Chris Simmons |
Hasta ahora he considerado al teniente coronel retirado del servicio de
contrainteligencia de la reserva del Ejército de Estados Unidos, Chris Simmons, como un profesional sumamente eficiente en las tareas de contraespionaje, aunque haya centrado totalmente su actividad, de manera obsesiva, contra un supuesto accionar de la inteligencia cubana en Estados Unidos. Para él, la descarada actividad del Mossad en su patria ha sido ignorada o, al menos, no ha dedicado un minuto de su tiempo a ello. ¿Será porque su gobierno considera a Israel un aliado poco peligroso y le perdona que robe sus secretos más sensibles? ¿Es por eso que muchos de sus agentes apenas reciben penas mínimas y son expulsados simplemente del país, salvo contadas excepciones?
No le quito sus méritos, pues en la batalla de nuestros combatientes anónimos por proteger a Cuba de la agresiones maquinadas por grupos terroristas desde La Florida, la cual tiene una razón legítima de ser, Simmons ha logrado algunos resultados relevantes, aunque se ha dedicado a sobredimensionar su papel en estos eventos. En el campo profesional uno respeta al contrincante justo, eficiente y se cuida de él, no sin cierta admiración por la calidad de su desempeño.
Pero hay cosas y cosas, como existen espías y "espías", así como verdades y bulos fabricados.
Siempre me ha resultado interesante conocer cómo un dedicado especialista en contraespionaje, capacitado para elaborar perfiles, determinar motivos de los agentes capturados, así como estar dotado de una alta capacidad de análisis, nunca se refirió, con honesta sinceridad, a varias cuestiones fundamentales.
● Los altos valores humanos, la entrega, el elevado espíritu de sacrificio de nuestros agentes.
● El profundo sentimiento de solidaridad que hemos profesado hacia el pueblo norteamericano, quien cada vez se va sumando en una fuerza arrolladora a la campaña por la liberación de nuestros Cinco Héroes. ¿No ha podido dilucidar, tanto él como su presidente, que hemos luchado por defender a nuestros padres, esposas e hijos, amigos, en fin, todo nuestro pueblo, del peligro del sabotaje criminal, del atentado urdido en la sombras? ¿Desconoce él, o simplemente ignora, que los grupos terroristas anticubanos de La Florida han promovido 35 asesinatos en suelo norteamericano y han realizado centenares de atentados con bomba, deambulando con total impunidad? Nosotros, soldados anónimos de nuestro pueblo, hemos cuidado, con igual desinterés y entrega, tanto al cubano como al norteamericano. Siempre Cuba ha enviado a tiempo cualquier información al gobierno norteamericano que comprometa su seguridad. Ello lo conoce Simmons con certeza.
● El propio Simmons ha participado en la detección y enjuiciamiento de valiosas personas, tanto cubanos como norteamericanas, por el heroico acto de defender a los hijos de nuestro pueblo de la amenaza terrorista. ¿Han servido de algo para él, durante los interrogatorios, la convicción que los ha movido, su explicación de los motivos de cada uno, su alto sentimiento humano y solidario? ¿No son capaces de romper esos sólidos argumentos la coraza de un soldado que juró lealtad a la justicia y a la verdad?
● ¿No supo buscar las verdaderas causas de la presencia de dignos cubanos en USA, monitoreando la actividad amenazante de terroristas, aupados por su propio gobierno y la CIA? ¡Desaparezca la amenaza terrorista contra Cuba y cesará la presencia de los soldados del silencio en EE UU! Simmons siguió al detalle el amañado juicio contra Los Cinco y comprobó, en declaraciones de los generales Charles Whilhem y Edgard Atkinson, el almirante Eugene Carol, el coronel George Busckner, e incluso, el ex director de la Agencia de Inteligencia del Pentágono, James Clapper, que los Cinco nunca tuvieron acceso a datos clasificados o secretos. ¿Ha dicho Simmons algo al respecto?
Simmons no es tonto y supo aprovechar la aureola de éxito que le rodeó luego de la captura de Ana Belén Montes. Uno de sus pasos en esa dirección fue, precisamente, marchar a Miami, cuna de los tradicionales detractores de Cuba. Allí dictó conferencias, distorsionó la realidad en una columna de El Nuevo Herald para satisfacer a los enconados enemigos de nuestra patria y magnificó el supuesto peligro que representamos a la Seguridad Nacional de EE UU, realmente vapuleada e irrespetada por nuestros verdaderos contrincantes.
Simmons conoce realmente que nunca ha sido nuestra intención promover una acción contra su patria, a la que reconozco admirar, a pesar de sus imperfecciones desde mi punto de vista ideológico. Amo, igualmente a cada norteamericano enfrascado por salir adelante con su familia hacia un futuro mejor y, como le he dicho personalmente a funcionarios de su país, no vacilaría en dar mi vida para salvar a un ciudadano estadounidense, como lo he hecho con los cubanos. Estoy legítimamente convencido de que debemos dejar atrás épocas pasadas y oscuras y buscar puntos de encuentro y concordia, sobre la base del respeto mutuo. Pero, para lograrlo, debemos dejar al recelo y a la mentira a un lado.
Simmons nunca ha querido entender las verdades de Cuba como lo han hecho otros prestigiosos militares, artistas, intelectuales, personalidades y políticos norteamericanos, quienes reconocen que podemos ser vecinos viviendo en armonía, cooperando unos con otros. gozando de una franca y provechosa amistad. Otra condición es el respeto a la forma de pensar de cada uno, a la manera en que se escoge libremente su destino político. Mucho esperé de él, lo confieso, una mínima alusión a la verdad, al entendimiento de por qué luchamos los cubanos en las "entrañas del monstruo", al que nunca reconocemos como el norteamericano común, entre los que se encuentran sus porpios familiares más queridos. Luchamos contra las "entrañas del monstruo" del terrorismo y la intolerancia.
Empero, Simmons se ha dedicado, no solo desde su blog Cuba Confidential, sino públicamente, usando medios como la mal llamada Radio Martí, a propalar infundios encaminados a ver a Cuba como amenaza, como peligro inmediato, favoreciendo con ello a los que ansían repetir una loca aventura al estilo libio o iraquí. En eso, Simmons, dolorosamente, me defrauda también.
El nuevo argumento de Simmons, totalmente absurdo, es ver un nuevo peligro en las relaciones entre Cuba y Corea del Norte, las que cumplieron el pasado 29 de agosto 52 años de fructífera amistad. Simmons cuestiona las recientes visitas militares de Cuba a Corea del Norte, encabezadas por el general Joaquín Quintas Solás y la recíproca visita a Cuba del Jefe del Estado Mayor norcoreano, Ri Yang Ho.
La falacia propalada por Simmons se refiere a que la actual Dirección de Inteligencia Militar (DIM) de Cuba está espiando objetivos en Estados Unidos, sobre todo aquellos que brindan algún tipo de apoyo militar y logístico a Seúl, trasladando información de inteligencia sobre estos temas a Corea del Norte. El absurdo trasiego informativo, para Simmons, parte de de un supuesto interceptor de señales ubicado en la Habana, empleando transmisores de banda ancha, quien entrega la información a la sede diplomática coreana en Cuba y la misma la envía a la embajada cubana en Pyongyang.
¿Serás tonto, Pipe?, diría un reconocido cómico cubano. Parece que al fundador del Centro de Investigaciones sobre la Inteligencia Cubana se le cayó una tuerca al levantarse de su lecho. No creo, por respeto a él, que esta idiotez fuese idea suya y tal vez siguió el argumento impuesto por algún irresponsable funcionario del Pentágono, quien vio a nuestros servicios como ramales de Pedro Picapiedra.
Lo peligroso de esta infundada acusación hecha por Simmons es que incluye como objetivos del supuesto espionaje de la DIM a los SEAL Team 6, Little Creek, Virginia; Ejército de EEUU, Cuerpo de Fuerzas
Especiales en Fort Bragg, Carolina del Norte; Ejército de EEUU, Comando
de Operaciones Especiales de Fort Bragg, Carolina del Norte; Comando
Conjunto de Operaciones Especiales de Fort Bragg, Carolina del Norte;
75th Regimiento Ranger, Fort Stewart, Georgia; 160th Regimiento de
Operaciones Especiales de Aviación, Fort Campbell, Kentucky; Comando de
Operaciones Especiales, MacDill Air Force Base, Florida; Fuerza Aérea de
EEUU; Comando de Operaciones Especiales, Hurlburt Field, Florida; así como otros objetivos tales como el Primer Grupo de Fuerzas Especiales (Aéreas) del Ejército, en
Fort Lewis, Washington, y el Décimo Noveno Grupo de Fuerzas Especiales
(Aéreas) de la Guardia Nacional con sede en Draper, UTA.
Sepa, señor Simmons, que Cuba no vulnera, ni ha vulnerado, a la Seguridad Nacional de su país. Obtiene la información realmente necesaria para defenderse, nunca para asumir el rol de agresor.
Déme usted una muestra de sensatez y cordura. No se preste al rejuego mediático contra Cuba, que solo lo lleva al ridículo. Se lo pido de profesional a profesional. Solo eso, y esperando que algún día, libres ya mis hermanos de sus injustas y crueles prisiones, desaparecidos los odios y las agresiones, conviviendo ambas naciones en un marco de respeto, podamos encontrarnos y saludarnos con afabilidad.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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