La
historia del filtrador Edward Snowden evoca a la figura de Philip Agee,
un antiguo agente de la CIA que dejó su cargo en 1968, y que publicó un
libro en el que contaba las actividades criminales de la agencia de
inteligencia.
Al
sentirse traicionado por la entidad a la que dedicó más de doce años
siendo un oficial activo de la Agencia Central de Inteligencia Philip
Agee decidió que no quería participar más en lo que nunca pudo soportar
moralmente y dio un portazo.
Tal
y como confesó él mismo, Edward Snowden no pudo quedarse sentado ni
cruzado de brazos mientras miles de personas en el mundo eran asesinadas
o al menos sus vidas habían sido destruidas por la labor de la CIA. Su
conciencia le empujó a filtrar información secreta sobre la prácticas de
la inteligencia estadounidense que él mismo ha tachado de criminales.
El
periodista Jean-Guy Allard, quien conoció a Philip Agee en persona,
explicó a RT cómo su historia se asemeja al caso de Edward Snowden.
La
CIA fundamentalmente es una mafia estatal que actúa de manera secreta y
a la que se permite hacer cualquier cosa en el mundo de hoy y está
presente en todo el planeta, donde esté autorizada y donde no lo esté
“La CIA fundamentalmente es una mafia estatal que actúa de manera secreta y a la que se permite hacer cualquier cosa en el mundo de hoy y está presente en todo el planeta, donde esté autorizada y donde no lo esté. Y para las personas nobles, yo diría, humanas, vivir dentro de una maquinaria semejante debe ser un desafío terrible. Se vuelven depresivos o deciden actuar”, comentó el periodista.
En su libro, Agee desclasificó cientos de nombres de agentes de la CIA infiltrados en el exterior.
Entre
otras prácticas de la CIA, Philip Agee compartió su experiencia de
trabajar en Ecuador, donde su principal tarea era la de establecer
contactos con algunas personas para luego ofrecerles sobornos y
contratarlas.
Obviamente su libro provocó una enorme cólera en el seno del servicio secreto estadounidense en el que había trabajado.
Este
detractor de la CIA perseguido por Washington se instaló en la Habana,
donde siguió denunciando las actividades subversivas de la agencia.
Quizá por el azar o por el destino esta ciudad, aunque sea solo de
tránsito, también podría amparar a Edward Snowden.
Russia Today, 28.06.2013
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