El espionaje
israelí “reverdece” sus oscuros laureles.
Percy Francisco Alvarado Godoy.
Los últimos meses han
mostrado un recrudecimiento de la actividad de los servicios de inteligencia
israelíes en varias naciones del mundo, particularmente en Rusia y otros países
árabes. Como instrumento de la guerra sucia contra los grupos y estados
progresistas en el Oriente Medio, particularmente contra Irán y el movimiento
palestino, el Mossad se ha convertido en un órgano sumamente activo, cuya
desesperación lo ha llevado a cometer serios errores operativos que han
conducido al descubrimiento de su actividad secreta. Esta declinación de imagen
no representa en sí misma una pérdida de su eficacia, sino más bien la
permanencia de viejos vicios de impunidad, una falsa superioridad devenida en
atributo funcional y su desesperación por evitar a toda costa el avance de
quienes son considerados sus enemigos ideológicos.
Todo el tinglado operativo
del espionaje y contraespionaje israelí, representados por el Mossad, el Yamam,
el Tzahal y el Shabak, se encuentra en
pleno apogeo en los últimos meses. Una de las ramas del Mossad, el Metsada, se
ocupa de ejecutar la guerra sucia a nivel internacional, lo que incluye
operaciones de asesinato, sabotajes y provocaciones. Todo ello está subordinado
a un cuestionable rol: defender el hegemonismo israelí y las alianzas
históricas con los servicios norteamericanos.
EL MOSSAD Y SUS ULTIMAS “HAZAÑAS”.
La detención en días
pasados del agregado militar de Israel en Rusia, coronel Vadim Leiderman, por
sospecha de espionaje, y su posterior expulsión, ha abierto la caja de Pandora
en relación con agresiva actividad de los servicios de inteligencia israelíes
en diversas partes del mundo. De origen ruso, Leiderman fue capturado el 12 de
mayo por las fuerzas de contraespionaje rusas, con las manos en la masa,
mientras contactaba con un uno de sus agentes en Moscú, un funcionario del
Ministerio de defensa de Rusia. Todo ha quedado bajo el sospechoso manto de que
se dedicaba a actividades de espionaje industrial, aunque su actividad de
acechanza iba aún más lejos. La actividad de Leiderman como representante del
Ministerio de Defensa de Israel en Rusia desde 2008 era monitoreada desde hacía
algún tiempo. De origen ruso, con un doctorado en el Instituto Israelí de
Tecnología (Technion), ubicado en Haifa,
así como miembro de los servicios técnicos de la Fuerza aérea de Israel
(IAF), siempre se mostró interesado en
fortalecer sus vínculos con militares de ese país. Tal sospechoso
desempeño y la posibilidad de ser detectado en sus actividades, fue uno de los
elementos para que sus jefes planearan sustituirlo en el cargo por el doctor
militar Kobi Haviv.
Lo sorprendente del hecho
es que la detención de Leiderman tuvo
lugar durante la visita a Rusia de una delegación del Comité de Asuntos
Exteriores y Defensa del Parlamento israelí (Knesset), encabezada por su
presidente y ex ministro de Defensa, Shaul Mofaz, devenido en defensor de los
asesinatos selectivos de líderes progresistas y palestinos y, a la vez, uno de los influyentes líderes del partido
Kadima. Shaul Mofaz llevaba en su agenda para discutir con los rusos un único
punto: disuadirlos de vender armamento a Siria. Mofaz, nacido en 1948 y de
origen iraní, quien cuenta con un amplio prontuario como negociador y en
asuntos de asesoría gubernamental, pues fue Ministro de Transporte de Israel,
Vice primer Ministro, y Ministro de Defensa. Fue también el decimosexto Jefe
del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa Israelíes; a la par que subordinado
a cuatro Primeros Ministros de Israel, habiendo sido nombrado Jefe de Estado
Mayor por el Primer Ministro Benjamín Netanyahu (1996-1999); en 1998 trabajó
bajo el Primer Ministro Ehud Barak (1999-2001), luego fue designado como
Ministro de Defensa en 2002 por el Primer Ministro Ariel Sharón (2001-2006), y
sirvió como Ministro de Transporte bajo el Primer Ministro Ehud Ólmert, ostenta
el grado de Teniente General de las Fuerzas Armadas de Israel.
Tanto los Ministerios de
Defensa como la IFA refutaron la acusación contra Leiderman por presunto
espionaje y cubrieron sus espaldas al declarar que “las autoridades de
seguridad en Israel completaron una minuciosa investigación y concluyeron que
esas alegaciones eran infundadas”. Tel Aviv no descartó que los rusos trataran
de presionar a Leiderman para convertirlo en un agente doble a sus servicios.
Otra versión israelí es que la captura del diplomático obedecía a una
represalia rusa porque Israel, bajo presiones de Estados Unidos, se negó a
venderles aviones no tripulados de alta tecnología.
Lo cierto es que Leiderman
fue interrogado, apenas arribó a Israel por la contrainteligencia sionista,
conocida como el Shin Bet, siguiendo un
mero procedimiento, “descartando” su
culpabilidad en el asunto. La exculpación de Leiderman tiene lugar en momentos
en que el propio Shin Bet pasa por un momento de cambios en su más alta
jerarquía, luego de la sustitución de su director, Uzi Arad, a quien se le
acusa de filtrar a la prensa cierta información confidencial sobre las
conversaciones entre Netanyahu y el Presidente Medvedev sobre la venta de
misiles a Siria. Arad fue expulsado de su cargo y recientemente sustituido por
Yoram Cohen como nuevo jefe del Shin Bet o contrainteligencia israelí, dado su
amplio historial dentro del órgano y su labor contra los países árabes,
particularmente contra Irán. Vinculado estrechamente a Estados Unidos, Cohen
pasó en el 2009 una pasantía como investigador en el Instituto Washington para
Política del Cercano Oriente, en Washington D. C., dedicándose a la
introducción y desarrollo de nuevas tecnologías para la realización de tareas
de espionaje y contraespionaje.
El caso Leiderman no ha sido el único. Otro antecedente del
espionaje israelí contra Rusia tuvo lugar en los años 90, cuando Reuven Dinel,
adscrito a la nómina del Mossad y diplomático en Moscú, fue arrestado en el
metro de de esa ciudad, tras realizar una compra de imágenes de satélite de una empresa que
formaba parte de la inteligencia militar rusa. Este hecho ocurrió en diciembre
de 1995, cuando miembros del FSB detuvieron a
Dudnik Mayor, un oficial retirado del Centro ruso para el espacio de
reconocimiento, en una estación de metro de Moscú. La investigación comprobó
que Mayor no estaba actuando solo, sino formaba parte de una célula que había
logrado infiltrar al Centro de Reconocimiento Espacial de la GRU, actualmente
la principal Dirección de Inteligencia del Estado Mayor General de Rusia.
Diniel, quien fue expulsado de Rusia, alegó haber sido torturado en el
interrogatorio.
La impunidad con la que trabajan los servicios
especiales israelíes en Rusia y otras naciones ex soviéticas no solo se puso de
manifiesto en las actividades de Lieberman y Dinel. El pasado 24 de marzo de
2011 tuvo lugar un hecho que puso en entredicho al Mossad cuando Abu Sisi, de
origen árabe fue agredido en un tren que cubría la ruta Kharkov-Kiev, según lo
relata la Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA), y obligado a descender en
Poltava y trasladado a Kiev, donde fue brutalmente interrogado por seis
miembros del Mossad. Luego, con total impunidad, fue trasladado a Tel Aviv. Las
autoridades ucranianas permanecieron al margen del secuestro y posterior
detención de Abu Sisi. Actualmente, el Centro Palestino por los Derechos
Humanos (CPDH) está luchando por su liberación, dado que el secuestrado padece
de colelitiasis y padece de serios trastornos sicológicos.
Otro hecho que cuestionó
la impunidad del Mossad en Rusia tuvo lugar el 19 de Noviembre de 2010, cuando
el conocido mercenario y teniente
coronel retirado del Ejército israelí, Yair Klein, reclamado por Colombia y
condenado en ausencia por Bogotá en 2002 por su relaciones con grupos paramilitares,
así como con el DAS colombiano, fue puesto en libertad, luego que fuera
detenido en agosto de 2007, en el
aeropuerto moscovita de Domodédovo, por la FSB y la Interpol. Luego de su
liberación, avalada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, marchó a
Israel.
LAS OTRAS COMPONENDAS DEL MOSSAD
El odio acérrimo de los
dirigentes del Mossad contra los países árabes, el movimiento palestino y la
República Islámica de Irán no tiene parangón. Las declaraciones realizadas hace
apenas dos días por el ex jefe del Mossad, Meir Dagan, calificando de estupidez
un ataque contra los iraníes por parte de la Fuerza Aérea de Israel, levantó un
incontrolable revuelo entre los principales dirigentes del país sionista. Para
Dagan, una incursión militar contra Irán despertaría también una respuesta
siria contra Israel. Las críticas de Danny Yatom y Efraim Halevy, anteriores
jefes del Mossad no se hicieron esperar.
Para nadie es un secreto
que los últimos años los servicios israelíes han reverdecido sus actividades,
conduciéndolos a algunos éxitos y a varias chapuzas que dejan en entredicho su
efectividad y renombre como servicio de inteligencia.
Uno de los actuales
sucesos que involucran al Mossad es el affaire que se sigue en Nueva York
contra el ex director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn. Acusado de acoso
sexual contra una empleada del hotel en el que se hospedaba, no es la primera
vez que cae en las trampas de la lascivia, pues ya una vez fue acusado de tener
relaciones extramaritales con una economista húngara del FMI, Piroska Nagy,
cuando fungía como titular del Banco
Hipotecario. Todas las hipótesis apuntan a que el posible candidato
presidencial por los socialistas franceses, ha sido colocado en una telaraña
que pone en duda su imagen y que el mismo ha contribuido a ello. También han
hecho mella en su caso algunas contradicciones con las altas esferas del poder
político y financiero en Estados Unidos y Europa. La trampa, bien urdida, fue
montada por el Mossad y QAT Internacional. La culpa de Strauss-Kahn fue la de
pretender realizar cambios en el desempeño del FMI que afectarían a grupos de
poder de la élite financiera internacional, tales como una nueva distribución
de la riqueza, cambios en la política de gastos públicos, reutilización de los
beneficios fiscales para la promoción del desarrollo industrial y otras. Sin
embargo, tratando de ocultar su papel en la maniobra, luego de dimitir
Dominique Strauss-Kahn como director
general del Fondo Monetario Internacional (FMI), los implicados en ella le
contentaron con una pensión vitalicia de
80.000 dólares al año, cerca de 56.000 euros.
La trampa tendida a
Dominique Strauss-Kahn hacen recordar un
acontecimiento no muy lejano cuando, en el año 2002, se destapó la implicación
del Mossad en Washington en operaciones
de prostitución, de lavado de dinero y chantaje continuado, mediante una
operación conjunta entre el FBI y la
Europol, conocida como Operación Spiderweb, donde fueron implicados más de una
veintena de ruso-israelíes, entre los que se destacaron el ciudadano israelí
Mark Brener, propietario del Emperor’s Club VIP y de tres entidades de blanqueo
de dinero (QAT Consulting Group, QAT Internacional y Protech Consulting). No
quedó la menor de las dudas de que el Mossad estaba implicado en el manejo de
una red de prostitutas empleadas en el comprometimiento de personalidades
políticas y financieras. Esta misma estrategia la empleó el Mossad en el 2004
para comprometer al gobernador demócrata de Nueva Jersey, Jim McGreevey, es un
escándalo de homosexualidad, empleando para ello a Golán Cipel, un homosexual
agente del Mossad. La culpa de McGreevey fue enfrentase a la poderosa Wall
Street desde su cargo.
Actuar de manera
sistemática contra los países árabes, mediante el reclutamiento de agentes y la
creación de redes de espionaje, es una de las principales tareas de los
servicios de inteligencia israelíes. En los últimos meses ha sido descubierta
esta actividad en varias naciones islámicas. El 10 de abril del presente año,
según un despacho de Europa Press, el Líbano presentó una queja formal ante el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas contra el espionaje israelí en la zona
sur libanesa, donde se descubrieron varios sistemas de vigilancia debidamente
camuflados como rocas u otros objetos. Según esta denuncia realizada por el
ministro de Relaciones Exteriores libanés, Ali al Shami, la actividad del
Mossad se centró en cámaras ocultas en la zona sureña de Shamaa descubiertas en
marzo de 2011, al igual que otros dispositivos similares detectados en
diciembre pasado en Barouk y Sannine, al sureste de Beirut. Por si esto fuera
poco, un tiempo antes, en mayo de 2009 fueron apresados dos agentes del Mossad
en la localidad de Shebaa, nombrados Jalil Nabaa y Julud Nabaa. Ellos son una parte
insignificante de las doce redes de espionaje, compuestas por más de cuarenta
espías, detectadas en el Líbano. Una de sus misiones era penetrar en el sistema
de comunicaciones egipcio y monitorear a
la Embajada de Egipto en China.
Un caso similar ha ocurrido
en Egipto, según declaró el coronel Sameh Seif Alyizel, del contraespionaje de
ese país árabe. Desde diciembre de 2010 han sido desarticuladas cuatro redes de
espionaje del Mossad y capturados varios de sus agentes. El último de estos
casos salió a la luz el 15 de marzo de 2011 cuando fueron capturados varios
israelíes y un ciudadano egipcio.
Argelia tampoco ha
escapado de la actividad de espionaje del Mossad. El 29 de marzo de 2010 fue
detenido en la ciudad de Hassi Messaoud, en el sureste argelino, un espía
israelí con un pasaporte español a nombre de Alberto Vagilo, procedente de
Barcelona y con la finalidad de penetrar al movimiento Hamás y recabar
información sensible sobre la economía argelina. Para cumplir su cometido
asumió la identidad falsa a nombre de Abu Ammar, natural de Al Quds. Lo
interesante del caso es que el subdirector del FBI, John Pistole, visitó
Argelia para negociar la liberación del espía del Mossad.
Otro importante golpe
propinado al Mossad en sus actividades de espionaje fue el recibido por esta
organización en la República Islámica de Irán a fines de enero de 2011, cuando
fue desarticulada una importante red que actuaba en ese país y que tenía como
misión asesinar a científicos iraníes, como fue el caso del asesinado científico
nuclear Alí Mojamadi Massoud
Ali-Mohammadi, y sabotear el programa
nuclear de esa nación.
El Mossad israelí ha sido
inculpado, bajo la venia de los ocupantes norteamericanos en Irak, según se dio
a conocer en enero de 2011 en un reporte del Departamento de Estado de EE UU,
del asesinato o desaparición de 350 científicos nucleares iraquíes y más de 200
profesores universitarios, en esa nación ocupada. La limpieza de científicos
tuvo como origen la negación de los mismos para cooperar con diferentes programas
a favor de Israel y los Estados Unidos. En estos asesinatos selectivos
participaron operativos del Mossad acompañados por fuerzas especiales
norteamericanas. EE UU aporta la información de inteligencia mientras los
operativos del Mossad se encargan de la eliminación física de los científicos
seleccionados.
Las oscuras páginas
escritas por los servicios israelíes, de las cuales hemos excluido algunas
hartamente conocidas como el asesinato de Mahmud al Mabhuh, dirigente de Hamás
en un hotel de Dubai, ocurrida el 19 de enero de 2010, así como el sonado caso
del virus Stuxnet, dirigido contra las
instalaciones nucleares iraníes en el año 2010, demuestran la peligrosidad de
este servicio y su irrespeto hacia los tratados internacionales al operar de
forma descarada e impune en casi todo el mundo.
La ideología del Mossad y
del Shabak es la de matar y hacer desaparecer, torturar e infundir miedo, a la
par que chantajear y sobornar a sus objetivos. La merecida fama alcanzada en
otros tiempos se desvanece como burbuja de jabón ante sus frecuentes chapuzas y
ante sus crímenes horrendos e injustificados. Es, hoy por hoy, una estrella que
ha perdido su brillo y esplendor, ante la suciedad de sus crímenes y la sangre
de sus víctimas.
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