Tanto el actual presidente venezolano, Nicolás Maduro,
como el canciller Elías Jaua, desnudaron un macabro plan dirigido a
crear un ambiente de desestabilización y caos en la República
Bolivariana de Venezuela, el cual fue cuidadosamente preparado por altos
funcionarios del gobierno norteamericano, la CIA, otros gobiernos
latinoamericanos, grupos antibolivarianos radicados en Miami y los
grupos terroristas anticubanos asentados en esa misma ciudad.
La primera aclaración que debía hacerse es que, aunque Nicolás Maduro
es el principal objetivo, dentro de los planes de la CIA y de otras
agencias norteamericanas y el Mossad se encuentran otros destacados
miembros de la dirección político-militar del chavismo. Estos objetivos
incluyen no solo a ministros, diputados del PSUV y del PCV, diplomáticos
en el exterior, gobernadores, miembros del CNE, magistrados, altos
oficiales de las FNAB y otros destacados líderes sociales y
comunicadores.
Este plan contempla igualmente la desaparición física de connotados
miembros de la derecha como Henrique Capriles, Antonio Ledezma y otros,
acusando a las fuerzas bolivarianas de estos actos de asesinato
selectivo.
Como puede apreciarse, en ambos casos, el objetivo es crear una
caotización de la constitucionalidad, promover una posible guerra civil
o, en último caso, la intervención militar de fuerzas foráneas bajo la
tutela de la ONU, la OEA y otros organismos internacionales.
LOS INVOLUCRADOS
Larga es la lista de los implicados en esta vasta conspiración. En
primer lugar se encuentran los servicios de inteligencia de Estados
Unidos, Israel, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, España,
Colombia, Perú, Chile, El Salvador, Paraguay, México, Panamá, Honduras,
Arabia saudita y otras naciones, con pleno conocimiento de sus gobiernos
o, en último caso, mediante operaciones secretas realizadas fuera del
control de sus autoridades. No sería la primera vez que la CIA, la DIA,
la DEA, el FBI, el Mossad, el MI6 y otros servicios actúan de espaldas
al escrutinio gubernamental y de los Congresos de sus países.
Estos involucrados están encargados de las tareas de planeamiento y
organización, financiamiento, creación de campos de entrenamientos en
algunos de sus territorios, entrega de medios sofisticados de
comunicación, armas de última generación, traeas de reclutamiento,
entrenamiento de mercenarios, así como el montaje de todo el andamiaje
operativo en determinadas naciones, usando unas veces a sus sedes
diplomáticas, funcionarios públicos o agentes encubiertos.
En Estados Unidos están involucrados varios congresistas,
funcionarios como Roger Noriega y Otto Reich, varias divisiones de la
CIA, la DEA, la DIA, así como altos funcionarios de las Secretarías de
Estado, Defensa y Justicia. Cerca de 700 agentes operativos, usando
tapadera diplomática en embajadas norteamericanas en América Latina y
Europa, participan en esta conspiración.
Para el cumplimiento de las tareas de reclutamiento han seleccionado a
organizaciones de venezolanos radicadas en el exterior como ORVEX,
VEPEXXX y otras, en contubernio con grupos terroristas de origen cubano
como Alpha 66, Comandos F-4, Brigada 2506, CID, Ejército Armado Secreto,
CLC, FNCA, CAMCO, Ex Club y otras. En estas tareas de recutamiento
también se encuentra involucrado Álvaro Uribe, grupos paramilitares y
servicios de inteligencia colombianos. Otros partidos políticos de la
derecha tradicional en Centro y Sur América, así como varias ONGs y los
llamados Cuerpos de Paz, actúan como reclutadores en la región.
Todos los reclutados, muchos de los cuales cuentan con experiencia
militar por haber estado involucrados en los conflictos militares en el
Medio Oriente, Europa, África y Latinoamérica, reciben un profundo
entrenamiento en tiro, manejo de explosivos, defensa personal,
subversión, sabotajes, comunicaciones y manejo técnicas de inteligencia y
contrainteligencia.
Un papel importante en estos planes lo desempeñan las células
terroristas, aún intactas, creadas por Luis Posada Carriles y Francisco
Chávez Abarca en Centroamérica y Venezuela. Estas células han
participado anteriormente en planes magnicidas contra Fidel Castro y han
contado con los siguientes terroristas:
Costa Rica: Armando López Estrada, René Corvo Lorenzo; los hermanos
Gustavo, Armando y Claudio Lora Hernández, Moisés Núñez Ruíz, Orfilio
Palacios, Eduardo Paz, Héctor Alfonso, Huber Matos Araluce y otros
complotados. Henry López Cisco (venezolano profúgo de la justicia), así
como otros individuos de otras nacionalidades radicados en esa nación.
Guatemala: Rolando Castro, José Burgos, José Álvarez, Juan Jiménez, así como otros miembros de la derecha guatemalteca.
El Salvador: Roberto D’Aubuisson, Hugo Barrera, Mario Acosta, Juklio
Eduardo Villatoro Monteagudo, Rodrigo Ávila, Mauricio Eduardo Sandoval
Avilés, Francisco Bertrand Galindo, Ramón Sanfeliú, Ernesto Muyshondt,
Guillermo Cader Acuña, David Koch Arana, Inocente Orlando Montano, así
como mucchos dirigentes de Arena y la derecha de ese país.
Venezuela: Hermes Rojas Peralta, Salvador Romaní, Ricardo Koesling,
Francisco Pimentel, Pedro Morales, Nelly Rojas, así como varios
escuálidos residentes dentro de Venezuela y en Miami. Entre ellos se
destacan varios prominentes miembros de la derecha nacional como el
propio Henrique Capriles y Antonio Ledezma.
Honduras: Mario Delamico, Rafael Hernández Nodarse y su hijos;
Coronel Guillermo Pinel Cálix, así como otros mandos del ejército, la
derecha oligárquica y la policía.
Panamá: César Matamoros, Raúl Hamouzova, así como miembros de
partidos de derecha y de la inteligencia nacional. Carlos Molina Tamayo,
entre otros.
Además de los miembros de las células terroristas de Posada Carriles,
han participado en estos planes diversos escuálidos venezolanos, tales
como:
Miami: Henry López Cisco, José Antonio Colina Pulido, Pedro Carmona
Estanga, Patricia Poleo, Raúl Díaz, Carlos Yacaman, Branko Marinkovic
(boliviano), Eligio Cedeño, Carlos Fernández, Pedro Torres Ciliberto,
Nixon Moreno, Jaime Lusinchi, Johan Peña, entre otros.
Se encuentran también involucrados venezolanos residentes en el
exterior como el vice almirante Carlos Molina Tamayo, Nelson Mezerhane,
Mario Cossío (radicado en Paraguay), Carlos Ortega, Oscar Pérez, Ramón
Martínez, Eduardo Lapi y Manuel Rosales (radicados en Perú); el
salvadoreño Inocente Orlando Montano, entre otros.
LOS PLANES
Fundamentalmente, los planes previstos por la CIA, el Mossad y el
resto de los implicados, además del asesinato selectivo de cuadros de
dirección y otras personalidades, contemplan el sabotaje económico y la
generación de guarimbas y otras manifestaciones de desobediencia social.
Dentro del sabotaje económico se han manejado acciones terroristas
contra instalaciones y líneas eléctricas, atentados contra medios de
transporte colectivo, así como contra pozos y refinerías petroleras de
PDVSA. En este último caso, optarán por sabotajes tecnológicos
aparentando malfuncionamiento y accidentes por supuestas negligencias.
También pretenden crear focos de intranquilidad ciudadana mediante la
propagación de rumores, el desabastecimiento artificial y otras
acciones manipuladoras. La actividad subversiba ha cobrado notable auge,
sobre todo en la campaña de Capriles, por medio del descarado robo de
las banderas, consignas y matrices de opinión de las fuerzas
bolivarianas.
Es de destacar que muchas acciones contra la constitucionalidad ya
han sido puestas en marcha y se planifican otras para el momento de
darse a conocer los resultados electorales.
Otros planes contemplan las incursiones de agentes provocadores para ejecutar tales planes.
Por último, existen fuertes evidencias de que agentes de varias
agencias norteamericanas, radicados en la embajada de EE UU en Caracas,
tienen pleno conocimiento de estas acciones e incluso las orientan,
financian y organizan con elementos de la derecha.
Este es el actual accionar de la CIA, de la contrarrevolución anti
bolivariana y sus cómplices. El pueblo venezolano sabrá darles justa
respuesta.
Percy Francisco Alvarado Godoy
4/08/13
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