Los
sicarios del Shabak
israelí.
Percy Francisco Alvarado Godoy.
El Shabak, conocido
también como Shin Ben o Servicio de Seguridad Interior (CGS), actúa tanto
dentro de Israel como en los territorios ocupados, realizando tareas de
contraespionaje y contraterrorismo que lo asemejan, en sus funciones, al Buró
Federal de Investigaciones (FBI) norteamericano, en cuanto a que, dentro de sus atribuciones,
están las de la protección de altas personalidades políticas (aunque esta función
la realiza el Servicio Secreto en EE UU); la detección, monitoreo y
neutralización de espías extranjeros y terroristas; la protección de edificios
gubernamentales; ofrecer inteligencia sobre peligros y amenazas internas;
infiltración de grupos hostiles dentro de los territorios internos; y otras
otorgadas por el gobierno respectivo.
El SHABAK ha creado un
estilo de sicariato para la neutralización de sus potenciales enemigos, para lo
cual adiestra a sus elementos en las más increíbles técnicas de tortura que en
nada envidiaría a la tenebrosa Inquisición; a la par también adiestra y entrena
a numerosos agentes de penetración para
infiltrarse en organizaciones como la OLP, Hamas, Hezbollá, la Jihad islámica y otras. Ya desde su interior
planifican y organizan la desaparición de sus víctimas, como fueron los
asesinatos selectivos, por citar algunos casos, del jeque Yassin o el de Abed
Al-azziz Rantissi.
Los asesinatos cometidos
por el Shabak se realizan sin escrúpulos y sin seguir reglas preconcebidas. Lo
mismo se ejecuta en público, con total impunidad y atentando contra los
testigos presenciales, como de manera solapada y sin testigos presenciales. En
ocasiones el asesinato se disfraza como un accidente, suicidio o muerte
natural.
Lo común de los exterminadores
del Shabak es el trabajo en equipo, distribuyéndose entre ellos, en
correspondencia de sus cualidades, las funciones de seguimiento, distracción y
eliminación del objetivo.
UN POCO DE HISTORIA
El Shabak fue fundado con
el nombre de Shin Bet, previsto como una rama de inteligencia interna de las
Fuerzas de Defensa de Israel, aunque responde directamente al Primer Ministro
como instrumento directo de la política de las altas esferas gubernamentales.
Inicialmente, durante el trascurso de la Guerra Fría, el Shabak prestó especial
atención a la penetración de espías de la URSS y monitoreó, como lo hace
actualmente, la actividad de los partidos políticos de la oposición y a los
movimientos progresistas. Una de esas intromisiones, a la que podría denominarse “el Mapangate”, tuvo lugar cuando dos agentes
del Shabak fueron sorprendidos in fraganti mientras colocaban micrófonos en la
oficina de Meir Yeari, dirigente del partido Mapam, cuestionado por sus
posiciones socialistas.
Desde el punto de vista
estructural y operacional, el Shabak cuenta con tres divisiones y cinco
secciones de reserva: La División de Asuntos Árabes cuya misión es ejecutar
operaciones antiterroristas y mantener actualizada la base datos de los
enemigos de Israel. Otra es la Sección
Militar del Shabak (HENZA). Estrechamente vinculada operacionalmente con el
AMAN para llevar a cabo la represión en los territorios ocupados, así como
monitorear al cuerpo diplomático acreditado en Tel Aviv. Se desempeña también
evaluando a los inmigrantes de origen judío que arriban a Israel. Por último,
la División de Seguridad, encargada de proteger las instalaciones
gubernamentales, diplomáticas, instalaciones científicas, las industrias
militares, y los vuelos de la compañía hebrea
El-Al.
Dentro de su actividad de contraespionaje, el
Shabak se anotó un importante punto, colaborando con el AMAN, en la detención
de Israel Bar, quien espiaba para la KGB soviética. Su otro logro fue la
captura de un profesor de origen alemán nombrado Kurt Sita, quien fungía en esa
misma época como agente de la inteligencia checa.
A partir de la guerra de
los seis días, en 1997, el Shabak centró su principal atención en el
enfrentamiento al movimiento palestino en las zonas de Cisjordania y la Franja
de Gaza, estableciendo una estrecha colaboración con el Tzahal, la agencia
antiterrorista YAMAM y el AMAN.
No todo ha sido pureza
dentro del Shabak y esta organización ha padecido serias acusaciones sobre su
desempeño, conjuntamente con la Dirección Militar de Inteligencia Militar (AMAN), al estar ambos involucrados
en la ejecución extrajudicial de dos personas que secuestraron el autobús KAV
300 y por su participación en el asesinato de un miembro de Hamás nombrado Yahya Ayyash, en 1996, mediante la colocación
de una mini bomba en su celular.
Durante el año 2002,
momento culminante de despunte de la Intifada de Al-Aqsa, el jefe del Shabak en
esos momentos, Avi Dichter, logró revivir las pasadas glorias del Shabak,
fortaleciendo los lazos interagencias para enfrentar al movimiento palestino.
Quedaba atrás el caso de Izat Nafsu en 1987, que levantó una polvareda de
críticas contra la institución, y su
cuestionado papel en evitar el asesinato de Isaac Rabin. En esos momentos de
recuperación de imagen se lograron neutralizar varios ataques inminentes,
aumentar las detenciones y neutralizar
algunas células de Hamás, Jihad islámica, las Brigadas de los Mártires Al-Aqsa,
el Fatah y al-Qaeda, al contar con una efectiva red de agentura de penetración.
Sin embargo, el Shabak no
es mirado con buenos ojos por sus técnicas extremas e inhumanas de efectuar los
interrogatorios a los detenidos, algunas de las cuales fueron usadas
posteriormente por Estados Unidos en la cárcel de Abu Grahib. A pesar de que
Israel condena el uso de la tortura desde 1987, sus dirigentes se hacen de la
vista gorda ante el suplicio físico y
sicológico que padecen las víctimas del Shabak, autorizando de facto la tortura
solo “en caso de necesidad urgente”, tal como lo validó el Tribunal Supremo de
Israel. Todo fue una mascarada, al extremo que organismos como B'Tselem, el grupo israelí de defensa de los derechos
humanos, Public Committee against Torture, ha continuado con sus notorias
prácticas durante la segunda Intifada y Amnistía Internacional mantienen sus
denuncias contra los interrogatorios del Shabak.
El Shabak no puede
sustraerse del rejuego de la política interna en Israel. Prueba de ello en que,
en noviembre de 2003, cuatro ex jefes del Shabak (Avraham Shalom, Peri Yaakov,
Carmi Gillon y Ami Ayalon) solicitaron al gobierno de Israel a alcanzar un
acuerdo de paz con los palestinos, mientras que el entonces jefe del Shabak,
Avi Dichter, apuntaba en otra dirección: la de construir el oprobioso muro de
defensa en Cisjordania iniciado en el 2003.
Parte de la labor de marketing
iniciada por el Shabak lo fue el reclutamiento de personal en septiembre de
2006, mediante su página Web, vendiendo bonanzas y beneficios a los futuros
profesionales, sobre todo a los que integraran el personal de administración e
informática. Ese mismo año fue creada la Universidad Hebrea de Jerusalén, con
la finalidad de mantener un programa acelerado de licenciatura para los
miembros del Shabak, diseñado por la propia institución y usando fondos del
gobierno. De esta manera, el Shabak capacitará a sus fuerzas en la esfera de
trabajo operacional que realizan, lo que excluye a las técnicas de
interrogatorio, procedimientos de contraespionaje, capacitación operativa,
técnicas de seguimientos y otras. De esta manera, la Universidad Hebrea de
Jerusalem se incorpora, junto al National Defence College y el Police Training
College, así como al Departamento de Geografía de la Universidad de Haifa y al
National Security Studies Center, a todo el andamiaje de preparación de las
fuerzas represivas en Israel.
El Shabak padeció en mayo
de 2007 un fuerte escándalo político cuando el propio jefe del mismo, Iuval Diskin, reconoció la existencia de
escuchas telefónicas a ciudadanos Israel. Esta confesión, contenida en sendas cartas
enviadas a dos organizaciones pro derechos humanos: Adalah y la Asociación para
los Derechos Civiles en Israel (ACRI), en las que, entono justificativo,
declaró: “El Shabak desempeña un papel esencial en la vida israelí y por ello
se le han concedido amplios poderes y potestades”, (…)“Entre otros cometidos,
la organización es responsable de preservar los valores fundamentales de Israel
como Estado judío y democrático, por lo que debe proteger de amenazas
subversivas al sistema democrático de gobierno y sus instituciones”. La
justificación del espionaje telefónico por parte del Shabak cayó como un balde
de agua fría para los defensores de la democracia en la nación hebrea.
LOS CRIMENES Y LA REPRESION DEL SHABAK
En el 2008 la organización
Médicos por los Derechos Humanos sacó a la
luz pública la extorsión que sufren muchos palestinos que tratan de
salir de Gaza para recibir tratamiento médico en Israel, Jordania, Jerusalén
Este o Cisjordania, a los que el Shabak les pide a cambio del permiso de
tránsito que informen sobre actividades de los grupos palestinos. En un informe
de 83 páginas escrito por Médicos por los Derechos Humanos se relatan chantajes
y amenazas contra palestinos que padecen enfermedades crónicas y terminales a
cambio de su cooperación. En una parte del informe se relata cómo se ha tratado
de convertir en informantes y espías a estos pacientes, al extremo de que de
un 10% de solicitudes para ser
trasladados para recibir atención médica fuera de la franja, el rechazo se
incrementó a un 44%, solo en el primer trimestre del 2007. Gracias a esta
criminal política, según la Organización Mundial de la Salud, 44 palestinos en
tan solo unos meses al negárseles el paso para recibir la atención requerida.
Por otra parte, los
tribunales de Israel israelíes mantienen 645 denuncias por abusos, vejaciones y
falta de humanidad en los principales centros de interrogatorios del país, casi
todos ellos dirigidos contra funcionarios del Shabak. De acuerdo con dos ONGs,
B´Tselem y Hamoked, existe un documento con evidencia de violaciones a 121 palestinos
detenidos en Petah Tikva, sede del Shabak. La descripción de las torturas
físicas y del daño sicológico son repudiables y constituyen una tácita
violación de leyes internacionales como la Convención contra la Tortura de la
ONU, la Declaración de Derechos Humanos, las Convenciones de Ginebra, e,
incluso, las propias layes hebreas. Aunque el gobierno sionista lo niega, el
Shabak ha mantenido al 68% de los prisioneros en total aislamiento, mientras
que no pesaba acusación alguna en su contra; al igual, el 35% de ellos no fue
avituallada con uniformes ni ropa de cama durante varias semanas; también
padecieron largos interrogatorios durante varios días seguidos; mientras que el
56 % de ellos recibieron amenazas violentas y daños físicos.
Datos provenientes de
fuentes confiables como la ONG Defensa de Niños y Niñas Internacional (DNI)
destacan que existían en el 2009 alrededor de 375 niños prisioneros en cárceles
israelíes, como parte de los 7000 detenidos palestinos detenidos en dichas
prisiones, aunque otras fuentes señalan que esta cifra puede alcanzar las 12
000 personas hasta estos momentos actuales. Muchos de estos detenidos, en
número de 200, se han auto inculpado a
causa de amenazas de muerte contra sus familiares cercanos.
El 28 de diciembre de 2010
se hizo pública una denuncia del Comité
Público contra la Tortura en Israel, en la que se acusa al Shabak de realizar
torturas físicas a los detenidos y negarles el acceso a sus abogados a un 90 %
de los mismos.
EL SHABAK COMO FUENTE DE
PROGRESO POLITICO
Los Jefes de Shabak
durante su larga historia han sido Isser Harel (1948–1952), Izi Dorot (1952–1953), Amos Manor (1953–1963), Yossef Harmelin (1964–1974), Avraam Ahitov (1974–1981), Avraam Shalom (1981–1986), Yossef Harmelin (1986–1988), Yaakov Peri (1988–1994), Carmi Gillon (1995–1996), Ami Ayalon (1996–2000), Avi Dichter
(2000–2005), Yuval Diskin (2005–marzo de
2011) y el recientemente elegido Yoram Cohen.
Tal como ocurre con los
oficiales del Mossad y el AMAN, muchos de los altos jefes de estas
instituciones y del Shabak ven abiertas las puertas del escenario político
israelí, accediendo a altos cargos gubernamentales, al Parlamento y al
empresariado industrial de las industrias militares. Altos jefes del Shabak
como Yaakov Peri fue electo presidente del Banco HaMizrahi en 2002, Carmi
Gillon funge como alcalde de Mevasseret
Zion, cercano a Jerusalén, mientras Avi
Dichter y Ami Ayalon, fueron candidatos a ministros de defensa. Por su parte,
Dichter fue Ministro de Seguridad Interna en la gubernatura de Ehud Ólmert. Muchos de los altos oficiales
del Shabak, siguiendo los pasos de ex generales y ex coroneles del Mossad y el
AMAN, se han dedicado a crear empresas de seguridad en varias naciones, sobre
todo en Latinoamérica, las que se dedican a entrenar a los cuerpos policiales
de esos países y dotarlos de avanzada tecnología y sofisticado armamento.
EL REPRESOR DEL ESTADO
HEBREO
La persecución contra
miembros y simpatizantes del movimiento palestino y de las fuerzas progresistas
en el Oriente Medio es una tarea permanente del Shabak. El pasado 15 de marzo
de 2010 fue detenido por este órgano el fundador del ala militar de Hamás en
Ramala, Maher Ouda, quien ha sufrido fuertes presiones físicas y sicológicas en
sus interrogatorios.
Por otra parte, el Shabak
trata de implicar a Irán con el abastecimiento de armas a Hamás, tal como lo
dio a conocer el pasado diciembre, en que atribuye al gobierno iraní el
abastecimiento de cientos de cohetes de corto alcance, unos mil proyectiles de
mortero y varias docenas de misiles antitanque, según lo destacó el diario The
Jerusalem Post. De acuerdo con el reporte, varios países como Irán, Sudán,
Líbano y Siria, están implicados en el trasiego de armas y el entrenamiento a
militantes de Hamás.
Según el informe, publicado
este jueves y recogido por el diario, Irán transportó las armas a través de
Sudán y la península del Sinaí y también tuvo un importante papel en la
financiación del entrenamiento de milicianos de Hamás en Líbano y Siria. En
otras declaraciones expresadas el 19 de enero de 2011, el entonces jefe del
Shabak, Yuval Diskin, acusó a AlQaeda de estar involucrado en el repunte de la
violencia en la Franja de Gaza. Siguiendo esa dirección operacional y
mediática, el Shabak inculpó a cinco
palestinos residentes en el barrio de
Sur Baher, en Jerusalén Este, acusados de pertenecer a Hamás, de planear
ataques contra objetivos israelíes en el pasado mes de abril de 2011. Según la
acusación, los implicados, Ahmed
Dawiyat, su hermano Mahmet Dawiyat, Munir Marwat Atun, Jihad Atun y Ahmed
Namir, participaron en la detonación de
una bomba en una zona entre Jerusalén y Belén.
Tanto al referirse a este
caso, como a la detención de varios palestinos supuestamente implicados en el
asesinato de una familia judía, el premier Benjamin Netanyahu elogió el 17 de abril de 2011 la labor del
Shabak, al declarar eufórico: “El gran trabajo hecho aquí muestra el compromiso
de Israel con la justicia.”
Dos días después, el 19 de
abril de 2011, fue detenido por el Shabak un ciudadano australiano, de origen
saudí, Iaad Rashid Abu Arja, acusado por el Tribunal del Distrito Centro de
pertenecer Hamás y de planear un ataque contra Israel. No se hizo esperar la
implicación de Abu Arja con el movimiento Hamás y el gobierno sirio, caldeando de
esta forma la actual situación bilateral entre las dos naciones. Para
acrecentar las tensiones con el nuevo gobierno egipcio, el Shabak acusó el 13
de mayo de 2011 a miembros del mismo y al movimiento Hamás por el contrabando
de armas en la región de Sinaí. Detrás de estos hechos está la apetencia de
Israel de ampliar su influencia en la región, tal como lo describió el recién
sustituido jefe del Shabak, Yuval Diskin, el pasado abril: “En Egipto es muy
difícil saber qué pasará en las elecciones de este verano. No es una buena idea
descansar en nuestros laureles”.
Por último, para quienes
ven al Shabak como un simple aparato de represión, capaz de colaborar
aisladamente con otras ramas de la inteligencia israelí como el Mossad y el
AMAN, vale la pena destacar que el mismo accede a valiosa información que
comparte con sus congéneres de oficio. La duda sobre la implicación del Mossad
en los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center se
acrecientan cuando se maneja una información filtrada por el periódico israelí
‘Yadiot Ahranot’, en la que se expresa que el Shabak orientó al recién elegido
premier israelí Ariel Sharon, a que
suspendiera su primera visita a los Estados Unidos, apenas dos días antes del
ataque contra las Torres Gemelas en Nueva York.
Ante estos hechos es
obligado hacerse unas preguntas: ¿Sabía el Shabak que el Mossad estaba tras los
atentados al WTC? ¿Conoció el Shabak a través de algunos de sus detenidos sobre
este macabro plan y prefirió callar?
Algún día saldrán las respuestas a estas
preguntas y la verdad se abrirá paso con toda su plenitud.
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