Según un Informe del
Senado norteamericano, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y el
Pentágono, fueron seriamente criticados en un informe del Senado estadounidense
por su ineficacia para impedir el ataque ocurrido en Fort Hood, la mayor base
militar estadounidense y del mundo, ubicada en los de Bell y Coryell, en Texas,
el pasado noviembre de 2009, cuyo resultado fue el asesinato de 13 militares
norteamericanos en esa instalación y, al menos, una treintena de heridos. La
negligencia del FBI radicó en no compartir importantes informaciones de las que
disponía sobre el mayor Nidal Malik Hasan, ciudadano estadounidense de origen
palestino, perpetrador de la matanza en esa base militar, ubicada en Texas. Por
su parte, el careció de eficacia para hacer una adecuado perfil sicológico de Malik
Hasan y de evaluar la presencia de militares cuyas posiciones ideológicas
coincidían con el extremismo islámico. En el Informe se señaló: “Aunque las señales públicas y privadas de
la radicalización de Hasan hacia el violento extremismo islámico fueron
conocidas por oficiales gubernamentales, una serie de errores les previno que
intervinieran antes que Hasan llevara a cabo el asalto”.
Pérdida de imagen del
actual FBI
Acorralado por tal
acusación contenida en el Informe, al FBI no le quedó más remedio que reconocer
sus chapuzas en su propia página web y prometió evaluar las recomendaciones
emanadas en el mismo.
Otros escándalos han
vulnerado la imagen de los federales norteamericanos, La cadena CNN ha tenido
acceso a los expedientes disciplinarios del FBI, sacando a la luz conductas
sexuales inapropiadas por parte de miembros de esa institución, incluidos altos
funcionarios de la misma. Este hecho pone en tela de juicio la calidad del
proceso de selección del personal por parte del FBI, donde son sancionados
anualmente alrededor de 350 empleados por conductas violatorias del reglamento
instituido por la agencia federal. Una treintena de estos han llegado, incluso,
a ser despedidos. Pero CNN denuncia también que este rigor tiene sus grietas y
muchos altos cargos del FBI son protegidos y escapan de las sanciones que podrían
merecer, en casos como el de un funcionario en estado de ebriedad que armó un
escándalo dentro de un centro de striptease y que solo recibió por este delito
la pena de un mes de suspensión de su cargo. Otro caso, todavía más peliagudo
ocurrió cuando un agente especial de nivel medio ofreció información a dos
bailarinas nudistas informaciones recabadas por su institución sobre ellas y
apenas recibió un castigo de suspensión por menos de un mes. Por otra parte,
varios son los casos de oficiales del FBI que usan sus computadoras en horario
de trabajo para visitar páginas de pornografía en Internet. Otros hechos
relevantes lo ha sido el acoso sexual entre miembros del Buró, llegando incluso
a colocar cámaras para filmar a empleadas femeninas en los baños habilitados
para ellas.
El FBI ha creado la
llamada Oficina de la Responsabilidad Profesional del FBI para investigar
violaciones del reglamento, pero hace todo lo posible para evitar la filtración
pública de las mismas. Aunque el propio Candide Will, vice director del FBI y
supervisor de dicha Oficina de la Responsabilidad Profesional del FBI, opina
que tienen cero tolerancias con los violadores del reglamento, casi siempre se
les da una segunda oportunidad a los trasgresores, que han llegado a ser cerca
de 350 anuales, como señalamos con anterioridad.
Konrad Motyka, presidente de la Asociación de
Agentes del FBI, trató de justificar las conductas impropias sacadas a la luz
por CNN cuando expresó: “no es aceptable
la conducta incorrecta o criminal específica y comprobable, y nunca lo será.
Pero… nuestro nivel de conducta es realmente menor que en muchos otros lugares.
Se trata de seres humanos, y con el tamaño de organización que somos,
ocasionalmente surgirán algunos problemas”.
El Caso Afifi
El 9 de octubre de 2009 tuvo lugar otro escándalo que golpeó al FBI,
relacionado con un estudiante norteamericano de origen egipcio, quien cursaba estudios de marketing de
negocios en el Mission College, ubicado en Santa Clara, California, al que se le
encontró en su auto un localizador de GPS propiedad de la agencia federal.
Luego de un aparatoso despliegue de fuerzas, el FBI irrumpió en la casa del
estudiante para recuperar el citado aparato. El delito de Afifi era haberlo
sustraído de un carro que se encontraba desprotegido en un taller de reparación,
por lo que cayó sobre él la absurda acusación de ser un terrorista y una
amenaza para la seguridad nacional.
Otro de los escándalos que afectan al FBI fue destapado por uno de sus
ex integrantes, Mike German, actualmente trabajador del quien dio a conocer en febrero de la ALCU’s
Policy Counsel on National Security, Immigration and Privacy, quien confirmó “que el FBI espía de forma habitual a los
ciudadanos.” Según German el Buró espía a través de Internet a todas las
personas en el mundo, con independencia de que el amplio volumen de información
recabada después es difícil de procesar con prontitud. Añadió que gran parte de
este trabajo lo realizan diferentes agencias federales como el propio Buró, el
Departamento de Defensa, el Departamento de Seguridad de la Patria (DHS) y
otros.
El FBI, como
instrumento de represión interna dentro de EE UU fue denunciado el 31 de mayo
de 2011 por realizar una evidente cacería de brujas Alhambra, un barrio situado
al este de Los Ángeles. En esta oportunidad el objetivo fue Carlos Montes, miembro
de Freedom Road Socialist Organization, organización luchadora por los derechos
de los inmigrantes chicanos, cuya casa fue invadida de forma violenta por el
FBI, el Departamento del Alguacil del Condado de Los Ángeles y un equipo SWAT.
El delito principal del acusado fue encabezar las marchas del Primero de Mayo
pasado en defensa de la política norteamericana contra los inmigrantes. Sin
embargo, no solo Montes ha sido el único caso de persecución de las autoridades
y, particularmente, del FBI, entre los que se encuentran Alex Sánchez, líder de
Homies Unidos, y Nativo López, un defensor de los derechos de los inmigrantes.
Se conoce que al menos 23 viviendas de activistas contra las guerras en Irak y
Afganistán, la defensa de las libertades civiles y la denuncia de la política
anti inmigrante del gobierno, fueron allanadas en septiembre de 2010. Varios de
sus moradores, como el propio Montes, fueron citados el 24 de septiembre a las
oficinas del FBI, lugar donde se citaron un centenar de activistas que
reclamaron su inmediata libertad.
Persecución del
movimiento independentista de Puerto Rico.
El indiscriminado
seguimiento y represión por parte del FBI y de sus cinco oficinas desplegadas
en Puerto Rico, como ya evidenciamos en un capítulo anterior, se mantiene
acrecentándose. Recientemente fue capturado Norberto González Claudio, en
Puerto Rico, quien fue juzgado posteriormente ante una corte en el tribunal federal de Hartford, Connecticut, en
una sesión que tan solo transcurrió durante unos escasos 20 minutos. El acusado
se declaró inocente de los cargos que se imputaron por supuestamente participar
en el robo a un camión de la Wells Fargo, realizado por el Ejército Popular
Boricua-Macheteros, en 1983, hecho en que fueron sustraídos más de siete
millones de USD y por el que purga condena Avelino González Claudio, hermano de
Norberto. Avelino se encuentra en prisión desde hace tres años, padeciendo el
Mal de Parkinson y bajo la condición de terrorista doméstico. Otro líder
boricua, Oscar López Rivera, quien se ha mantenido preso durante tres décadas,
recibió la negación de su libertad condicional. Lo cierto es que el FBI
mantiene una criminal persecución contra el independentismo en Puerto Rico.
Estas son algunas de las muestras de su ensañamiento.
Otra torpeza del Buró
fue descubierta hace poco. Según sacó a la luz Julian Assange, en una reciente
entrevista concedida al diario Telegraph, el FBI trató de sobornar a varias
personas con el fin de infiltrar a WikiLeaks, en un intento de sabotear su
actividad de denuncia. Relacionado con esto, el 28 de enero de 2011 pasado se
llevó a cabo un amplio operativo del FBI, consistente en más de 40 registros en
Estados Unidos, contra un grupo llamado Anonymous, al que considera vinculado a
WikiLeaks.
Dentro de este
contexto, la seguridad informática del FBI se puso en tela de juicio cuando el
pasado 5 Junio de 2011, un grupo de hackers conocido como Lulz Security, se
adjudicó la penetración haber penetrado la red de una filial del FBI, nombrada Infragard,
donde robó 120 contraseñas que le habrían permitido acceder a 1.000 emails de
las computadoras de la institución.
Otro de los más
recientes escándalos, esta vez ocurrido en Argentina, se destapó en mayo pasado,
cuando fue puesta una denuncia ante la Cancillería, y luego ante el Ministerio
Público, que involucra la intromisión del
FBI en una causa de lavado de dinero y otros delitos que se siguen
contra las ex AFJP y a directivos del grupo Clarín. Este caso fue a parar a
manos del juez federal Norberto Oyarbide. Según esta denuncia, dos funcionarios
del FBI se entrometieron para buscar información sobre el caso, en el que está
inmiscuida la dudosa compra de Cablevisión por parte del grupo Clarín en el año
2007, sin conocerse claramente las intenciones del Buró al respecto. Detrás de
estos procesos legales, en que han intervenido varios jueces, existen turbios
intereses antigubernamentales y de corrupción.
No todo ha sido,
pues, color de rosa para el FBI. Chapuzas, corruptelas, intrigas, sucias
conspiraciones y escándalos sexuales, han manchado reiteradamente la imagen de
pulcritud que ha intentado ofrecer y que, hoy, levanta un sucio hedor a su
alrededor.
Percy Francisco Alvarado Godoy
Julio 2012
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