régimen de Pinochet, a un selecto
grupo de oficiales de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Las
técnicas de espionaje, tortura y represión fueron luego usadas contra el pueblo
chileno. Estos vínculos con la DINA y la CIA, permitieron al Mossad involucrarse
en el escándalo Irán-Contras, mediante altos jefes como Ari Ben Menashe y Amiram Nir.
Por su parte, en Perú, el Mossad ha
gozado del apoyo de los gobiernos tradicionales en ese país, particularmente
durante el mandato de Allan García, al ser aprobada, en julio de 2009, la
empresa israelí Global CST, pantalla del Mossad, para fortalecer el aparato
militar y los servicios de espionaje del Perú, entrenar a las FF AA en la lucha
antisubversiva y en la creación de una sofisticada red de inteligencia electrónica.
El costo de la operación alcanzó los 9 millones de USD al año, con el
beneplácito del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA) de Perú y es
dirigido directamente por los generales Baruch Ziv, ex Jefe de Planes del
Estado Mayor del Ejército de Israel, y por Yosi Kuperwasser, ex jefe de
inteligencia militar de Israel, ambos estrechamente vinculados al Mossad. De la
misma manera, Perú recibe grandes cantidades de armas procedentes de la SIBAT,
la comercializadora del Ministerio de defensa de Israel (SAHAL).
Como señalé en uno de mis artículos
anteriores (1), la misión de Global CST “es
asesorar en materia de seguridad, análisis y diseño de sistemas de lucha anti
subversiva, implantación y diseño de sistemas de inteligencia, gestión de
proyectos de seguridad, formación de unidades de élite y de entrenamiento en
técnicas avanzadas de combate y en respuestas antiterroristas, evaluación de
amenazas y riesgos, capacitación en técnicas anti disturbios, técnicas de
interrogatorio, etc.”
Para nadie es un secreto que el SAHAL
y Global CST ganaron cerca de 10 millones de dólares por el trabajo que ejecutaron
en Colombia, que incluyó la capacitación
de las FF AA de Colombia, el abastecimiento y entrenamiento en equipos y
tecnología de espionaje, la creación de infraestructuras operativas, la asesoría
en operaciones especiales contra insurgentes, como la operación de rescate de rehenes
conocida como operación Jaque, y el asesinato del segundo jefe de las FARC,
Raúl Reyes, en Ecuador, operación típica del Mossad. También otra empresa
sionista radicada en Guatemala, el Grupo Internacional de Representaciones
(GIRSA), se ha dedicado a abastecer con armas a los grupos paramilitares colombianos,
actividad en la que participaron agentes del Mossad como Oris Zoller, Shimon
Yelinek y Amar Salmar.
La base de apoyo a la inteligencia
sionista en Perú es la Asociación Judía del Perú, dirigida por Fred Reich Bohem
y el rabino Guillermo Bronstein, e integrada por 3000 personas. La misma se dedica a realizar labores de espionaje, atacar a los países del ALBA, tal como ocurrió el 9
de febrero de 2009 frente a la embajada venezolana en Lima, para protestar por
una falsa imputación al gobierno de Chávez de profanar la sinagoga Tiferet
Israel en Caracas y que fue un montaje realizado por agentes desestabilizadores
financiados por el Mossad; así como detectar posibles núcleos de Hezbolla en la
región, monitorear a las comunidades de origen árabe y descubrir posibles
conexiones entre los gobiernos vecinos e
Irán. En el caso de Venezuela, el Mossad se vale de la actividad
contrarrevolucionaria de la Fraternidad Hebrea Venezolana y de su jefe, Sammy
Eppel.
Perú, devenido cómplice de Estados
Unidos y de Israel, ofreció asilo político a golpistas y contrarrevolucionarios
venezolanos como el reaccionario Manuel Rosales y a tres ex ministros
bolivianos acusados de genocidio, así como, de hecho, a Nixon Moreno, Didalco
Bolívar y Oscar Pérez. Igualmente, Perú ha acusado a otras naciones vecinas de
incrementar su capacidad militar, como ha ocurrido con los casos de Chile,
Venezuela y Ecuador. Bolivia no escapa de los ataques peruanos, acusando a ésta
de intentar desestabilizarlo a partir de las patrañas del ex mandatario
boliviano Jorge Quiroga.
En Colombia, las manos del Mossad han
estado, de cierta forma, presentes en varias operaciones de las fuerzas armadas
y policíacas, como las denominadas “Amazonas”, “Imprenta”, “Halloween”, “Arauca”,
“Risaralda”, “Bahía”, “Internet”, y otras, recurriendo a su típico modus
operandi como sabotajes, presiones,
amenazas, chantajes, guerra mediática, campañas provocadoras y
desestabilizadoras, desinformación contra los grupos insurgentes y apoyo a los
paramilitares.
Particularmente, el Mossad entrenó a
miembros del DAS colombiano para realizar labores de búsqueda y monitoreo de
colombianos en Venezuela, Ecuador,
Argentina, Bolivia, Costa Rica, Honduras, Nicaragua, México, Cuba, países del
Medio Oriente, también Canadá, Estados Unidos, España, Bélgica, Suiza, Austria,
Suecia, Portugal, Holanda, Italia, Alemania, Francia, Dinamarca, Noruega,
Inglaterra, Australia y otros, logrando penetrar a instituciones
internacionales como las Oficinas del Parlamento Europeo, las del Alto comisionado
para los DD.HH de la ONU y la Cruz Roja
Internacional, entre otras.
En el caso específico de Venezuela, para cumplimentar la Operación
Falcón, fueron enviados varios agentes del DAS, previamente entrenados por el
Mossad, los que fueron detectados y reconocidos como Julio Enrique Tocora Parra, Eduardo González
Muñoz (C-17.338.964), Ángel Jacinto Guanare (C-17.587.584), y Miguel Adeliz
Gutiérrez, (V-2.478.956). Dos agentes de la inteligencia militar colombiana
fueron muertos al oponerse a su captura en Venezuela. Ellos fueron el capitán
Camilo Gonzales y el cabo Gregorio
Martínez. También el 7 de agosto del año
2007 se detectó la presencia en Caracas
del coronel retirado de la Policía
Nacional de Colombia, y agente CIA, Mauricio Alfonso Santoyo.
Un papel especial en el caso de América Latina
lo desempeñó el Mossad en Honduras. Se ha comprobado que la propia seguridad
del presidente Porfirio Lobo está en manos de personal vinculado al Mossad,
como es el caso de un instructor español, José Félix Ramajo, perteneciente a la Agencia Internacional de
Seguridad (ISA), la que está compuesta por ex militares y oficiales del Mossad israelí.
Ramajo actúa bajo las órdenes del general David Mirza y del coronel Zafrir Pazir. Le acompaña Arnón Maor,
especialista en combate cuerpo a cuerpo. Pero no todo queda allí. El 25 de
septiembre de 2009 se varios oficiales sionistas vinculados al Mossad,
desarrollaron en Honduras programas de capacitación a las fuerzas castrenses y
policiales El general Jacob Levi y el oficial Jehad Leiner, adiestraron a los
represores catrachos en actividades de
guerra sicológica, planes de contrainsurgencia, antiterrorismo, contrabando de
armas en beneficio de Israel, así como el asesinato selectivo. El propio Mossad
sugirió el empleo de la Agencia Internacional de Seguridad para proteger a
Porfirio Lobo y a los jefes derechistas del Partido Nacional.
Tal como señalé en otro artículo (2), “Creada en 1992, la empresa International
Security Academy (ISA) cuenta con once expertos provenientes del Mossad, así
como un menor grupo de especialistas provenientes de Suiza, Croacia y España.
Recientemente, la ISA se ofreció para asesorar a las autoridades de Guatemala
para enfrentar la creciente criminalidad contra empleados en el transporte público, de los que han sido
últimamente asesinados cerca de 166 choferes y ayudantes del transporte público. Su propio director, David
Mirza, realizó dicho ofrecimiento hace apenas un mes.”
Eso no es nuevo en Guatemala. Allí
operaron en los años ochenta empresas tapaderas del Mossad, como la Tadiran Israel Electronics y la Tagle Military
Gear Overseas, para capacitar a las fuerzas represivas y abastecerlas de armas
sofisticadas.
El Mossad está y estará presente en
América Latina, como aliado de la guerra hegemónica de EE UU contra nuestros
pueblos. Solo la denuncia oportuna y el descubrimiento de sus confabulaciones
podrán contrarrestar su criminal actividad.
CONCLUSIONES
El cambio de imagen que necesita
urgentemente el Mossad no representará jamás un cambio en las misiones para el
que fue creado en 1951. Tampoco Tamir Pardo le despojará de la sórdida herencia
que acumula y que le ha ganado respeto y odio, desprecio y admiración, recelo y
confianza, según desde el punto de vista de quien lo juzgue. Sus métodos poco
ortodoxos, su tendencia a la violencia desmedida, sus crímenes injustificados,
su paciente y refinada labor de zapa para crear confusión y desestabilizar
naciones, su odio ideológico rayano en
un ultranacionalismo anti árabe, despiertan cuestionamientos en la actualidad,
incluso dentro de las filas de sus aliados tradicionales. Sus chapuzas, empero,
son imperdonables, aunque provoquen la burla hacia sus agentes y cuestionen, a
veces, su eficacia.
El Mossad será siempre un peligroso
enemigo de las causas justas en todo el planeta y su rostro anónimo y sigiloso
dejará muerte y luto por doquier. No hay, estoy seguro, contrario tan sutil
como él.
Pero el Mossad tiene un punto débil:
su lucha nunca superará las ansias libertarias del pueblo palestino, ni el
apoyo que el mundo profesa hacia él. Tampoco vencerá a la solidaridad de todo
el planeta con la justa lucha de los pueblos árabes contra el sionismo.
(1) Alvarado Godoy, Percy Francisco: “El
capítulo peruano de la injerencia israelí en América Latina.” 12 de noviembre de 2009.
(2) Alvarado Godoy, Percy Francisco: “Honduras:
Porfirio Lobo es protegido por el Mossad
israelí.” 12 de diciembre de 2009.
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