Hay
que generar una movilización comunicacional mundial. Nadie me lo pidió pero
propongo que, masivamente, nos pongamos a mandar recaditos, mensajes y comunicados
urgentes al pueblo revolucionario de Venezuela. Nada mal estaría decirle cosas
al oído, cosas de hermanos, de amor fraterno, de necesidad y de urgencia. Por
ejemplo: ¡Venezolanos, camaradas! sus votos también nos representan en Bolivia,
en Cuba, en Ecuador, en Nicaragua, en Colombia, en México… salgan y voten por
todos nosotros, salgan y triunfen una vez más, con su fortaleza moral, con su
revolución a galope, salgan como nunca y triunfen como se debe. Expresar la
solidaridad internacional no implica ignorar ni anular los debates internos que
pueden tener un valor sustancial pero que no deben impedir multiplicar nuestras
fuerzas apoyados, también, en la movilización de países hermanos. Que nadie se
quede en su casa que nadie eluda su responsabilidad de votar por todos
nosotros. ¿Es mucho pedir?
Nadie me lo pidió pero siento la necesidad y la premura (acaso por impotencia) de llamar a quienes pueda y como pueda para convencerlos de conectarse con Venezuela. Convencerlos de saberla y de sentirla, convencerlos de entenderla y acompañarla con lo que se tenga y como se debe. Convencerlos, en fin, de hacer saber a la revolución venezolana cuánto nos importa y cuánto la necesitamos triunfante y contundente. No estaría mal. Veamos.
Venezuela ha llevado la lucha de clases a un plano más avanzado que había sido silenciado de mil maneras. Casi sería necesario agradecer a sus agresores y golpistas la diversidad de canalladas, la velocidad y la abyección invertidas para organizar sus ataques porque eso nos simplifica las tareas, nos ahorra esfuerzos y nos esclarece el camino de la revolución. Hoy es extraordinariamente claro que la Revolución Venezolana nos beneficia a todos (a todos los proletarios que buscamos la unidad) para acortar distancia entre la realidad que nos abruma y la conciencia que necesitamos para actuar correctamente. El pueblo revolucionario de Venezuela se ha propuesto destruir a la burguesía; eso es un gran ejemplo, es una inspiración y es una conquista magnífica. Es preciso que se expanda y se profundice. Voten todos.
Veamos. Los logros ejemplares de la revolución venezolana en materia de salud, vivienda, educación y trabajo… son, entre mil cosas, un regalo y una escuela que, en el tiempo brevísimo que lleva la revolución, ya produjo beneficios directos e indirectos a muchos pueblos y camaradas latinoamericanos (y no solamente). La lista es enorme si sólo tomamos como ejemplo el aporte de las “Misiones” que abren los ojos venciendo enfermedades, que abren los ojos del alma y del pensamiento.
Veamos. Venezuela con su revolución socialista nos ha regalado la certeza definitiva de que la lucha por la dignidad conduce al triunfo de las aspiraciones democráticas más profundas y sinceras de los pueblos. La palabra de esta Venezuela revolucionaria es hoy en el mundo la palabra de la esperanza y del compromiso que anima a muchos y que despierta a los pueblos. Le debemos a esta Venezuela revolucionaria su fortaleza simbólica, su riqueza histórica, sus valores combativos y su moral guerrera que, pese a los pesares, endógenos y exógenos, no pierde el rumbo y no pierde la calma.
Veamos. Las cifras de Venezuela, aun en el momento de la peor crisis económica mundial (ocasionada por el capitalismo y sus perversiones) sostienen su ritmo real de crecimiento y sus programas fundamentales de desarrollo revolucionario. Ningún país europeo con la petulancia de llamarse “primer mundo” pude decir (a estas horas) lo mismo. Venezuela ha dado pasos firmes hacia la planificación de la economía subordinada al beneficio colectivo y hacia la subordinación de la política a la voluntad democrática y la justicia social. Hay cifras a raudales. Muy pocos pueden presumir lo mismo.
Por esto y más, propongo que nos propongamos la tarea de hacer saber a Venezuela cuánto nos importa y cuánto de vital tiene para todos nosotros un triunfo democrático contundente en sus elecciones próximas. Hacerle saber, de mil maneras, qué aprendimos, qué recibimos y qué agradecemos de su esfuerzo, talento y ejemplaridad revolucionaria. Hacerles saber que sus triunfos nos hacen falta en la medida en que ellos hacen lo que muchos no podemos. Por ahora.
Pero se trata de hacerlo saber para animar a los convencidos, a los dudosos y a los no convencidos también. Para movilizar una corriente mundial de aliento que sea contagioso y que saque a todos a votar ante las elecciones venideras. Que se logren cifras record, que la afluencia sea inédita. Que salgan todos y que voten todos acompañados fraternalmente por cientos de pueblos hermanos que se saben beneficiados y co-responsables por el ascenso de la revolución y su multiplicación mundial. Que logremos hablar al corazón de cada venezolano y también al pensamiento de cada venezolano que lleva a hombros el trabajo de profundizar la revolución para que sepa cuánto vale para nosotros fuera de su país y cuánto nos importa su obra colectiva y socialista. Que sienta, pues, en sus manos (a la hora de votar) la responsabilidad histórica y el privilegio de tener el pulso hermano de millones de almas solidarias en todo el mundo.
Se trata de abrir un espacio para una campaña internacionalista que le cuente a Venezuela la importancia de sus votos y cuánto nos urge, en cada país, su triunfo ejemplar en las elecciones próximas. Pedir por todos los medios mensajes para el pueblo revolucionario de Venezuela, que le cuenten por qué es tan valioso su voto y por qué la revolución venezolana es responsabilidad internacional. Se trata de encontrar una y mil maneras de hacer llegar mensajes… y luego replicarlos para que se muestren en todos los medios alternativos y comunitarios, prensa obrera, prensa de movimientos sociales, prensa universitaria… blogs, páginas, twitters… La idea es generar una movilización comunicacional que llegue a todos (incluidos los indecisos) para salir a votar porque un continente entero acompaña las elecciones y depende también de su triunfo. ¿Nos ayudas?
Nadie me lo pidió pero siento la necesidad y la premura (acaso por impotencia) de llamar a quienes pueda y como pueda para convencerlos de conectarse con Venezuela. Convencerlos de saberla y de sentirla, convencerlos de entenderla y acompañarla con lo que se tenga y como se debe. Convencerlos, en fin, de hacer saber a la revolución venezolana cuánto nos importa y cuánto la necesitamos triunfante y contundente. No estaría mal. Veamos.
Venezuela ha llevado la lucha de clases a un plano más avanzado que había sido silenciado de mil maneras. Casi sería necesario agradecer a sus agresores y golpistas la diversidad de canalladas, la velocidad y la abyección invertidas para organizar sus ataques porque eso nos simplifica las tareas, nos ahorra esfuerzos y nos esclarece el camino de la revolución. Hoy es extraordinariamente claro que la Revolución Venezolana nos beneficia a todos (a todos los proletarios que buscamos la unidad) para acortar distancia entre la realidad que nos abruma y la conciencia que necesitamos para actuar correctamente. El pueblo revolucionario de Venezuela se ha propuesto destruir a la burguesía; eso es un gran ejemplo, es una inspiración y es una conquista magnífica. Es preciso que se expanda y se profundice. Voten todos.
Veamos. Los logros ejemplares de la revolución venezolana en materia de salud, vivienda, educación y trabajo… son, entre mil cosas, un regalo y una escuela que, en el tiempo brevísimo que lleva la revolución, ya produjo beneficios directos e indirectos a muchos pueblos y camaradas latinoamericanos (y no solamente). La lista es enorme si sólo tomamos como ejemplo el aporte de las “Misiones” que abren los ojos venciendo enfermedades, que abren los ojos del alma y del pensamiento.
Veamos. Venezuela con su revolución socialista nos ha regalado la certeza definitiva de que la lucha por la dignidad conduce al triunfo de las aspiraciones democráticas más profundas y sinceras de los pueblos. La palabra de esta Venezuela revolucionaria es hoy en el mundo la palabra de la esperanza y del compromiso que anima a muchos y que despierta a los pueblos. Le debemos a esta Venezuela revolucionaria su fortaleza simbólica, su riqueza histórica, sus valores combativos y su moral guerrera que, pese a los pesares, endógenos y exógenos, no pierde el rumbo y no pierde la calma.
Veamos. Las cifras de Venezuela, aun en el momento de la peor crisis económica mundial (ocasionada por el capitalismo y sus perversiones) sostienen su ritmo real de crecimiento y sus programas fundamentales de desarrollo revolucionario. Ningún país europeo con la petulancia de llamarse “primer mundo” pude decir (a estas horas) lo mismo. Venezuela ha dado pasos firmes hacia la planificación de la economía subordinada al beneficio colectivo y hacia la subordinación de la política a la voluntad democrática y la justicia social. Hay cifras a raudales. Muy pocos pueden presumir lo mismo.
Por esto y más, propongo que nos propongamos la tarea de hacer saber a Venezuela cuánto nos importa y cuánto de vital tiene para todos nosotros un triunfo democrático contundente en sus elecciones próximas. Hacerle saber, de mil maneras, qué aprendimos, qué recibimos y qué agradecemos de su esfuerzo, talento y ejemplaridad revolucionaria. Hacerles saber que sus triunfos nos hacen falta en la medida en que ellos hacen lo que muchos no podemos. Por ahora.
Pero se trata de hacerlo saber para animar a los convencidos, a los dudosos y a los no convencidos también. Para movilizar una corriente mundial de aliento que sea contagioso y que saque a todos a votar ante las elecciones venideras. Que se logren cifras record, que la afluencia sea inédita. Que salgan todos y que voten todos acompañados fraternalmente por cientos de pueblos hermanos que se saben beneficiados y co-responsables por el ascenso de la revolución y su multiplicación mundial. Que logremos hablar al corazón de cada venezolano y también al pensamiento de cada venezolano que lleva a hombros el trabajo de profundizar la revolución para que sepa cuánto vale para nosotros fuera de su país y cuánto nos importa su obra colectiva y socialista. Que sienta, pues, en sus manos (a la hora de votar) la responsabilidad histórica y el privilegio de tener el pulso hermano de millones de almas solidarias en todo el mundo.
Se trata de abrir un espacio para una campaña internacionalista que le cuente a Venezuela la importancia de sus votos y cuánto nos urge, en cada país, su triunfo ejemplar en las elecciones próximas. Pedir por todos los medios mensajes para el pueblo revolucionario de Venezuela, que le cuenten por qué es tan valioso su voto y por qué la revolución venezolana es responsabilidad internacional. Se trata de encontrar una y mil maneras de hacer llegar mensajes… y luego replicarlos para que se muestren en todos los medios alternativos y comunitarios, prensa obrera, prensa de movimientos sociales, prensa universitaria… blogs, páginas, twitters… La idea es generar una movilización comunicacional que llegue a todos (incluidos los indecisos) para salir a votar porque un continente entero acompaña las elecciones y depende también de su triunfo. ¿Nos ayudas?
Fernando Buen Abad
Nota del administrador:
Cuenta con mi total apoyo. Venezuela es de todos
Tomado de Nicaragua Socialista
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