© AFP Sergei Supinsky
"Las deserciones en el Ejército son masivas y las
autoridades actuales de Ucrania no pueden hacer nada", opina el
excandidato a la presidencia ucraniana Oleg Tsariov.
El 12 de mayo el
Ministerio de Defensa de Ucrania publicó una lista de soldados que
habían desertado del Ejército nacional en las últimas tres semanas. 69
personas habían abandonado las unidades desplegadas en la región de
Novograd-Volynski y otras 33, de Berdychiv, ambas en la provincia de
Zhytómyr, en el noroeste del país. Los 102 desertores son reservistas
movilizados a inicios de marzo durante la campaña lanzada por orden del
presidente autoproclamado del país, Alexánder Turchínov, que desde
entonces ha llamado a filas a unas 20.000 personas.
"Señor Yatseniuk y compañía: ¡Muchísimas gracias por un salario de 1.300 grivnas (110 dólares) por dos meses! Les deseo oír un día las mismas palabras que he escuchado yo de mis hermanos. Puede tenerlo muy claro: me da mucha vergüenza. ¿Me oye? Piénselo bien, porque un día podemos redirigir la columna contra ustedes", ha sido el mensaje de un reservista al primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, a través del diario ruso 'Komsomólskaya Pravda'.
Mientras tanto, medios de comunicación informan también de deserciones puntuales en las unidades desplazadas en Odesa, Kramatorsk y Slaviansk, detallando que algunos militares optan por incorporarse a los grupos que protagonizan la resistencia a las tropas gubernamentales. Los casos más destacados tuvieron lugar a mediados de abril, cuando tripulantes de seis carros blindados tomaron parte por las autodefensas de Kramatorsk y otros 60 militares se unieron a las fuerzas opositoras de Slaviansk. Este 14 de mayo Donetsk, la provincia ucraniana que votó el pasado 11 de domingo en un referendo por la independencia, ha comunicado oficialmente que toda la Policía en la región se ha puesto del lado de los lugareños y ha jurado lealtad a las autoridades de la recién formada República Popular de Donetsk.
Según Oleg Tsariov, las cirfas oficiales son mucho más bajas que las reales y no reflejan la escala del problema. "Los soldados se niegan a atacar a los civiles. Aún más: no quieren morir en nombre de ideas de un Gobierno temporal que tomó el poder ilegítimamente. En la situación actual, en la que las autoridades antinacionales están en guerra contra la población, las deserciones no pueden considerarse un crimen", declaró el excandidato a la presidencia ucraniana en una rueda de prensa el 13 de mayo.
Los reservistas lamentan tanto los salarios bajos como las condiciones pésimas y la incertidumbre total. Según la televisión ucraniana, suelen cobrar unas 500 grivnas al mes (42 dólares) en vez de las 2.000 grivnas (170 dólares) prometidas oficialmente, o no cobrar nada. Se ven obligados a pedir de sus familiares que les lleven colchones, sábanas y almohadas, porque las unidades donde deben servir no los pueden proveer con esto. Se oyen también muchas lamentaciones acerca de la comida: una dieta habitual es pan seco y cereales cocidos. Nadie sabe cuándo podrá volver a casa: en teoría, la legislación ucraniana estipula que un reservista no puede estar en las filas del Ejército durante más de 10 días, pero muchos llevan ya 45 y los altos cargos militares adelantan que no serán desmovilizados hasta que llegue una orden especial.
Pero el detalle más importante es que una gran parte de los reservistas fue llamada al servicio ilegalmente, ya que pertenecen a categorías especiales como, por ejemplo, padres de famila numerosa, por lo que muchos han presentado reclamaciones oficiales. El ministro interino de Defensa, Mijaíl Koval, ya adelantó que se están procesando los documentos de unas 6.000 personas que deben volver a casa porque su movilización fue errónea. Mientras tanto, el país vive una segunda ola de movilización a gran escala que durará hasta mediados de junio.
"Señor Yatseniuk y compañía: ¡Muchísimas gracias por un salario de 1.300 grivnas (110 dólares) por dos meses! Les deseo oír un día las mismas palabras que he escuchado yo de mis hermanos. Puede tenerlo muy claro: me da mucha vergüenza. ¿Me oye? Piénselo bien, porque un día podemos redirigir la columna contra ustedes", ha sido el mensaje de un reservista al primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, a través del diario ruso 'Komsomólskaya Pravda'.
Mientras tanto, medios de comunicación informan también de deserciones puntuales en las unidades desplazadas en Odesa, Kramatorsk y Slaviansk, detallando que algunos militares optan por incorporarse a los grupos que protagonizan la resistencia a las tropas gubernamentales. Los casos más destacados tuvieron lugar a mediados de abril, cuando tripulantes de seis carros blindados tomaron parte por las autodefensas de Kramatorsk y otros 60 militares se unieron a las fuerzas opositoras de Slaviansk. Este 14 de mayo Donetsk, la provincia ucraniana que votó el pasado 11 de domingo en un referendo por la independencia, ha comunicado oficialmente que toda la Policía en la región se ha puesto del lado de los lugareños y ha jurado lealtad a las autoridades de la recién formada República Popular de Donetsk.
Según Oleg Tsariov, las cirfas oficiales son mucho más bajas que las reales y no reflejan la escala del problema. "Los soldados se niegan a atacar a los civiles. Aún más: no quieren morir en nombre de ideas de un Gobierno temporal que tomó el poder ilegítimamente. En la situación actual, en la que las autoridades antinacionales están en guerra contra la población, las deserciones no pueden considerarse un crimen", declaró el excandidato a la presidencia ucraniana en una rueda de prensa el 13 de mayo.
Los reservistas lamentan tanto los salarios bajos como las condiciones pésimas y la incertidumbre total. Según la televisión ucraniana, suelen cobrar unas 500 grivnas al mes (42 dólares) en vez de las 2.000 grivnas (170 dólares) prometidas oficialmente, o no cobrar nada. Se ven obligados a pedir de sus familiares que les lleven colchones, sábanas y almohadas, porque las unidades donde deben servir no los pueden proveer con esto. Se oyen también muchas lamentaciones acerca de la comida: una dieta habitual es pan seco y cereales cocidos. Nadie sabe cuándo podrá volver a casa: en teoría, la legislación ucraniana estipula que un reservista no puede estar en las filas del Ejército durante más de 10 días, pero muchos llevan ya 45 y los altos cargos militares adelantan que no serán desmovilizados hasta que llegue una orden especial.
Pero el detalle más importante es que una gran parte de los reservistas fue llamada al servicio ilegalmente, ya que pertenecen a categorías especiales como, por ejemplo, padres de famila numerosa, por lo que muchos han presentado reclamaciones oficiales. El ministro interino de Defensa, Mijaíl Koval, ya adelantó que se están procesando los documentos de unas 6.000 personas que deben volver a casa porque su movilización fue errónea. Mientras tanto, el país vive una segunda ola de movilización a gran escala que durará hasta mediados de junio.
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