La
Policía de Miami Dade ha monitoreado la actividad de la Flotilla Democracia. (Segunda
parte)
Percy
Francisco Alvarado Godoy
7
de diciembre de 2011
LAS
INCONGRUENTES ADVERTENCIAS DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO
Tal
como analizamos en la primera parte de este trabajo, el Departamento de Estado
de EEUU ha utilizado permanentemente el recurso de advertir, tanto a los
organizadores de las flotillas, como al Gobierno de Cuba, actuar con
“moderación” durante las incursiones provocadoras del Movimiento Democracia
frente a las costas cubanas. Parte de este proceso ha sido el intercambio de
notas diplomáticas en las que Cuba advierte a EE UU sobre los peligros de la
violación de sus aguas jurisdiccionales y denuncia estos eventos como actos de
provocación. Por su parte, ha sido costumbre también la realización de
reuniones entre funcionarios del Departamento de Estado con los organizadores
de las flotillas, particularmente con Saúl Ramón Sánchez Rizo.
En
esta oportunidad fue Peter Bremman, jefe del Buró Cuba del Departamento de
Estado. quien propició la reunión, dejándose “convencer” por Sánchez Rizo sobre
el hecho de que los organizadores de la flotilla respetarían las aguas
jurisdiccionales cubanas. Esta luz verde a la dudosa credibilidad de Sánchez
Rizo por parte de la administración de Obama y la aprobación tácita de la realización
de la provocación, así como la solicitud a las autoridades cubanas a actuar con
moderación, ponen sobre el tapete la manipulación de la política exterior de la
actual administración por parte de los mafiosos cubano americanos de Miami, y
la subordinación del gobierno norteamericano a sus caprichos. Obama necesita a
toda costa los votos de La Florida para las venideras elecciones y ha cedido a
este chantaje sin miramiento alguno. Política es política, todo lo demás no
importa, ni tan siquiera la cordura del gobierno de EE UU.
Cuba
por su parte ha decidido usar los canales diplomáticas para advertir al
gobierno norteamericano sobre este peligroso evento. Solo algunos periodistas
cubanos, principalmente el que realiza este trabajo, José Luis Méndez Méndez,
Carmen Rosa Báez y Norelys Morales, hemos denunciado públicamente las
verdaderas dimensiones de esta provocación, la catadura e historial terrorista y
provocador de sus organizadores, así como la incapacidad de controlar a las
naves participantes y sus tripulaciones, algunos de los cuales apuestan por la
confrontación violenta entre ambas naciones. Los Popeyes terroristas que se
enrolaron en esta aventura, cargados de la espinaca triunfalista de las pírricas
victorias del Imperio en Irak, Afganistán y Libia, así como el acorralamiento
existente contra los gobiernos de Irán y Siria, apuestan por provocar una
conflagración entre Estados Unidos y Cuba. Por ello, advierto nuevamente sobre este peligro y sobre el hecho
de que la flotilla puede ser un evento incontrolable para los propios
organizadores y las autoridades norteamericanas. Nótese que el polvorín se
encuentra focalizado en un área marítima reducida en la que navegarán 16
embarcaciones integrantes de la flotilla, varios barcos de la Guardia Costera
norteamericana y diversas unidades de la Marina de Guerra Revolucionaria. Un
desliz o una acción premeditada e irracional puede encender la llama del
conflicto.
Sobre
estas alertas y advertencias de nuestros periodistas se tiene plena conciencia
en Estados Unidos. Respecto a las hechas por mí, El Nuevo Herald publica hoy: “Alvarado escribió varias columnas
recientemente señalando que Sánchez había sido miembro en los años ’70 y
principios de los ’80 de grupos violentos anticastristas, y sobre los cuatro
años y medio que pasó en prisión a mediados de los ’80 por desacato tras
negarse a testificar sobre una conspiración para matar a Fidel Castro.” Obviamente, ante estas verdades, Sánchez Rizo
ha respondido “que el tiempo que pasó en
la cárcel lo hizo cambiar a actividades pacificas, y desde entonces no ha sido
vinculado a ningún tipo de plan violento.”
Otros
antecedentes confirman, sin embargo, el peligro que se avecina. De eso tiene
conciencia la autoridad estadounidense, quien ha monitoreado las actividades
del Movimiento Democracia y sus flotillas, a través de la Oficina de
Inteligencia del Departamento de Policía de Miami Dade, tal como lo
evidenciamos en la primera parte de este trabajo y sobre el cual ofrecemos
nuevos elementos.
EL
MONITOREO DEL MOVIMIENTO DEMOCRACIA POR LA POLICIA DE MIAMI DADE EN 1998.
De
acuerdo con el CIB 98-40 de la Oficina de Inteligencia del Departamento de
Policía de Miami Dade, fechado el 15 de julio 1998, el 7 de julio de 1998,
Ramón Saúl Sánchez (Director del Movimiento Democracia) Luis Felipe Rojas
(portavoz de Movimiento Democracia) y Norman Del Valle (del Grupo Aéreo y
Relaciones Públicas de Movimiento Democracia), fueron entrevistados por las
autoridades del Condado con respecto a la flotilla que salió hacia Cuba el 17
de julio de ese mismo año.
En
este informe se precisa: “Ellos dicen que
tienen aproximadamente 12 buques y 10 aviones que serán utilizados para el
transporte de los manifestantes cuando se le preguntó si estaba planeando
entrar en aguas cubanas, el Sr. Sánchez dijo que no estaba preparado para
responder a esa pregunta. (…) Él afirmó que era su derecho, como cubano, para
entrar pacíficamente a su país sin ningún tipo de interferencia de EE.UU.
También expresó su disgusto por el decreto presidencial, firmado por el presidente
Clinton 24 de febrero 1996, lo que le prohíbe viajar libremente a Cuba.”
Casi
burlándose de sus interlocutores y con total desenfado, Saúl Ramón Sánchez Rizo
les apuntilló “que era consciente de las
repercusiones si se fuera a violar a las aguas cubanas, pero insistió en que
era su derecho, como cubano, a viajar libremente a su país de nacimiento. El
Sr. Sánchez afirmó que rechazó dos subvenciones del Departamento de Estado de $
750,000.00, una, y de $ 300,000.00, la otra, como ayuda a la disidencia dentro
de Cuba y por razones humanitarias, a cambio de que cejara en sus intenciones.”
Saúl
Ramón Sánchez les confirmó el envío por parte del Movimiento Democracia de una balsa
no tripulada, que su organización envió por esos días a las costas de Cuba,
conteniendo pañales, leche en polvo,
pasta de dientes, champú, botellas de bebé, lápices y camisetas con el logo de
su organización.
En
este informe, los detectives a cargo destacaron que “Sánchez se mostró evasivo en el reconocimiento de si planeaba entrar
en aguas cubanas, pero dijo que sus actividades planificadas le costará al
gobierno cubano una gran cantidad de dinero y el poder del hombre que no puede
permitirse el lujo de gastar. También reconoció que su actividad podría causar
una carga para el Gobierno de los EE.UU.”
Otro
hecho violatorio de la Ley de Neutralidad de los Estados Unidos, en sus
artículos del 960 a 962, es la promoción de actividades anticubanas desde
territorio norteamericano, empleando diversas formar para convocar a la
desobediencia civil dentro de la Isla, durante la realización de la provocación
marítima por parte del Movimiento Democracia. Todo el tinglado mediático con el
que cuenta la contrarrevolución fuera de Cuba y dentro de la Isla, financiado
principalmente por el gobierno norteamericano, ha desplegado una intensa
campaña para convocar “al pueblo” a actos de protesta. Esos llamados y arengas
se han realizado reiteradamente a través de Radio Martí, la blogosfera enemiga
y la plataforma social Facebook. No han vacilado tampoco en usar la telefonía
celular, mediante mensajes SMS a personas dentro de Cuba, para incitar a una
campaña de protestas que, en realidad, nunca sucederá.
Los
grupúsculos contrarrevolucionarios y mercenarios dentro de la Isla, así como
sus amos que los financian desde el exterior, están advertidos. El día 9 de
diciembre pasará a la historia sin trascendencia alguna. Será un día más para los
cubanos de tranquilidad ciudadana y de esos que sirven para forjar, con su
trabajo y esfuerzo, una vida mejor.
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