Junio no ha escapado del terrorismo
desatado contra Cuba durante cinco largas décadas y en el que se le ha
impuesto a este país una diversa modalidad de agresiones cuyo resultado ha sido
dolor y muerte para los cubanos.
Todo comenzó bien temprano. Apenas
transcurridos los primeros meses del triunfo revolucionario del Primero de
enero de 1959 y ya los enemigos de la alegría emergente de los cubanos
planearon trastrocarla en una mueca de amargura y dolor.
Los contrarrevolucionarios recién
salidos de Cuba trataron de vengarse atacando embajadas y representaciones de
la Isla en el exterior. Tres hechos acaecidos en junio de 1959 demuestran hasta
dónde llegó el alcance del odio hacia la naciente Revolución:
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(5 de junio)
Un disparo dirigido contra la embajada cubana en República Dominicana
provocó la muerte de un niño inocente, natural de ese país, de apenas cinco
años de edad. Horas después, elementos contrarrevolucionarios agredieron a dos
diplomáticos cubanos, Juan José Díaz del Real y Mario Rivas Patterson, en las
oficinas del Banco de reservas de Santo Domingo, mientras realizaban gestiones
en las mismas.
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(8 de junio) Fue ametrallado el automóvil del
embajador cubano en Haití, Antonio Rodríguez Echazábal, resultando herido el
chofer del mismo.
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(4 de junio)
Elementos batistianos atacaron impunemente al cónsul cubano en Miami,
Adolfo Hidalgo Barrios (Bebo).
Estas agresiones se repetirían
indiscriminadamente por más de cuarenta años sin que los Estados Unidos, país
de residencia de la gran mayoría de sus perpetradores, hicieran algo para
impedirlo. En junio, de manera particular, nuevos hechos de este tipo tendrían lugar:
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(21 de junio de 1973) Elementos contrarrevolucionarios lanzaron
varios cartuchos de dinamita contra la Oficina Comercial de Cuba en Santiago de
Chile, a la par que colocaron un petardo en la residencia de Michael Vázquez,
consejero comercial cubano en ese país.
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(6 de junio de 1976) Fue colocado un
artefacto explosivo en la Misión cubana ante la ONU, en Nueva York, provocando
cuantiosos daños en la edificación.
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(8 de junio de 1978) Elementos
contrarrevolucionarios radicados en Estados Unidos colocaron una bomba en la
Sección de Intereses de Cuba en Washington, ocasionando daños de consideración.
Estos dos
atentados contra representaciones cubanas en territorio norteamericano no
fueron los únicos. Múltiples hechos terroristas fueron realizados durante estas
décadas sin que se adoptaran medidas contra los culpables, conociendo las
autoridades de ese país quiénes eran los responsables. Sin embargo, nunca
ocurrió un hecho de este tipo contra la Sección de Intereses de los Estados
Unidos en la Habana. Creo que sobran los comentarios al respecto.
Otra modalidad de los ataques y
provocaciones contra Cuba, en los meses
de junio, lo han sido las frecuentes
violaciones de los espacios aéreo y marítimo de la Isla. Baste señalar
que sólo en junio de 1961 se produjeron 168 acciones de este tipo.
En muchos casos, estas violaciones
estuvieron dirigidas a provocar pánico, a espiar instalaciones cubanas y,
particularmente, a perpetrar agresiones directas. Algunos hechos prueban esta
aseveración:
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(19 de junio de 1964) Un avión pirata procedente de Estados Unidos
lanzó varias bombas contra el central “Marcelo Salado”, ubicado en la antigua
provincia de Las Villas. Fue derribado al culminar la criminal acción.
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(15 de junio de 1966) Tres aviones de la
fuerza aérea norteamericana violaron el espacio aéreo cubano.
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(16 de junio de 1968) Dos aviones F-8
Crusader, pertenecientes a la marina norteamericana, violaron el espacio aéreo
cubano en zonas aledañas a la Base naval de Guantánamo.
Estas violaciones de
nuestro espacio aéreo marítimo han sido reiteradas durante las últimas décadas
y han sido expresión de la hostilidad de las administraciones norteamericanas,
que las han utilizado para provocar un conflicto armado entre los dos países.
Hubo momentos en que aviones norteamericanos fueron empleados para abastecer
con sofisticado armamento a las bandas contrarrevolucionarias ubicadas en
varias zonas montañosas de la Isla.
El secuestro de naves aéreas y
marítimas, estimulado por el hecho de que las autoridades norteamericanas
recibieron durante mucho tiempo a los secuestradores de las mismas como
virtuales héroes, ha sido una modalidad preponderante de los hechos terroristas
que ha padecido el pueblo cubano. Algunos casos ocurridos en junio, atestiguan
esta afirmación:
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(14 de junio de 1959) Fue desviado hacia Miami un avión militar del
tipo DC-3 mientras realizaba un vuelo entre la Habana y Camagüey.
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(5 de junio de 1960) Es secuestrada hacia
Miami la embarcación “El Caribe”.
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(10 de junio de 1963) Una embarcación nombrada
“Joven Elvira”, perteneciente a una cooperativa pesquera de Matanzas, fue
secuestrada y desviada a los Estados Unidos.
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(10 de junio de 1967) Fue secuestrado el barco pesquero Sigma 19 en
Punta Cartas, Pinar del Río. Con posterioridad fue conducido hacia los Estados
Unidos por los seis secuestradores.
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(29 de junio de 1967) Una embarcación nombrada “Conrado Benítez”,
perteneciente a una cooperativa pesquera radicada en la desembocadura del Río
Almendares, Ciudad de la Habana, fue secuestrada y conducida a la Florida.
El terrorismo continuado contra Cuba y
la hostilidad de las autoridades norteamericanas alcanzaron en junio cuatro
momentos de significativo alcance por las consecuencias provocadas en familias
cubanas.
El 13 de junio de 1962 ocurrió uno de
los hechos más condenables provocados por el terrorismo contra los cubanos: una
niña de apenas 12 años de edad, Adela Reyes, fue herida por disparos realizados
por la banda de Pedro González. Este criminal suceso, ocurrido en la Finca
Santa Ana, Jagüey Grande, en Matanzas, conmocionó a la población de la zona y
de todo el país. Sin embargo, no fue un hecho aislado. Parte de los más de 3000
muertos provocados por el terrorismo contra Cuba, fue provocado por actos
criminales de bandidos financiados por la CIA y el gobierno norteamericano.
Los cubanos recuerdan con dolor el
asesinato de jóvenes maestros, de familias enteras de campesinos y de humildes
trabajadores. Entre 1963 y 1965, actuaron en el país nada menos que 299 bandas,
integradas por 3 995 contrarrevolucionarios.
El 9 de junio de 1963 fue herido a
mansalva el soldado José Ramírez Reyes mientras custodiaba la frontera cubana
en la frontera con la Base Naval de Guantánamo. Los disparos, provocados por la
soldadesca norteamericana acantonada en el territorio ilegalmente usurpado a
Cuba, provocaron este detestable incidente. Cuba recuerda con dolor estas
agresiones contra soldados y trabajadores, las que llenaron de luto, más de una
vez, a sus hogares.
El 9 de junio de 1964 fue asesinado el
marinero Jesús Fernández Ramírez, miembro de una patrulla marítima cubana
atacada por una lancha fuertemente artillada, procedente de los Estados Unidos.
El hecho, ocurrido en Cayo Blanco, a sólo 15 kilómetros de la bahía de
Cárdenas, en Matanzas, provocó igualmente el secuestro de los marineros Daniel
Expósito Torres y Calimerio Ramírez Jerez. Posteriormente, el grupo terrorista
secuestró al pesquero “Elvira” y lo condujo a territorio norteamericano.
Como usted puede comprobar, amigo
lector, junio ha sido triste para los cubanos, como han sido dolorosos los doce
meses de los últimos 55 años. El terror impuesto por la contrarrevolución y el
gobierno estadounidense causó desolación y tristeza en muchos hogares cubanos.
Dolorosamente, pocos han levantado un dedo para condenarlo y, de ellos, ninguno
ha sido funcionario de las administraciones norteamericanas.
Percy francisco Alvarado Godoy
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